Habitado desde el neolítico, los musulmanes erigieron allí un castillo almohade en el siglo X que se considera el origen de la actual ciudad. Pero dos siglos más tarde, tras ser conquistado por los cristianos, el rey Jaime I autorizó en 1251 el traslado de la población desde la agreste montaña hasta un lugar mucho más fértil y rodeado de huertas: la alquería de Benirabé. Allí, Castelló… de la Plana fue creciendo y consolidándose como referente del Mediterráneo. Además, como guinda, puede visitarse la ermita de la Magdalena, lugar de peregrinación de la Romería de les Canyes, momento álgido de las principales fiestas castellonenses. El recorrido consta de seis paradas bien señalizadas: 1–Estructura del Castell Vell, distribuido en tres recintos amurallados independientes. 2–El Albacar, refugios temporales para la población. 3–La Alcazaba, en la parte más elevada, donde se administraba el distrito catastral. 4–La casa andalusina, la más conocida del conjunto, de planta rectangular y 85 m2 de superficie. 5–El Territorio del Castell, o estructura del entorno. 6–El Poblado, donde residía la mayor parte de la población. La ermita de la Magdalena, integrada en la zona del Albacar, está excavada en la roca. En el siglo XV se construyó el pórtico, la capilla y el establo; y dos siglos después, la cocina y el aljibe. En un muro exterior hay pinturas murales del siglo XIV. Más información: www.mucc.castello.es Información facilitada por Turismo de Castellón https://www.castellonturismo.com |
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