El jueves nos levantamos sobre las 07:30, y cuando estábamos vistiéndonos, nos llamaron de la recepción, informándonos de que nuestra reserva estaba hecha con indicación de Luna de Miel, por lo cual, sobre las 09:00 nos llevarían un desayuno a la habitación, y más adelante nos dejarían un detalle en la habitación. Pues nos quedamos en la habitación esperando a que nos llegara el desayuno, y aunque no íbamos de luna de miel, no era plan de quitarles la ilusión de traernos el desayuno.
Sobre las 08:50, llegaron a la habitación y nos dejaron un plato de fruta fresca, otro plato con tres bollos de postre, otro plato con pan y mantequilla, y otro plato con ingredientes para montar el sándwiches, jamón, tomate, queso fresco y lechuga. También nos dejaron una jarra de zumo de naranja recién exprimido.
Aunque no era mucho para los tres, era un detalle, y la verdad es que agradecemos el detalle, aunque no estuviéramos de luna de miel. Jijijijij
A las 09:30 salimos de la habitación, y fuimos a desayunar al buffet de la piscina “El Rancho”, ya que se nos había quedado un gusanillo en el estómago que había que matar.
Después nos fuimos a la piscina, a seguir el día. Allí nos juntamos la familia de valencia, y también con una familia de Madrid.
Sobre las 10:00, un grupo nos dijo que estaban organizando jugar sobre las 11:00 un partido de voleibol en la playa, porque el tiempo decía que sobre esa hora iba a llover con fuerza, y nos dijeron que fuéramos. A las 10:45 ya estábamos los tres allí, y como no aparecía nadie, nos fuimos a tomar unos cuantos de cubatas en el bar playa “Umal”.
Cuando eran las 11:30, y ya nos marchábamos, apareció poco a poco la gente, por lo cual empezamos el partido.
Llevábamos unos 40 minutos jugando, hasta que comenzó a llover, y seguimos jugando porque se estaba bien, pero cuando empezó a llover con fuerza, decidimos dejar el partido, machándonos a la piscina sobre las 13:00.
Aunque seguía lloviendo, estuvimos bien en la piscina bebiendo y bailando, hasta que la cantidad de agua que caía era tan fuerte, que nos llenaba los vasos en segundos. En ese momento decidimos ir a comer.
Sobre las 14:30 entramos en el buffet de la piscina “El Rancho”, no antes de intentar secarnos, ya que todas las toallas estaban empapadas de la lluvia, y tuvimos que ir a cambiarlas, con el problema que al coger las secas se mojaban en el camino. Pues nada, chorreando para dentro.
En la comida comentamos de ir a Playa del Carmen, ya que era el último día, antes de la partida, y queríamos ir aunque estuviera lloviendo. Se apuntaron también las dos familias.
Sobre las 15:30 nos fuimos a la habitación, para cambiarnos, ya que habíamos quedado en el lobby Riviera Maya a las 16:00.
Cuando llegamos a la habitación, nos encontramos en la mesa, el detalle que nos habían comentado por la mañana, por nuestra supuesta Luna de Miel.
Era una cesta de fruta, una botella de cava, y una botella de Tequila. La cesta de frutas nos la comimos entre ese mismo día y el día siguiente, pero la botella de cava ni la abrimos. La de Tequila nos la llevamos de recuerdo.
A las 16:00, ya estábamos en el lobby Riviera, esperando a la gente, y mientras llegaban nos tomamos algo en el bar del lobby “Tequila”, que está abierto desde las 08:00 hasta las 01:00. Sobre las 16:30 salimos del segundo control de seguridad, y una van que salía del hotel, se para a nuestro lado preguntándonos que a dónde nos dirigíamos, y cuando le conteste de que íbamos a Playa del Carmen, nos dijo que por 40 pesos (2.00€) por persona, nos dejaba allí. Pues no hay que buscar más, arriba entonces.
Pasamos el primer control de seguridad y nos metimos en la carretera dirección Playa del Carmen.
Playa del Carmen está desde el hotel, a unos 35 kilómetros y unos 25 minutos de recorrido.
A las 17:00 llegamos a una parada de van que había en la Calle 28 Norte, y la bajamos para ver la playa. Después subimos la calle hasta llegar a la 5ª avenida, cogiendo hacia la izquierda.
Lo interesante de la quinta avenida, es la gran cantidad de tiendas de suvenires, alimentación, bares, restaurantes, etc que hay en ella.
Estuvimos de tienda en tienda, viendo cosas para comprar. El valenciano compro varias cervezas en un bar para refrescarse.
En otros puestos también les compro agua y aperitivos a las niñas, ya que estaban pidiéndolo desde hace un buen rato.
En una tienda compramos una carabela que estaba antojada mi mujer, a parte de unos cuantos detallitos para amigos de mi hija. Todo nos salió sobre unos 25.00€.
