domingo, 13 de septiembre de 2009

NUEVO BLOG

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Si os ha gustado "Viajando en Furgo", si habéis vibrado con "Viajando a mi aire", ahora llega un nuevo blog: www.unbilletedeida.blogspot.com . El próximo domingo comienzo un viaje que me llevará al continente asiático aproximádamente durante un año. Llegaré a Nepal, después India... y luego ya se verá, viajo sin prisa y dejo las puertas abiertas a lo que me depare el camino.

Volveré a Europa hacia Septiembre u Octubre del año que viene, y si todo va bien saltaré a Sudamérica a pasar otro añito.

¡Hasta la vista!

jueves, 27 de diciembre de 2007

EPILOGO




Aqui estamos, apurando los últimos días de vacaciones en Bilbao, la capital del mundo, a donde llegué el domingo después de dos días atravesando el mundo a diez mil metros de altitud. Salí de Auckland el viernes e hice noche en el Hyatt Regency de Incheon, en Corea del Sur. Todo un lujazo de hotel por cuenta de Korean Airlines, da gusto viajar con estas aerolineas asiáticas.

Al día siguiente otra doce horas de vuelo hasta Madrid, donde volví a hacer noche, esta vez por cuenta propia. Lo mejor del vuelo fué sobrevolar las estepas de Mongolia y Siberia con el cielo despejado, el paisaje era impresionante desde las alturas, nieve, nieve y mas nieve. De vez en cuando se veía algún nucleo de población y mi imaginación volaba pensando en la gente que habría allí debajo, cómo vivirían, qué estarían haciendo, y sobre todo, el frío que estarían pasando. No estaría mal recorrer el Transiberiano en un próximo viaje.

Y el domingo llegué a Bilbao, a la casa donde viví mi primer cuarto de siglo, a ver a mi familia, amigos, está bien reencontrarse con la gente querida en estas fechas, aunque no soy de los que tienen un elevado espíritu navideño. También fuí a San Mamés a ver a los leones, y se confirmó lo que llevo viendo los últimos años, no juegan nada, menudo aburrimiento.

Y así llevo estos últimos días, pasando un poco de frío, comiendo de lujo, ya se sabe que la mejor mesa es la de la madre de cada uno, y embutiéndome en el ambientazo que se respira en las calles de Bilbao.

Pero como todo llega a su fin, ya me voy preparando mentalmente ante la vuelta a la realidad y al trabajo, ese trabajo que aunque a veces reniegue de él, es el que me permite vivir más o menos como yo quiero y pegarme una buena escapada de vez en cuando.

Y este blog también llega a su fin. Lo que en un principio pensé que sería un pequeña vía de escape para expresar mis emociones alguna que otra vez, se ha convertido en un extenso cuaderno de bitácora donde he tocado un poco bastantes aspectos de este viaje, aunque no todos, he dejado muchas cosas por alto, unas veces por privacidad, y otras por falta de tiempo o por no estar en todo momento pendiente del blog y de un ordenador. Si me hubiera extendido más hasta se podría haber sacado un libro de viajes.

Todo lo escrito aquí ha sido en todo momento improvisado, nunca ha habido un texto que haya sido redactado anteriormente en un papel, no ha habido ni una sola corrección, simplemente me he sentado ante un ordenador cuando me ha apetecido y he dejado que mis dedos corran por el teclado, así que pido disculpas por los numerosos errores que se puedan ver o por la incongruencia de estilos en la redacción. Ante todo estaba disfrutando de un viaje y no quería convertirlo inconscientemente en un trabajo, o en absorber todo lo que mis sentidos percibían solo pensando en plasmarlo aquí. No obstante, la experiencia blogera ha resultado muy positiva y me ha animado a repetirla en próximos nomadeos.

Finalmente, quiero dar las gracias a todos los que me habéis estado siguiendo y a todos aquellos que me habéis envíado algún e-mail de vez en cuando. Todos vosotros también habéis sido protagonistas de esta historia, aunque no lo sepáis. Me habéis dado ese plus de energía que hace falta cuando uno esta viajando sólo por el culo del mundo, no os hacéis idea de la alegría que da levantarte por la mañana, chequear tu correo y ver que tu gente está ahí, al pie del cañón.

Vuelvo a casa el domingo con las pilas cargadas a tope, pero antes de que me de cuenta estaré de vacaciones otra vez. Tengo pensado coger un mes de vacaciones en Mayo, a la vuelta de la esquina, y todavía no se donde iré, pero es muy probable que me quede por Africa, entre Mauritania y Senegal, así que este blog volverá, con otro nombre, pero volverá. Hasta siempre.

jueves, 20 de diciembre de 2007

A MI QUERIDA "MY WAY"




Pues si, mi querida furgoneta, viendo que en este pais es bastante comun poner nombres a furgos y demas vehiculos con ruedas, como si fueran barcos, decidi llamarte "My Way". Estuve dudando entre unas cuantas opciones, pero pense que esta era la que mejor te iba. Como sabes, en mi idioma "My Way" tiene un par de significados, se podria traducir como "mi camino" o "mi manera", y ambos terminos encajan perfectamente en el proposito de este viaje. He recorrido un camino a mi manera y tu has estado siempre a mi lado y nunca me has fallado.

Hace tan solo unas horas que te he dejado y ya te echo de menos. Hemos estado juntos casi dos meses, hemos recorrido unos nueve mil kilometros, y nos ha pasado de todo, y casi todo bueno. Cuando te recogi me di cuenta que ya estabas un poco viejita, ya tenias casi trescientos cincuenta mil kilometros, pero el suave ronroneo de tu motor enseguida me dijo que no me ibas a dejar tirada, que te metiera cana, que te llevara por todo el pais, que te ensenara sitios en los que seguramente nunca habias estado.

Que momentos hemos pasado! Te acuerdas cuando fuimos por la arena mojada de la playa en Northland?, yo pensaba que nos hundiamos, pero tu me decias "adelante, sigue, si pasa algo ya nos sacaran de aqui". Y en la espesa niebla de Coromandel?, yo no veia nada pero tu ibas despacito, poco a poco, ensenandome las lineas de la carretera. O cuando bajabamos de Tongariro con nieve, no me atrevia siquiera a pisarte el freno para no patinar por el hielo. Y cuanto disfrutamos en las pistas de tierra de las Catlins, donde nos perdiamos adrede con la seguridad de que volveriamos a encontrar el camino, estoy seguro que nunca nadie te habia llevado por esos sitios. O aquel vendaval cerca de Invercargill, yo pensaba que ibas a salir volando, pero tu ibas segura, como siempre, sin prisa. Y en el Monte Cook, y en Fiorland, y en tantos otros lugares. Recuerdo las veces que hemos dormido en cualquier parte, alejados de cualquier sitio poblado, sin luces artificiales que nos impidieran disfrutar de las noches del hemisferio sur, contemplando estrellas desconocidas para mi. O esas noches junto al mar cuando habia luna, y como diria Vinicius de Moraes, mientras contemplabamos la linea donde se juntan el cielo y el mar parecia que sentiamos toda la tierra rodar.

Has hecho que no eche de menos mi casa, tenias una buena cama, cocina, frigorifico, y todo tipo de menaje, hasta tostadora y cafetera. Incluso aquella estufa electrica que, por suerte, solo la tuvimos que utilizar un par de dias en Tongariro, cuando la temperatura rozo los cero grados. Pero no me ha faltado de nada, me protegias de la lluvia, del viento, del sol, hasta he amado entre tus sabanas y tu no te ponias celosa. Hemos conocido gente de todo el mundo, sobre todo kiwis y australianos, y tambien americanos, sudafricanos, escandinavos, alemanes, argentinos, mejicanos, franceses, brasilenos y algun que otro espanol... Tantos conocidos en el recuerdo y algun amigo para siempre como John, Dean, Jodie, Natalie, Fabrice, Sophie, Emma, Sean, Barbara, Mariana, y tantos otros, y como no, Amelia, mi pequena veterinaria motera mejicana.

Muchas veces nos han ofrecido una cama para dormir, pero yo siempre he preferido pasar la noche contigo, y ayer, que tristes estabamos sabiendo que nuestro nomadeo llegaba a su fin. Hoy dormire en una cama confortable pero sin duda seguiria contigo unos meses mas. Si pudiera te compraria y te llevaria a mi casa. Montariamos en un barco hasta Australia y de ahi a Indonesia, saltando de isla en isla llegariamos a Sumatra, y luego Singapur, Malasia, Tahilandia, Birmania, Bangladesh, India, Pakistan, Iran, Turquia, cruzariamos el Bosforo y ya estariamos en Europa, pasariamos por Bilbao, te presentaria a mi familia y a mis amigos, bajariamos a Marruecos, Sahara... y un ultimo embarque hasta Lanzarote, te gustaria mi islita, su clima y su tranquilidad y alli vivirias a gusto.

Me han dado ganas de llamar al trabajo y plantear esa posibilidad, pero no lo entenderian, nunca lo han hecho. En una gran empresa corporativa eso seria "no encajar en el perfil". Me hace gracia esa frase, es muy comun en cualquier gestor de recursos humanos de cualquier empresa, parece que lo dicen como si fuera algo malo, y, sin embargo, en mis oidos suena a musica celestial. Eso quiere decir que sigo siendo yo mismo, que tengo conciencia critica, que me pregunto las cosas y no las asumo asi porque si. Ojala que siga viviendo el resto de mis dias sin encajar en ningun perfil!

Cuando esta manana entrabamos en Mangere, a las afueras de Auckland, donde tienes tu casa, he escogido una cancion para despedirnos, y no podia ser otra que "My Way", cantada por Frank Sinatra. Segun entrabamos en tu garaje sonaban los ultimos acordes y casi se me saltan las lagrimas. Pero no te preocupes, estaras bien, seguro que tus duenos te mimaran como yo, te haran una revision, te cambiaran el aceite, y supongo que dentro de unos dias te pondran en otras manos. Espero que el siguiente que te alquile no se limite a llevarte a los cuatro sitios tipicos, ya sabes, dile que te gusta que te metan cana. Hasta siempre "My Way".

