EL DESALOJO DE LAS HIGHLANDS ESCOCESAS


Miercoles, 27 Octubre de 2010 a las 02:22:23

Publicado por BODHISATVA

Las clearances de las Highlands

Tras las rebeliones jacobitas, se ilegalizaron los trajes de las Highlands, así como las gaitas y la posesión de armas; la zona se puso bajo un eficaz control militar y se prohibieron los ejércitos privados. La relación de los jefes con sus clanes cambió radicalmente y los terratenientes se sintieron tentados por los rápidos beneficios que reportaba la cría del ganado ovino. Los miembros de los clanes, inútiles ya como soldados y nada rentables como arrendatarios, fueron expulsados de sus casas y granjas para dejar paso a los rebaños de ovejas: en Easter Ross, el año 1792 sería conocido durante décadas como el Año de las Ovejas .

Quienes hayáis recorrido con cierto detenimiento algunos espacios abiertos de las Highlands, quizás os hayáis encontrado con ruinas de antiguas viviendas cubiertas de maleza. Es lo que queda de las granjas abandonadas que sufrieron ese desalojo.

Hasta el s. XIX, el asentamiento campesino habitual en esta zona de Escocia, era el “ baile”, nombre que se daba a la concentración de unas doce familias que trabajaban las tierras asignadas por el jefe local a cambio de apoyo militar y una parte de la cosecha. La tierra cultivada se dividía en franjas llamadas “ rigs ”, entregadas por sorteo anual a cada familia, de modo que a todos les correspondieran por turnos los suelos más pobres; este sistema de cultivo se denominaba “ runrig ”.

Las tierras se trabajaban comunitariamente y los ganados pacían en los pastos comunales.
Sin embargo esta tradición secular quedaría definitívamente rota entre los años 1750 y 1880 al implantarse en las Tierras Altas, las clearances o desahucios.

Al prohibirse los ejércitos privados, los jefes de los clanes ya no precisaban que sus arrendatarios les prestasen servicios militares: pronto vieron más ventajoso el negocio de la cría de ovejas, que vivir de cobrar las rentas a unos empobrecidos campesinos. Miles de familias de campesinos fueron desalojados de las viviendas y tierras en las que habían nacido sus antepasados y ellos mismos.

Pocos highlanders (habitantes de las Tierras Altas de Escocia) se quedaron para trabajar en las granjas de ovejas; muchos más se vieron obligados a buscar trabajo en las ciudades o a ganarse la vida a duras penas en pequeños terrenos costeros poco fértiles e insuficientes para el cultivo o la cría de animales.

Estos minifundios costeros conocidos como “ crofting ”, no daban para vivir por lo que había que recurrir a otros trabajos como la pesca o la recolección de algas. Estas comunidades costeras han pervivido hasta nuestros días en Escocia.
Para muchos, la mar se convirtió entonces en el pan para su familia y la principal fuente de ingresos durante los siguientes 200 años. Miles de personas emigraron, voluntariamente o coaccionados, a los nacientes estados de Norteamérica, Australia y Nueva Zelanda.
Se calcula que entre 1904 y 1931, cerca de un millón de escoceses emigraron de Escocia para iniciar una nueva vida.

La depresión económica de finales del siglo XIX arruinó a muchos granjeros que no pudieron pagar sus rentas. Sin embargo, se opusieron a ser expulsados fundando la Asociación para la Reforma Agraria de las Highlands, con propio partido político. Esta lucha consiguió que algunas de sus reivindicaciones fueran aceptadas por el Gobierno: la nueva Ley de Arrendatarios Agrícolas de 1886, les proporcionó seguridad en la tenencia, rentas justas y más tierras para nuevas granjas.

Hoy las Highlands escocesas son, en gran medida, un cementerio de comunidades rotas en el pasado, que dejaron de existir hace más de 200 años. Pensemos en ello, por un instante, cuando recorramos los atractivos y majestuosos paisajes de las Tierras Altas, pero también desolados y abandonados por sus antiguos dueños.

