Domingo, 01 Junio de 2025 a las 04:33:32
Publicado por Oficinas-Turismo
El Corpus Christi en Castilla-La Mancha es una fiesta de tradición y devoción popular. Este año se celebra el 19 de junio. Desde las alfombras de serrín de Elche de la Sierra y Hellín hasta la solemne procesión en Toledo, cada localidad convierte sus calles en un escenario único de historia, fe y patrimonio vivo.
Corpus Christi en Castilla-La Mancha: arte efímero y tradición
Una celebración que une fe, historia y creatividad popular
El Corpus Christi en Castilla-La Mancha es mucho más que una festividad religiosa. Es una muestra viva de identidad colectiva que transforma calles, plazas y balcones en escenarios de arte efímero. Desde las alfombras de serrín hasta los desfiles tradicionales, cada municipio imprime su carácter en esta celebración que se mantiene vigente gracias a la implicación de vecinos y cofradías.
Elche de la Sierra: origen de una tradición
Esta localidad albaceteña ostenta el título de Fiesta de Interés Turístico Nacional. Desde 1964, vecinos organizados en peñas alfombristas crean más de una treintena de alfombras de serrín teñido que cubren las calles durante la procesión. La iniciativa nació de forma espontánea, inspirada por una alfombra floral vista en Tarrasa. Desde entonces, se ha convertido en una competición artística con historia propia, como demuestra el popular diseño del "Cristo del Huevo Frito". Hoy, Elche de la Sierra es un referente de esta tradición, también presente en países como Guatemala.
Hellín: color y esfuerzo compartido
También en Albacete, Hellín celebra el Corpus como Fiesta de Interés Turístico Regional. Sus alfombras de serrín cubren varias calles del centro histórico, elaboradas durante la noche por vecinos, hermandades y cofradías. El trabajo es silencioso y meticuloso, y culmina con una procesión que pisa, literalmente, las obras recién creadas. Balcones decorados con colchas bordadas y flores completan una estampa tradicional que solo dura unas horas, pero que exige días de preparación.
Porzuna: danza, música y sal
En esta localidad ciudadrealeña, el Corpus Christi se distingue por dos elementos esenciales: las alfombras de sal y serrín y la presencia de los danzantes, que acompañan la procesión al ritmo de una rondalla. El desfile incluye jinetes, trajes bordados y cantos tradicionales como “Los Buenos Días”, una plegaria colectiva que marca el inicio de la jornada. Por la tarde, la procesión recorre un itinerario adornado con altares vecinales y aromas de romero y cantueso.
Toledo: el Corpus en su máxima expresión
La capital castellanomanchega vive el Corpus como una de sus fechas más importantes del año. Declarada Fiesta de Interés Turístico Internacional, la celebración gira en torno a la custodia de Enrique de Arfe, una pieza única de orfebrería gótica que recorre las calles bajo palio. Durante días, Toledo se transforma: se colocan toldos, se decoran balcones, se exhiben tapices flamencos del siglo XVII y se engalanan incluso los patios particulares. La Tarasca y los gigantes abren paso con desfiles festivos, pero el momento más esperado llega con la solemne procesión del jueves por la mañana.
Camuñas y Lagartera: dos visiones antiguas del Corpus
En Camuñas (Toledo), el Corpus se celebra con una representación popular única en España. Pecados y Danzantes protagonizan una escenificación simbólica sin palabras, en la que se enfrentan el bien y el mal. Más que una danza, es una dramatización colectiva con raíces en los autos sacramentales barrocos.
Por su parte, Lagartera ofrece una de las estampas más vistosas y artesanales. Sus calles se adornan con hierbas aromáticas, altares y textiles bordados a mano que rara vez se muestran fuera de esta fecha. Desde el siglo XIII, la custodia sigue el mismo recorrido entre colchas, manteles y piezas de gran valor patrimonial, haciendo del Corpus un auténtico museo al aire libre.
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