También entramos en una farmacia, ya que desde el viaje de 2016, en el que tuvo mi hija una reacción a la picadura de araña, y con una crema, que solo venden en México, se lo quito de golpe. Siempre que podemos, intentamos pedir al que viene de vieja, que nos compre algunos botes, que como norma nos suele salir sobre unos 100 pesos (5.00€). En este caso nos llevamos 6 botes, porque había una oferta de que si te llevabas 5 te regalaban una, y aparte salía cada una 60 pesos (3.00€), por lo cual por 18.00€ nos llevamos 6.
Cuando empezó a oscurecer, decidimos salir de la 5ª avenida e irnos a una calle donde no fuera tan turística para buscar los puestos de comida que tanto había visto mi mujer.
Nos metimos en la 10ª Avenida Norte, y cogimos dirección izquierda, buscando un puesto donde comer algo típico.
Sobre las 19:30 llegamos a la esquina de la 10ª Avenida Norte con Calle 6 Norte, donde hay un mercado, y donde fuera había dos puesto de Marquesitas.
Este puesto era el que mi mujer venia buscando, ya que lo había visto por televisión, y no quería irse sin probarlo.
Las Marquesitas son una especie de crepes enrollados como un taco, pero la masa es más delgada, dura y crujiente, cocinada entre dos planchas de acero. Se rellenan con plátano, nutella, cajeta, mermelada, leche condensada, queso, queso de bola, queso Philadelphia, helado, etc.
Las tres parejas al final pedimos. Nosotros nos pedimos una de solo nutella para la peque, que salió 40 pesos (2.00€) y para nosotros una de nutella con plátano, que nos salió 60 pesos (3.00€).
La verdad es que es una maravilla ver como la hacen y como te la decoran.
Estaban buenísimas, y aunque parezca que no, llenan bastante.
Después de comerlas, seguimos la 10ª Avenida Norte, hasta que llegamos a la Avenida Benito Juárez, que la cogimos hacia la derecha, pasándonos a la acera de la izquierda, ya que había un puesto de tacos.
A él venía la gente que pedían y se lo comían de pie en el mismo puesto, y se podía pedir tacos, tortas, burritos, y otras comidas típicas de México, pero nosotros nos centramos en los tacos.
Pedimos unos 5 tacos, que salían unos 20 pesos (1.00€) cada uno, ya que las peques no querían, y solo lo comimos nosotros, ya que había que seguir ahondado en la comida típica.
El problema, es que el valenciano le pregunto a un cliente que se había pedido tres tacos, y le había echado una salsa, de que salsa nos recomendaba, ya que no queríamos que fuera picante, y nos dijo que la que él se había echado estaba muy buena y no era picante. Por lo cual, cuando llego los tacos, sin probar ni consultar nos hecho en cada taco un buen chorreón de salsa, y cuando fuimos a comerla, …¡¡¡¡¡¡aaaaagggghhhh!!!!!! estaba incomible, ya que picaba de mala manera, y eso que a mí me gusta el pique, pero eso no era normal.
Pues nada, a pedir otros 5 tacos, pero esta vez vigilamos que no le echara nadie ni una gota de salsa.
Cuando seguimos el camino, hacia arriba por la Avenida Benito Juarez, eran ya las 20:30, y seguimos un kilómetro hasta llegar a la 50ª Avenida Sur, que es una carretera elevada, y donde pasamos a otro lado para después coger hacia la derecha, para buscar una van.
El valenciano y yo, fuimos en busca de una van en la parada del colectivo, que hay enfrente del supermercado Chedraui, que estaba enfrente de donde estábamos esperando.
Pues cuando ya habíamos hablado con un chofer para montarnos, y fuimos a llamar a los demás, ya ellos tenían una van parada, para llevarnos al hotel.
A las 21:00 ya íbamos montados en la van, dirección al hotel, costando lo mismo que la ida, 40 pesos (2.00€) por persona.
En esta ocasión, cuando llego la van al hotel, en vez de dejarnos enfrente, y tener que cruzar la carretera, nos hizo el favor de dar la vuelta en un cambio de sentido y dejarnos en el primer control de seguridad. Un detallazo.
Llegamos al segundo control de seguridad sobre las 21:40, y por la hora que era, todos nos fuimos a nuestras habitaciones, para ducharnos.
Como el día anterior, nosotros preferimos pedir la cena por el servicio de habitaciones, ya que mi mujer y mi peque se querían dar una ducha de agua caliente en la bañera de hidromasaje.
Mientras nos llegaba la cena, empezamos a preparar las maletas, para que al día siguiente no tener que estar sujeto a quedarnos más tiempo en la habitación para arreglarlas.
A las 23:00 recibimos la cena, y sobre las 24:00 ya estamos acostados.