"And now, the end is near,
and so I face the final curtain.
My friend, I'll say it clear,
I'll state my case of which I'm certain.
I've lived a life that's full,
I travelled each and every highway,
and more, much more than this,
I did it my way".
"My Way"

Postdata: el arbol que sale en una de las fotos es muy comun en todo el pais. Se llama "pohutakawa" y, como si supiera leer el calendario, da esas preciosas flores rojas al comienzo de la Navidad.

lunes, 17 de diciembre de 2007

LOS ULTIMOS COLETAZOS


Ya estamos a lunes, 17 de Diciembre, aqui son las ocho de la tarde, os llevo doce horas de diferencia a los peninsulares y trece a los canarios, y me quedan tan pocos dias que no puedo evitar que me invada un cierto aire de melancolia ante el final de este viaje. El jueves tengo que dejar la furgoneta, pasare mi ultima noche en Auckland y el viernes a volar. Que rabia! Me quedaria por estas tierras otros dos meses mas, por lo menos. Y es que es lo que normalmente pasa, siempre te tienes que ir de un sitio cuando mas a gusto estas, cuando te encuentras perfectamente integrado y totalmente hecho al estilo de vida de sus habitantes.

Despues de Wanganui me quise despedir de la montana e ir a visitar la zona del Taranaki, en el Egmont National Park, un volcan de forma conica de unos dos mil quinientos metros de altura que es calcado al Fujiyama japones. Si recordais la peli de "El ultimo Samurai" todos pensariais, al igual que yo, que el monte que aparece es el Fujiyama, pues no, fue rodada aqui y se trata del Taranaki. Aunque lamentablemente solo lo he podido ver en fotos, porque habia tal cantidad de nubes bajas y niebla que no se veia practicamente nada, asi que desisti de hacer un trekking que tenia pensado. Nunca entendere el clima de este pais, estaba acampado en un pueblito de la costa, Opunake, hacia muchisimo calor y estuve banandome en la playa un buen rato, y solo veinte kilometros tierra adentro y empezando a subir un poco en altura hacia un frio infernal y una niebla de acojonar.

El sabado llegue a Raglan, donde todavia sigo, y me he tomado estos dias de descanso total, recuperandome de tanta actividad durante todo este tiempo. Raglan es la meca del surf en Nueva Zelanda, un pueblo encantador y tranquilo, y siento ser repetitivo, pero con preciosas playas, bosques, etc., etc. Obtuvo su fama a raiz de la famosa pelicula surfera rodada en los setenta "The Endless Summer"; se hicieron aqui varias tomas que pusieron a Nueva Zelanda en el mapa surfero mundial. Me recuerda un poco a Byron Bay, en Australia. Pero afortunadamente, sigue siendo un sitio muy tranquilo de unos tres mil habitantes donde conviven en perfecta armonia maories y pakehas (blancos) a partes iguales. Poco turismo, la mayoria surfistas, y todos viajeros independientes, nada de masas, tan solo los fines de semana cuando viene la gente de Auckland o Hamilton a pasar el dia.

Su ola mas famosa se encuentra en Manu Bay, unos seis kilometros al sur, pero es bastante potente, hueca y con rocas peligrosas de fondo, asi que yo me he decidido por las mas asequibles olitas de la playa de Ngurungai, justo al lado. Y asi llevo tres dias; surfeando una horita por la manana, un buen paseo, descanso, comida, siesta, otra vez paseo y una hora mas de surf al final de la tarde. Ahora mismo acabo de salir del agua, en cuanto acabe de escribir este capitulo ire a cenar a la furgo, despues quizas un par de cervezas en el pueblo y prontito a la cama. Esto del "dolce far niente" relaja que da gusto y me carga bien las pilas para prepararme para la vuelta.

Ademas, despues de venir de la isla sur noto la temperatura del agua buenisima, esto ya es otra cosa, unido a que cada vez se mete mas el verano y hace bastante calor. Ya estoy como a mi gusta, bermudas y chancletas. La unica pega es que ya tenia la piel bastante tostada de la montana, pero claro, solo cara y brazos, y en estos dias creo que me he quemado un poco la espalda. La verdad es que estoy negro comparado con las sonrosadas pieles anglosajonas de lo kiwis, je, je. Esta manana me ha dicho un tio en la playa que parezco un pakeha con piel de maori.

Ya me encuentro a unos ciento cincuenta kilometros de Auckland, y manana seguramente, o no, segun me de, ire subiendo otro poco mas, supongo que pasare los ultimos dias en Muriwai o Piha, otras dos poblaciones costeras.

sábado, 15 de diciembre de 2007

WANGANUI: JAZZ, POETAS Y ESCULTURAS DE CRISTAL


Wanganui es una tranquila ciudad de unos cuarenta mil habitantes enmarcada entre un precioso rio y el Mar de Tasmania. Esta situada a unas dos horas al norte de Wellington, y queda dentro del recorrido que mas o menos pretendo hacer hasta llegar a Auckland. Esta parte de la isla norte no la habia tocado anteriormente y tiene muchos sitios interesantes que se merecen una visita.

El centro de Wanganui se resume en una preciosa calle poblada de arboles llamada Victoria Avenue. La gente simplemente se sienta en una de sus abundantes y agradables terrazas y pasa la tarde entre cafes y cervezas viendo pasear a los transeuntes. Yo escogi el "Big Orange" para pegarme un par de horas leyendo un poco mientras me contagiaba del ambiente que habia por alli. El camarero era un tio muy majete y enseguida me recomendo unos cuantos sitios para cenar, segun prefiriera carne, pescado, comida oriental, etc.

Asi que al cabo de un rato me pase por el mismo sitio con la intencion de tomar un gin-tonic para digerir el monstruoso chuleton de ternera neozelandesa que me habian servido en el "Stellart", uno de los restaurantes mas antiguos de Wanganui. Al poco tiempo comenzo una sesion de jazz extraordinaria; un virtuoso del piano acompanado de contrabajo y bateria, y el local se puso bastante animado. Cuando pararon, llego el turno de un profesor de la universidad local que se disponia a ofrecer una audicion de poesia. Aquello me choco, nunca habia asistido a un evento asi, pero la verdad que eso era mas duro de digerir que mi chuleton. Si la poesia es dificil de entender, no digamos en ingles.

Un poco antes se me habia enrollado una chica, una tal Tania, y como con el poeta habia que guardar un silencio sepulcral me propuso salir a la terraza. Por supuesto accedi, fuera la charla seria mas distendida. Al de diez minutos Tania me dijo que volvia adentro, pero yo me quede charlando fuera con otra gente. Y cuando volvi a entrar al local, gran susto!. Donde estaba mi mochila?, me entro el sindrome Pocholo. Habia llevado mi camara de fotos para sacar unas fotos en el rio y la tenia guardada en una pequena mochila que misteriosamente habia desaparecido.

Automaticamente mi imaginacion le echo la culpa a Tania. Todo encajaba, seria la tipica yonki que se habia quedado conmigo, me entretuvo, me saco fuera, consiguio que me confiara y a las primeras de cambio entro en el local, amarro mi preciosa Nikon y se largo por la puerta trasera. En otro pais mas peliagudo no me habria relajado tanto, pero en sitios en los que parece que no hay ningun problema se adormecen nuestras senales de alerta.

Estuve rebuscando por todo el local, en ambos cuartos de bano, en el callejon trasero, hasta me di una vuelta a la manzana, pregunte a todo el mundo, y nada. A la mierda una camara de setecientos euros y una tarjeta de memoria con las mas o menos cuatrocientas fotos que llevaba sacadas durante el viaje. El pobre camarero se sentia avergonzado de que pudiera haber ocurrido algo asi en su local, normalmente la gente que alli acudia era muy legal, segun me decia. Y el poeta seguia recitando en medio de aquel revuelo sin saber muy bien que sucedia.

Entre todos los que habia en el bar hubo otra chica, Emma, inglesa y de unos casi cincuenta anos, que sin conocerme de nada se volco en ayudarme, y finalmente, opto por agarrar el microfono del poeta, pidio que encendieran las luces y rogo a todo el publico que mirara bien su zona, que alli habia un pobre guiri al que le habian robado y aquello no podia quedar asi.

Y aparecio, resulta que alguien la habia movido para coger una silla, luego otro habria echo lo mismo y finalmente otro debio poner sin darse cuenta un monton de bolsos y ropa encima, y alli estaba, diez metros mas lejos de donde la habia dejado, pero alli estaba. Me senti fatal por haber pensado mal de Tania, la primera chica, la pobre solo quiso charlar un rato conmigo y yo la habia tomado por una ladrona yonki. Y menos mal que durante el susto no la vi, porque si no la habria acusado directamente a la cara.

Me dio tal subidon que las aguas volvieran a su cauce que pedi otro gin-tonic, lo necesitaba, e invite a Emma y a una amiga suya a unas copas de vino. Salimos a la terraza y estuvimos charlando y riendonos de lo sucedido un buen rato. Emma resulto ser una mujer encantadora, me dijo que era artista y que hacia cosas de cristal, me dio su tarjeta y me invito a ir a la manana siguiente a conocer su taller. Ademas conoceria a su padre, que pasa gran parte del ano en Denia, donde tiene una casa, y a pesar de ser ingles habla muy bien espanol. Le dije que iria encantado y hasta le compraria alguna figurita de cristal por haberme ayudado.

Cuando al dia siguiente fui a su taller me di cuenta que habia echo otro ridiculo espantoso. Yo queriendo comprar una figurita pensando que seria una artesana que venderia sus cosas en los mercadillos hippies y resulta que se trataba de Emma Camden, una de las mas conocidas escultoras en cristal de Nueva Zelanda. Ha expuesto su obra por todo el pais, Australia, Inglaterra, Estados Unidos, Hong Kong, etc. Logicamente, sus "figuritas" son escultoras enormes que valen una millonada y se venden a coleccionitas privados, entidades de todo tipo, etc. Me quede boquiabierto viendo su taller y las cosas en las que estaba trabajando, podeis ver su obra en www.emmacamden.co.nz . Despues, me invito a comer en su casa con su familia y disfrute de una de las mejores tardes de mi viaje.

