Día 15: Moremi. Khwai Norte ✏️ Travel Journeys of Africa South

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La noche ha sido más que tranquila, ni los pájaros. Tras recoger las cosas, con la luz del amanecer hemos empezado a andar. Hasta Khwai hay dos caminos la "sand road" y la "marsh road". La chica del parque nos dijo que fuéramos por la marsh road porque la otra era demasiado arenosa. Yo por lo que he leído el que ha hecho la sand road ha deseado hacer la marsh road y viceversa. El resumen va a ser rápido. De los peores caminos por lo que he ido nunca.


Hemos tardado más de 4 horas en hacer 100 kilómetros. Transcurre por pura sabana. Alternas llanura de sabana con zonas de arbustos espinosos con baches que te hacen imposible confiarte e ir a más de 20, en cuanto te confías te comes un bache que te menea el coche entero y saltas casi del asiento, el mayor peligro es que por ir demasiado rápido puedas dar un golpe que te roma la dirección. EL segundo peligro es pinchar con una acacia pero eso realmente es un problema menor ya que con un pinchazo con una acacia se puede continuar perfectamente. Hay que concienciarse en que no se puede ir a más de 20. Si no te conciencias es una agonía. Así que a aceptar lo inevitable y a disfrutar del recorrido por un páramo brutal.

El escenario es tan aislado que a medio camino hemos visto un todoterreno. Por un momento creíamos que estaba parado viendo algo. Según nos acercábamos veo que es un coche abandonado. ¿Qué historia habrá detrás de ese coche? Uno agradece llevar el teléfono satélite. Hemos esquivado el coche y sin pararnos camino palante.

Nos hemos encontrado alguna cebra, jirafas y lo más destacado ha sido una pareja de águilas rapaces en el nido junto con un águila culebrera sombría. Hemos encontrado también una pareja de leones andando por la llanura a lo lejos. Una de ellas ha estado un rato subida a un tronco que quedaba muy fotogénico pero lo malo es que estaba demasiado lejos.



Lo mejor de todo ha sido una avestruz que nos hemos encontrado de golpe, la pobre se ha quedado que no sabía qué hacer. Ha arrancado a correr al lado del coche y al ver que íbamos pegados se ha puesto a correr literalmente "como un pollo sin cabeza". Abría las alas e iba corriendo de un lado a otro pegando brincos que parecía que iba borracha. Después de una hora de baches nos hemos estado riendo un rato largo con el pobre avestruz


Cuando por fin conseguimos acabar la maldita marsh road y salir de Savuti yo creía que había acabado lo peor pero no, aún quedaban unos kilómetros de arena pura y finalmente un camino de grava medio decente pero sin confiarse mucho, a 50.

A las 13 hemos llegado por fin a Khwai en el Moremi dentro del Delta del Okavango. El acceso a Khwai se hace por un puente de madera chulísimo. Ya en nuestra zona de acampada y con la saturación de carretera nos hemos sacado las sillas y la mesa y nos hemos hecho unos macarrones mientras venían pajarillos y una especie de meloncillos. La paz se ha roto cuando han empezado a venir monos. Vaya mala idea tienen. Son muy bonitos pero no te puedes confiar se te han acercando hasta que te quitan lo que quieran. Íbamos avisados así que tampoco tenían que coger ya que han llegado para el café. En el campamento al final es donde uno tiene encuentros más cercanos porque los animales básicamente vienen a ti. Hemos pasado una comida y sobremesa de lo más exótica entre pájaros, monos y meloncillos.



Una vez recuperados y con el sol algo más bajo hemos ido a dar una vuelta para ver atardecer por la zona. Todo el Moremi es un humedal. Al fin y al cabo es un delta por lo que muchas zonas están inundadas y hay bastante vegetación. Es bueno ir con buenos mapas y sobre todo no fliparse cruzando agua ya que en el Moremi quizá te animes y cruces un rio, pero es que después vas a tener más y más y más y quizá en uno de esos te quedes pillado. Ante la duda marcha atrás, ya habrá un camino seco alternativo.

El paisaje es más bonito que en Savuti. Hemos podido ver bastantes elefantes, jirafas, cebras... lo típico. Aquí en el Moremi uno debe ser consciente de que los encuentros con animales son mucho menos frecuentes que en Etosha o Chobe. Es más un parque en el que se pueden tener encuentros muy cercanos y donde sobre todo el protagonista es el agua. Se disfruta de una de las zonas más aisladas lo que hace que estés prácticamente solo. No es una explosión de vida pero es una inmersión en la naturaleza africana al 100%.


Volviendo se nos ha hecho de noche, hemos ido para las duchas y hemos cenado una sopita. El camping está al lado del rio y se escuchan los hipopótamos al liadísimo. Hay una hiena que ha estado toda la noche rondándonos, se le veían los ojitos y poco a poco se acercaba atraída por el olor. Al final ha ido cogiendo confianza y ha llegado a meterse en el campamento lo suficiente para verla con las linternas. Aun así en cuanto nos movemos se va. También nos ha acompañado una gineta subida a un árbol. Por la noche es genial porque solo con pasar la linterna van resaltando los ojitos y ahí tienes entretenimiento para rato mientras se consume el fuego.

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