Nos levantamos "temprano", sobre las 8, con la intención de desayunar y comenzar a rodar antes de las 9:30.
El día de hoy no tendría muchos kilómetros... pero tras la jornada de ayer sabemos que aquí la velocidad la marcará el estado de las carreteras y no conviene llegar muy tarde a los destinos si se quiere encontrar un sitio para cenar.
Desde antes de comenzar el viaje, nos habíamos comprometido a que diariamente desayunaríamos un Full Irish Breakfast.
Un completísimo desayuno irlandés a base de salchichas, bacon, huevos, champiñones, judías de esas inglesas (beens), algo de patata y MORCILLA!! Si, si!! Como la de Burgos! Morcilla de arroz! Una rodaja de la clásica negra y otra blanca, que curiosamente está bastante buena!
Pero no os preocupéis por las calorías! Para rebajar, o sentirse menos mal con uno mismo, esta gente también incluye en el desayuno medio tomatito a la plancha!
Y nosotros decidimos ceñirnos a "tan solo" eso! Porque la gente de allí lo suele combinar con algo de yogur, fruta y cereales. Por si no llegan a cenar a tiempo!
Apetito saciado y estómagos llenos, nos ponemos en marcha con el día de hoy!
El día ha salido bastante bueno, de momento no se espera lluvia, así que retomamos la Copper Coast Scenic Drive por donde la dejamos.
Y nuestro primer desvío nos llevará a las ruinas de Dunhill Castle, un castillo con un pasado temible.
Se dice que la dueña del castillo se entregó en cuerpo y alma a la defensa de su casa y permaneció en las murallas día y noche, instando a su guardia a luchar hasta la muerte.
Pero volviendo a la costa, encontraremos un asentamiento que da nombre a esta ruta.
Desde su posición cubierta de hierba, muy por encima de la playa, las ruinas de Tankardstown Engine House añaden un toque industrial a un tramo de paisaje dominado por las vistas desde los acantilados del Mar Céltico. El sitio fue una vez parte de un complejo minero que prosperó en el pueblo cercano, gracias a la rica abundancia de minerales disponibles en el área.
Poco masificada y con preciosas carreteras que se precipitan hacia las playas y acantilados, esta zona de la costa irlandesa luce teñida de un verde que daña la vista.
En esta región las vacas y ovejas dominan los prados a partes iguales.
Pronto descubriremos que este es el sustento de gran parte de la población, que vive ajena al mundo en sus grandes propiedades de cientos de metros.
En Irlanda hay playas. Si, hay playas y además con banderas azules!
Pero su concepto de playa y cómo disfrutar de ellas no es el mismo que tenemos aquí.
En esta región de la isla la gente acude en masa con neoprenos, dispuesta a realizar actividades marítimas de todo tipo como el surf o el kayak.
Tras visitar la costa nos adentramos hacia el interior con el fin de visitar algunos de los castillos y fortalezas más fotografiados de todo el país.
Pero antes, un desvío en el camino nos conduce hacia una carretera conocida como la "Magic Road".
El camino discurre entre las montañas de Comeragh y te acerca a las magníficas cataratas de Mahón. Pero además de discurrir por un entorno mágico, su principal magia reside en que, si estacionas el vehículo al pie de la colina y le quitas el freno de mano, el vehículo rodará hacia atrás ¡cuesta arriba!
En este mismo punto, marcado por una roca con el nombre de la carretera, se encuentra además un árbol de las hadas cubierto con harapos y otros adornos. Los irlandeses veneran a estos seres mitológicos, a los cuales no conviene molestar si no quieres ser maldecido.
Obviamente todo se trata de una ilusión óptica que nos hace creer que la carretera desciende hacia delante cuando en realidad está ascendiendo, ¡pero quien sabe… igual es cosa de hadas!
Sobre la hora de comer llegaremos a The Rock of Cashel, de visita obligada para los amantes del patrimonio irlandés.
Para aparcar hay una zona de parking inmensa, cuyas barreras nos permitirán salir y entrar con las motos sin mayor problema.
Se podría decir que en Irlanda hay tan pocas motos, que existe cierta benevolencia con su estacionamiento. Y es que no importan si aparcas en un parking o zona azul, las motos son admiradas y no tendrás mayor problema que el de saludar a todos los que sorprendidos se acercan a verte.
Como hemos coincidido en tiempo de COVID la mayoría de los castillos y abadías son de acceso gratuito, ya que el acceso al interior está prohibido y solo dejan que visites los exteriores. Así que aprovechamos y paseamos por la inmensa catedral, o lo que quedan de ella, así como su cementerio poblado de cruces celtas.
Originalmente sede de los reyes de Munster, según la leyenda, el mismo San Patricio vino aquí para convertir al rey Aenghus al cristianismo. Precisamente aquí puede contemplarse la preciada Cruz de San Patricio del siglo XII.
Continuaremos nuestra ruta por carreteras que discurren entre lo que parece la "campiña irlandesa" más rural, cruzándonos con restos de importantes abadías como la de Hore o Athassel.
Para visitar cualquiera de ellas basta con aparcar en la linde de la carretera y desplazarse andando a descubrir sus restos, pero aun nos queda camino por delante y decidimos continuar.
Nuestro siguiente waypoint era un paso de montaña conocido como Glen of Aherlow, paraíso de senderistas y con buenas vistas de las montañas Galtee. Sin embargo, tas cruzarnos con varios carteles de obras que avisan de que el acceso es solo a residentes, nos topamos con maquinaria asfaltando el camino. Así que toca retroceder y renunciar a este paso.
Por último, nos dirigimos al Castillo de Cahir para visitar su fortaleza, la cual se creía inexpugnable. Y es por ello que se ha conseguido conservar gran parte de la estructura original, apareciendo en producciones como Excalibur.
Nuestra primera grata sorpresa es que el sitio debe ser tan turístico que hasta hay parking de motos!! Si! no solo lo visitan motos, sino que van tantas que nos han hecho un parking!!
Desgraciadamente el castillo acababa de cerrar y debemos conformarnos con su vista desde el exterior.
Aun así, nos sirve para ver las primeras motos desde que estamos en Irlanda. Dos alemanas y un francesa, pero siempre alegra ver más motos!
Siendo ya casi las 6 de la tarde nos dirigimos a Clonmel, la que será nuestro destino de hoy.
Nos recibe una ciudad decadente, casi deshabitada. Comercios abandonados, escaparates vaciados, pubs cerrados, calles desiertas.... Qué pasa aquí??
Será el COVID?, será agosto? Hasta sentimos cierta inseguridad al dejar nuestras motos aparcadas tan solitarias...
Sin embargo, cae la noche y parece que la ciudad retoma algo de su vida, como si de una ciudad dormitorio se tratase.
Y nuestras motos pasan desapercibidas entre las hileras de coches.
Aun así, con tiempo buscamos un sitio donde cenar. Apenas hay nada abierto, y los horarios son todavía más reducidos, así que a las 19:30 sin pensarlo demasiado entramos en el único pub con ambiente del pueblo.
Y menos mal! Por que a los 10 minutos no cabe nadie más.
Primer café irlandés. ESPECTACULAR!! No en todos los pubs lo hacen bueno, pero pronto sabréis detectar aquellos con cierto encanto en el que seguro que saben hacerlos bien.
Hoy cenaremos sentados y calientes.
El track de esta etapa podéis descargarlo de aquí:
es.wikiloc.com/ ...9-84094577
Os dejo el video donde podréis ver mejor sobre la última etapa narrada:
youtu.be/LJLsEqvzDYs