Lo que son las cosas, hace unos dias dije en este blog que me quedaba poco tiempo, pero seguramente el suficiente para conocer nueva gente, lugares y experiencias. Y por un malentendido con una mochila acabe conociendo, sin que lo hubiera imaginado, a una gente excepcional. Que me pasara manana?, quien lo sabe, esto es lo mas grande de un buen viaje, la incertidumbre.

viernes, 14 de diciembre de 2007

BYE BYE, SOUTH ISLAND



Bueno, ayer deje la isla sur en un dia bochornoso que amenazaba tormenta,como se ve en las fotos. Se esperaba una travesia movidita en el ferry que cruza el estrecho de Cook, pero finalmente la sangre no llego al rio, ni siquiera llovio y la mar estuvo buenisima hasta llegar a Wellington.

Pase en Picton mi ultima noche en la South Island. Como cualquier pueblo que conecta una isla con otra tiene una gran actividad portuaria y estuve toda la tarde paseando por su pequeno puerto. Alli se veian marineros duros de los de antes, de esos con tatuajes en los brazos de anclas y ruedas de timon, hasta vi uno con la tipica chica desnuda tatuada en el pecho. Y en el muelle deportivo habia veleros de todo tipo, algunos se dedicaban a hacer excursiones por los fiordos de Marlborough y en los pantalanes se veian muchos carteles ofreciendo trabajo en ellos ("skippers and crew wanted"); que no me tienten, que no me tienten...

Cuando cruzamos de norte a sur era de noche, por lo que ni siquiera vi este pueblo ni me di cuenta de la belleza de la travesia, pero esta vez hice la navegada por la manana y de las tres horas que dura el viaje, mas o menos la tercera parte discurre entre fiordos, una maravilla, hacia un poco de frio pero estuve todo el rato en cubierta para ver el paisaje sin cristales por medio.

En fin, que ya echo un poco de menos la isla sur. Esta menos poblada y la naturaleza es mucho mas salvaje, aparte de la extraordinaria fauna que te encuentras por alli, y hablo de todo tipo de animales, hasta los entranables brutos de dos patas. Eso si, ha sido llegar al norte y notar al momento que mi nivel de ingles vuelve a ser el que era, o incluso mejor, despues de pasarme casi un mes con la fuckin' southern people y su endiablado acento. Ayer acampe en Wanganui y no podia parar de hablar, y ademas con una fluidez asombrosa, era como si estuviera pensando en ingles.

miércoles, 12 de diciembre de 2007

KAIKOURA



Kaikoura es un acogedor pueblito pesquero de la costa este de la South Island que ha crecido mucho en los ultimos anos debido a que las gigantescas ballenas esperma, ademas de focas, delfines y algun que otro tiburon blanco frecuentan su bahia. Debido a esto, muchos armadores modificaron sus barcos para dedicarse a la "pesca" de turistas y hoy en dia les resulta mucho mas rentable hacer excursiones dedicadas al avistamiento de ballenas. No obstante, sigue siendo un puerto tranquilo donde saben vivir bien y han sabido poner un limite para que el excesivo turismo no estrese sus vidas.

Tambien tiene mucha fama por sus langostas, hay muchas calas rocosas al sur del puerto y raro es el pescador que con la marea idonea no se tira al agua diariamente a sacar unas cuantas. Llegue ayer al mediodia y acampe en una pequena arboleda cerca del puerto antiguo. Por la tarde aparecieron unos pescadores con una caja de langostas recien sacadas del agua, que vivitas y coleando estaban diciendo "comeme, comeme". Salian a unos diez euros cada una, asi que junto con unos americanos que estaban aparcados a mi lado, hicimos un bote y compramos media docena; una fogata, a la olla, y mmmhhhh, deliciosas. Los yankees hicieron de guarnicion papas fritas y ketchup, pero a mi me parecia un sacrilegio mezclar ketchup con langosta e hice en un santiamen una salsa que me habian ensenado hace unas semanas para los mejillones: un poco de harina,un poco de aceite, ajo, finas hierbas y vino blanco. Eso si que fue un buen acompanamiento.

Y esta manana, mientras caminaba por los alrededores, he encontrado otro paisano, esta vez canario (mi segunda patria). Se trata de Elias, un surfero de Las Palmas, que vive en Australia y esta casado con una kiwi. Habia buenas olas al norte de Kaikoura y Elias me dejaba su material, pero el agua en el sur esta demasiado fria, me he pegado buenos banos estos dias, pero una cosa es entrar y salir, y otra quedarte hay dentro un buen rato. Ademas, no podia quitarme de la cabeza los "fucking" tiburones blancos.

Postdata: creo que la foca de la foto es la misma que estaba ayer en la misma roca. Quizas sea funcionaria de medioambiente y va al mismo lugar todos los dias de nueve a cinco para regocijo de los turistas.

martes, 11 de diciembre de 2007

FRANZ JOSEF Y FOX



Estos dos glaciares son las dos principales maravillas que se pueden ver en el Tai Poutini National Park. Ambos bajan desde las cumbres de los Alpes recorriendo un par de valles, bajando hacia la costa oeste y llegando casi hasta el mismo Mar de Tasmania. De hecho, y al contrario que otros glaciares repartidos por el mundo, el Franz Josef y el Fox van aumentando su tamano dia a dia.

El Franz Josef es mas grande y mas conocido, y por lo tanto tiene mayor infraestructura enfocada a llevar turistas en helicoptero para observarlo desde el aire. Pero a mi me gusto mas el Fox, que si bien es mas pequeno, tiene a su alrededor unos senderos que te permiten tener mejores vistas y hacer un poco de monte, mientras que al Franz Josef solo puedes ir caminando por su parte inferior. Bueno, la verdad es que tengo que confesar que a este ultimo me acerque mas de lo permitido y practicamente lo pude tocar. Habia una barrera diciendo que solo se podria ir mas adelante acompanado de un guia, o bien solo, pero teniendo experiencia en este tipo de terreno por el peligro de derrumbamientos. Pero que narices, me hice el experimentado y segui hasta su base, no iba a demoronarse justo en ese momento, no?.

Eramos bastante pocos los que haciamos trekkings por esa zona. La mayoria de turistas recurren a los helicopteros, mas o menos sale a unos cien euros un paseo de media hora; si quieres aterrizar en el glaciar ya te sale el doble. No habria estado mal, total para una vez en la vida que visitas esos sitios, pero no se, yo creo que rompe un poco la armonia tanto ruido de helicoptero, ta-ta-ta-ta-ta; y pienso que a los glaciares les gustamos mas la gente que nos pegamos la sudada y pateamos un poco hasta ellos.

En el pueblito del Fox pude probar, por fin, los famosisimos "whitebaits" de la West Coast. Es un pescado que recuerda a las angulas, tienen el mismo tamano aunque son casi transparentes, y se cogen de la misma manera, con grandes cedazos en las entradas de los rios. Aqui los comen fritos con harina, o tambien en tortilla, y son muy baratos, lejos del prohibitivo precio de las angulas. Le sugeri a la senora del puesto de venta que podrian probarlos a nuestro estilo, con aceite, ajo y guindilla; pero no les gusta nada eso de ver alimentos banados en aceite, y eso que no paran de hacer fritangas!

Alrededor de los glaciares hay tambien unos cuantos lagos preciosos, sobre todo el Matheson, donde se suele ver el Mt.Cook pefectamente reflejado en sus aguas, pero no tuve suerte, hacia algo de viento y para ver el reflejo tiene que haber calma total.

Al dia siguiente, ya tocaba, se puso a llover y no paro en dos dias. Me pillo dejando ya la West Coast y despidiendome de los Alpes por el Lewis's Pass entre tinieblas. Finalmente llegue a Hammer Springs, un balneario de aguas termales, donde me pase toda la tarde entre piscina y piscina. Hoy ha amanecido otra vez buenisimo, y carretera hacia la East Coast, concretamente hasta Kaikoura, donde me encuentro ahora.

Ya estoy comenzando a subir poco a poco, a desandar lo andado, eso si, por sitios donde no habia estado todavia. Empieza la cuenta atras y dentro de diez dias tengo que estar en Auckland, lo que me produce un pequeno bajon, pero bueno diez dias son bastantes y todavia quedan muchos lugares y gente nueva por conocer, asi que... a aprovecharlos a tope!

domingo, 9 de diciembre de 2007

EL PUB DE HAAST




Tras dejar el Mt.Cook con pena, echando las ultimas miradas furtivas a traves del retrovisor, me dirigi de nuevo a la costa oeste atravesando el Haast Pass. Existen cuatro pasos a traves de los Alpes para cruzar la isla sur del Pacifico al Mar de Tasmania, o viceversa. Mi furgo y yo ya hemos cruzado el Arthur's Pass, el Divide y el Haast's Pass; solo nos queda el Lewis's Pass, el que esta mas al norte, que enseguida caera.

Una vez llegado de nuevo al oeste, baje costeando hasta Jackson Bay para intentar ver la unica clase de pinguinos que me faltaba, unos que tienen cresta, pero no tuve suerte. Segun me dijeron hacia un tiempo demasiado bueno que no anima a esta clase de animales a salir del agua, les debe molestar mucho el sol, que pena!, yo ya les hubiera dejado mis gafas. Jackson Bay es una pequena bahia desde donde hay unas espectaculares vistas de la montana, y es donde acaba la carretera de la costa, ya no se puede ir mas al sur. Al final del pueblito alguien puso un cartel muy explicito que dice: "End of the fuckin' road"; no se si su intencion fue lamentarse o felicitarse, porque en el Down South, en el sur del sur, la gente intercala un "fuckin'" cada tres palabras. Hasta me lo han pegado a mi!, si me preguntan "G'day mate, donde vas?", contesto "Voy a comprar la fuckin' leche para hacerme el fuckin' desayuno, necesitas algo del fuckin' General Store?".

Aunque a decir verdad, a veces las paso canutas para entender el acento del sur. Estoy todo el rato "sorry", "pardon", porque me cuesta cazar las frases a la primera. Menos mal que unos australianos me dijeron que era normal, que hasta a ellos que tienen el ingles como lengua materna les cuesta entenderles. Me tranquilizaron un poco, ya pensaba que estaba sufriendo un principio de Alzheimer que me hacia olvidar el ingles aprendido. Supongo que es lo mismo que nos pasa a los hispanohablantes cuando, por ejemplo, vemos una pelicula argentina, cubana, mejicana o colombiana; hasta que te acostumbras y coges el hilo no entiendes nada.

