Había olvidado publicar otra excursión que hicimos en la zona de Bayahibe, se trata de la Cueva de las Maravillas, situada a sólo media hora por carretera del pueblo de Los Melones. Es una cueva enorme y muy bonita, la más espectacular de todas las que visitamos a lo largo del viaje. Paramos allí a principios de este mes de febrero, el día que hicimos el traslado entre Las Terrenas y Bayahibe, pero se puede visitar haciendo una excursión de medio día o combinar la visita con otros lugares de la zona, como los Altos de Chavón.
La cueva está situada en un recinto muy cuidado, dispone de un parking amplio y sólo se puede acceder a ella haciendo un recorrido de unos 45 minutos con visita guiada. Está abierta de martes a domingo de 9:00 a 17:15, las visitas guiadas se hacen cada 15 minutos y la entrada para adultos tiene un coste de 300 pesos, la de niños hasta 12 años de 100 pesos. Llegamos a la cueva sobre las 15:00 y aunque éramos los únicos allí tuvimos que esperar 15 minutos a que comenzara la visita guiada. Aprovechamos para comprar las entradas e ir al baño, mientras tanto llegó un coche con otras tres personas y sobre las 15:15 iniciamos la visita.
La cueva está muy bien acondicionada con escaleras con pasamanos, pasillos que marcan el recorrido y luces tenues que se encienden de forma automática con sensores de movimiento a medida que los visitantes van avanzando por su interior. Sólamente se visita una parte de la cueva, que como dije es inmensa, la otra parte la mantienen cerrada y en completa oscuridad para proteger el hábitat de los animales que se refugian en ella, como los murciélagos. El interior está repleto de estalactitas y estalagmitas de gran tamaño y también hay varias pinturas taínas. El guía me pareció muy bueno y las explicaciones sobre la cueva muy completas.
Tras la visita del interior de la cueva el recorrido continúa por el recinto exterior donde existe una población bien mantenida de iguanas e incluso pudimos ver algunas crías. Al finalizar la visita y ya sin el guía, entramos en una sala que es como un pequeño museo donde tienen expuestas algunas piezas taínas como hachas líticas, amuletos o ídolos tallados en piedra, así como ilustraciones representando la forma de vida de estos antiguos pobladores de la isla. En el exterior del recinto tienen también muchos caballos, que se ven bien cuidados pastando libremente por allí y que se pueden montar para dar un paseo con coste adicional.
Me gustó mucho la visita y me pareció muy completa, con una buena relación calidad-precio. Además creo que es ideal para hacer con niños, ya que el recorrido es seguro, no es exigente físicamente y tiene el añadido de poder ver las iguanas y los caballos, que siempre resulta atractivo para los más pequeños. |