Después de las grandes emociones del día de ayer, sobre todo esos avistamientos nocturnos, hoy iba a ser un día más tranquilo pero interesante, ya que íbamos a visitar otra de las cascadas más bonitas por su emplazamiento, Svartifoss, haríamos una ruta muy sencilla en Klausturvegur y nos acercaríamos a uno de los cañones más espectaculares de Islandia, Fjaðrárgljúfur Canyon, para terminar el día en la idílica población de Vik.
Ruta del día:
Ruta del día
La primera visita que hicimos fue a la cascada Svartifoss, donde hicimos una ruta de algo más de dos horas por el Parque Nacional Skaftafell, Ruta 12 de la Guía Rother.
Inicio ruta Svartifoss
Empezamos a notar que estábamos llegando al Sur de Islandia y por lo tanto la zona donde más visitantes nos encontramos, desde el momento en el que el parking del Centro de Visitantes de Skaftafell es de pago. Era la primera vez que nos ocurría en todo el viaje y nos chocó porque no estábamos acostumbrados.
Desde el aparcamiento iniciamos una ruta circular de aproximadamente 6 kilómetros que inicialmente en un breve ascenso nos llevará hasta Svartifoss. La ruta pasa junto a otra cascada del parque, Hundafoss, que también es visible al final de la ruta.
Desde el aparcamiento iniciamos una ruta circular de aproximadamente 6 kilómetros que inicialmente en un breve ascenso nos llevará hasta Svartifoss. La ruta pasa junto a otra cascada del parque, Hundafoss, que también es visible al final de la ruta.
Inicio ruta a Svartifoss
Hundafoss
La peculiaridad de Svartifoss es que está rodeada por enormes columnas de basalto, algunas de ellas parecen que cuelgan de la nada. Las espectaculares y fotogénicas columnas de basalto son producto del rápido enfriamiento de corrientes de lava. La capa superior de columnas son irregulares, mientras que las columnas inferiores son casi perfectas, lo que se conoce como "órganos de lava".
Skogafoss
Desde aquí cruzamos el arroyo por el puente que podemos ver en la foto y ascendemos hasta un punto en el que podemos ver los glaciares cercanos. Descendemos por camino que nos lleva hasta unas bonitas casas de turba de principios del siglo XX que se conservan en bastante buen estado.
Casas de turba
Nos gustó la ruta, sencilla y con el premio de ver una de las cascadas más interesantes, aunque claro, después de lo que llevábamos ya visto es complicado sorprenderse. Pusimos rumbo hasta Klausturvegur, atravesando enormes planicies deshabitadas que se extienden junto a la costa. Estas planicies se conocen como los sandar. Estas zonas se forman por los sedimentos, tierra y grava que se transportan desde los glaciares a través de los ríos.
El sandar más grande y espectacular es Skeiðarársandur, abarcando más de 40 kilómetros entre los glaciares y la costa.
Debéis tener en cuenta que estas zonas están protegidas y no podéis salir de la carretera salvo en los sitios indicados al efecto.
El sandar más grande y espectacular es Skeiðarársandur, abarcando más de 40 kilómetros entre los glaciares y la costa.
Debéis tener en cuenta que estas zonas están protegidas y no podéis salir de la carretera salvo en los sitios indicados al efecto.
En 1996 el volcán Grímsvötn erupcionó, causando una inundación glaciar en Skeiðarársandur que amenazaba la carretera de circunvalación y sus puentes. Con la esperanza de frenar las inundaciones que procedían del lago glaciar formado por el hielo fundido del Vatnajökull, se construyó un dique que finalmente no pudo aguantar el Jökulhlaup, inundación glaciar, de más de tres billones de litros de agua que arrastraron hacia la costa icebergs del tamaño de un edificio de tres pisos, destruyendo varios puentes a su paso y dañando la carretera de circunvalación.
Restos de puente Gígjukvísl
Pusimos rumbo a nuestra segunda ruta del día disfrutando del paisaje costero que la Ring Road nos brinda en el sur/sureste de Islandia. El tráfico es distinto, empiezas a notar que hay más tráfico aunque nada preocupante en nuestro caso. En años de mucho turismo debe ser distinto y está zona debe estar bastante masificada. Por el camino disfrutamos de las vistas de alguna cascada.
Foss a Sidu
En Kirkjubæjarklaustur realizamos la ruta número 11 de la Guía Rother. Esta localidad es una buen punto intermedio antes de llegar a Vik ya que cuenta con buenos servicios donde comer, hacer compra o incluso pasar la noche. En este sitio se asentaron monjes irlandeses antes de la llegada de los vikingos y en el siglo XVIII sufrió una importante erupción que destruyó muchos terrenos y granjas de los alrededores.