Pero volvamos al hilo al que hago referencia en el titulo de este capitulo. Haast es otro pequeno pueblo del Down South tipico de la costa oeste, gente dura, descendientes de pioneros. Tiene unos trescientos habitantes y un hotel, un camping, un General Store, una gasolinera, y el omnipresente pub. Por cierto, los que viajeis por la costa oeste del sur del pais, echad un ojo al deposito cuando veais una gasolinera, porque es muy probable que no haya otra en cien kilometros.

Como era jueves, dia que siempre hay algo de ambientillo, y para las siete de la tarde ya habia cenado, me dirigi al pub a dar una vuelta. Estos pubs de pueblo son sin duda el observatorio mas idoneo para hacer un pequeno estudio sociologico de los lugarenos. Aunque en este caso, al ser yo el unico guiri que habia por alli, mas bien me estudiaban ellos a mi. La encargada del pub se llamaba Jane, pero yo enseguida la apode sin decirselo "Calamity Jane" por sus maneras para saber mantener a raya a los brutos de la zona, no me extranaria que tuviera un par de Colts 45 bajo el mostrador. Era una monada de chica, no se que hacia perdida en ese lugar, pero se debio dar cuenta del brillo de mis ojillos, porque rapidamente me dejo caer que estaba casada. No obstante, estuvo encantadora conmigo el par de horas que estuve en aquel sitio.

Al poco de llegar yo, entraron unos cazadores de ciervos mostrando las cabezas recien arrancadas y poniendo perdido de sangre el suelo del pub. Yo casi vomito la cena y Calamity Jane casi les saca a escobazos. Me dijo que esos bestias solo querian las cabezas para anadirlas a su coleccion de cornamentas. Yo pense que quizas entre la coleccion se encontraban sus propias cornamentas, todo el dia fuera de casa cazando en el monte, quien sabe, sus mujeres se aburririan bastante.

Y a eso de las ocho empezo a llegar el grueso de la clientela. Unos iban llegando en coche o en moto, algo muy normal; otros en bicicleta, muy ecologico; otros en caballo, muy bucolico; y otros en helicoptero!, muy surrealista!. En cinco minutos habian aterrizado en una campa cercana unos cinco helicopteros, aquello parecia "Apocalypse Now", un ruido ensordecedor, los caballos muertos de miedo, yo no daba credito. Casi todos todos eran pilotos que suelen llevar a turistas a ver los glaciares y las montanas desde el cielo. Pero dos que vinieron un poco mas tarde eran simplemente granjeros que viven aislados por algun valle de la zona y lo utilizan como medio de transporte y para tener controlado al ganado que pasta desperdigado por las estribaciones de los Alpes. Uno de ellos me comento que un pequeno helicoptero biplaza sale al cambio mas o menos unos treinta mil euros, no esta mal, cualquier coche un poco decente con un par de extras cuesta eso.

Y despues de cuatro o cinco pintas de cervezas me despedi de Calamity Jane y de todos los parroquianos entre brindis, apretones de manos y alguna que otra palabra incomprensible y me fui a descansar a mi querida "vanny". Al dia siguiente me esperaban los glaciares de Fox y Franz Joseph.

sábado, 8 de diciembre de 2007

MOUNT COOK




Tambien llamado Aoraki por los maories, el monte Cook es la mayor cumbre de los Alpes, con casi cuatro mil metros, y a su lado se encuentran casi todas las cimas que sobrepasan los tres mil, el Sefton, el Tasman, el Aspiring y algunos otros.

El tiempo me ha seguido acompanando, ya estoy empezando a pensar que los dioses maories estan velando por mi en este viaje, asi que pude disfrutar de las vistas y de los trekkings por este lugar en todo su esplendor. Naturalmente, no subi a la cima, para eso hay que estar bien preparado y saber mucho de escalada sobre hielo. Ademas, en esta epoca resulta mas peligroso que en invierno, ya que debido a la entrada del verano y el deshielo abundan las avalanchas.

Nada mas llegar a Mt.Cook Village aparque la furgo en uno de los campings que lleva el DOC (Department of Conservation), algo asi como el Icona espanol, y estuve tres dias sin parar de pegarme caminatas. Primero me fui por la cara este del Cook hasta llegar al glaciar Tasman, despues por el oeste llegando al lago donde termina el glaciar Hooker, una maravilla, disfrute todavia mas que en Fiordland. El ultimo dia me hice un trekking de unas ocho horas, fui pasando de un sendero a otro y acabe en una pista a unos veinte kilometros de donde estaba acampado. No es que me hubiera perdido, llevo muy buenos mapas, pero estaba tan lleno de energia que me daba igual donde acabara, ya llegaria al camping de alguna forma. Finalmente, me puse a hacer autostop y en menos de diez minutos paso una camioneta que me llevo de vuelta a mi querida furgo, esa noche dormi como un bebe. Llevaba bastantes kilos en la mochila, entre agua, algo de comida y ropa de abrigo, pero la ropa ni siquiera la necesite, acabe mi trekking en pantalon corto y sin camiseta al lado de un lago donde habia pequenos icebergs, alucinante.

El camping estaba situado a los pies del Mt.Sefton, que por su orografia es donde mas avalanchas se producen, aunque sin peligro ya que caen a una vaguada donde esta cortado el paso. Estabamos unas ocho o diez furgonetas y unas cuantas tiendas de campana y por las noches pudimos ver, mejor dicho oir alguna que otra. Primero oyes como una especie de bombazo, es una arista de hielo y nieve que ha caido desde una buena altura, y seguidamente el sonido estremecedor de toneladas de nieve cayendo ladera abajo, nunca habia oido algo asi y la verdad es que la primera vez me acojone un poco, pero me dijeron que no habia ningun peligro, que no podia llegar hasta donde estabamos.

En este viaje esta naciendo en mi una relacion muy especial con la montana, que nunca habia tenido, o ya la habia olvidado despues de tantos anos de vivir en Lanzarote. Antes de emprender mi nomadeo pensaba, claro esta, acercarme a los Alpes, pero no me imaginaba por lo mas remoto que me iba a atraer tanto. Siempre se ha dicho que montaneros y marineros somos almas gemelas, y es cierto. Ambos sentimos la misma fascinacion por esa inmensidad que tiene la naturaleza que nos hace sentirnos tan pequenos, y sabemos que podemos disfrutar de ella, siempre que nos deje, pero nunca dominarla. Ahora mismo no podria explicar las sensaciones que estoy sintiendo caminando entre monte y monte, llegar a un sitio, descansar un rato, respirar y sentir que estas vivo, plenamente vivo.

Hasta ahora pienso que los ultimos anos he menospreciado el monte en beneficio del mar, siempre he dicho que si no tengo cerca el oceano no me encuentro a gusto, pero vuelvo a repetiros que creo que me he enamorado de las alturas. Ya estaba acostumbrado a las playas, he estado en cientos de ellas paradisiacas en los cinco continentes (releyendo esto ultimo puede que suene un poco pedante, pero es que es la verdad), pero a partir de ahora voy a enfocar alguno de mis proximos viajes pensando en cordilleras. De momento, cuando vuelva a casa, el primer fin de semana que me cuadre... a por el Teide.

viernes, 7 de diciembre de 2007

QUEENSTOWN


Si tuviera que elegir un sitio para vivir una temporada en Nueva Zelanda problabemente seria Queenstown. Solo tiene unos doce mil habitantes y un estilo de vida donde se conjunta perfectamente la tranquilidad de una poblacion pequena con una buena dosis de ambiente en sus calles que hacen que no sea un muermo de sitio. A menudo te encuentras por el pais lugares que son idilicos, pero a partir de las siete de la tarde cuando cierran los comercios estan totalmente muertos, salvo los fines de semana como en cualquier parte del mundo. A veces se echa de menos poder salir a dar una vuelta por la noche a tomar algo.

No es el caso de Queenstown. Este pueblo esta enclavado junto al precioso lago Wakatipu y rodeado de los Alpes. Impresionanrte montanas como las Humboldt, las Thompson, los Remarkables y el Coronet Peak, al que no pude subir porque hacian falta cadenas para las ruedas, y mira que le dije a la chica del rent a car: "No me das unas cadenas?", "No te van a hacer falta, estamos casi en verano". Ya le dire un par de cosas cuando le devuelva la furgo.

Aqui nacio Al Hackett, el inventor del bungy y el puenting, que se habia inspirado viendo a los indigenas de no me acuerdo donde hacer torres de bambu y tirarse al vacio colgados de unas lianas. Seguro que habreis visto esas imagenes mil veces en algun documental. Asi que este pueblo esta considerado como la capital mundial de los deportes de aventura y de riesgo. Puenting, bungy, skydive, paracaidismo, rafting en aguas bravas, kayak, escalada en roca, en hielo, esqui freeride fuera de pistas... y cualquier cosa que se os ocurra.

Todo esto hace que en sus calles se respire pura adrenalina, son muchos los que trabajan en algo relacionado con este tipo de actividades y la media de edad de sus habitantes es bastante joven con lo que hay un monton de bares, locales de conciertos, clubes de jazz y buenisimos restaurantes.

Ademas en el lago suele soplar un viento perfecto para navegar a vela y se organizan regatas todas las semanas. Hasta ahora, y por mucha fama que tengan los kiwis, solo habia visto movida velistica en la zona de Auckland y en Bay of Islands; en el resto del pais ganan por goleada los barcos a motor, sobre todo barcos de pesca deportiva, que es una de las principales aficiones de los neozelandeses. Sin embargo cuando llegue a Queenstown me encontre con un campeonato local de Match Race (barco contra barco) y las riberas del lago estaban repletas de gente animando a los suyos como si fuera un partido de futbol.

Solo me quedo una espinita clavada, la de tirarme al vacio desde un puente. Cerca del pueblo habia tres sitios para tirarse en bungy, uno desde 43m., otro desde 64m. y otro desde 113m. Ya puestos, y como buen bilbaino, quise tirarme desde lo mas alto. Despues de media hora de ver a algunos tirarse, de pensarmelo y repensamerlo, decidi apuntarme y me dijeron que venia un grupo bastante grande y que me tocaria dentro de una par de horas, asi que desisti. Quien sabe, quizas el destino penso que no era mi momento. Pero por mis huevos que no me voy del pais sin pegar un salto de estos, solo se vive una vez. Ya os contare.

