Nueve lugares para zambullirse en el mar de viñas de La Mancha
Qué mejor plan para empaparse de primavera que zambullirse en un mar cálido bajo el agradable sol manchego de estas fechas. La Ruta del Vino de la Mancha nos sumerge en el mayor viñedo del mundo llevándonos a disfrutar no solo de sus excelentes vinos de referencia mundial, también de una tierra de romanos, molinos, quijotes y caballeros, que huele a gachas, migas y queso, pero también a azafrán a alfarería, cuna de no pocos artistas. Hoy nos adentramos en este bucólico destino cercano en nueve paradas básicas
La primavera es un momento excepcional para acercarse a conocer el mayor viñedo del mundo. La Ruta del Vino de La Mancha, formada por nueve municipios que abrigan esta llanura vitivinícola (Campo de Criptana, Villarrobledo, Alcázar de San Juan, Socuéllamos, Tomelloso, El Toboso, Argamasilla de Alba, La Solana y, su última incorporación, Pedro Muñoz), te invita a darte el primer baño de la temporada entre tradición, historia y viñas, cuya Denominación de Origen puede presumir de ser de las primeras en ser reconocidas oficialmente.
Una oportunidad única para saborear de primera mano los vinos que bañan esta tierra de hidalgos, artistas, castillos y humedales y, al mismo tiempo, dejarse llevar por los siglos de historia que te cautivarán a cada paso. La Ruta del Vino de La Mancha te marca el camino. ¿A qué esperas para venir?
Alcázar de San Juan: centro de interpretación del vino DO La Mancha
Nuestro punto de partida es Alcázar de San Juan, en pleno corazón de La Mancha. Esta ciudad esconde andanzas de Don Quijote en muchas de sus esquinas. En su Casa Museo del Hidalgo podrás conocer cómo vivían estos caballeros, un plan perfecto si viajas con niños, pues las aventuras de los héroes de la época captarán la atención de los más pequeños.
Ya por sus calles estrechas de piedras romanas y moriscas, Alcázar de San Juan (Ciudad Real) esconde tesoros de su época de esplendor en el siglo XVI, como el convento de San Francisco o la Real Fábrica de Pólvora, que fue una de las más importantes de la Península. Paseando por su alcazaba árabe (Torreón del Gran Prior, el Cubillo…) o sus yacimientos arqueológicos romanos confirmarás la importancia de este lugar, que se alzó entre murallas y torres en mitad de La Mancha.
Ya por aquel entonces, el vino estaba en la dieta de sus gentes, así que tomarse una copa o darse un homenaje gastronómico en cualquiera de los rincones de esta ciudad es casi obligatorio.
En Alcázar de San Juan merece una detenida visita el Centro de Interpretación del vino en la sede del Consejo Regulador de la DO de La Mancha. Su propuesta interactiva te acercará a este motor de la economía manchega a través del olfato, la vista y el sabor. Recuerda reservar en tu viaje una ‘experiencia’ en cualquiera de las bodegas de la zona, pues saldrás con ganas de poner en práctica todo lo aprendido. En toda la Ruta del Vino de La Mancha hay una amplia oferta de catas y degustaciones para todos los gustos y bolsillos.
Antes de continuar tu camino, no olvides subir al Cerro de San Antón. Los cuatro molinos de viento que vigilan la ciudad desde allí (dos se pueden visitar durante el fin de semana) no te dejarán indiferente. Una foto con ellos y las vistas de la llanura manchega desde lo alto serán la mejor despedida.
Más información en www.rutadelvinodelamancha.com/ ...-san-juan/
Campo de Criptana: Tierra de Gigantes
La segunda parada de nuestra ruta es Campo de Criptana, conocida como ‘Tierra de Gigantes’ por sus molinos de viento. Declarados Bien de Interés Cultural son una visita ineludible si te acercas hasta este municipio manchego, escenario de una de las batallas literarias más famosas: la de Don Quijote contra los gigantes, que no eran otra cosa que molinos girando sus aspas.
De la treintena que llegó a haber quedan solo una decena, entre los cuales destacan Sardinero, Burleta e Infante, que se conservan tal y como eran en el siglo XVI. Si puedes, no dejes de presenciar una molienda tradicional en cualquiera de ellos (primer domingo de cada mes). La experiencia merece la pena.
Para los más madrugadores, Campo de Criptana (Ciudad Real) reserva una luz especial a primera hora de la mañana. Su descenso desde el Cerro de la Paz por las finas calles de su encantador Barrio del Albaicín son pura inspiración con el suave bullicio del despertar de sus gentes. Escudos de nobleza y casas cueva se muestran en cada esquina como huella imborrable de un pasado que aún hoy se mantiene vivo.
Si tienes la suerte de estar aquí entre el 22 de abril y el 1 de mayo, conocerás Campo de Criptana tal y como lo hizo Don Quijote de La Mancha, ya que la ciudad regresa al Siglo de Oro en su ‘Semana Cervantina’. Entre otras citas, el 23 y 24 de abril se celebran los ‘Sabores del Quijote’, donde se podrán degustar los platos de la novela, el día 29 se llevará a cabo el acto de nombramiento de Hidalgos y Molineras en el Teatro Cervantes y los días 24 de abril y 1 de mayo habrá una molienda especial, uno de los grandes atractivos para los visitantes.
Más información en www.rutadelvinodelamancha.com/ ...-criptana/
El Toboso: La Patria de Dulcinea
Si Don Quijote escogió a este pueblo como origen de su amada e imaginaria Dulcinea, algún motivo habrá escondido. Acercarse a la única parada que la Ruta del Vino de La Mancha tiene en Toledo te ayudará a entender el porqué. Aquí debes dejarte impresionar por las fachadas nobles en las que los escudos coronan una arquitectura del siglo XVI, conservada para ser buen reflejo de su grandeza.
Como pueblo más nombrado de El Quijote, El Toboso reserva también los últimos días de abril para celebrar sus Jornadas Cervantinas y conmemorar así la muerte de Miguel de Cervantes.
Su Museo Cervantino le rinde homenaje todo el año con su exposición de ediciones de la obra en más de 70 lenguas. Una excusa perfecta para seguir explorando La Mancha y ser testigo del desarrollo constante de su enoturismo.
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Tomelloso: la Atenas de La Mancha
Siguiendo nuestro camino por Ciudad Real, llegamos a Tomelloso. ‘La Atenas de La Mancha’ es cuna de ilustres pintores y escritores y legado de una extensísima tradición ligada al vino, pues esta ciudad dinámica y emprendedora, desde sus orígenes, esconde en sus cimientos 4.000 cuevas construidas para almacenar vino en las que aún hoy se conservan tinajas con capacidad para albergar hasta 6.000 litros. Imperdonable saltarse este punto de la ruta, pues además son de acceso gratuito.
