Martes, 8 de marzo de 2022
Y tras ver desde la barrera el templo de Karnak los dos días anteriores hoy sí ya toca visitarlo y perdernos con tranquilidad por toda su inmensidad. Y sí, inmensidad, porque el templo es enooooorme ya que no es como tal un único templo sino un conjunto de templos y construcciones religiosas que durante más de 1000 años fue creciendo y expandiéndose, convirtiéndose durante el Reino Nuevo en el epicentro religioso del imperio egipcio.
El día anterior habíamos quedado con Mustafá a las 7 de la mañana. Nuestro primer "gran madrugón" se inicia con ducha, desayuno y preparar la mochila. Aún tenemos un ratito para asomarnos al balcón y saludar un nuevo día en Egipto y nos sorprende la cantidad de globos que vuelan en la orilla occidental
Iniciamos nuevamente el camino a Karnak, Mustafá que está de buena mañana insiste en que nos puede llevar mañana al west bank y hacernos un tour... Hatshepsut! Valley of Kings! y no se cuantos sitios más nos dice de carrerilla varias veces pero ya le dejamos claro que sí, que mañana cruzamos a la otra orilla pero que lo haremos en barco y por el río, que estar en Luxor y no cruzar el Nilo está penado por ley. Tras mucho insistir se relaja y llegamos a Karnak. Para la vuelta quedamos en darle un toque y que pase a buscarnos al aparcamiento.
Karnak significa en árabe "ciudad fortificada" y los egipcios la llamaban "Ipet Sut" que se vendría a traducir como "el lugar más venerado". Los dos nombres, tanto el árabe como el egipcio, le vienen al dedillo debido a lo impresionante de sus pilonos y a la muralla que lo rodea y a que fue el lugar más importante de la antigua ciudad de Tebas y del imperio egipcio por ser la morada del todopoderoso dios Amón, el dios dinástico y por excelencia del Reino Nuevo.
Aunque son las 7 y pico de la mañana el sol ya está bastante alto para lo que estamos acostumbrados en España, es pleno día a estas horas ya. Entramos en el templo y todo es impresionante. Miramos el plano y decidimos salir por uno de los laterales del primer patio para ir lo primero al museo al aire libre que hay al norte del recinto.
Si en el diccionario buscas la palabra calma sin duda debería aparecer una imagen de este lugar. No hay nadie y solo estamos mi chico y yo recorriendo las preciosas capillas que fueron reconstruidas aquí después de que los restos de las mismas fueran encontrados en las excavaciones del templo. Un guarda adormilado debajo de un árbol y un intenso coro de pájaros son los únicos testigos de nuestra visita, se hacía obligatorio hacer un breve vídeo para guardar este momento:
Me quedé con ganas de sentarme debajo de alguno de esos árboles y simplemente dejar pasar el tiempo.
Tras un ratito en el museo al aire libre y después de darle 4 vueltas a la capilla roja de Hatshepsut en busca de la escena donde se ve a la reina delante de los obeliscos (que no encontré ) nos dirigimos al templo de Ptah que se encuentra en el extremo norte de Karnak, pegado al muro perimetral del recinto. El camino bordeado de pequeñas capillas se convierte a estas horas en un paseo agradable donde podemos apreciar desde la distancia la extensión del templo de Amón. El templo de Ptah es de la época ptolemaica y aunque de pequeñas dimensiones guarda un pequeño tesoro en su interior, una estatua de la diosas Sejmet (esposa de Ptah) adonde a los más místicos les gusta ir y "recargarse" con la energía del lugar. Allá cada uno con su sensibilidad mística
De vuelta a la parte principal del complejo nos quedamos admirados por las escenas de batalla de la fachada lateral norte de la sala hipóstila, donde se ve a Ramsés II masacrando a los enemigos de Egipto y luego llevando ante los dioses tebanos el fruto de sus victorias en el extranjero. Volvemos a entrar en el primer patio y lo cruzamos dirección al templo de Ramsés III.
La siguiente parada es la impresionante sala hipóstila, la joya de Karnak sin duda. Con 134 columnas a dos alturas hace que te sientas insignificante y que te sea imposible dejar de mirar hacia arriba. Recientemente (y aún siguen) han estado haciendo trabajos de restauración de esta parte y sacando a la luz los colores originales de las columnas, aunque parezca increíble ¡¡¡estamos viendo los pigmentos originales de más de 3000 años de antigüedad!!!