FIORDLAND



El Fiordland National Park es uno de esos sitios que nadie que viaje a Nueva Zelanda puede perderse. Esta formado por los mundialmente conocidos fiordos del suroeste del pais, otro paisaje espectacular donde tambien se rodo El Senor de los Anillos. El Mar de Tasmania se introduce en los valles de los Alpes del Sur formando grandes laberintos de monte, bosque y agua. Los principales son el Doubtfoul Sound y el Milford Sound, yo me dedique mas a recorrer el segundo, ya que el primero es bastante inaccesible y requiere gastar una buena cantidad de pasta entre aviones y barcos.

Llegue un dia por la tarde al lago de Te Anau, un precioso pueblo para establecer el campamento base y hacia un dia esplendido, asi que alquile un pequeno catamaran que puede llevarlo una sola persona sin problemas, un Hobbie 16, y me perdi unas cuatro horas por el lago hasta que se puso el sol, buen comienzo para conocer el lugar.

Al dia siguiente cogi la Milford Road, dicen que es una de las carreteras mas bonitas del mundo, no se si tanto pero seguro que anda cerca, son unos ciento veinte kilometros hasta el principio del fiordo que tardas en recorrer un monton de horas, porque cada dos por tres te paras a sacar unas fotos o a hacer algun pequeno trekking entre bosques y lagos. El problema es que Fiorland es como el Athletic, que nunca gana tres partidos seguidos; en esta zona es parecido, nunca esta mas de tres dias seguidos sin llover y estuvo cayendo una buena todo el dia.

Aun asi, las vistas seguian siendo espectaculares, impresionaba tanta niebla y nubes bajas, de repente salia un poco el sol y aparecian un par de arcoiris aqui y alla, miraras donde miraras veias un monton de cataratas caer por las laderas de los Alpes; en fin, todo un espectaculo, pero a medias, no se veian las cimas de las montanas. Asi que decidi quedarme acampado al final de la carretera ya que las previsiones para el dia siguiente eran buenas, venian altas presiones por Tasmania y eso significaba sol y buen tiempo (de esto ha pasado mas de una semana y todavia sigue el sol).

Y el dia siguiente fue espectacular. Me desperte pronto para recorrer un par de senderos y a mediodia me subi a un barco de los que recorren los fiordos hasta el mar. Menudos laberintos maritimo-terrestres, no me extrana que mi admirado James Cook pasara un par de veces por esta zona sin darse cuenta de las muchas entradas que habia tierra adentro. Tengo que decir que al ser un sitio tan famoso te encuentras de vez en cuando con hordas de turistas de paquete organizado, pero solo en el puerto de Milford, en los sitios de trekking no te encuentras mas que cuatro gatos y un monton de "keas", un loro tipo tropical de la zona. Aun asi, entre todos los super barcos que habia, yo escogi el mas pequeno; mas barato, solo unas quince personas a bordo y una tripulacion encantadora que no paraba de darte cafe para combatir el fresquito de esa zona.

En esta zona te puedes hacer el Milford Track, que es un trekking que dura unos cinco dias, hay varios refugios distribuidos por la zona, pero lamentablemente, aunque ando fisicamente a tope, mucho mejor de lo que esperaba, no tenia material ni ropa apropiada para enfrentarme a esta caminata. Ademas aqui hay que andar con mucho ojo, el tiempo puede cambiar cuando menos te lo esperas. Hace poco murieron un par de italianos que salieron de paseo y fueron mas alla de donde manda el sentido comun; iban en camiseta y pantalon corto, cambio el tiempo, se perdieron con la niebla... y aparecieron al dia siguiente, muertos por hipotermia. El tio que me lo conto tenia un sentido del humor un tanto macabro. Me dijo que los encontraron abrazados, seguramente para combatir el frio, pero estaban tan duros y agarrotados que les tuvieron que romper varios huesos para poder separar los cuerpos, y segun me lo contaba soltaba una risita maliciosa, ji, ji, ji, que bestia!

En las fotos que acompanan este capitulo podeis ver la diferencia entre lo que se veia con mal tiempo y con buen tiempo, pero las dos imagenes son preciosas, verdad?

miércoles, 5 de diciembre de 2007

DONDE ESTAN LAS LLAVES MATARILE, RILE, RILE...


Mi sobrino Kerman siempre se sorprende de que en mis viajes todo discurra con normalidad y no suela tener problemas. Hace comentarios tipo: "Jo, todo le sale bien, nunca le pasa nada malo". En un e-mail que me remitio hace unos dias me decia lo mismo, y me rogaba que pusiera algo negativo, de lo contrario iba a pensar que el tenia un gafe encima. Yo creo que mas bien sospecha que solo hablo de lo bueno y me guardo lo malo para mi, como los amigos que nos contaban batallitas al regresar de la mili.

Te recuerdo, querido sobrino, que estoy en Nueva Zelanda, no ando atravesando Iraq o Afganistan, enarbolando una bandera americana y sorteando minas anti-tanque o yihaidistas y mujahidines fanaticos. Ademas, las satisfaciones que nos brinda un buen viaje superan con creces cualquier pequeno contratiempo que podamos tener. No se, ahora mismo me viene a la memoria un par de dias que anduve griposo con tanto cambio de temperatura, un chichon en la cabeza, una botella de leche derramada sobre un cojin de la furgo, unas puas de erizo en el dedo gordo del pie, pero como ves son minucias que no merecen ni un comentario si las comparamos con los momentos realmente gratos.

Aunque al poco de llegar a la isla sur tuve lo que hasta ahora ha sido el mayor susto del viaje, que lo pensaba contar aunque no encontraba el momento, porque la historia se merece un capitulo entero de este blog. Pero como veras al final del relato, todo tiene solucion y lo que al principio me parecio un gran problema quedo en otra anecdota mas que contar.

Resulta que iba conduciendo cerca de la zona del Abel Tasman National Park cuando me encontre con una de esas maravillosas playas que abundan por aqui, desierta, arena blanca y mar azul. Decidi parar unos minutos a pegarme un buen bano pues el tiempo estaba buenisimo. Pero cuando regrese a la furgoneta, no se como me despiste, me encontre con las puertas cerradas, los seguros puestos... y las llaves dentro.

MIerda! Algo que no me habia pasado en la vida me tenia que ocurrir en ese momento. Alli estaba yo con cara de bobo, en traje de bano, mojado, en el culo del mundo, con todas mis pertenencias dentro de un cacharro que no podia abrir y maldiciendome a mi mismo por ser tan gilipollas. Intente mantener la calma para agudizar mejor el ingenio y por lo menos di veinte vueltas alrededor de la furgo buscando alguna posibilidad y escrutando sobre todo todas las ventanillas laterales, que al ser corredizas me parecian mas vulnerables. Nada que hacer, incluso me meti debajo buscando otra posible llave por los bajos (la volkswagen que tengo en Lanzarote tiene una llave de emergencia pegada con un buen iman bajo la chapa).

Lo unico que se me ocurria era romper una de las ventanas laterales superiores e intentar colarme por ella, pero eso lo utilizaria exclusivamente como ultimo recurso. No iba a seguir viaje con un cristal roto, tendria que llamar al rent a car, simular un intento de robo (para que el seguro cubriera la luna), ir al taller que me indicaran, vete tu a saber cuanto tiempo me llevaria todo aquello.

Pero mirando por los alrededores, me fije que a unos doscientos metros habia tres "road workers", trabajadores de la carretera que te los encuentras muy a menudo a lo largo del pais. Rellenan baches, ponen asfalto nuevo, limpian los arcenes o marcan con pintura las lineas del camino. Asi que decidi ir a pedir ayuda, quizas ellos encontrarian alguna solucion.

Segun me fui acercando hacia ellos note que me miraban un tanto mosqueados. Poneos en su situacion e imaginad que viene hacia vosotros un guiri medio en pelotas, dando saltitos de lo que quemaba el asfalto, agitando las manos y diciendo "help, help"; es para pensar que me habia fugado de un manicomio. Ademas, al principio y con los nervios del momento, las unicas palabras que me salian eran "I need you, I need you"; si le sueltas esa frase en ingles a una persona le estas diciendo practicamente que te la quieres tirar, asi que casi vuelvo a la furgo sin ayuda y con un par de hostias encima. Para que os hagais una idea, el prototipo del road worker kiwi es el siguiente: sombrero australiano, gafas de sol, camiseta sin mangas, chaleco reflectante, pantalon corto, botas de sguridad, calcetines de lana, barriga cervecera y ciento veinte kilos de peso. O sea, gente con la que es mejor no tener problemas. Otra cosa son las chicas road workers, menudos bollazos, pero de ellas ya hablare en otro momento.

Bueno, ya mas tranquilo les expuse la situacion y enseguida quitaron hierro al asunto, no iba ser el primero ni el ultimo al que le ocurria eso, algo se podria hacer, asi que cogieron alguna herramienta y nos pusimos en marcha hacia la fregoneta (yo, otra vez dando saltitos, por supuesto).

Ellos tambien pensaron en intentarlo por una de las ventanas laterales, y despues de estudiar un rato la jugada, establecimos el siguiente plan de ataque: dos harian palanca para poder separar un cristal del otro, un tercero meteria en la abertura producida una varilla de hierro a la que previamente habiamos doblado la punta a modo de gancho, y el cuarto indicaria el camino al de la varilla desde el lado opuesto de la furgo. Tras unos quince minutos de sudar la gota gorda, intercambiarnos las posiciones unas cuantas veces y alguna que otra discusion entre ellos en plan "Trae, dejame a mi, tu no tienes ni puta idea" y cosas asi... uno de ellos, bingo!, consiguio abrir el seguro. Estaba salvado y me dieron ganas de comermelos a besos y abrazos, pero despues del I need you anterior, opte simplemente por estrecharles las manos.

Eso si, cogi carretera y en el primer pueblito que encontre, entre en el General Store a comprar una caja de venticuatro cervezas, regrese donde ellos y se las regale. Me dijeron que no hacia falta, que para que me habia molestado, que no habia sido nada... pero, que narices, era lo menos que podia hacer. Abrimos cuatro cervezas, brindamos y echamos unas risas recordando lo sucedido.