Las chimeneas de las antiguas alcoholeras definen el ‘skyline’ de la ciudad y con ellas presume Tomelloso de ser el primer productor de alcohol vínico del mundo. Te toparás con alguna de camino al Museo del Carro, un centro etnográfico que ensalza la larga tradición de elaborar vino que hay en esta tierra y en el que podrás ver un ‘bombo’, construcción rural que servía de refugio a pastores que se levantó con más de 2.000.000 de piedras.
Si finales de abril te pilla de paso, te recomendamos que te quedes a la Romería de la Virgen de las Viñas, patrona de Tomelloso, entre el 22 y el 24 de abril. Tendrás la oportunidad de admirar la belleza de las reatas enjaezadas, un verdadero homenaje a la labranza y a los animales que desde hace siglos ayudan a sacar el mayor provecho de esta tierra tan fértil.
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Socuéllamos: el mayor viñedo
Buen ejemplo de fertilidad es nuestra siguiente parada en la Ruta del Vino de La Mancha, porque decir Socuéllamos es hablar de vino. Este municipio de Ciudad Real cuenta con la mayor superficie de viñedo en pie de Europa y es por ello que, durante todo el año, ofrece actividades en su Museo Torre del Vino en torno a esta cultura tan arraigada, pensadas para todo tipo de públicos, incluidos los más pequeños.
Ubicado en la antigua estación de ferrocarril, acoge el programa de divulgación y formación de la cultura del vino Manchavino, destinado al sector empresarial, si bien también acerca esta tradición a niños y mayores. Para los amantes del vino es una visita obligada en la que disfrutar de catas, talleres e incluso acompañar a los más pequeños en actividades plásticas que le acercarán a la cultura vitivinícola.
Su Plaza de la Constitución es el escenario perfecto para dar buena cuenta de los vinos que sacian la sed de sus gentes desde hace siglos y que han sabido ir adaptándose a los tiempos modernos con dedicación y esmero.
No dejes para otra ocasión el paseo por sus veredas, pues entre viñas encontrarás los chozos, uno de los mejores ejemplos de la arquitectura popular en piedra seca, o incluso los restos de un puente romano. Socuéllamos es historia y vino en todos sus rincones.
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Villarrobledo: referente mundial en producción de vino
Y para seguir brindando llegamos a nuestra siguiente parada. Con más de 30.000 hectáreas de viñedo es uno de los principales productores de vino y uva del mundo, es decir, que pisar Villarrobledo es pisar tierra fértil, es pisar riqueza.
Su plaza está declarada Conjunto Histórico Artístico con la Iglesia Parroquial de San Blas y la Casa Consistorial, así que no pierdas la ocasión de sentarte a tomar cualquiera de sus vinos de la tierra mientras admiras su belleza.
Pistos, sopas, migas, queso, potajes… cualquiera de las recetas de la cocina manchega te dará fuerzas para recorrer la localidad. Una visita al Centro de Interpretación de la Alfarería Tinajera se hace imprescindible en este viaje para comprender los cuatro siglos de desarrollo de esta actividad que han hecho de Villarrobledo un referente mundial en este arte ancestral.
Pero este municipio albaceteño no solo es referente en la tinajería. Desde hace 25 años acoge uno de los mejores festivales de música del país, el Festival Viña Rock que, tras dos años de parón, volverá a reunir en Villarrobledo lo mejor del rock, el rap y el ska del 28 al 30 abril.
Más información en www.rutadelvinodelamancha.com/ ...arrobledo/
Argamasilla de Alba: el Lugar de la Mancha
Y de Albacete te proponemos volver a Ciudad Real. En la parte más llana de la meseta manchega nos encontramos con “el lugar de La Mancha” de cuyo nombre no quiere acordarse Miguel de Cervantes. El motivo no es otro que el hecho de que Argamasilla de Alba fue, según cuenta la leyenda, cárcel del escritor más famoso de nuestra literatura; más concretamente, se dice que estuvo prisionero en la Cueva de Medrano (tienes acceso libre con visita guiada), donde encontró inspiración para comenzar a escribir las andaduras del ingenioso hidalgo Don Quijote de La Mancha.
La mejor manera de disfrutar del pasado y el presente de esta tierra, que desde hace siglos cobija a viajeros, es catando sus vinos de paladar intenso y maridarlos con los guisos de caza que tanta popularidad dan a la Ruta del Vino de La Mancha. Un deleite para el paladar que hará que siempre recuerdes Argamasilla.
Antes de continuar tu camino, no puedes dejar de visitar el Castillo de Peñarroya, entrada al Parque Natural de las Lagunas de Ruidera. Esta fortaleza originariamente musulmana, que se levanta sobre el rio Guadiana, es refugio de la patrona de Argamasilla de Alba. El último domingo de abril se celebra allí la Romería de la Virgen de Peñarroya, también patrona de La Solana.
Más información en www.ellugardelamancha.es
La Solana: vino y azafrán
Y hasta este municipio manchego llegamos en nuestra ruta. La Solana sabe a vino y a especia, pues sus tierras son madre de viñas y de los pistilos más codiciados para la gastronomía mundial: el azafrán. Su Museo La Rosa del Azafrán es un espacio ideal en el que comprender la importancia de esta flor en el desarrollo de la localidad (los lunes y las tardes del fin de semana está cerrado).
Con siglos de historia a sus espaldas, la llamada ‘Barcelona de La Mancha’ exporta su carácter agrícola en sus hoces y su esencia vitivinícola en sus botas, productos artesanales que debes conocer si amas la cultura del vino y sus costumbres. No hay motivo para hacer parada aquí y no comprar una bota; sin duda un buen recuerdo de La Solana y la excusa perfecta para hacerse con unas cuantas botellas de vino de la zona y estrenarla.
Más información en www.lasolana.es
Pedro Muñoz: Villa y Corte del Mayo Manchego
La última parada de la Ruta del Vino de La Mancha tiene sangre visigoda, musulmana y romana corriendo por las venas de sus calles y vecinos. Con un firme compromiso de abrir al turista este vasto territorio con Denominación de Origen e ineludible sabor a uva, Pedro Muñoz (Ciudad Real) nos muestra la nobleza de su Historia a través de los palacios y casas solariegas que se levantan en rincones y plazas. Clases acomodadas que ayudaron a impulsar el desarrollo de una industria que aún hoy atrae a los amantes de los mejores vinos del mundo.
Huella de esas raíces vitivinícolas son las bodegas, chimeneas y molinos, máximo exponente de la arquitectura industrial de este municipio que, en la madrugada de abril a mayo, celebra la Fiesta del Mayo manchego, la celebración más antigua de Castilla La Mancha, considerada Fiesta de Interés Turístico Nacional. Los hombres salen en la noche a rondar a la Virgen y a las mujeres en un espectáculo tradicional que reúne lo mejor de las costumbres y la gastronomía. El broche de oro perfecto para una primavera en la Ruta del Vino de La Mancha.
