Aunque Cuba no era uno de los destinos que más me atraían, decidimos viajar a la isla a finales de abril porque nos pareció un buen sitio para pasar 12 días.
Compramos los billetes de avión unos 2 meses antes. Vimos varias opciones y decidimos viajar con Air Europa porque no teníamos escalas y el precio era parecido que otras aerolíneas europeas, algo más de 700 euros.
Decidimos hospedarnos en casas de huéspedes ya que leímos que era una buena opción, en cuanto a precio, localización, comodidad, ... Esto nos costó un poco más porque apenas hay conexiones a Internet en Cuba, por lo que fue difícil ponernos en contacto con los propietarios de las casas.
El transporte entre ciudades también lo cogimos antes desde España. Compramos billetes de autobús y para un par de sitios contratamos taxi ya que no teníamos buenas combinaciones de autobús.
Somos de Santander y el vuelo salía de Barcelona, haciendo escala en Madrid.
El día 23/04 viajamos a Barcelona con Iberia e hicimos noche allí.
Al día siguiente nos levantamos a las 8:30, hacemos el check out y vamos a desayunar a una cafetería cerca de la estación de Sants.
Cogemos el tren de las 10:10 al aeropuerto. No hemos calculado muy bien porque nuestro avión sale 10 minutos antes de lo que pensábamos y en otra terminal. Pues empezamos bien!!! Llegamos justo para embarcar.
En Madrid hacemos escala pero no tenemos que esperar mucho. Lo justo para comer una hamburguesa y comprar crema solar. Como no facturamos, no hemos podido meter crema de sol, así que la compramos en la terminal.
Salimos a la hora prevista (15:00). El avión es bastante cutre. No hay tele individual y los asientos están muy juntos.
Cuando nos dan de comer no podemos escoger entre los 2 platos porque sólo queda pasta. Tampoco pasan sirviendo agua. Te tienes que levantar tú a pedirla.
Llegamos con 1 hora de retraso, a pesar de que hemos salido en hora.
Son las 19:40. La terminal del aeropuerto de La Habana es bastante cutre.
Vamos a cambiar dinero a una caja que hay fuera de la terminal, justo junto a la puerta de entrada.
Mientras yo hago cola, José va a buscar al propietario de la casa que nos está esperando con el coche. No le encontramos así que optamos por llamarle. Nos dice que se le ha estropeado el coche así que cogemos un taxi.
El taxi al centro de La Habana tarda una media hora y nos cobra 25 CUC. Llegamos a la casa sobre las 21:30.
Nos hospedamos en la casa de Roberto y Zoraida. El precio es de 25 CUC la noche e incluye el desayuno.
La primera impresión es buena. La casa es sencilla pero limpia. La habitación es espaciosa.
Esperamos 5 minutos a que llegue el señor de la casa. Ya hemos conocido a Zoraida y sus padres. Cuando llega Roberto nos explica las cosas que podemos ver y nos acompaña a un par de restaurantes cerca de la casa.
Tomamos una cerveza en una terraza (2 CUC) y luego vamos a cenar a uno de los restaurantes que nos ha recomendado Roberto.
Se ve que la zona tiene mucho ambiente y que está muy cerca del centro, de las 4 plazas más visitadas y bonitas de La Habana. También es cierto que las calles están hechas un desastre, con socabones, sin apenas acera ni luz. Pero Roberto nos dice que La Habana es una ciudad segura, en la que no tendremos problemas.
Cenamos bastante bien por 25 CUC, con langosta incluida. Un menú que repetiremos muuuuuuchas veces. No tanto por gusto sino porque, como os contaré más adelante, no hay mucho dónde escoger.
Después de cenar nos vamos a tomar un mojito a un bar y a las 12 de la noche nos vamos a dormir, que estamos hechos polvo.
Mañana, a patear La Habana!!!
Nos levantamos antes de lo previsto, sobre las 8. Y es que no hemos dormido muy bien porque hace un calor horrible. En la habitación hay un ventilador y un aparato acondicionado del siglo X pero ninguna de las 2 cosas valen de mucho. Además meten mucho ruido.
Desayunamos muy bien: huevos, fruta, flan, café y zumo. El señor de la casa y la chica que está en la cocina nos hacen muchas preguntas. Quieren saber qué tal está España.
Salimos a dar un paseo por las 4 plazas de La Habana Vieja. Nos gustan mucho más de lo esperado.
Están muy cuidadas y hay un ambiente increible. Hay muchísima diferencia de unas calles a otras. Las plazas y alrededores están sorprendentemente bien cuidadas.
La calle Mercaderes es preciosa.
En cuanto sales de esta zona, vas por calles por las que parece que ha caído una bomba. Las calles están asfaltadas pero llenas de socavones y los edificios están que se caen.
Hay jineteros que se nos acercan pero no son muy pesados. Al menos mucho menos que en otros países como India o Marruecos.
Comemos a las 2 en un italiano (el Dominica) después de tomar una cerveza Cristal en una terraza. Por las cervezas nos cobran entre 2 y 2,50 CUC.
