Hola
Voy a ir colgando algunas fotos y un par de relatos sobre mi viaje a la india con catai, el sherezade 1
Advierto que prima la composición antes que la técnica formal de la foto, ya que en tiempos de monzones siempre está nublado y no suele haber mucha luz
Mujeres un un templo sij en delhi
Abluciones en en lago del templo
Delhi.la locura. El barrio antiguo
Jaipur. Una de las ciudades más bonitas del mundo
Esta foto me encanta. Describe muy bien lo que es la india. La vaca está quieta. Es lo único que apenas se mueve. Todo gira en torno a ella.
Las fotos son robadas, ya que no les suele hacer mucha gracia que se las hagan, y si ven que se las haces te piden dinero
Niñas viendo la procesión de la fiesta de los monzones en jaipur desde una terraza
El conductor del ricksaw
Si quieres saber lo que es sudar adrenalina, montate en uno
Una ciudad preciosa. El palacio del maharajá desde donde las mujeres, tras las celosías veían la vida exterior
El taj es de esos sitios que no te cansas de fotografiar
Cada cambio de luz es como si estuvieras en un lugar distinto
El fuerte rojo de agra
Me encanta esta foto. Ya se que es un contraluz, pero no me digais que no tiene un aire misterioso
Estamos en la misma ciudad, agra. Este es el mausoleo de los padres de la majaraní esposa del cuarto emperador, padre del que hizo el taj mahal. Le llaman el joyero, es una caña. Marmol grabado con piedras semipreciosas.
Las sempiternas vacas siempre enmedio de todo, en carreteras, medianas, autopistas, tiendas de lujo...
Volvemos a cambiar de ciudad. Khajuraho. Otro de los sitios que no te cansarias de fotografias. Los relieves, aparte de una guarrerida estupenda, ojo que algunos son del s XII
Esto se veía en benarés pero no dejaban hacer fotos
Vease lo que es india y katmandú.
Arriba la cremación de un cadaver y abajo unos chavales buscando en el río restos de monedas o joyas de cuando los sumergen o tiran sus cenizas.
La casa blanca (se llama así) de la derecha es un hospital donde llevan a los moribundos para esperar a que mueran y pedir turno para la incineración. A la derecha una camilla blanca con una cadaver. Primero los sumergen medio cuerpo y luego otro medio en las plataformas inclinadas que hay al lado de las escaleras, para luego quemarlos
Un sacerdote
Niños bañandose en el mismo rio donde echan las cenizas, los muertos, etc, contaminadisimo... Y eso que estaba en epoca de monzones y estaba crecido. Imaginar el resto del año.
India.
País de contrastes. De grandes sorpresas; casi siempre gratas.
Cubierto por una pátina de suciedad; un velo miserable de realidad, que sin embargo no llega a cubrir por entero la alegría de los colores vivos, las sonrisas fáciles, ni la difícil dignidad.
Un pueblo pacífico, digno, alegre y tranquilo en todos los aspectos, al ritmo de su lejana historia; capaces de soportar una densidad imposible, e incapaces de mantener su casa limpia.
Un grandísimo caos muy bien organizado. Calles cuyo atasco fluye a un ritmo tranquilo, el que marcan los rickshaws, las motos, los viandantes temerarios e impasibles, los coches y autobuses (todos de la marca india Tata) más o menos vetustos… Y por supuesto, las vacas (en medio de carreteras, autopistas, aceras y calzadas, e incluso en tiendas de lujo a patios de mansiones). Todo ello amenizado por una sinfonía de cláxones y motores que agotaron su vida útil en los tiempos del Mahatma.
Señales de tráfico luminosas que funcionan con energía solar rodeadas de eternos escombros y suciedad, semáforos que visualizan los segundos que quedan para nada, pues todo el mundo los ignora. Policías que no dirigen; durmientes en la mediana de la carretera, de aspecto paupérrimo que sólo se despiertan con el pitido de su teléfono móvil de última generación. Turistas asediados por niños que deberían estar en la escuela y que sus padres explotan para causar lástima a los incautos (todos) viajeros. Guías de turismo llevando a cabo misiones imposibles: Ayudando a cruzar la calle a todo un grupo. Un verdadero ejercicio de coordinación.