Más información en www.cunadelmayomanchego.com
Información facilitada por Ruta del Vino de La Mancha: www.rutadelvinodelamancha.comRecorre la Ruta del Vino de La Mancha en sus tres elementos:
Tierra, agua y aire
Más allá de los viñedos se esconde La Mancha Húmeda, Reserva de la Biosfera. Humedales donde caza el halcón peregrino y beben los flamencos, donde la vida rompe el cascarón segura de estar a buen recaudo. Porque la Ruta del Vino de La Mancha te lleva por senderos salvajes hasta las Lagunas de Ruidera, pero también por senderos de historia, que te adentran en bombos o te elevan a las nubes en un globo. Ven a volar sobre molinos de viento y campos de vid
La Ruta del Vino de La Mancha atraviesa el mayor viñedo del mundo. A lo lejos, sobre cerros y serranías, vigilan los molinos de viento que giran como relojes dejando pasar el tiempo. Porque aquí, en estas tierras, las horas se detienen para que tus días sean tan largos como desees. En la Ruta del Vino de La Mancha no hay prisa por llegar, porque todo lo que encuentras en el camino merece la pena; merece una parada. Una visita a una bodega, una molienda tradicional, un taller de forja, de esparto, casas de hidalgos, museos cervantinos, cuevas que han visto nacer El Quijote.
A pie, en autocaravana, bicicleta… en soledad o en compañía, con amigos o familia, cualquier modo es bueno para adentrarse en la Ruta del Vino de La Mancha. Una vez dentro, descubrirás que es mucho más que vino: son rutas de senderismo por la Mancha Húmeda, un baño en las Lagunas de Ruidera, un recorrido entre bombos o un viaje en globo para admirar la belleza. ¡Elige tu elemento y vente a la naturaleza!
Agua: biodiversidad en los humedales
En mitad de la meseta, como un espejismo en medio del desierto, brota el agua despertando a su alrededor un oasis: la Mancha Húmeda. Este paraíso, declarado Reserva de la Biosfera por la Unesco, es un remanso de paz para las aves que allí descansan su vuelo, alejadas del bullicio y la ciudad. En bicicleta o a pie puedes recorrer estos espacios naturales y empaparte de este silencio, solo roto por el vivir de la fauna. Alcázar de San Juan, Pedro Muñoz y Campo de Criptana son los tres municipios de la Ruta del Vino de La Mancha bañados por estos rincones de biodiversidad y riqueza.
El primero, en pleno corazón de La Mancha: el complejo lagunar de Alcázar de San Juan. De allí nacen algunas rutas que harán las delicias de los amantes del ecoturismo. Distintos niveles de dificultad, actividades adaptadas para diferentes edades y un escenario natural impecable. La ruta de La Veguilla (4 km) es la opción perfecta para realizar a pie, pues es un paseo corto en el que te llevarás gratas sorpresas, como el vuelo de la malvasía cabeciblanca, un ave del período estival y en peligro de extinción que se refugia en este maravilloso lugar. Un Centro de Interpretación y una mirada desde la parte alta de la laguna te ayudarán a entender con facilidad la dinámica del humedal, lo que la convierte en una ruta perfecta para realizar con los más pequeños de la casa.
El Camino de Villafranca y las Yeguas (10 km). Aquí la naturaleza compensa cualquier cansancio, pues los nidos artificiales que garantizan la reproducción de las cigüeñas, permiten disfrutar de la vida en su máximo esplendor: los polluelos asomando del cascarón; un éxito de la mano del hombre en la naturaleza manchega. Pero las sorpresas no cesan en esta ruta, abarrotada de túneles ramificados que construyen los tarayes y que sirven de señalización hacia la laguna.
Si cierras los ojos, el cantar de jilgueros, mosquiteros y ruiseñores te guiará hacia tu destino y, si los abres, te ayudará en la ‘búsqueda del tesoro’: Plagionotus marcorum, un escarabajo endémico que se creía extinguido. La golondrina de mar y los flamencos son algunas de las aves que se acercan para alimentarse y criar a sus pequeños. ¡Qué mejor lugar! Si bien Las Yeguas, que es la más salobre de estas lagunas (una concentración de sal diez veces mayor que la del mar) es un final perfecto para la ruta, pues al atardecer se crea una atmósfera especial. El sol cayendo, los reflejos del humedal y los colores cobrizos del cielo que se llenan de manchas inquietas que se acercan a usar la laguna de dormidero: el reposo de las gaviotas.
En Campo de Criptana, la Laguna de Salicor es una ruta en sí misma que te da la oportunidad de recorrerla siguiendo las curvas que dibujan sus orillas. Entre islas e islotes, podrás detenerte a observar el mayor reclamo para los amantes de la ornitología: la caza en directo del halcón peregrino. Un auténtico espectáculo que tiene lugar a diario en este entorno y de forma gratuita. Cortesía de la naturaleza manchega. La grulla o la avutarda te harán también sacar los prismáticos y la cámara de fotos a menudo para observar detenidamente cómo comen o emprenden el vuelo. Un paseo al Monte de Chito es una excelente idea para garantizar el silencio y disfrutar así de una visión privilegiada de la vida lagunar con los pájaros de banda sonora. Y para completar la excursión: La Ruta de los Cantareros. Sin duda es un extra si visitas este punto de La Mancha Húmeda, pues además de vida salvaje podrás ver petroglifos históricos.
Por último, está el Humedal de Don Quijote, en Pedro Muñoz dirección a El Toboso. Este espacio conformado por cuatro lagunas (Retamar, Navalafuente, Alcahozo y la del Pueblo) y, miembro de la Red Natura 2000, concentra un gran interés ornitológico por ser hogar del chorlitejo patinegro, el águila pescadora y otras especies de vertebrados. Pero la vida en este humedal no es solo animal: la vegetación (almajal, coralillo…) que brota en este entorno salino es extraña para toda Europa y, por lo tanto única, como el árbol taray, de origen estepario. No puedes abandonar esta ruta sin verlo de cerca.
Un baño en las aguas turquesa de Ruidera
El paraíso para verlo y para tocarlo. La Ruta del Vino de La Mancha tiene tres paradas que te servirán de acceso a las Lagunas de Ruidera (Parque Natural-1979): La Solana, Tomelloso y Argamasilla de Alba (en su castillo de Peñarroya). Ambas son entrada natural a este Jardín del Edén, que mantiene vivas sus piscinas de aguas turquesa en medio de la aridez castellana.
A caballo entre Albacete y Ciudad Real, este espacio formado por 15 lagunas que rebosan sus aguas en cascadas, no hará más que invitarte al baño. Sigue todas las indicaciones y sabrás dónde detenerte a observar animales o dónde zambullirte con los más pequeños. Si lo tuyo es el senderismo, hay numerosas rutas para hacer a pie o en bicicleta y con distintos niveles de dificultad. Te llevarás de tus vacaciones un recuerdo con el que poder sobrevivir todo el invierno.
Tierra: la ruta de los Bombos
En la Ruta del Vino de La Mancha el vino ha dejado huella en muchos lugares, y no solo en bodegas, viñedos o museos, sino también en el patrimonio etnográfico de sus municipios. Prueba de ello son los chozos o bombos, vestigio vivo de un pasado vinculado a la agricultura. Estas construcciones en piedra seca de la arquitectura rural manchega se levantan por doquier en la llanura de La Mancha (la región vitivinícola más extensa del mundo), y más concretamente, en La Solana, Tomelloso y Villarrobledo, tres de las paradas de la Ruta del Vino de La Mancha.
