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No pertenece a una iglesia. Es la última del centenar largo de torres señoriales con las que debió de contar la Milán medieval. Aparte de su papel defensivo, los notables de la ciudad proclamaban a través de ellas su poderío.
A sus pies, restos de un palacio imperial. _________________ Todos somos ignorantes, solo que de distintas cosas. Albert Einstein.
Yo la encontré buscando una cafetería para desayunar
Es curioso, un rincón que aúna restos notables de diversas épocas y, así y todo, es bastante desconocido. _________________ Todos somos ignorantes, solo que de distintas cosas. Albert Einstein.
Torre dei Gorani, mi vecina estos días pasados en Milán
Manera de encontrar la Torre dei Gorani:
-Si vienes desde el centro, sigue la calle de Santa Maria alla Porta y haz una parada hacia el final para degustar un capuccino y una torta di riso en la casa "madre" de Pasticceria Marchesi.
-Luego enfila Corso Magenta sin dejar de entrar a la iglesia "doble" de San Maurizio.
-Ya que estás en Corso Magenta no puedes dejar de admirar sus fachadas señoriales y, desde luego, con reserva para el Cenacolo o sin ella, la visión de la cúpula de Santa Maria delle Grazie no hay que perderla.
-Si eres de llevar regalos a toda la tribu, la Cartoleria Ruffini te puede resolver la papeleta. Y aunque no fuera el caso, es una delicia ver afanarse al artesano en algún elegante objeto de papel. Entrañables, el dueño y el lugar.
-Con la tontería, ya se habrá hecho la hora de tomar una birra; no hay problema: El centenario Bar Magenta está a mano, con un elegante toque liberty y manantiales de birra alla spina.
-Vuelve a pasar ante la escalinata de San Maurizio. La segunda bocacalle a le derecha lleva el sugestivo nombre de Via Brisa. Tómala y en un momento estás ante la bella escondida. Hay caminos más directos pero con menos gracia
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