Ya ves, Kerman, que hasta de los "malos momentos" se puede sacar una bonita historia. Besarkada bat, ondo ibili ta laster arte.

Postdata: viendo la foto pensareis que se me ha colado una de Lanzarote, verdad?. Pues no, se trata del Lindis Pass, entre Queenstown y Mount Cook, y cuando lo atravesaba me daba la sensacion de estar en casa, un poco mas y me pongo a conducir por el lado contrario, je, je.

domingo, 2 de diciembre de 2007

LOS CUARENTA RUGIENTES


Los amantes de la navegacion ya saben a que me refiero con el titulo de este capitulo. Para los que no lo sepan, "los cuarenta rugientes" son los vientos que soplan a menudo por esa latitud, los cuarenta grados sur, y que son tan temidos por los navegantes que dan la vuelta al mundo en velero. Soplan en direccion oeste-este, sobra decir que son muy frios, y al encontrar pocos obstaculos, tan solo el inmenso oceano, crecen en intensidad.

En el caso de Nueva Zelanda, chocan contra la costa oeste del sur del pais, y al subir por las laderas de los fiordos y de los Alpes del Sur, bajan despues todavia mas acelerados por las llanuras de las regiones de Otago y Canterbury.

Pues bien, a mi cogieron de pleno cuando me encontraba a unos cuarenta y cinco grados sur, saliendo de The Catlins para dirigirme a Fiordland. Amanecio un dia algo gris, pero bonito, tan solo una ligera lluvia tipica de esa zona. Pero a eso del mediodia note que empezaba a subir el viento, y sobre todo, que venia muy frio, helador. De repente, me paro un control policial. Ya estaba quejandome de mi mala suerte y pensando que infraccion habria cometido, porque iba sin pasar de cien kilometros-hora (el limite de velocidad en NZ), no tengo ninguna prisa. Hasta se me paso por la cabeza el tener que pagar mordida al tipico policia corrupto, pero me extranaba que existiera eso en un pais tan desarrollado.

El control resulto ser simplemente informativo. Un policia vino hacia mi y sin pedirme ninguna documentacion, me pregunto a donde iba y me sugirio que parara en Invercargill, a unos ochenta kilometros, donde podria alojarme en un camping. Me dijo que ni se me ocurriera quedarme en espacios abiertos porque venian las "westerlies gusts" (las rachas del oeste), como aqui las llaman. Tambien observo que iba oyendo mi musica con el ipod conectado al cassete de la furgo, y me dijo que mejor lo quitara y pusiera una emisora de radio donde constantemente darian noticias de la situacion de aquel vendaval.

La cosa parecia que iba en serio y decidi hacerle caso en todo. Durante esos ochenta kilometros hasta Invercargill el viento subia minuto a minuto, y cada rato entraban unas rachas fortisimas que tambaleaban la furgo de lado a lado, se me hizo durisimo, habia que agarrar el volante como si fuera la cana de un barco, y cuando llegue al camping me dolia hasta el cuello de la tension acumulada.

Hacia las ocho de la tarde bajo el viento radicalmente hasta parar por completo, pero aquella ciudad parecia Siberia; fea, gris y aburrida, y la temperatura habia bajado a unos cuatro grados. Por suerte habia muy buenos restaurantes, no me apetecia nada quedarme a cenar en la furgo en esas condiciones, y pude probar la carne de venado con pure de patata kumara (una papa dulce del pais) y mermelada de grosella, todo acompanado de un par de copitas de "pinot noir". Una cena exquisita para acabar una jornada complicada. Al dia siguiente lei en el periodico que el viento provoco bastantes destrozos.

sábado, 1 de diciembre de 2007

THE CATLINS


The Catlins es la region que ocupa la zona sureste del pais, entre Invercarlling y Dunedin, mas o menos. Quizas sea la parte que este menos enfocada hacia el turismo, aunque ahora parece que empieza a despertar y ya esta en el punto de mira de las empresas que organizan diferentes excursiones y actividades.

A mi personalmente me ha encantado, es donde puedes ver el autentico modo de vida rural del pais. Suaves colinas llenas de ovejas, bosques lluviosos, solitarias bahias, mar encrespado, y viento, mucho viento. Y en las playas, como no, focas, leones marinos y pinguinos de ojos amarillos, una especie endemica de Nueva Zelanda que no habia tenido ocasion de ver hasta ahora. Esta especie son mas parecidos al tipico pinguino de los hielos; panza blanca, espalda negra, miden por lo menos un metro, pero tienen la particularidad de tener parte de la cabeza y los ojos amarillos. Estoy teniendo suerte con estos animales, estamos en plena epoca de cria y salen a tierra mucho mas de lo normal.

Lo mejor de The Catlins es salirte de las principales carreteras y perderte por el laberinto de pistas sin asfaltar que conectan unos caserios con otros. Son pistas de gravilla o tierra, pero no estan bacheadas y es una gozada conducir por ellas, hay tan poco trafico que cuando te cruzas con alguien lo normal es saludarse.

Tambien son una maravilla los trekkings y paseos que te puedes pegar, normalmente cruzan propiedades privadas, pero no hay ningun inconveniente, simplemente hay que seguir las reglas que suelen poner los aldeanos en carteles: lo tipico, procura no molestar al ganado, sigue las marcas de pintura, deja las barreras como las has encontrado, en caso de que esten cerradas o abiertas...

Y los caseros son una gente encantadora, deseosa de entablar conversacion con el visitante (aunque tienen el ingles mas cerrado que he oido nunca). Son gente trabajadora, honesta, que no suele tener oportunidad de conocer extranos y tienen ganas de conocer tu vida tanto como de contarte la suya. En una ocasion llegue a donde habia aparcado mi furgo despues de una buena caminata y el de la casa vecina vino a saludarme y a preguntarme por donde habia estado; supuso que estaria cansado y cuando le respondi que, efectivamente, un poco, me invito a entrar en su casa a tomar un par de cervezas. La misma escena me volvio a ocurrir al dia siguiente con otro aldeano diferente, es su forma de ser, buena gente.

martes, 27 de noviembre de 2007

PINGUINOS EN LA LUNA LLENA


Despues de dejar Christchurch continue bajando hacia el sur por la carretera del este y esta zona resulto ser la mas monotona de mi nomadeo. No es que fuera feo el paisaje, pero la region de Canterbury esta compuesta por inmensas llanuras con campos de cultivo y pasto para el ganado y la conduccion se hace bastante aburrida.

Hay rectas de hasta treinta kilometros sin una sola curva y esto al final llega a ser hasta peligroso, la gente se relaja al volante y suele haber mas accidentes que en las carreteras de montana, donde tienes tienes todos los sentidos alerta y no te duermes. Cada dos por tres tienes carteles del departamento de trafico diciendote cosas tipo "despierta", "descansa", "toma el aire", "abre tu ventanilla" y cosas asi. Y cuando por fin llega una curva, hay zonas de escape como en los circuitos de carreras, con arena para frenar el coche y grandes balas de paja para que los que no se hayan dado cuenta.

Y asi, al cabo de unas horas, llegue a Oamaru, donde tenia previsto hacer una parada tecnica, solo parar a dormir y seguir hacia The Catlins al dia siguiente; pero lo que son los viajes, a veces te creas grandes expectativas acerca de algun sitio a visitar o alguna actividad y te decepcionas cuando estas alli; otras veces, como en este caso, algo que no te habia llamado la atencion previamente se convierte en uno de los momentos magicos que tiene todo buen viaje.

Oamaru es otro de esos pueblos que vivio la fiebre del oro y tenia hace mucho tiempo mas poblacion. Sin embargo, aqui se han preocupado de mantener vivo ese toque antiguo y los edificios del centro son preciosos, todos de piedra pulida, y los locales comerciales mantienen la misma decoracion de aquella epoca. No se ve en todo el pueblo acero inoxidable, ni plastico, ni ningun material moderno. Todo es piedra, madera, cobre, laton. Esta lleno de tiendas de antiguedades y los restaurantes, tiendas de comestibles, barberias, hasta el banco parecen sacados de una pelicula del oeste.

Esa noche hacia luna llena, quiza eso ayudo a crear la magia, y fui al pequeno puerto a verla salir por el oceano, y al empezar a subir... comenzaron a desembarcar en la playita exterior del rompeolas grupitos de pinguinos azules, que caminando como personitas se metian hasta el mismo pueblo medio escondidos en la vegetacion. Nunca habia visto tan de cerca estos simpaticos animalitos. Esta clase de pinguinos no llegan a medir mas de medio metro y es una gozada verlos caminar en grupo, hay que andar con mucho sigilo, porque son muy asustadizos y la gente del pueblo se para e incluso apaga luces de locales y de coches para no molestarlos en el ratito que dura su peregrinacion.

PATXI: THE BASQUE CONNECTION


En el capitulo dedicado a Christchurch (aqui la llaman Ch-Ch) se me habia olvidado comentar el primer contacto que tuve con un vasco desde que estoy aqui, imperdonable, ademas le dije que la haria publicidad en mi blog.

En el ultimo paseo que di por el centro, bastante cansado despues de la noche de reggae y el partido de futbol matinal, me parecio ver una ikurrina en una ventana. Me acerque, y efectivamente, alli estaba, y mientras les explicaba a mis acompanantes australianos que aquella era la bandera de mi pais, salio en la ventana contigua un tio mostrandome una txapela con un escudo del Athletic y haciendome senas para que subiera.

Se trataba de Patxi, un senor de Balmaseda que lleva ventisiete anos en NZ con su familia, y regenta un restaurante que se llama, como no, "Casa Patxi", en Gloucester St. El local estaba cerrado, solo abre por las noches, pero estaban preparando pinchos y nos invito a una botella de vino y unas tortillas de bacalao a puerta cerrada. Los australianos no entendian nada, solo comian y alucinaban.

Insistio en que fueramos por la noche, tenia una mesa reservada para el consul honorario de Espana y unos cuantos espanoles residentes alli, nos dijo que con mucho gusto nos sentaria en su mesa. La verdad es que me dio pereza asistir a una cena tan rimbombante, estaba cansado y tenia pensado seguir carretera hacia el sur, asi que sintiendolo mucho decline la invitacion. Luego pensandolo mejor, quizas debiera haber ido, no se cena todos los dias con un consul, hubiera sido una experiencia interesante.