Desde el S.XIX refugio y vivienda de los cultivadores de vid, hoy motivo de orgullo para estas localidades, que son origen y destino de dos rutas que cada vez congregan a más visitantes: la Ruta de los Chozos y la Ruta de los Bombos. La primera discurre por La Solana, tierra de vino, azafrán y artesanía. Casi 15 km de recorrido que se puede hacer a pie, a caballo o en bicicleta. La dificultad es baja y los atractivos numerosos, pues son muchos los chozos que sorprenden por el camino: unos imponentes, otros derruidos, pero todos parecen emerger de la piedra caliza. El punto de partida son unos silos de almacenamiento de trigo y una almazara junto a la intersección del camino de San Isidro, a partir de ahí, la ermita, chozos entre almendros salvajes y olivos, unos dobles, otros sencillos, pero todos evocan un tiempo pasado de esfuerzo y tradición. El Campo de Montiel ante nosotros. Más información en www.lasolana.es
La segunda es uno de los mejores senderos naturales para conocer Tomelloso. 17 km de un paseo que comienza en el Santuario de Pinilla y que discurre por infinitos viñedos salpicados de bombos a cada paso, muchos en perfecto estado y visitables. Una experiencia única para conocer de cerca la tradición del vino y el arte que se esconde tras esta técnica ancestral de construcción, declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad en 2018 por la UNESCO. La inmersión en la naturaleza está aquí garantizada, pues paneles explicativos te darán detalles de la flora y la fauna que te rodean a cada paso ( es.wikiloc.com/ ...o-63326502).
Las tres rutas que se pueden realizar en Villarrobledo discurren por vías históricas, como la cañada real de Murcia y veredas como la de Carrión y San Isidro. El paisaje está dominado por grandes extensiones de viñedos que se alternan con cultivos de cereal de secano y zonas de pinares y monte bajo: Itinerario de la Senda del Río, el de Villarrobledo a Ossa de Montiel y el itinerario Noroeste-Sureste permitirán conocer los “bombos”, casas de labor centenarias, abrevaderos y donde es frecuente el pastoreo de ovejas
Aire: un paseo en globo sobre molinos y viñedos
Porque alejarse para ver las cosas con perspectiva es lo mejor que uno puede hacer en vacaciones. La Ruta del Vino de La Mancha te concede ese capricho y sube la apuesta. ¿Alguna vez has viajado en globo? Aquí puedes sentir esa magia y sobrevolar el viñedo en pie más grande de Europa (Socuéllamos) o que las aspas de los molinos de viento de Campo de Criptana impulsen tu cesto por la Sierra de los gigantes de Don Quijote. En ambas aventuras un guía turístico interpretará las vistas aéreas para que no pierdas detalle. El Globo del enoturismo incluye una visita al Museo Torre del Vino y una degustación de los vinos DO La Mancha que tanta fama dan a esta localidad. ¡Un sueño para los amantes de esta cultura! Por su parte, el Globo de los molinos te ofrece una degustación de lo mejor de la cocina manchega y un brindis con un vino de la tierra. Una experiencia única que mezcla cultura, naturaleza y aventura. Será como tocar el cielo con una mano, mientras con la otra sostienes una copa de vino.
La Ruta del Vino de La Mancha, el hogar donde saciar tu
Hambre de otoño
Asoman los primeros fríos y el cuerpo pide cuchara. La Ruta del Vino de La Mancha te ofrece cuatro planes que serán la mejor medicina para el otoño. En su mesa: vinos, calderetas de cordero y unas gachas para rebañar el plato. Entre plato y plato, una visita guiada bajo las estrellas entre los molinos de Don Quijote y una cata en la última vendimia. De fondo, la Semana de Zarzuela y, como escenario, los campos pintados de morado por la floración del azafrán. De postre: un espectáculo para vivir y saborear
Otoño y puchero son dos conceptos irremediablemente conectados. Conectados entre sí y a la tranquilidad, al abrigo. El verano acabó, los días se acortan y la mente busca reconfortarse en torno a una mesa con cuchara y copa de vino. Busca calor, terapia tradicional. La mente busca respiro, busca refugio y lo encuentra en la Ruta del Vino de La Mancha. El lugar donde rebañar las gachas con un buen trozo de pan y entrar en calor.
Trecientas mil hectáreas de viñedos te llenan la copa de tinto, blanco o rosado a cada sorbo. Unas cuñas de queso manchego, un chorrito de aceite de oliva, el recuerdo del azafrán en el paladar. La vendimia se recoge en la Ruta del Vino de La Mancha y cede el testigo al hambre, que se calma con cuatro planes de gastronomía y patrimonio que saciarán tus ganas de otoño.
Degusta Tomelloso
Quizá una de las paradas más inspiradoras de la Ruta del Vino de La Mancha. A las puertas del Parque Natural de las Lagunas de Ruidera, un oasis en mitad de la llanura manchega, Tomelloso es un destino perfecto para románticos, amantes del vino y el buen comer y admiradores de la cultura vitivinícola. Del 20 al 23 de octubre, este rincón de Ciudad Real celebra Degusta Tomelloso, una cita gastronómica en la que es obligatorio darse un homenaje. Calderetas de cordero, conejo, embutidos, aceites, quesos manchegos y dulces típicos, como el pan de Cruz, son solo el aperitivo de esta feria en la que todo se marida con los mejores vinos de la tierra manchega: ¡el mayor viñedo del mundo!
Al otro lado de la puerta, una ciudad tan vibrante como tradicional espera. Tomelloso es una auténtica sorpresa. Desde mediados del siglo XX presume de ser el primer productor mundial de alcohol vínico, un título cuya historia ha dejado grandes tesoros escondidos: miles de cuevas excavadas bajo los cimientos de Tomelloso para almacenar vino e infinitas chimeneas (hasta 45 metros de altura) que dibujan el cielo de la ciudad, herencia de las alcoholeras. El vino cuenta la historia de esta localidad manchega desde el siglo XVIII, su gran época de esplendor cuyo máximo exponente es la Posada de los Portales, declarada monumento histórico-artístico y una excusa perfecta para acercarse a este punto de la Ruta del Vino de La Mancha.
Fiesta de la Vendimia de Argamasilla de Alba
La última oportunidad de vivir la vendimia en el mayor viñedo del mundo está en este lugar de cuyo nombre Cervantes no quería acordarse. Si eres de los que disfruta catando vino a pie de calle, Argamasilla de Alba es tu parada. El 8 y 9 de octubre celebra su XXI Fiesta de la Vendimia, que arranca con una cata de vinos a las 19 horas en la Casa de Medrano, cueva donde nuestro escritor más afamado estuvo preso y donde además encontró inspiración para comenzar a escribir la que sería la obra más universal de nuestra literatura: Don Quijote de La Mancha. ¡No podría haber mejor lugar para una cata de vinos manchegos!