Un ejército de seres irreales que danzan ante nuestra mirada de sorpresa, que no cesa hasta el avión de vuelta; especimenes de enfermedades humanas que no concebíamos fuera de un frasco de formol.
Niños. Muchos niños. Colegiales de aspecto repeinado con uniformes extranjeros y corbatas negras. Niños desarrapados que podrían estar en la escuela; niños de pelo sucio y vestido tieso; niños desnudos; mocosos, sucios, limpios, piojosos, bebés en brazos de niños; muñecos con muñecas…
Pero todos sonrientes, graciosos, irresistibles, insistentes hasta la saciedad, ubicuos, agudos, listos como el hambre que pocos tienen, victimas de sus hermanos, que lo son de sus padres, que lo son de la sociedad de castas, teóricamente abolida por Indira Ghandi, donde hoy hay intocables ministros y apenas hay bodas entre castas distintas a pie de calle. Así es India. Todos víctimas de la falta de compromiso social y la economía flaca como los perros que se sacuden las moscas.
Olores. Todos extremos; los buenos y los malos.
Olor e muerte, a murciélago, a una humanidad exacerbada, a orín, a rancia humedad, a aceites mil veces refritos y comidas peores que el veneno de una cobra para un occidental; olor a la diarrea del turista, a humo y a sudor…
Pero también los olores maravillosos de las especias, los miles de aromas de su comida, el azahar, la canela, las flores desconocidas, las frutas exóticas, los aceites de sus masajes ayurveda… Los olores que sentimos y los que adivinamos en las mujeres hermosas y los palacios inaccesibles.
Colores. Siempre vivos. No hay pueblo que ame más la vida ni que más dignifique la muerte. Colores lujuriosos como las imágenes de sus dioses; alegres como sus niños, de formas sinuosas como sus templos; salpicados de brillos como los saris de las mujeres de los pueblos más recónditos, mujeres que se saben bellas; retorcidos como los turbantes que lucen con el orgullo de una estirpe casi eterna.
Sabores. Picantes como el Kamasutra, destructores como el baile de Shiva; dulces como el amor que inspira el Taj Mahal y fuertes como el coraje de los Sij; sinuosos como sus bailes y difíciles de catalogar como el arte de los emperadores mogoles.
Contrastes. Modernos edificios al lado de chabolas indignas; vacas entre coches de lujo; pavos reales cerca de las ratas. La opulencia y el barro. El oro, el mármol, junto a materiales improvisados del ingenio del que nada posee. Largos saris de las más cara seda de cachemira en complejísimos diseños de miles de años de herencia junto a trapos anónimos del color de la inmundicia que los cubre. Elegantes turbantes rematados con piedras preciosas al lado de marañas de parásitos en casquetes de pelo apelmazado.
Pero nada de los oscuro llega a tapar su luz. La luz de ojos que aceptan con resignación y aún con alegría su destino bajo los dogmas de filosofías que ya eran viejas cuando nuestra religión nació. Luz que reflejan las cúpulas bulbosas de sus edificios históricos y que ni el gris plomizo de las nubes monzónicas llega a tapar. Luz del mármol salpicado de piedras preciosas incrustadas por artesanos cuyo oficio se transmite de padre a hijo desde tiempos remotos, con más orgullo que si de un maharajá se tratase.
Coraje de aceptar existencias tan tristes con tanta alegría. La fuerza de su sangre guerrera atenuada por un inmenso sentimiento cívico y pacífico que permite que millones de seres tan distintos por castas, grupos sociales, razas, economías, mares y montañas, religiones y salarios, oficios y destinos… pero tan iguales en paz, concordia, alegría y dignidad, convivan en ese enorme y grandioso caos organizado que es la India.
Namaste. _________________ www.santiagomorata.com
Este relato lo hice por que me pidieron algo en plan de coña. Tuvo tento exito en otros foros que voy a escribir una novelilla entera sobre mi viaje en plan guía de viajes alternativa de cachondeo, a ver si la publican. Ya os contaré
Espero que os guste
Advierto que puede herir la sensibilidad del lector.