Bueno, los que paseis por Ch-Ch ya sabeis donde ir, y sino tambien esta "Casa Pedro", en Worcester St., me dijeron que tambien era vasco.

Postdata: el bicho de la foto es una leon marino, te los encuentras facilmente en las playas del sur, sobre todo en las que no hay gente. Estos, al contrario de las focas, no se asustan con la gente, y si te acercas mucho van a por ti. Este en concreto ya estaba bastante mosqueado de posar de modelo para mis fotos.

CHRISTCHURCH, LA PEQUENA LONDRES


Christchurch es la capital de la isla sur, y la verdad es que no tenia pensado pasar por alli, quizas solo un par de horas, pero la verdad es que me sorprendio gratamente. Es como Londres en diminuto, con solo trescientos mil habitantes, pero su centro historico esta compuesto por los tipicos edificios de ladrillo rojo, los tipicos pubs ingleses y hasta las cabinas de telefono tipicas de la city inglesa. Ademas se ve calidad de vida, grandes parques, la gente se mueve en bicicleta y hay un ambientazo increible; supongo que el invierno sera bastante crudo, asi que con el buen tiempo todo el mundo aprovecha la calle y las terrazas de los bares.

Llegue aqui practicamente de casualidad. Venia de la costa oeste atravesando el Arthur's Pass, una carretera que quita el hipo, atraviesa los Alpes del Sur de costa a costa y las vistas son espectaculares, aunque extranamente, al estar el tiempo tan bueno no habia tanta nieve como en la isla norte con lo que el trayecto fue un paseo. La verdad es que estaba un poco acojonado pensando en las condiciones que encontraria a tanta altura, niebla, nieve, el paso cortado y esas cosas, pero todo fue como la seda.

Hice una parada en el camino a preparar algo de comer y alli coincidi con unos australianos. Me preguntaron si iria al concierto y yo sin saber nada pregunte a que concierto se referian. Me dijeron que ese dia se celebraba el Christchurch Roots Festival, el mayor concierto de reggae de todo Oceania, segun me dijeron. Asi que dicho y hecho, me apunte con ellos.

El concierto era gratis y se celebraba al aire libre, en el Hagley Park, y fue un autentico espectaculo, decenas de grupos de reggae africanos y caribenos. Despues estuvimos de marcha hasta las tantas por la city, asi que me quede a dormir en un parking cerca del parque.

Y a la manana siguiente me pude desquitar de mi torpeza en el partido de rugby que jugue hace unas semanas. Me apunte a un partido de futbol en el Hagley Park, un equipo de neozelandeses contra otro del resto del mundo, y les pegamos un buen palo; y es que estos kiwis no tienen ni idea de jugar al "soccer", se creen que tienen que ir todos corriendo detras del balon. Me puse de mediocentro, sin correr mucho, la verdad, y les di un par de lecciones sobre como situarse en el campo.

THE WEST COAST


Hace ya unos dias, y es que mi viaje va un poco adelantado respecto a lo que voy publicando, estuve recorriendo parte de la costa oeste de la isla sur. La carretera transcurre entre las montanas y el Mar de Tasmania y pasa por zonas de naturaleza salvaje, como el Pararoa National Park y pequenos pueblos semidesiertos que vivieron tiempos mejores.

Muchos de estos pueblos tenian bastante mas poblacion a mediados del siglo XIX que ahora. Esto se debe a la fiebre del oro que hizo llegar a los primeros pioneros que se fueron asentando por esta zona, traidos hasta aqui por guias Maories. Curiosamente, en la isla sur no se ve tanta poblacion maori, se ve que preferian el clima del norte. En estos asentamientos se respira un cierto aire de melancolia por lo que fueron y ya no son; emisoras de radio con musica country, edificios abandonados, viejas minas y vias de tren, y cada dos por tres te encuentras negocios que se venden con carteles tipo "excelente inversion", "rentabilidad asegurada", ejem, no se yo hasta que punto.

La naturaleza, como no, sigue siendo aqui exuberante y te encuentras con cosas que no imaginaba. En las rocas de la costa puedes ver focas tostandose al sol y grupos de pequenos pinguinos azules, y sin embargo al otro lado de la carretera hay bosques con vegetacion subtropical, como por ejemplo la palmera kauni, la unica palmera que existe tan al sur. En estos arboles los pinguinos crian a sus pequenuelos. Al principio estaba desconcertado, siempre habia relacionado a estos animalitos con el hielo y las temperaturas extremas, y aqui ya ves, pinguinos conviviendo con palmeras; cosas de Nueva Zelanda.

El tiempo ha estado fenomenal, ventitres grados por el dia y nunca menos de quince por la noche; y nada de lluvia, siempre despejado. Estoy teniendo mucha suerte porque a esta zona conocida como Westland le suelen llamar "Wetland", ya que se lleva los records de lluvia de todo el pais. Eso si, una vez que llegue a Greymouth se anunciaban lluvias para la costa oeste y buen tiempo para el este, asi que me decidi por cruzar la carretera transalpina hasta el otro lado. En este pais hay que ser previsor y jugar un poco a huir dela mal tiempo.

sábado, 24 de noviembre de 2007

viernes, 23 de noviembre de 2007

FAREWELL SPLIT

El Farewell Split constituye la punta noroeste de la Golden Bay y no suele llegar mucho turista hasta aqui, aunque yo lo recomiendo ciegamente. Tan solo viene turismo local y amantes de la ornitologia, ya que por esta epoca pasan anualmente unas cincuenta mil aves migratorias huyendo del crudo invierno del hemisferio norte. Yo tuve la oportunidad de ver cantidad de ellas, pero lamentablemente no soy experto en la materia y no puedo deciros de que especie eran.

Para variar, hay una playa desierta kilometrica formada por dunas gigantes que se cierra formando un gran arco. A pesar de ser tan grande, es muy estrecha y con un corto paseo puedes pasar del Oceano Pacifico, que queda dentro de la bahia, al Mar de Tasmania, por la parte de fuera. En esta parte exterior predominan vientos fortisimos de componente oeste o suroeste, que van empujando la arena de las dunas hacia la zona interior de la bahia modelando el paisaje y cambiandolo constantemente.

El problema es que por dentro de la bahia hay una corriente en sentido contrario proveniente del Estrecho de Cook, el que separa las dos islas, y esta frena la arena que viene de las dunas formando grandes bancos de arena, que desgraciadamente despistan a muchas ballenas que quedan varadas en la marea baja.

Suele haber grupos de observadores voluntarios que cuando avistan una ballena varada hacen sonar una alarma que se oye en muchos kilometros a la redonda. Cuando la gente de los pueblitos vecinos oye la sirena, deja todo lo que tiene entre manos y acude en masa a la playa a intentar reflotar las ballenas, o al menos mantenerlas con vida hasta que vuelva a subir la marea para ver si pueden salir ellas por si solas. Unas veces tienen exito... y otras no, son bastantes las que mueren en esta zona al cabo del ano.

Un pescador me conto que hace un par de anos quedaron varadas el mismo dia unas trescientas ballenas piloto; pudieron salvar por lo menos a cien, pero las otras doscientas murieron irremediablemente. Me ensenaron unas fotografias que te ponian los pelos de punta, cantidad de ballenas muertas en la playa y la gente alrededor, llorando de impotencia.

Debo reconocer que, egoistamente, estaba esperando oir sonar la alarma para ver como se ponia en marcha toda la maquinaria y ver con mis propios ojos un salvamento, pero no ocurrio nada, mejor asi.

"The earth has music for those who listen"
(La tierra tiene musica para aquellos que escuchan)

ABEL TASMAN NATIONAL PARK


Dicen los neozelandes, y asi me lo habian confirmado otros viajeros, que este parque nacional tiene las mejores playas del pais, y la verdad es que son espectaculares, pero yo de momento no he visto todavia ninguna playa fea, sucia o atestada de gente.

Este parque se encuentra al oeste de los Marlborough Sounds, y aqui no hay carreteras, ni malas ni buenas. Es una zona de bush (el bosque neozelandes) donde a cada paso hay pequenas bahias con preciosas playas de arena blanquisima, eso si, y la comunicacion entre ellas es a traves de senderos donde existen muy buenos trekkings, desde caminatas de un par de horas hasta un recorrido de tres o cuatro dias en el que te recorres toda la zona.

Yo aparque la furgo en el ultimo pueblo civilizado, Kaiteriteri, y alli me pegue un par de dias recorriendo parte del parque. El principal medio de transporte son los taxis acuaticos. Coges uno con destino a una playa y le dices que te recoja en otra a una hora prefijada al final del dia. Me pase los dos dias pegandome unas buenas caminatas por el bush de unas cuantas horas. Los senderos son preciosos, ahora subes un poco, luego bajas, despues paras en una calita a pegarte un bano, luego en otra a comer un bocata, y por la tarde ves venir al barco en el punto en el que habias quedado y de vuelta al pueblo.

En Kaiteriteri hay una pequeno restaurante donde sirven los mejores "scalops" de la zona. La ultima noche me pegue un atracon que casi me pongo malo. Voy a tener que parar un poco el consumo de crustaceos, porque creo que no es muy bueno para la salud comerlos a diario y en tanta cantidad, pero es que estoy totalmente enganchado a los bichos estos. No se como se llaman en espanol, son las conchas esas que llevan los peregrinos del Camino de Santiago, pueden ser vieiras?

jueves, 22 de noviembre de 2007

MARLBOROUGH SOUNDS


Este fue el primer contacto con la South Island. El ferry que comunica las dos islas nos dejo en Picton de noche. Durante la travesia conoci a una pareja de franceses que tambien viajaba en furgoneta y estuvimos buscando en el mapa algun sitio cercano al puerto donde pasar la noche. Finalmente nos decidimos por una zona de acampada a unos diez kilometros que tenia buena pinta.

Pero esos diez kilometros se hicieron interminables; subir y bajar a treinta por hora por una estrecha carretera bacheada llena de curvas e incrustada en el bosque. Aparte de que la visibilad era escasa cada dos por tres habia que frenar debido a la cantidad de bichos que cruzaban el camino y se quedaban parados en la mitad aturdidos por los focos.