El hambre de otoño se calma en la clausura de la vendimia, pues el día 9 en el Auditorio de Verano de la localidad tendrá lugar un Concurso de Migas (12.30 horas) de las que se podrá rendir buena cuenta a partir de las 14.30 horas. Tradición, gastronomía y patrimonio en un solo fin de semana de vendimia.
Azafrán: camino en Villarrobledo, zarzuela en La Solana
Pero el campo en la Ruta del Vino de La Mancha es mucho más que viñedos y cereales. El azafrán es motivo de orgullo en dos paradas ineludibles: Villarrobledo y La Solana, cuyas tierras se tiñen de morado a finales de octubre con la floración de esta valiosa especia. ¡Un espectáculo de extraordinaria y efímera belleza que merece la pena observar!
La recogida del azafrán es una tradición ancestral que preservar y de la que empaparse en Villarrobledo, donde además de poder mancharte los dedos de amarillo arrancando los pistilos de la flor, podrás sentarte a degustar las delicias que los restaurantes de la zona preparan con este ‘oro rojo’. Apuesta segura es el Restaurante Azafrán de la laureada chef Teresa Gutiérrez, categoría Bib Gourmand en la Guía Michelin y cuya carta es medicina para el otoño.
La Solana celebra el nacimiento de la Rosa del Azafrán con otro tipo de arte, también de categoría. Del 14 al 23 de octubre en el Teatro Tomás Barrera de la localidad, se celebra la 39ª Semana de Zarzuela, fiesta declarada de Interés Turístico Nacional y una excusa perfecta para acercarse a la Ruta del Vino de La Mancha y darse un homenaje de zarzuela, vino y gastronomía manchega.
Campo de Criptana: molienda, cata, gastronomía y estrellas
La Sierra de los Molinos de este municipio de la Ruta del Vino de La Mancha atrapa la luz del otoño desde el alba hasta el anochecer y cuando cae el sol, la magia se multiplica. Todos los viernes de octubre y el primero de noviembre, cuando empieza la noche, surge la oportunidad de conocer el corazón criptanense bajo la luz de la Luna. Es ‘Criptana bajo las estrellas’, que desde la ermita de la calle Santa Ana te guía por el barrio del Albaicín, el Cerro de la Paz, la casa-cueva de la Pastora Marcela, el molino Sardinero y un paseo mágico entre los molinos iluminados, que culmina en el Centro de Interpretación del Molino Manchego. Un paseo de dos horas entre gigantes que abre el apetito al otoño manchego: sosegado, en calma y precioso.
Desde lo alto del cerro, la llanura luce tranquila y las mesas alrededor derrochan olores y sabores de la tierra. Es la gastronomía manchega eclosionando al llegar los primeros fríos. Un pisto, unas migas de pastor, un arroz de otoño recién hecho… Un alto en el camino para maridarlo con una buena copa de vino y a pasear por la Plaza Mayor. Hasta el 16 de octubre acoge la exposición ‘Un patrimonio de todos’, una muestra de lo que la Historia nos va dejando en herencia, de lo que tenemos al alcance y de lo que debemos apreciar. Un motivo más para presumir de la Ruta del Vino de La Mancha. Aquí no hay prisa. ¡Es otoño!
El primer domingo de cada mes te espera una molienda tradicional en uno de los ‘gigantes’, declarados Bien de Interés Cultural y, si llegas a tiempo, podrás subirte en el Tren de los Molinos (8 y 22 de octubre). Un viaje de ida y vuelta a la calma para toda la familia. Una excursión en la que recargar las pilas para el invierno con monumentos, cata de vinos, bodega y molinos incluidos. ¡La verdadera aventura de otoño!
Información facilitada por Ruta del Vino de La Mancha: www.rutadelvinodelamancha.comLa Ruta del Vino de La Mancha,
Una aventura para toda la familia
Objetivo: que los padres puedan compartir con sus hijos una de sus grandes pasiones, el vino y su cultura, en un formato divertido. Ir de museos y visitar bodegas en familia puede esconder planes tan geniales como una ruta en 4x4 entre viñedos, un paseo en bici que acaba en una cueva o una cata de mostos para los más pequeños. Te damos siete razones para que escojas la Ruta del Vino de La Mancha y te corones en casa como el ‘planner’ de la mejor aventura familiar en décadas
Poner de acuerdo a toda la familia cuando se busca destino para una escapada puede resultar complicado. Pero el secreto de la felicidad es sencillo: niños entretenidos. Ahora bien ¿Cómo se consigue? Visitando la Ruta del Vino de La Mancha. Porque si a lo atractivo de un nuevo lugar para explorar le sumas que los más pequeños puedan participar activamente de un mundo que en apariencia es solo de adultos el éxito del viaje está asegurado.
Y así sucede en la Ruta del Vino de La Mancha, donde la cultura del vino está al alcance de grandes y pequeños. Aquí hay lugar para todos y para todo, para que los amantes del vino disfruten compartiendo su pasión con los que más quieren, enseñándoles a amar el vino desde el mayor viñedo del mundo. Habrá lugar para la creatividad y la imaginación, para la historia y la literatura, para los héroes de leyenda y las aventuras de caballeros y doncellas, pero, sobre todo, habrá espacio para mancharse de tradición y aprender de los valores de antes. Conocer de cerca la dureza del campo, los desafíos de la sequía, la complejidad de moler el grano a merced del viento o el sabor de los primeros mostos.
La Ruta del Vino de La Mancha es una aventura perfecta para compartir en familia y brindar juntos por una escapada llena de diversión y momentos especiales. Toma nota de estos ocho motivos para venir y colgarte la medalla de haber organizado la mejor escapada familiar en años.
Pequeños y grandes catadores
¿Cuántas veces los más pequeños de la casa se asoman a una copa de vino para ver a qué huele? ¿Cuántas veces les has dejado mojarse los labios con el tinto de la comida? ¿Nunca los has visto poner el blanco a contraluz para ver el color? ¿Dejar que el gas del espumoso les haga cosquillas en la nariz? El vino les atrae desde niños y es justo que, aunque no puedan beberlo, les enseñemos la historia, cultura y tradición de algo tan nuestro.
En Bodegas Castiblanque, en plena Ruta del Vino de La Mancha, están comprometidos con ello, por eso ofrecen una visita para familias (sábados y domingos; previa inscripción) en la que no solo poder conocer de cerca el proceso de elaboración del vino. Los más pequeños de la casa pueden disfrutar de un taller infantil de elaboración de mosto que termina con la cata del mismo y la entrega de una guía didáctica para niños en la que aprender todo sobre el mundo vitivinícola. ¡Nada les puede gustar más que emular a papá o a mamá con una copita de vino en la mano! Los mayores, mientras, disfrutarán de una degustación de vinos de la bodega y un aperitivo, para después juntos asistir a un taller de cocina típica manchega que pondrá el broche de oro en los viñedos con la comida-degustación y el menú infantil. Un día del que hablarán en el cole durante meses.