Ahora, si no merece el planeta, que venga Dios y lo vea, je,je
INDIA 2. LA DIARREA DEL VIAJERO (Based in almost real facts)
El fuerte de Jaipur. Una de las ciudades más bonitas del mundo mundial. Una mañana preciosa. Vale la pena madrugar para esto, pienso entre la modorrilla del vaivén del bus. El sol radiante parece querer decir: “Aquí estoy yo” en plena temporada de monzones. Sé que no va a durar más de unas horas, así que es mejor aprovechar los rayos y disfrutar de su brillo reflejado en los gratísimos paisajes que se abren en cualquier dirección. No eran tontos los maharajás. Bajamos del vetusto autobús, que parece uno de aquellos que llevan presos en las pelis americanas. Al levantarme del asiento…
¡Grourrlggg! una contracción recorre mis 7 metros y pico de intestino. Me quedo clavado. Paralizado. No muevo ni una pestaña, temeroso de que el mínimo amago desate la tragedia. Ojo, que no es cosa de broma. El primer día de viaje (o sea, antes de ayer) el guía (¡Que es indio!) ya tuvo que parar el autobús en medio de la autopista (lo de autopista es un decir, porque entre bicis y vacas aquello es el cachondeo padre) para desaparecer entre unos matojos. Luego no le daba la mano ni San Periquitín.
Pasan un par de milenios, en los que todo el mundo baja del bus mirándome ya con el descojono en la cara. Yo, blanco como Michael Jackson. Al fin, noto como cuando las olas se van hacia atrás arrastrando arena y piedras en la playa, y parece que puedo moverme. Bajo del autobús con algo más de color, disimulando y mirando a los más osados con cara de decir:¿Qué pasa, cabrones?
Y eso que no sería el primero. Que ya han caído al menos dos o tres, y uno de ellos (que para más inri es médico, tiene pinta de acabar en un hospital, que uno se imagina los hospitales de aquí y casi prefiere operarse solo, como hacía Rambo.
Pero parece que todo va bien.
El guia nos hace esperar. Cualquiera que le vea llevar al grupo pensará que es un gurú, porque le hacen caso de la hostia. ¡Claro! Es acercar la mano y todos a correr…
Mientras pilla los tickets y los permisos de grabación y fotos, sonrío a mi mujer. Menos mal que no le he dicho nada, a ver si se va a sugestionar también, que no está el horno para bollos.
¡Catacrac!. La segunda contracción. ¡Ya está! Esto me pasa por pensar en comida. Encojo las piernas como una rana y me agacho, intentando disimular patéticamente, que parezco a Lina Morgan. Hasta Mr Bean parecería digno a mi lado. ¡Que rayadón! Si parece que me pasen un rastrillo de playa por las tripas. ¡Que dolor!
Ya no hay duda. No era una falsa alarma. Comienzo a contraer el culillo como si se me fuera a escapar la vida por ahí.
¡Y que largo! La expo dura menos. A duras penas consigo contener el caudal. Empiezo a mirar alrededor, disimulando con la cámara de fotos en la mano, pero buscando unos baños. Y es que no podía decir lo que me pasaba, ya que el día anterior había puteado a un chico con el chistecito tan manido: ¡Ah! ¿Qué tienes cagueras? Pues para eso, lo mejor es el champán. Y cuando preguntan extrañados, contestas: Si, hombre, el champán te lo bebes y el corcho te lo pones en el culo.
Y cuando volvió del baño aún le pregunté: ¿Qué ha sido, niño o niña?
¡Como para decir que me voy por la pata abajo!
¿Y qué habrá sido? Si no he comido ni yogur, ni ensalada, ni fruta ni nada, que se me va a poner cara de chino de tanto arroz…
¡Argh! Ya lo se. Después de lavarme los dientes con agua embotellada, lavé el cepillo de dientes bajo el grifo como el capullo que soy.
Maldigo mi estupidez mientras mi cuello gira como el de la niña del exorcista en busca de unos baños salvadores.
Viene el guia. ¡Ah! Mi salvación.
- Ahora vamos a montar en elefante.
La tercera contracción. Estoy a un tris de romper aguas. El dolor más salvaje y cruel que nadie haya sentido jamás por vía culera. Un sudor frío que hace que la ropa se me pegue. Empiezo a moverme de lado a lado como un luchador de sumo mientras me agarro al guía como la protagonista de titanic a la mesa.