Al final decidimos parar en un claro que encontramos y pasar la noche alli mismo. De dia se verian las cosas de otro modo y la conduccion seria mas comoda. A las seis de la manana note que llamaban a mi puerta; era Fabrice y mientras me preguntaba a mi mismo que narices querria el gabacho a esas horas me dijo: "Mira Oscar, mira donde estamos". Baje de la furgo y...... Impresionante! Nos encontrabamos en mitad de los fiordos de Marlborough.

Los Marlborough Sounds se formaron en la edad de hielo cuando el oceano inundo los valles que componen el noreste de la isla sur (si alguien se lia con tanto punto cardinal y le interesan estos pequenos relatos no estaria de mas que eche mano de un atlas o recurra a googlearth) y constituyen un laberinto precioso de monte, bosque y mar. Lo mas facil es moverse por el agua, las carreteras son bastante malas y estrechas, pero a pesar de ser una delicia para la vista los locales se mueven en barco, se llega antes a todas partes.

Solo existen dos pueblos principales: Picton y Havelock. El resto son casitas desperdigadas entre fiordo y fiordo habitadas por algun ermitano, pintores, escritores.... y algun que otro trampero y buscador de oro, profesiones estas que tenia por extinguidas.

Al moverse la gente por el agua, se ven en el puerto de Havelock barcos de lo mas curiosos. El barco del correo, el barco supermercado, el barco libreria, el barco general store. Recorren un par de veces por semana los escondidos asentamientos de los fiordos y para alguno de estos habitantes constituyen el unico contacto que tienen con la civilizacion. Estuve charlando con el patron del barco correo (un cartero oficial, con su uniforma y todo) y me invito a hacer su ruta con el al cabo de una semana, pero no me iba a quedar tanto tiempo en ese sitio, quizas a la vuelta.

martes, 20 de noviembre de 2007

VIAJAR SOLO


Pero te vas de viaje tu solo? Estas loco! Y no es peligroso? Y no te aburres? Que tio tan raro! Estas son algunas de las cuestiones que invariablemente me plantean algunas personas cuando me preguntan sobre lo que voy a hacer en vacaciones. No los que me conocen bien, naturalmente, ni los que tienen la mente un poco mas abierta, sino el resto de la gente mas o menos "convencional". Yo siempre les animo a que lo prueben, y veran como cambia la perspectiva que tienen del mundo y de sus propias vidas. Cierto es que en Espana sigue siendo poco comun esta forma de viajar, pero en paises mas civilizados que el nuestro es algo muy normal, casi de obligado cumplimiento al menos una vez en la vida.

Desde que tengo uso de razon me encanta viajar, y siempre me apuntaba a ir con los mios donde fuera. Es curioso, despues de tantisimos anos y todavia recuerdo perfectamente el olor del coche familiar, esa mezcla de la tapiceria de los asientos con el humo del tabaco rubio que mi padre no cesaba de fumar. Despues he seguido viajando solo, con familiares, con amigos, con la novia de ese momento, e incluso alguna travesia en velero con companeros de tripulacion que no habia visto en mi vida y de casi todos estos viajes guardo un grato recuerdo; pero definitivamente me inclino por ser un viajero solitario, un lonely traveller.

Creo que a esta forma de moverme le empece a coger el gusto cuando al tener ya la mayoria de edad solia pasar algun verano en Alemania. Me establecia en Munchen, en casa de unos tios mios, pero a la primera oportunidad me ponia a hacer autostop en la autopista con cuatro duros en el bolsillo y un cartel donde se leia Berlin, o Viena, o Venecia, aunque alguna vez no llegara a cumplir ni la mitad del trayecto.
Mas de una vez tuve que echar el saco de dormir en una estacion de tren, o en el portico de una iglesia, o en soportal de un escaparate; y alguna otra vez tuve que robar algo de comida en un supermercado para llenar un poco la barriga.

Recordando esto ahora, tengo que reconocer que alguna vez las pase putas, pero era joven, estaba lleno de vitalidad y me sentia el tio mas libre del mundo. Cuando al cabo de unos dias regresaba a casa de mis tios maldormido y muerto de hambre, agradecia la comida caliente de la tia Martha y las largas charlas con el tio Jack, pero por la noche, bajo el edredon, rememoraba aquellas pequenas aventuras y notaba que estas fortalecian mi mente, forjaban mi caracter y me permitian conocerme a mi mismo un poquito mejor.

No soy padre, que yo sepa, pero si tuviera un hijo le recomendaria que una vez acabados sus estudios se perdiera un ano por el mundo antes de meterse de lleno en la voragine del mundo laboral y la vida estable; que descubriera otros mundos, otras culturas, otras costumbres, que amara, que sufriera tambien un poco, y todo esto sin depender de mi tarjeta de credito, que buscara un trabajo aqui y otro alla que le permitiera seguir dando tumbos por el planeta y seguro que volveria a casa mucho mas maduro y formado.

domingo, 18 de noviembre de 2007


Me faltaba esta.


Ahi va alguna foto pendiente del capitulo anterior.

sábado, 17 de noviembre de 2007

POR LAS TIERRAS DE MORDOR

Acabe el anterior capitulo hablando un poco de mi llegada a Rotorua, la ciudad que huele a huevos podridos debido a la actividad geotermal de su subsuelo. Tambien comente su excesiva infraestructura enfocada a vaciar la cartera del turista, y la verdad es que no me impresiono tanto pese a ser un destino muy recomendado. Cierto es que el lago es precioso, hay parques y jardines muy bien cuidados con agradables paseos y muchos volcanes, zonas termales y geiseres por todos los alrededores... pero demasiado turista de paquete organizado.

En una ocasion, viendo unos geiseres donde por supuesto habia que pagar la entrada, me vi rodeado de un grupo enorme de espanoles, y la verdad, es que daban un poquito de verguenza ajena, todos vestidos de Coronel Tapioca de los pies a la cabeza, a pesar de no atreverse a ir sin su guia a ningun sitio, hablando a gritos y soltando paridas sin parar... En fin, menos mal que gracias a Dios, o mejor dicho, gracias a mis genes maternos no tengo una fisonomia muy latina que digamos y pude pasar desapercibido sin que sospecharan mi procedencia.

Ya por la noche fui a relajarme a un spa que tenia unas piscinas termales maravillosas al aire libre. Era una gozada el contraste del fresquito de la meseta central con el agua sulfurosa a cuarenta grados. Pero por primera vez en todo el viaje salio a relucir mi mala leche. Estaba yo tan tranquilo cuando llegaron en tropel unos veinte japoneses a grito limpio, saltando, chapoteando y estropeando toda la armonia que ofrecia aquel entorno. Les solte un "Chhhhsssssst, quiet please" y segun vieron el careto que puse salieron todos del agua y se fueron a otra piscina. Ahhhhh!, otra vez llego la paz. Varias personas que habia alli hicieron gestos de aprobacion ante mi iniciativa.

Lo que si hice fue pegarme un pequeno exceso y darme un paseo en hidroavion. Era algo que no habia hecho nunca y aparte de las espectaculares vistas desde el aire, lo que mas morbo me daba era la sensacion de despegar y aterrizar en el agua, alucinante.

De Rotorua baje a Taupo, otro precioso lago, un pueblo mucho mas tranquilo y autentico. De este lago nace el rio Waikato, el mas largo de Nueva Zelanda, que discurre entre bosques y preciosas gargantas. Quise hacer un rafting por sus rapidos, pero el dia siguiente amanecio con un viento del sur de cuarenta nudos (recordad que en este hemisferio los vientos frios son los del sur) que no animaban nada a entrar en contacto con el agua, una pena.

Y asi segui bajando (en latitud, que no en altura) hasta llegar al Tongariro National Park y esta zona si que me marco profundamente. El parque comprende las tres mayores cumbres de la isla norte, los montes Tongariro, Ngauruhoe y Ruapehu. Son tres volcanes en plena actividad (el Ruapehu entro en erupcion por ultima vez hace solo deos meses) y ademas coincidio que pese a estar casi en verano habia nieve por encima de los 1500 metros. Precisamente, hace pocos dias comentaba con un amigo del Bilbao en un correo que hacia casi veinte anos que no pisaba la nieve, y ahora, mira tu por donde, Mikel...

Pase un par de dias en esa zona gozando como un chiquillo recoriendo senderos y haciendo un poco de monte. Si a todo esto le unimos que estos parajes fueron escogidos por Peter Jackson para rodar "El Senor de los anillos", me sentia como Aragorn recorriendo la tierra de Mordor.

En el parque tome como campamento base Okahume, un pequeno pueblito a unos mil metros que me recordaba al de "Doctor en Alaska". Una curiosa mezcla de gente, por un lado tipos duros de montana con cazadoras de lenador y gorros de lana, y por otro esquiadores y snowboarders radicales con vistosas ropas de colores chillones.

Ena la oficina del Centro de Visitantes del parque me ocurrio una cosa graciosa. Mientras la chica de la oficina me entregaba un mapa donde habia varios senderos detallados y me estaba explicando el recorrido de una caminata que queria hacer, se me ocurrio comentarle que hacia mil anos que no subia al monte y que ademas no estaba acostumbrado a esas temperaturas, ya que vivia en una islita muy cerca del tropico, y la pobre se le cambio la expresion de la cara. Me pregunto veinte veces si estaba seguro de hacer el trekking yo solo, si no queria que me acompanara un guia, etc. Al final de la tarde, ya de vuelta, pase a saludarle y respiro aliviada. Me dijo: "Ohh, I was worry about you, baby". "No worries, honey, I'm here", le conteste. Hombre, por favor, que soy de Bilbao.

Bueno, ayer baje hasta Wellington llegando otra vez al nivel del mar y a la temperatura que me gusta y sobre la marcha cogi el ferry llegando de noche a la isla sur. Asi que ya estoy en la South Island, concretamente en los fiordos de Marlborough, y he empezado hoy a recorrerlos un poco. Esto promete, pero... en el proximo capitulo sabreis mas, que creo que por hoy ya os he dado bastante la chapa.

Postdata: siento no colgar esta vez ninguna foto, pero el PC que estoy utilizando tiene estropado la conexion del cable USB, cosas de la tecnologia.