Moliendas tradicionales
Los molinos de viento son uno de los iconos de la Ruta del Vino de La Mancha, declarados Bien de Interés Cultural. El escenario perfecto para una excursión de la que sacarás un montón de fotos familiares para enmarcar. Campo de Criptana es la parada de la ruta que conserva más molinos en pie, diez en concreto, de los que tres datan del siglo XVI. Visitar esta Sierra de los Molinos con ‘El Quijote’ en la mano y leer juntos el capítulo VIII hará volar la imaginación de los más pequeños, que emularán al famoso caballero de la triste figura luchando contra los gigantes. ¡Las risas están aseguradas!
Si el viaje además coincide con el primer domingo del mes, podréis asistir durante la mañana a una molienda tradicional y a la ceremonia de colocación de los lienzos en las inmensas aspas del molino. Un plan por el que merecerá mucho la pena madrugar.
Alcázar de San Juan es el otro punto de esta ruta en el que podrás encontrar molinos de viento. Cuatro son los que vigilan la llanura manchega desde su Cerro de San Antón. Dos de ellos se pueden visitar: uno acoge el Centro de Interpretación del Paisaje Manchego y el otro alberga una reconstrucción de la maquinaria original del siglo XVI, donde en fechas señaladas se realizan moliendas tradicionales. Una vez más, la fórmula no falla: poner a un niño delante de una máquina grande les despierta pura fascinación.
Museos interactivos y talleres infantiles
Porque lo que se toca, se huele, se saborea… se disfruta y no se olvida. Las visitas al Centro de Interpretación de la Alfarería Tinajera (Villarrobledo), al Centro de Interpretación del Vino (Alcázar de San Juan) o al Museo Torre del Vino (Socuéllamos) son una experiencia para todos los sentidos. La cultura del vino se abre a niños y mayores a través de espacios audiovisuales e interactivos que ayudan a captar la atención de todos en torno a una historia llena de curiosidades y tradiciones que aún hoy siguen vivas.
Buen ejemplo son las inmensas tinajas que albergaban hasta 4.000 litros de vino, fabricadas aún hoy respetando una técnica ancestral. La familia entera cabe dentro de una de esas tinajas. ¡Hagan sus apuestas! Si además es época de vendimia, las Bodegas César Velasco abren sus puertas para mostrar el espectáculo único de la fermentación natural del vino en estas tinajas. La magia de la Ruta del Vino de La Mancha.
Y cuando se trata de disfrutar, mejor si lo hacemos todos, por eso en la Torre del Vino, aparte de tener una máquina para pisar uva que sacará el espíritu hasta del menos competitivo de la familia, combinan planes con inscripción previa para adultos (catas de vino y maridaje, cursos de cata horizontal…) con talleres y actividades en torno al vino para los más pequeños, que van desde gymkanas, manualidades y talleres de repostería, a cata de turrones en Navidad. Podrán fabricar su propio souvenir para llevar de recuerdo a casa o jugar a ser expertos catadores.
Visitas teatralizadas en bodegas
Porque el vino marida con muchas cosas, pero sobre todo con el arte. Muchas son las ocasiones en las que las bodegas de la Ruta del Vino de La Mancha proponen nuevas experiencias para acompañar sus catas y degustaciones, como es el caso de la bodega ecológica Hermanos Delgado que, desde hace años, realiza visitas teatralizadas con cata de vinos. Las hay terroríficas en Halloween o inspiradoras con los mejores disfraces de carnaval, pero todas son una oportunidad genial para divertirse en familia y probar los vinos que salen del mayor viñedo del mundo. No en vano, 600.000 hectáreas de viña forman la Ruta del Vino de La Mancha.
Emociones fuertes en 4x4
La adrenalina y los niños. No hay combinación más perfecta, así que este plan de recorrer viñedos en 4x4 es el gancho perfecto para que los más pequeños de la casa os acompañen a conocer los innovadores vinos de Finca Antigua, conocidos por despertar nuevos sabores de la llanura manchega. Ruta sobre ruedas, bodega, cata comentada de tres vinos con degustación de queso manchego y paseo por el viñedo. Retar a los niños a descubrir conejos, liebres o lirones, entre las cepas, les ayudará a darse cuenta de que la naturaleza es más entretenida de lo que parece si la observas.
En bici: bombos, viñas y cuevas
La Ruta del Vino de La Mancha es perfecta para recorrerla sobre dos ruedas. Varias son las empresas en las que puedes reservar alguna actividad de cicloturismo y disfrutar de un paseo en bici en familia entre viñedos, desiertos de cereal y bombos, las típicas construcciones del siglo XV que servían para dar refugio a pastores y cultivadores de vid. Sabersabor, además, combina la excursión en bicicleta con una visita a las cuevas-bodega de Tomelloso, lo que elevará el plan a otro nivel. Descubrir que esta ciudad de la Ruta del Vino de La Mancha tiene bajo sus pies más de 2.000 cuevas, horadadas en el S.XIX para almacenar vino en ellas, será toda una aventura.
La dureza del campo: lección de vida
Acercarse con tu familia hasta la Ruta del Vino de La Mancha es compartir con ellos algo más que una escapada. Nada nos conecta más con los nuestros y la naturaleza que el trabajo de campo. Lo podrás comprobar en Bodegas Tinedo de Socuéllamos. La vendimia es una experiencia que hay que tener al menos, una vez en la vida, y en la Ruta del Vino de La Mancha, podrás participar de lleno en ella. Muchas de sus bodegas organizan actividades y visitas para que puedas recoger la uva, pisarla y seguir todo su proceso hasta que el vino termina embotellado. Compartir con los tuyos el esfuerzo que se esconde detrás de cada botella es el verdadero premio y, el mayor viñedo del mundo es el mejor lugar para venir a recogerlo.
La Ruta de los Pozos de El Toboso es otra oportunidad para valorar con los tuyos las comodidades de los tiempos modernos. La localidad de Dulcinea, aparte de ser una parada perfecta para seguir los pasos de Don Quijote y Sancho Panza por sus calles, conserva ocho pozos (algunos datan del siglo XVI) que conforman una ruta que despertará el interés de los más pequeños. ¿Abrir el grifo y que salga agua? No siempre fue tan sencillo. Acercarse a estas construcciones, declaradas hoy Bien de Interés Cultural, y explicar a los niños las dificultades de antaño para conseguir algo tan necesario como el agua, no caerá en saco roto. La Ruta del Vino de La Mancha dejará huella en toda la familia.
Un tren para recorrer la grandeza de la tierra manchega
Descubrir en una misma visita un viñedo y una bodega, un olivar y una almazara, un molino, ganadería de oveja de pura raza manchega y una quesería. Pago de La Jaraba es una finca familiar que sabe cuidar y poner en valor la tierra a la que pertenece. Y lo muestra con orgullo a todo aquel que decide recorrerla a pie, en vehículo particular o en un precioso tren que hará la delicia de los más pequeños, que disfrutarán acariciando las crías del ganado. Los Vinos de Pago, quesos manchegos artesanos con sus distintas curaciones y aceite de oliva virgen extra que aquí se producen son el centro de atención de las catas realizadas durante las visitas. La forma más deliciosa y sensorial de conocer la personalidad de la tierra que los produce.