Después de comer vamos a refrescarnos a la casa porque al mediodía hace un calor horrible.
A las 5 salimos a dar otro paseo desde el parque central hasta el malecón.
El malecón es un poco decepcionante aunque ya nos lo habían comentado. No sabemos a qué se debe la fama porque no tiene nada de particular.
Después de una buena pateada y bastantes botellas de agua, volvemos a la zona de la Habana Vieja a tomar algo. Nos tomamos unas cervezas en una terraza de la plaza Vieja que hace su propia cerveza. Creo que esta plaza es la que más me gusta.
Para estar en la Plaza Vieja, la cervecería no nos parece cara porque cobran 2 CUC por jarra, que es más grande que un tercio.
Cenamos en el café Campanilla. En la carta no hay mucho donde escoger porque se les ha acabado la mitad de las cosas. Esto parece ser algo normal.
Hemos visto muchas tiendas de distribución de alimentos. En una pizarra se indica la cantidad que se puede llevar cada familia de cada producto. No todas las semanas hay de todo. Parece que estamos en los días de los huevos y el azúcar.
También hay tiendas bastante particulares...
También hay tiendas de alimentos liberados pero para los cubanos son muy caras.
Después de cenar queremos tomar algo en calle Obispo, una calle con mucho ambiente y que está cerca de nuestra casa. Pero resulta que está todo cerrado. No son todavía las 12 pero está la policía, así que suponemos que será por eso que han cerrado. Ayer estuvimos a esta hora y estaba todo abierto.
Compramos agua en un puesto y nos vamos a dormir. Mañana seguimos pateando La Habana, que nos ha sorprendido para bien.
Esta noche hemos dormido con el ventilador y hemos pasado algo menos de calor.
Nos levantamos a las 8:30. Desayunamos y salimos a dar una vuelta. En el desayuno la chica que lo prepara nos pregunta por todos los actores de UPA Dance
. Resulta que están echando ahora en Cuba la serie "Un paso adelante" (creo que se llamaba así) y está enganchadísima.
Visitamos de nuevo la zona de las 4 plazas, entrando en algún museo. Hay unos cuantos que son gratuítos, en los que sólo te piden una propina. Entramos en uno sobre santería que fue bastante original.
Tomamos algo en una terraza y vamos a comer. En el primero que queremos comer (en la plaza de la Catedral) no hay sitio así que vamos a nuestra segunda opción (Mamá Inés). Queremos comer camarones pero tampoco tenemos suerte. Comemos ropa vieja y cordero. No está mal. Yo pido un café cortado y la leche es como crema porque está llena de grumos.
Vamos al museo de la Revolución, que se supone que cierra a las 17. Llegamos a las 16 y nos dicen que está cerrado.
Nos vamos a la casa a refrescarnos un poco. Hoy hace algo menos de calor que ayer.
La madre de la dueña de la casa viene a nuestra habitación a cobrarnos y a darnos palique. Qué señora más singular y graciosa!!! Me pregunta por todo: por mis padres, que cuántos hermanos somos, que si estoy casada, si tenemos hijos, en dónde trabajamos, ... Ella también me cuenta cosas de su familia. Muy maja la señora.
Nos dice que vayamos a la fortaleza de Carro Mazo, que a los turistas les encanta.
Vamos a dar un paseo por el barrio chino. Tiene poco de chino. De hecho, no nos cruzamos con ningún chino. Sólo hay el típico archo chino a la entrada, una estatua de Confucio y algún cartel con el nombre de la calle en caracteres chinos.
Salimos al malecón. Por aquí hay calles con las casas medio en ruinas.
Pasamos por una calle estrecha llena de restaurantes donde nos asaltan por todos lados con la carta.
Como es más tarde que ayer se ve más ambiente por el malecón, aunque pocos guiris.
Vamos a tomar algo a un par de terrazas y a cenar a un restaurante que no viene en la Lonely pero que tiene buena pinta. Resulta que es valenciano!!! Vaya ojo. Pedimos camarones y, por supuesto, no tienen. Lo mejor es que luego la camerera nos dice que de la carta no tiene nada. Cuando la pregunto qué podemos comer me dice que langosta, cerdo y pollo. Y todo, obviamente, a la grillé (a la parrilla o plancha). Cenamos langosta y pollo. Por cierto, la langosta no es como la española (con el precio que tiene es imposible) pero está buena. Y es que una langosta cuesta unos 10 o 12 CUC.
Después de cenar nos tomamos un mojito en un bar de la calle Obispo y a las 12 nos vamos a dormir. Mañana cogemos un autobús a Cienfuegos.
La Habana nos ha encantado. Pensábamos que iba a estar peor cuidada y que los jineteros nos iban a volver locos, pero ni una cosa ni la otra. Bueno, si sales de La Habana Vieja sí que está todo que se cae, pero el centro está bastante bien. Nos ha encantado el ambiente que hay en las plazas, tanto de día como de noche.