LOS LAGOS DE COLOMERS.
Nuestro último día en el Valle de Arán no fue como lo habíamos planificado. En teoría, a primera hora de la mañana visitaríamos un pueblecito (Unha o Baguerge), alguna iglesia, si cuadrábamos el horario y finalmente haríamos la ruta de los Lagos de Gerver, aprovechando que teníamos que parasar por el Puerto de la Bonaiga de camino hacia nuestro siguiente destino en la Cerdanya. Sin embargo, por culpa del atasco que expliqué en la etapa anterior, nos vimos obligados a intercambiar las caminatas, con lo cual los 7 Lagos de Colomers pasó a convertirse en el punto y final de nuestra estancia en el Valle de Arán, un epígolo de lujo, ciertamente.
Para compensar, amaneció otro día espléndido, con una luz maravillosa. Según las previsiones, haría calor pasado el mediodía. Madrugamos más, desayunamos temprano, hicimos el check-out en el hotel y repetimos el camino de la jornada anterior por la C-28 hasta Salardú, donde tomamos el desvío a Baños de Tredós. En total 18 kilómetros y media hora de coche, conforme al itinerario de Google Maps que pongo a continuación.
Afortunadamente, esta vez nos encontramos la carretera concurrida pero sin atascos, con lo cual llegamos pronto al aparcamiento del Balneario, donde hay que dejar el coche, pues durante el verano y otros días de máxima afluencia en adelante la pista está cortada para vehículos no autorizados. Desde allí bien se continúa a pie o también se puede utilizar un servicio de taxis 4X4 que lleva a los senderistas cuatro kilómetros y medio más allá, hasta un lugar denominado la Montanheta, punto de inicio habitual de la ruta.
Recorrido en el taxi.
El taxi compartido cuesta 4 euros por persona y trayecto, de modo que se puede utilizar de ida y vuelta, solo de ida o solo de vuelta. Pese a temernos lo peor, a esa hora no había demasiada cola y los vehículos salían en cuanto se llenaban, independientemente de los horarios establecidos, así que media hora después ya estábamos de camino.
Panel informativo en el aparcamiento de los Baños de Tredós.
Durante el trayecto (un cuarto de hora, aproximadamente), el taxista nos explicó el caos que se había montado el día anterior, después de cerrarse el aparcamiento por estar repleto ya a primera hora de la mañana. Nadie lo avisó y siguieron llegando vehículos y más vehículos que, al no poder avanzar, originaron un atasco monumental que duró casi todo el día. ¡A nosotros nos lo iba a contar! Así que, por nuestra experiencia, en puentes, fines de semana y demás días conflictivos, en caso de encontrarse con esta situación, lo mejor es desistir, dar la vuelta cuanto antes y preparar una actividad alternativa.
Los lagos de Colomers se encuentran en el Parque Nacional de Aguas Tuertas y Lago de San Mauricio (Parc Nacional d’Aiguestortes i Estany de Sant Maurici). Existen dos rutas señalizadas para recorrer los lagos; una circular corta (marcas de color amarillo), de 7 kilómetros, unas cuatro horas de duración, 250 metros de desnivel y un grado de dificultad medio; y otra larga (marcas de color rojo), de 12 kilómetros, seis horas de duración, 750 metros de desnivel y dificultad alta. La vez anterior habíamos hecho la larga y teníamos previsto repetirla, pero con el cambio de planes nos resultaba imposible, pues por la tarde debíamos emprender viaje hacia la Cerdanya. Así que nos conformamos con la ruta corta, muy bonita también, que recorre siete lagos, si bien hicimos algún añadido.
Detalle de la ruta corta en el panel informativo, delimitada con línea azul.
Un pequeño recuerdo con una parte de las fotos de la ruta, durante nuestro viaje anterior.
El Circo Lacustre de Colomers es un macizo de montañas dispuestas en círculo con picos que rondan los tres mil metros de altitud, entre los que destacan la Creu de Colomers (2.895 metros), el Tuc de Bergús (2.841 metros), el Tuc de Ratera (2.861) y el Gran Tuc de Colomèrs, el más alto, con 2.933 metros. Debe su nombre al explorador francés, de padres españoles, Charles Joseph Colomers de Jullan, que lo dio a conocer en 1838, suscitando el interés por las montañas pirenaicas de exploradores y viajeros, como el poeta Jacinto Verdaguer. El circo da lugar al río Aiguamox (Aiguamòg) que desemboca en el Garona de Ruda, frente al pueblo de Tredós.
Al dejar el taxi, subimos por un sendero pedregoso muy concurrido, que nos llevó hasta el Estanh dera Lòssa (primer lago), que quedó a nuestra izquierda mientras pasábamos por unas tablas de madera, ya que el terreno suele estar encharcado.
Con el río a nuestra derecha, proseguimos en continuo ascenso hasta el Estanh Major (segundo lago), que está represado y ofrece unas amplias perspectivas de todo el entorno.