Aparte de las colosales columnas de esta sala hipóstila, bien merece la pena darse una vuelta por los muros que la rodean y donde hay escenas de carácter religioso y de la coronación divina de Ramsés II. Algunas escenas nos son familiares... la procesión de la barca sagrada se parece mucho a las barcas que se usaron meses atrás en la inauguración de la avenida de esfinges, ¿no? pues claro, precisamente se basaron en estos relieves para hacerlas
Seguimos recorriendo el templo, cruzando pilonos y bordeando obeliscos. Y es que en Karnak otra cosa no, pero obeliscos hay (y antes había aún más ) unos cuantos. Estas agujas de piedra tenían un carácter eminentemente solar, siendo la reina Hatshepsut la que más de estos mandó levantar. Tanta era la importancia que tenían que hasta aparecen representados en relieves siendo ofrecidos a los dioses junto a miles de ofrendas más como podemos ver en una enorme escena de ofrenda junto a la capilla de la barca, el lugar más sagrado del templo.
Justo por esta zona está también la famosa estatua del dios Amón con rasgos de Tutankamón.
Llegamos al final del eje oeste-este del templo y tras tomar un refresco en la cafetería que hay junto al lago sagrado y que justo hoy están bautizando si mal no recuerdo con el nombre de "Abydos Garden" es hora de emprender ya más ligeros el eje norte-sur e ir hacia el templo de Khonsu. Pasamos al lado del obelisco tumbado y nos percatamos que en suelo están haciendo una especie de podio muy cerca, atando hilos... ¿será que lo van a poder de pie? efectivamente a los días de regresar apareció la polémica noticia de que lo habían erguido.
Unos metros más allá el famoso escarabajo de granito rosa de la suerte de Karnak al que según la leyenda (o más bien la imaginación de los guías) hay que rodear siete veces para que te de suerte. El grupito de turno cumpliendo con el ritual y yo mirando a un tierno gatito que toma la sombra bajo el escarabajo, sin duda ha tenido suerte porque el sol pega.
Tras dar unos rodeos debido a las obras que están haciendo en varios de los pilonos logramos encontrar el camino y llegamos. También se encuentra en proceso de restauración y hay andamios en varios lugares lo que nos hace verlo a medias. Me quedo con las ganas de ver las preciosas salas decoradas a todo color de Ramsés III pero bueno, anotado para un próximo viaje
Ya vamos saliendo despacio para la salida, en total hemos estado sobre unas 4 horas que se han pasado sin darnos cuenta casi. Tras pasar por la tienda de recuerdos y comprar una estatuilla de Bastet nos espera Mustafá con su taxi. Le decimos que nos acerque al museo de la momificación pero antes le pedimos que nos lleve a alguna tienda para comprar unas galabiyas, la típica bata que llevan los egipcios que mi chico se ha encaprichado y quiere una.
Con la galabiya comprada y de camino al museo Mustafá nos vuelve a vender sus servicios y nos dice que nos puede llevar a Edfú y Kom Ombo, que su taxi tiene aire acondicionado! finalmente llegamos al museo y ya nos despedimos de él por este viaje, nos quedamos con su teléfono por si lo necesitáramos y entre gestos de agradecimiento nos despedimos.
El Museo de la Momificación se encuentra en los bajos del paseo de la corniche del Nilo, es una sala grande a dos alturas con piezas bastante interesantes. Se ve super rápido por ser pequeñito.
Salimos y hora de buscar donde ir a comer... último día en esta orilla del Nilo así que decidimos volver al Sofra que es acierto seguro. La comida muy rica y un grupo de españoles en una mesa grande celebrando el cumpleaños de una chica ¡con tarta y música incluída! el ambiente es inmejorable.
Volvemos al hotel a descansar un rato y ya descansados salimos a cambiar dinero para los días que nos quedan en el west bank y de paso comprar unas especias al mercado. El ambiente del zoco es abrumador así que lo bordeamos y en una pequeña tienda que hay cerca del templo de Luxor compro una figurilla de Khonsu por unos euros. Decidimos ir a cenar al Pizza Roma, que se encuentra unas calles más abajo de nuestro hotel y de camino vamos hablando sobre la forma de cruzar a la otra orilla al día siguiente y justo al lado del hotel nos sale un chico que nos ofrece su barca. Lo hablamos y le decimos que ok, que mañana a las 9 nos cruce al otro lado y así nos evitamos tener que subir hasta cerca del Museo de Luxor con maletas, mochilas y todo.
La cena en el Pizza Roma exquisita, las pizzas muy buenas y con ingredientes frescos y de calidad. Un sitio que encontré recomendado en este foro y que una vez más ha acertado de lleno
A la vuelta callejeamos un poco para ver el ambiente de Luxor y hay gente, coches y motos por todos lados. Ya estamos acostumbrados.
Toca dormir, nuestra última noche en esta orilla, mañana cruzaremos a la orilla occidental, aún nos queda mucho viaje por delante