Kirkjubæjarklaustur
La ruta comienza cerca de la cafetería Munkar, desde la que llegamos a la cascada Systrafoss y comenzamos a ascender entre algunos de los árboles más altos de Islandia por un camino bien señalizado por estacas. Debemos llegar hasta la parte alta de la cascada, aunque hay pendiente es breve.
Systrafoss
Llegamos a una planicie donde podemos ver la parte alta de la cascada y el lago Systravatn. Este lago era un lugar de baño frecuente para las monjas de los monasterios cercanos. Cuenta la leyenda que mientras dos de ellas se estaban bañando, vieron una mano emerger del algo con un bello peine de oro. Cuando fueron a por él ambas desaparecieron para no volver a verlas nunca más.
Systravatn
Desde aquí hay un bello sendero de algo más de dos kilómetros que discurre primero al borde del acantilado y posteriormente desciende en zigzag por una zona boscosa hasta llegar a Kirkjugólf. Se puede traducir como "suelo de iglesia", pero no os confundáis, ya que es fruto de la naturaleza y no de la intervención del hombre. Son columnas de basalto alisadas y rodeadas de musgo que pueden dar lugar a confusión.
Ruta Kirkjubæjarklaustur
Kirkjugólf
Hicimos algo de compra en el supermercado de la localidad y nos dirigimos a visitar el cañón más famoso de todo Islandia, Fjaðrárgljúfur Canyon que no está muy lejos de Kirkjubæjarklaustur. Hay que desviarse durante 3 kilómetros de la carretera de circunvalación hasta llegar al aparcamiento público gratuito al final del cañón.
El cañón lo ha ido esculpiendo durante miles de año el río Fjaðrá y se puede visitar desde un camino en su lado sur que vas ascendiendo y cuenta con más de un mirador para contemplar y disfrutar de las vistas del cañón.
El cañón lo ha ido esculpiendo durante miles de año el río Fjaðrá y se puede visitar desde un camino en su lado sur que vas ascendiendo y cuenta con más de un mirador para contemplar y disfrutar de las vistas del cañón.
Fjaðrárgljúfur Canyon
Pusimos rumbo a nuestro destino final del día, la estupenda localidad de Vik, una de las que más nos gustó en Islandia y en al que hubiéramos estado algún día más haciendo rutas por la zona. Su ubicación nos enamoró. Uno de los puntos más reconocibles de Vik y portada de alguna que otra guía de viaje es su iglesia, Vikurkirkja con unas vistas del pueblo increíbles.
Vík í Mýrdal (Vik)
Vikurkirkja
Como era justo la hora del atardecer decidimos ir a la vecina y famosa playa de arena negra de Reynisfjara. Seguimos con las columnas basálticas como en Skogafoss y en esta playa también podemos encontrar un magnífico ejemplo con forma de órgano de iglesia y vistas a Dyrhólaey, con su famoso arco de piedra.
Columnas de basalto de Reynisfjara
Dyrhólaey
Desde la playa se pueden ver los icónicos farallones que según la leyenda son los mástiles de un barco que estaban robando unos trolls que fueron sorprendidos por la salida del sol. Los acantilados frente a los farallones son perfectos para ver frailecillos. Todos los que no pudimos ver en los fiordos del oeste estaban aquí.
Reynisdrangur desde la playa de Reynisfjara
Pusimos rumbo al alojamiento, una buena cena y a descansar que al día siguiente nos tocaba una de las cascadas a las que más ganas tenía desde que vi una promo de la serie Vikingos...
Alojamiento:
Nos alojamos en el Hotel Kría, un muy buen alojamiento a la entrada de Vik junto a la carretera de circunvalación. Cuenta con mucho aparcamiento gratuito y las instalaciones y desayuno fueron muy buenos. Otro de los mejores alojamientos del viaje.
Hotel Kría
Comimos en la localidad de Kirkjubæjarklaustur antes de hacer la ruta que nos llevaría unas dos horas por los alrededores. Lo hicimos en un café-bar recomendado en la Lonely Plant por su ambiente y buenas pizzas y hamburguesas. Ese día nos apetecía algo rápido y no liarnos mucho. Nos gustó sin más, sin pretensiones. El sitio se llama Systrakaffi.
Cenamos en el restaurante Berg del Hotel Vik. Comimos trucha alpina y nos gustó mucho así que tened en cuenta este sitio si estáis por Vik.