El espectacular paisaje que contemplamos hoy en día ha sido consecuencia de la erosión producida por el hielo de los glaciares sobre un macizo granítico, cuyo centro es el Gran Tuc de Colomers. Este proceso dio lugar a una serie escalonada de una cincuentena de lagos, con al menos 32 de más de media hectárea, de formas habitualmente redondeadas, separados por morrenas que se fueron formando a lo largo del periodo de glaciación, que alcanzó su mayor intensidad hace unos 40.000 años. Muchos de estos lagos se encuentran unidos entre sí por un canal artificial subterráneo que desagua en el Estanh Major de Colomers.
Cruzamos la presa y bordeamos el lago, dejándolo a nuestra izquierda, hasta llegar al Refugio de Colomers, pasado el cual tomamos un empinadísimo sendero a la derecha, que nos condujo hasta el Estanh Mort (tercer lago), que ofrece unas vistas bellísimas. En sus inmediaciones se separan las rutas corta y larga.
Continuamos por la izquierda, admirando un panorama plagado de pequeños lagos sin nombre y donde las altivas cimas de los picos (tucs) trazaban llamativos zigzags en el cielo azul. Con sol y buen tiempo, esta parte de la ruta es una auténtica delicia, ya que se avanza prácticamente en llano o hacia abajo entre paisajes espléndidos.
Después, pasamos otros lagos, de cuyo nombre no estoy segura ni siquiera tras examinar los mapas, si bien lo más importante no es su denominación sino la belleza del entorno.
El cruce del río nos proporcionó nuevas y preciosas panorámicas en las inmediaciones del Estanh Garguilhs de Jos (o eso creo), sobre el que se precipita una cascada.
Tras una zona de praderas bastante encharcadas, salimos al Estanh des Cabidornats, un lago muy fotogénico, que cuenta con una isla en su centro.
Por fin, aparecimos en el Estanh Long, con una preciosa gama de colores verdes y azules, enmarcado al fondo por el Tuc de la Ratera.
Y en sus orillas, paramos a tomar nuestros bocadillos. No fue muy fácil, porque el sol apretaba y tardamos en encontrar un sitio a la sombra, ya que no abundan los árboles tan cerca del agua.
Avanzamos un poco más hasta el Estanh Redon, ya fuera de la ruta corta y en cuyas inmediaciones nos dimos la vuelta porque se nos hacía tarde. Todavía pasamos junto al Estanh de Cloto de Baish, fantástico también y del que me acordaba mucho por las fotos de nuestro viaje anterior
.Desde allí, seguimos hasta las inmediaciones de la presa, completando la ruta circular, pues en adelante se continúa por el mismo sendero de la ida hasta la parada de taxis.
En total hicimos 8,23 kilómetros y tardamos 5 horas y 20 minutos, con múltiples paradas para fotos y bocadillo. El desnivel fue de 350 metros y el grado de dificultad lo considero medio; en verano y con buen tiempo, está al alcance de cualquier senderista habituado a caminar por la montaña. La recompensa en forma de extraordinarios paisajes merece la pena.
Quien tenga más interés, puede leer el relato completo de esta fantástica caminata en mi diario de senderismo pinchando el siguiente enlace: RUTA DE LOS 7 LAGOS DE COLOMERS (LLEIDA). Valle de Arán y P.N. Aigüestortes.
Nada más acabar la ruta, el taxi nos llevó al aparcamiento y pusimos rumbo hacia Bellver de Cerdanya, donde dormiríamos aquella noche. Teníamos por delante 145 kilómetros y más de dos horas y media en el coche, ya que las carreteras por las que teníamos que circular no permiten demasiadas alegrías. Pero eso queda para la próxima etapa.
RECUERDOS DE BERET.
Antes de salir del Valle de Arán, volvimos a pasar por el Puerto de la Bonaigua y me acordé de nuestro anterior viaje, cuando estuvimos en la zona del Plan de Beret. Durante el verano, existe la posibilidad de tomar el telesilla Blanhiblar hasta la cota 2.200, con fabulosas vistas de Beret, Baqueira, Val de Ruda, Montarto y Aneto-Maladeta.
Además, tuvimos la suerte de que, pese a estar a finales de agosto, nevó en las cumbres, con lo cual pudimos tirarnos bolas de nieve mientras contemplábamos unas preciosas panorámicas con varios lagos de fondo, los Estanhs de Vaciver (lo he visto escrito con “b” y con “v”, así que lo copio tal cual está en el folleto que me dieron en la Oficina de Turismo del Vielha), en torno a los cuales se pueden hacer bonitas rutas de senderismo. Lo tendremos en cuenta para la próxima vez porque volver, volveremos a no mucho tardar, ya que el Valle de Arán me ha vuelto a fascinar y nos han quedado bastantes cosas por ver debido a la falta de tiempo disponible.