Información facilitada por Ruta del Vino de La Mancha: www.rutadelvinodelamancha.comEsta Navidad tu mejor despensa está en la
Ruta del Vino de La Mancha
Porque la Ruta del Vino de La Mancha es mucho más que los tintos, blancos, rosados y espumosos de sus 17 bodegas. Del mayor viñedo del mundo salen también quesos Medalla de Oro, AOVEs, vinagres y productos gourmet que pueden llegar directos a tu mesa con un solo clic. Esta Navidad, pídete la Ruta del Vino de La Mancha
Vinos del mayor viñedo del mundo: tintos, rosados, blancos, espumosos, dulces, ecológicos; productos de calidad, respetuosos con el medio ambiente y con tu compromiso con la vida sana. Así son los vinos de las 17 bodegas de la Ruta del Vino de La Mancha que puedes incluir en tu carta a los Reyes Magos, en tu lista de deseos para Papá Noel o en tu cesta de la compra para Nochebuena.
Motivos hay muchos y productos más. Porque en la Ruta del Vino de La Mancha no solo hay vino, hay sabor, campo y tradición. Hay ovejas cuya leche da el mejor queso manchego, olivos para extraer el mejor aceite, vinagres o la exquisita selección de Casa Ortega, una fantasía para cualquier sibarita amante de los sabores del mundo.
La Ruta del Vino de La Mancha es la despensa de la que sacar los mejores productos para poner en la mesa esta Navidad. Si eres de los que prefiere escapar de casa en estas fechas, acércate a vivir una Navidad enoturística entre barricas, viñedos, patrimonio y gastronomía. Pero si para ti estas fiestas tienen indiscutible sabor a hogar, aquí tienes algunas ideas para que te corones como el mejor anfitrión. En casa o fuera de ella, que sepa siempre a Ruta del Vino de La Mancha.
Espumosos y vinos Gran Oro
Porque 400.000 hectáreas de la llanura manchega son viñas y, si de ellas no se obtuviese vino de calidad, estarían dedicadas a otro cultivo. No hay lógica más aplastante para creer en las bondades de los caldos de la Ruta del Vino de La Mancha. Tres mil horas de luz al año riegan de salud estos viñedos, territorio de la D.O. De La Mancha. Un mar de viñas del que salen los mejores vinos para maridar tu mesa esta Navidad.
Desde espumosos como el Laminio Brut de Bodegas César Velasco, al Gran Prior Alameda de la Cooperativa San Lorenzo, un blanco que este año se llevó el Gran Oro en los Premios Airén por el mundo, un reconocimiento que confirma la calidad de los productos que salen de las bodegas de la Ruta del Vino de La Mancha.
Tintos de concurso para maridar la caza
Para acompañar las carnes de caza mayor como el venado o el jabalí, o de caza menor como la liebre o la perdiz, tan presentes en los menús navideños, nada mejor que el Baldor Old Vines de Bodegas y Viñedos Castiblanque o el María Torres Gran Selección orgánico de Bodegas EHD. Dos apuestas de carácter que no pueden faltar en la bodega de cualquier amante del buen vino, al igual que el elegante y sutil Lienzo Premium Blend de Bodega y Almazara Virgen de las Viñas o el Torre de Gazate Reserva, de Vinícola de Tomelloso, Medalla de Oro en el Concours Mondial de Bruxelles 2018.
El mejor vino español
Galardonado este año con Medalla de Plata en la Paris Wine Cup fue el Tempranillo Pedroteño de Vinos Coloman, que también recibió mención especial al Mejor Tempranillo del Concurso y al Mejor Vino Español; distinciones que lo invitan a la mesa esta Navidad. Para los pescados, mariscos o incluso los consomés, Finca Tinedo sirve la frescura de su Moscatel Seco Selección Parcela y Bodegas Cristo de la Vega triunfa con cualquiera de sus Yugo, de los preferidos entre los verdaderos entendidos con paladares ligeros y afrutados.
Diseño, carácter y los reyes de entrantes y postres
Para los amantes de la intensidad, Finca El Refugio propone Quorum Private Collection, un vino de diseño, potente y equilibrado que dará cuerpo a todo el menú, al igual que Vale Serie Oro de Bodega Campos de Dulcinea, un tempranillo que, tras treinta meses en barrica de roble francés, bien merece ser abierto en ocasiones especiales. Como el Yemaserena Tempranillo de Roble Americano 2016 de Bodegas La Tercia, un vino ecológico de gran carácter.
Si hablamos de diseño, la botella del Fata Morgana de Bodega Mont Reaga 100% Merlot y Medalla Gran Oro International Wine Awards 2022 se llevará todas las miradas. Para acompañar quesos, patés, mazapanes y demás dulces navideños, el Moscatel Dulce de Finca Antigua o el Tempranillo Rosado de Bodegas Don Octavio son un triunfo seguro.
Queso manchego, AOVE y delicatessen
Pero la Ruta del Vino de La Mancha es mucho más que vino. Bodegas como Pago de La Jaraba puede presumir de hacer un queso artesano de oveja manchega, Medalla de Oro en el Mondial du Fromage et des Produits Laitiers, los Premios Oscar de los quesos. Si bien los Quesos Serrano Flores no se quedan atrás. Elaborados con leche cruda de oveja manchega los hay curados, semicurados, al romero, al azafrán, a las finas hierbas… ¡un regalo de categoría!
Y si aparte de vinos hay queso manchego, en la Ruta del Vino de La Mancha también hay aceite. El Primacía, de la Almazara de la Bodega Virgen de las Viñas, es una opción selecta que apuesta por el diseño y encaja a la perfección en lo gourmet, al igual que el Virgen Extra de Pago de La Jaraba, auténtico zumo de aceitunas. Los Hermanos Delgado suman una propuesta original a su AOVE, como es el aceite elaborado a base de pepitas de uva. Sus vinagres de vino tinto, blanco y balsámicos son también una delicia para los amantes de los productos ecológicos.
Para foodies y debilidades gourmet está Casa Ortega. Una despensa abarrotada de delicatessen de cualquier parte del mundo que satisfará tus deseos a cualquier hora y en cualquier momento. Cualquier antojo que tengas, por sibarita que sea, Casa Ortega te lo manda a casa: ibéricos, conservas, ahumados… y para los que hacen de la comida su propio lifestyle, una selección de accesorios y menaje perfectos para regalar y regalarse.
Para los que gustan de los productos revolucionarios, los vinos en lata de Bodega Campos Reales y Vinícola de Villarrobledo, que han adaptado sus formatos a los tiempos modernos con una forma nueva de envasar el vino que está arrasando en muchos mercados.