- ¡Un baño! Búscame un baño.
- Aguanta hombre, que tenemos que montar en elefante
- ¡Que no, joder, que voy a rebozar al pobre bicho!
El guía que pone los ojos en blanco y me dice:
- En esa casa hay baños.
Yo salgo que no toco suelo. Entro en la casa pensando que no llego. Se acerca un tío con unos mostachos de esos que te abraza y te cepilla el traje y hasta los pantalones.
- ¿The toilets please?
- ¿What?
- ¡Que me cago, hostia ya!
Me señala una puerta. No hay nada como saber idiomas.
No llego, no llego, no llego, no llego, no llego, joder que no llego.
Abro la puerta.
Instantáneamente me recuerda los cuentos de Aladino en las mil y una noches, donde había cuevas y pasillos cuyas paredes no podías tocar bajo riesgo de palmar inmediatamente. Pues lo mismo. Me taparía la nariz para evitar el olor, pero a ver con qué me sujeto el culo.
Abro la puerta del baño pensando: ¡Por favor, que sea de taza, que sea de taza!
Pues no. Es de burejo en el suelo. De esos que para orinar hay que tener más puntería que Robin Hood porque si no, te llenas de todo. Con que para aguas mayores…
Pero en fin. Pienso: Si sobrevivo, siempre podré decir que en peores plazas he toreao.
Me agacho con sumo cuidado de no rozar con la ropa cualquier superficie, intentando mantener el equilibrio, evitando pensar que si me venzo hacia atrás, me quedo encajado en al agujero como una tortuga tripa arriba, entre dolores de los de tortura inquisitorial, soplando como una parturienta, que estoy a punto de llamar al de los bigotes para que me apriete la mano.
En un instante, se paró el mundo. No voy a entrar en detalles. Sólo imagínense una mezcla de la erupción del Vesubio, la nit de San Joan, la matanza del cochino y una sauna finlandesa.
Termino. Me quema el culo, que tal parece que me hayan dado por detrás el Titi, el Litri y el Fary. Como si me hubieran metido un paraguas automático mojado en tabasco y lo hubieran abierto y cerrado varias veces a mala hostia…
¡Vale, vale. Ya me callo!
El alivio es tal que me siento renacer literalmente, pues llevo una sudada como placenta de espesa.
Pues nada. Echo mano a un lado donde el papel…
¡Hostia. El papel!
¡Que no hay papel!
¡Pues el pavo no asoma aquí los bigotes!
A ver. No desesperemos, que al fin y al cabo, ya ha pasado lo peor. Si tengo que salir como un pingüino, pues se sale.
Hago una lista de las telas que puedo prescindir. Y el caso es que sólo llevo los pantalones, la camiseta y los calzoncillos… ¡Pues nada! Ventilación añadida. En plan comando.
¡Anda!... Que, igualito que en mi casa. Sólo me falta el periódico.¡No te jode!
Al fin salgo del baño como si se me hubiera condonado una pena de muerte. Me lavo con agua en un lavabo negro con un grifo con costras del año que pidas. Me viene el de los bigotes con una servilleta de papel (¡A buenas horas!) que un día muy lejano fue blanca. No la cojo. Se me ocurre que si la miro por un microscopio vería Parque Jurásico. Le digo:
- A Bottle of mineral water please?
- ¿What?
- ¡Agua, joder!
Me da una botella. Le pago cinco veces su valor, agradecido de seguir con vida. Aún me pide propina por la servilleta. Me pregunto si no será una cámara oculta.
Limpio el cuello de la botella hasta la histeria y me arreo tres fortasec de golpe. Igual no voy al baño en lo que me queda de viaje, pero tal día hará un año. A una mala, el último día me echo un trago de una fuente pública o del Ganges, que se ven unas amebas como huevos fritos…
Salgo a la luz del sol como Tim Robbins cuando escapa de la cárcel en cadena Perpetua. Me hago el juramento sagrado de no volver a meterme con nadie en temas escatológico-vomitivos.
- ¡Hala venga, que los tienes como pizzas familiares!