En alguna parte se ha dejado escrito que la belleza solitaria de las Tierras Altas lleva a engaño ofreciendo un paisaje irreal que recuerda, en muy poco, a su secular poblamiento humano.

Aunque hace décadas que se ha iniciado una patente recuperación económica, el coste social es irrecuperable y la desolación del campo nos recuerda la vida de aquellos seres condenados al hambre, la pobreza y la añoranza de sus tierras ancestrales.

Hoy en día los arrendamientos de crofting aún existen, aunque hay complejas normas que protegen a los granjeros. La Ley de Reforma Agraria aprobada en el año 2003 otorgó a los campesinos el derecho absoluto a comprar las tierras que ocupaban y a finales del año 2004 entró en vigor una ley que abolió la posesión feudal, poniendo fin a 900 años de feudalismo.


Este cuadro " The last of the clan " - El último del clan - es una de las representaciones que mejor recrea ese traumático acontecimiento histórico en el pasado de Escocia.


*** Imagen borrada de Tinypic ***


La casa caída y los restos de la puerta están pintados en primer plano. Apoyado en la valla, en segundo plano, a la izquierda, el propietario con las piernas cruzadas observa mientras sus inquilinos abandonan la que fue su vivienda familiar durante generaciones. Los cabeza de familia ya han embalado sus bienes pendientes de ser transportados al barco, a distancia, en el puerto. Presumiblemente, el buque llevará a los inmigrantes, a la Norteamérica Británica; entre ellos, llama nuestra atención el miembro del clan, abatido e inclinando la cabeza ante la destrucción de sus bienes y de su vida pasada.


Thomas Faed

(8 de junio de 1826 - 17 de agosto de 1900) pintor escocés, nació en Gatehouse of Fleet, Kirkcudbrightshire, (Escocia), hermano de John Faed, reconocido pintor escocés ya en esa época. Thomas estudió en la Escuela de Diseño de Edinburgo y tuvo bastante éxito pintando escenas domésticas.
Aprendiz de una mercería a la edad de 16 años, Thomas fue un artista autodidacta. Su pasión por el arte era grande y pronto iría a vivir junto a su hermano John, un pintor de miniaturas, en Edimburgo, quien ejerció de maestro artístico.

Su fama y talento, crecieron a la par, exponiendo su obra en varias galerías importantes y siendo elegido por Sir Walter Scott, para ilustrar su libro recién publicado, el Heart of Midlothian, en 1846. En busca de mejor vida, los hermanos emigraron a América del Norte Británica en 1848, dedicándose a pintar una serie de obras con tema canadiense. Tres de sus obras, The Silken Gown, Faults on Both Sides y The Highland Mother están en la Tate Britain, la Galería Nacional de Arte Británico, con sede en Londres, que acoge obras de arte desde el año 1500 hasta la actualidad. Thomas murió en Londres en 1900.

El último del clan, es su obra más conocida; representa una escena imaginaria en las Highlands, el desplazamiento forzado de la población de las Tierras Altas que se inició después de la Batalla de Culloden en 1746.

“ El último del clan “ hoy en día se puede contemplar en el magnífico museo y bellísimo edificio que lo acoge, Kelvingrove Art Gallery and Museum, en Argyle Street – Glasgow, que fue nombrado atracción turística de Escocia en 2007, y es el museo más popular de toda Escocia.
Contiene una colección de renombre internacional que va desde obras maestras de Rembrandt y Tiziano , pintura impresionista, e incluso el “ Cristo de San Juan de la Cruz” , de Dalí. El museo también cuenta con armas y armaduras, historia natural y una amplia gama de objetos del Antiguo Egipto. Un buen motivo para que los amantes del arte y de la historia no pasen de largo por Glasgow en su viaje por Escocia.

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