Te puedes llevar en tu cesta buena parte de estas delicias en Hijas de Gabino García, todo un templo de la gastronomía manchega ubicado en Tomelloso donde se puede comprar buena parte de los tesoros culinarios y vinícolas de la Ruta del Vino de La Mancha.
Información facilitada por Ruta del Vino de La Mancha: www.rutadelvinodelamancha.comLas mejores excusas para reservar un plan de
Enoturismo en la Ruta del Vino de La Mancha
Los primeros brotes que asoman en los viñedos de sus 18 bodegas anuncian el comienzo de una nueva cosecha. El momento no puede ser más emocionante en la Ruta del Vino de La Mancha. Al mejor enoturismo, súmale un mes de mayo lleno de tradición, gastronomía y folclore. ¿Qué más excusas necesitas? Ven a conocer las coloridas reatas de Tomelloso, la Noche de Ronda de Pedro Muñoz, El Toboso más cervantino y la ‘convidá’ de Socuéllamos. A tus pies: el mayor viñedo del mundo.
La primavera es un momento ideal para venir a la Ruta del Vino de La Mancha. En las cepas asoman los primeros brotes y el calendario se llena de planes que contribuyen a mantener vivas sus tradiciones. Todo juega a favor para acercarse a cualquiera de las diez paradas de la Ruta del Vino de La Mancha a vivir una experiencia enoturística, una que combine lo mejor de la gastronomía manchega y los mejores vinos de referencia mundial, con un baño de historia y patrimonio. Pero si necesitas más motivos, aquí tienes cuatro buenas excusas para acercarte a la Ruta del Vino de La Mancha. ¡Le darás a tu primavera el calor que necesita!
Tradición y romería en honor a la Virgen de las Viñas, en Tomelloso
La Atenas de La Mancha fue elegida Mejor Municipio Enoturístico 2022, lo que convierte a Tomelloso en la excusa perfecta para una escapada de vino y tradiciones. El último fin de semana de abril esta parada de la Ruta del Vino de La Mancha celebra su Romería Virgen de las Viñas; una oportunidad para disfrutar del folclore. Un canto al campo y a todas sus creencias.
El desfile de reatas y carrozas ‘de verde’ guía a locales y turistas hacia el Santuario de la Virgen, en Pinilla, donde se aprovecha la reunión para celebrar juegos tradicionales, degustar lo mejor de la gastronomía manchega y el vino de la tierra. La Procesión de las Antorchas contiene la magia hasta que el domingo a la tarde los romeros cargan a la Virgen rumbo a Tomelloso en un camino en el que se respira emoción y tradición a partes iguales.
La mejor excusa para acercarte al considerado mejor destino del año para irse de vinos y una auténtica caja de sorpresas: 2.500 cuevas-bodega bajo sus calles, chimeneas de hasta 20 metros de altura por la ciudad, arte urbano en las fachadas y el hermoso Museo Antonio López Torres.
El Mayo Manchego de Pedro Muñoz
Fiesta de Interés Turístico Nacional, es la madre de todas las excusas. Si te apetece una escapada de enoturismo que combine campo con una experiencia ‘gastro’ llena de sabores auténticos, esta parada de la Ruta del Vino de La Mancha es tu destino del 28 de abril al 1 de mayo.
Pedro Muñoz organiza visitas guiadas a la Quixote Box, La Harinera y la Casa de la Paca (29 y 30 de abril), exposiciones (Joyas del Quijote del 24 abril al 12 de mayo), concursos de rejas y balcones, de escaparates… todo se decora para la Noche de Ronda, que marca el inicio de la fiesta.
El 30 de abril, tras la ofrenda floral en la Ermita de Nuestra Señora de Los Ángeles, los rondadores cantan el Mayo a la patrona. Comienza la Noche de Ronda, una velada en la que los hombres cantan el Mayo a las mujeres hasta el amanecer en un cortejo que cede el testigo al Festival del Mayo Manchego, que este año celebra su edición número sesenta.
En paralelo se celebra una muestra gastronómica en la que se puede disfrutar de concursos de gachas y pisto manchegos y la degustación de vinos y tapas en los restaurantes del municipio. El mejor momento para venir a conocer Pedro Muñoz, cuna del Mayo Manchego y embajador de lujo del patrimonio cultural y etnográfico de La Mancha.
Las Cruces de Mayo y su ‘convidá’, en Socuéllamos
Acercarse a Socuéllamos en estas fechas es descubrir dónde se cruzan la Ruta del Vino de La Mancha y la Ruta de las Cruces; historia, patrimonio y tradición que se cultiva cada año en La Mancha y atrae cada vez más miradas forasteras.
La Patria del Vino celebra la llegada de mayo con las Cruces. La noche del 30 de abril en la parroquia de La Asunción, los mayeros interpretan el Mayo a la Virgen y comienza así una de las fiestas con mayor arraigo en Socuéllamos. Los vecinos abren sus casas todo el mes para mostrar sus cruces, cantar los mayos y disfrutar del vino y la gastronomía manchegas. Es la ‘convidá’. Una escena tan costumbrista como única en la que se degustan dulces tradicionales, zurra y vino en un ambiente con olor a romero y tomillo. Otra manera de vivir el enoturismo.
A las ofrendas florales, el teatro y la música, se suma la XII Noche de Rondas y Mayos (6 de mayo), y la Romería de San Isidro, que se celebra en las inmediaciones de la ermita los días 12 y 13. Cerca de allí, y coincidiendo con las Cruces, las viñas escupen sus primeros brotes tras el invierno. Es un momento emocionante para cualquier amante del vino, la promesa de una nueva cosecha. El momento perfecto para acercarse a las bodegas de la Ruta del Vino de La Mancha.
Jornadas Cervantinas de Toboso, en honor a Dulcinea
Maridar vino y literatura. De la universal. Esto sucede el fin de semana del 23 de abril en las Jornadas Cervantinas en honor a Dulcinea en El Toboso, que ofrecen todo un completo programa de actividades hasta el 1 de mayo. Se trata de un auténtico viaje al siglo XVII en el que los vecinos reciben al visitante ataviados con trajes cervantinos. Toda la creatividad de Miguel de Cervantes toma vida en forma de representaciones teatrales, mercados de la época, exposiciones… por calles y plazas entre los monumentos y las fachadas típicas toboseñas.
No faltan Don Quijote y Sancho, protagonistas indiscutibles en un ambiente que recrea la sátira cervantina y que se ha ganado el título de Fiesta de Interés Turístico Regional. Cantos de los comediantes nocturnos, un Mercado Cervantino y obras de teatro en plena calle maridan con los vinos de la Ruta del Vino de La Mancha y la cocina de Dulcinea, que cubre las mesas de los platos que inmortalizó Cervantes en su obra: duelos y quebrantos, olla podrida, salpicón, perdices, conejo guisado, cañutillos de suplicaciones, carne de membrillo… Una manera singular e inolvidable de sumergirse en esta obra cumbre de la literatura española.
Información facilitada por Ruta del Vino de La Mancha: www.rutadelvinodelamancha.com