Mi mujer y el guía. Me emociono. A ella la abrazo. A él le doy la mano mojada. Se queda mirándose la suya con asco.
Nos llevan con el resto del grupo. Nada más llegar, la primera marisabidilla:
- ¿Qué? Cagueras… ¿no?
- ¡Qué va! Es que esos bichos a mí me dan un repelús… (si nosotros ya montamos en Tailandia, porque te he dicho que estuvimos en Tailandia, verdad?)
- Pues has hecho bien, porque yo llevo un mareo…
- Ah, pues si vas a devolver, cierra los dientes.
- ¿Por qué?
- Mujer, así sale entre los dientes el caldillo y se queda dentro lo más rico, que son los bocaos. _________________ www.santiagomorata.com
Vaya.
Gracias roscop. Lo siento, pero yo las veo. Se tendrá que pronunciar alguien más
Si no se ven, ya te daré un link donde las puedas ver
Un abrazo
Santi _________________ www.santiagomorata.com
Yo sí que las veo y la verdad santi es que te tengo que felicitar porque, sinceramente, son fotos muy buenas. Como tú dices, la técnica formal no sé cómo estarán porque no soy experta en fotografía pero el contenido es muy interesante... Y el relato sobre la diarrea del viajero sólo puedo decirte que lo leí con mi madre y nos entró un hartón de reír... Muy bueno. Felicidades tanto por las fotos como por los relatos! _________________ 2003-Italia (Pisa, Florencia, Siena, Roma), Ciudad del Vaticano/2005-Bélgica (Bruselas, Brujas)/2006-París, Ámsterdam/2007-Atenas, Venecia/2008-París/2009-Índia, Marruecos/2010-Edimburgo, Bolonia/2011-Índia/2012-París, Londres, Estambul, Índia/2013-Alsacia, Selva Negra/2014-Londres, Roma/2015-Tailandia (en proyecto)
Muy buenas fotos, la verdad que as plasmado bien la India y el Nepal. Bienvenido. _________________ Thailandia / Bali 2002
República Dominicana 2005
Egipto 2006
La Toscana 2006
China 2007
Praga / Viena 2007
Ahoa ya las veo, gracias por compartir tus imagenes.
Volverias a la India ?.
Un abrazo
JL
Te seré sincero, me ha gustado mucho lo hemos pasado muy bien no hemos tenido ni diarreas ni nada de nada creo que la India es una experiencia que hay que pasar en la vida, pero no volveré. _________________ Thailandia / Bali 2002
República Dominicana 2005
Egipto 2006
La Toscana 2006
China 2007
Praga / Viena 2007
Las fotos genial.
Y con el relato te partes... ¿el culo? _________________ Nunca desistas de un sueño. Sólo trata de ver las señales que te lleven a él. Paulo Coelho.
Las fotos geniales, has sabido plasmar muy bien cada situación y cada rincón. El relato sensacional, me has hecho revivir una de mis experiencias cagueriles... Y menudo descojone jajajaja. Has probado a escribir monologos??
Gracias
Comparto la opinión de China Nihao
Me ha encantado, pero creo que de momento no tengo deseos de volver. Hay muchos sitios que ver.
Hay países que por varias causas sí te queda la sensación de que volverías, pero no me ha quedado con este, a pesar de que ha sido una experiencia increíble.
Un abrazo
Santi _________________ www.santiagomorata.com
Hola Santiago, se me han puesto los pelos de punta al ver tus fotos, mi marido y yo estuvimos en Julio con Politours (el mismo recorrido que tu), y el ver los mismos sitios e incluso las mismas caras en algunos lugares me ha impresionado mucho. Son muy buenas las fotos, y los dos relatos ya ni te cuento, creo que nadie podría describir India como lo has hecho tú (en los dos aspectos). Gracias por compartir tu experiencia con nosotros.
Muchisimas gracias. Es un placer.
Escribir es mi vocación y mi oficio. Las fotos son sólo un pasatiempo.
Un abrazo
Santi www.santiagomorata.com _________________ www.santiagomorata.com
Foros de Viajes 
Asunto: 
Y menudo descojone jajajaja. Has probado a escribir monologos?? 
Asunto: 