LA SEO DE LLEIDA ✏️ Monument-Spain

La catedral vieja de Lleida es un motivo más que suficiente para realizar una visita a una ciudad que normalmente pasa desapercibida en las rutas turísticas.

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La seo antigua de Lleida es no solo uno de los grandes monumentos de Cataluña, sino incluso una de las más interesantes catedrales españolas, a pesar de no figurar habitualmente en el listado de las más reconocidas a nivel nacional. Su falta de popularidad quizás se deba a que exteriormente carece de la vistosidad de otros muchos ejemplos con llamativas fachadas como las catedrales de Burgos, Santiago, León o Barcelona, y a que durante mucho tiempo se mantuvo abandonada y posteriormente sumida en un largo proceso de restauración.
Situada en un cerro que domina toda la ciudad, destaca desde larga distancia con una elegante y bella silueta, aunque su estructura se aleje del prototipo de la mayoría de las construcciones catedralicias, principalmente por la situación de la torre, separada del templo por el magnífico y monumental claustro gótico que también se encuentra en un lugar nada habitual, delante de la que en principio era la fachada principal.


La construcción tuvo lugar durante el siglo XIII sobre otro edificio religioso anterior. Si bien el planteamiento es románico, como claramente se aprecia en 4 de sus portadas y en la cabecera, por donde siempre se comienzan las catedrales, las bóvedas y los arcos que las sujetan ya responden a una estética más acorde con la segunda mitad del siglo XIII, es decir, al estilo gótico.
En el siglo XVIII, y durante nada menos que 200 años, la seo es convertida en cuartel militar y se suprimen las funciones religiosas, de ahí que se construya una nueva catedral, bastante menos interesante y atractiva artísticamente, en la zona baja de la ciudad. En los años 40 del siglo XX se inicia un largo período de restauración.


LAS PORTADAS. En el lado norte, se halla la portada de san Berenguer, bastante simple, mientras que en el sur se encuentran otras tres portadas románicas, con una muy interesante muestra escultórica; la de la Anunciata, cuyos capiteles, arquivoltas, frisos, metopas, canecillos y cimacios muestran animales, motivos vegetales y personajes variados con reminiscencias del arte islámico en sus detalles geométricos principalmente, como el arco polilobulado. Encima de la portada, un gran rosetón.


Y también en la principal portada, llamada dels Fillols con numerosas y magníficas arquivoltas, todas decoradas con motivos geométricos diferentes, a las que se suman los capiteles, cimacios y en la parte superior los graciosos canecillos, friso y metopas. Esta hermosa portada sentó las bases del llamado estilo leridano y sirvió de ejemplo a otras en distintos pueblos de la provincia, siendo la más destacada, la de la iglesia de santa María en Agramunt.


Oculta desde el exterior por absorberla el claustro, hay otra portada románica a los pies del templo también con interesante escultura. Posteriormente y ya en pleno estilo gótico, se añadió en el lado oeste otra portada exterior desde el claustro asumiendo el rol de fachada principal, aunque resulta bastante discreta para esta función, en parte al faltarle las estatuas que rellenarían los vacíos nichos, tanto en las columnas como en todas las arquivoltas. En el tímpano, en cambio, sí aparece representado el Juicio Final.


EL CLAUSTRO. Aunque el templo consta de 5 ábsides, no podemos considerar que la iglesia sea de grandes dimensiones, si bien su aspecto exterior dé la impresión de ser un edificio de tamaño considerable. Esto es debido a que el claustro se integra en la línea longitudinal del templo y, aparentemente desde el exterior lo hace parecer mucho mayor de lo que realmente es. Pero una buena parte del edificio corresponde al grandioso claustro, uno de los de mayores dimensiones de Europa.


Construido en los siglos XIII-XIV su estilo ya es plenamente gótico, como corresponde en ambas centurias. Su forma es un cuadrado ligeramente irregular, que sorprende por varios motivos; su situación, al oeste, delante de la portada principal a los pies de la iglesia es absolutamente excepcional, ya que prácticamente siempre se coloca adosado al lado sur del templo. Con esta extraña disposición, la entrada principal al templo se haría a través de las pandas de este claustro, aunque probablemente la entrada más utilizada fuera la ya comentada dels Fillols, en el lado sur. La razón de haber optado por esta distribución de los espacios se debe quizás a las características del terreno en que se halla, con un importante desnivel en la parte meridional que hacía inviable su construcción en este lado, como es lo habitual.


También las dimensiones de sus arcos son extraordinarias, de gran anchura y altura y los diseños de los trazados son muy bellos, complejos y todos diferentes. Mención especial se merece el elaboradísimo trabajo del arco central de la panda oeste en línea con la portada principal gótica, todo un derroche de riqueza y variedad geométrica. Y otra muestra de originalidad es el hecho de añadir varios arcos más en el lado opuesto de una de las pandas para crear de esta forma un magnífico mirador sobre la ciudad.

EL INTERIOR Al igual que el exterior, el interior del templo, a diferencia de la gran mayoría de los templos catedralicios, no ha sufrido prácticamente alteraciones en siglos posteriores, en parte por haber perdido su función religiosa a principios del siglo XVIII. Consta de tres naves, 5 ábsides, uno de ellos perdido, el central mucho mayor que el resto, un crucero coronado por un gran cimborrio octogonal que proporciona luz al presbiterio y numerosas capillas en las naves laterales. Los capiteles presentan una muy bella e interesante escultura románica. Además de eso, nada se aprecia fuera de lo que son las líneas arquitectónicas, ya que no existen los típicos elementos decorativos ni funcionales que estamos acostumbrados a admirar en todas las catedrales, tales como retablos, rejas, coros, trascoros, púlpitos etc, generalmente añadidos en épocas posteriores y que en este caso no han tenido razón de ser.


LA TORRE. El esbelto campanario, que alcanza los 60 metros de altura, presenta una planta octogonal con mínimos vanos en su mitad inferior y amplios ventanales góticos en la superior con un ornamentado remate de gabletes, molduras, gárgolas y pináculos. Su construcción se prolongó media centuria, a caballo entre los los siglos XIV y XV y se alza en una de las esquinas del claustro, con acceso desde él y sin entrada directa desde el templo, algo poco común. De las muchas que tuvo, unas 12, conserva dos de las campanas fundidas en el siglo XVI.

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Last Update: 20/06/2021 - 23:15