Recorriendo la verde Eslovenia ✏️ Blogs of Slovenia

Viaje concertado con viajes Nautalia. No es nuestro estilo habitual de viaje, pues nos encanta el hacerlo por libre, ya que se vive meses antes con los preparativos, se ven muchas más cosas, vas a tu bola…pero bueno, al ser en este caso un regalo que nos hicimos de aniversario, nos dejamos llevar de la manita y a mesa puesta.

Decir que según comentarios de amigos, ya nos apuntaban que Eslovenia era mucha Eslovenia y a la vuelta, según nuestra opinión, creemos que se quedaron cortos.
Qué barbaridad de vegetación! el 62% del territorio es boscoso…no solo se disfruta de las visitas, sino de las vistas del entorno desde el autocar en cualquier trayecto.

Influencias gastronómicas y artísticas de todos sus países colindantes y gente en general bastante amable.
Por último comentar que el viaje está bastante aprovechado, ya que se sale a primera hora de la mañana de Madrid, y se vuelve desde el aeropuerto de Venecia después de la comida, a última hora de la tarde.

Al hacer el viaje a mediados de Septiembre, encontramos todos los lugares bastante despejados de gentío, sobre todo los sitios más emblemáticos, donde según nos dijo el guía ya empieza a haber masificación en pleno verano.

Una vez aterrizados en el aeropuerto Marco Polo de Venecia a primera hora de la mañana, nos trasladamos en autocar hacia la frontera eslovena, deteniéndonos antes en Palmanova para realizar su visita y posteriormente almorzar.

Palmanova es un municipio de la provincia de Udine fundada en 1593 , en la región de Friuli-Venecia Julia, en Italia.
Si por algo es famosa Palmanova es, sin duda, por su forma de estrella y por ser fortificada, teniendo tres puertas de acceso que merecen una visita.

El modo más claro de ver la perfección geométrica de esta ciudad es desde el cielo, donde se aprecia claramente su forma estrellada y sus calles rectas, que confluyen en una gran plaza hexagonal en el centro exacto de la fortificación, la cual nosotros por desgracia no la pudimos disfrutar en plenitud, ya que por algunas zonas quedaban atracciones de feria que estaban retirando ya que habían sido las fiestas recientemente.

Fue diseñada de principio a fin por Vincenzo Scamozzi, un famoso arquitecto y artista que ideó tanto el diseño de sus calles como los edificios que las componen.

La ciudad es fortificada y eminentemente defensiva, algo muy importante en aquella época de guerras y revueltas. Su forma poligonal permite el fuego cruzado, muy importante a la hora de defender la ciudad en caso de un ataque. Sus gruesos muros y sus edificios bajos (no visibles desde el exterior) protegen a su población.

En la actualidad, Palmanova básicamente concentra su valor turístico en la plaza central donde están el Duomo, el Museo Cívico Histórico, el Ayuntamiento, el Museo Histórico Militar y la Iglesia Arciprestal, ya que la mayoría de la gran cantidad de acuartelamientos de la ciudad, después de la caída del muro de Berlín, fueron abandonados y económicamente parece ser que la ciudad no ha podido asumir el coste de su mantenimiento.

Después de la comida nos dirigimos a Ljubliana, a dos horas aproximadamente de Palmanova, por lo que directamente vamos a hacer el check-in al hotel que hará función de cuartel general durante cuatro días.
Hotel de las afueras, un poco perdido en medio de la nada, pero tranquilo y aceptable para simplemente el descanso después de cada jornada.
Apertura de maletas, cena y charleta en el bar con parte del grupo.

Salimos de nuestro hotel para en breves minutos pasar dia completo en la capital de Eslovenia la que a nosotros nos pareció una ciudad muy coqueta, manejable y con mucho atractivo.

El toque personal se lo dio el arquitecto Jože Plečnik, una figura nacional y que es autor de lo más representativo de la ciudad.
A pesar de ser una ciudad no excesivamente grande, en nuestra opinión, como mínimo merecería la pena un día entero para visitarla como merece.

Cuidan impresionantemente bien la sostenibilidad de la ciudad, el centro histórico de Liubliana está cerrado al tráfico de vehículos de motor.
Las únicas excepciones son el tren turístico Urban y los pequeños vehículos eléctricos Kavalir, que son gratuitos y se paran a demanda en cualquier punto del centro peatonal de la ciudad.

Decir que rondaba una dana por centro europa y jamás en mi vida he visto jarrear agua como lo hizo durante casi tres horas. Sí he visto trombas de agua, pero una vez acabada la tempestad, llegaba la calma…en nuestro caso no, era una detrás de otra.
Desde aquí declaro que Decathlon tiene un ferviente devoto en mi persona…si no me calaron las botas goretex es que se puede hasta bucear con ellas.

En cualquier caso, capa en ristre la pateamos estoicamente y aprovechamos para hacer fotos en los momentos pre-tempestad, en los escasos momentos de (tensa) calma que hubo durante trombas y sobre todo después de comer que tuvimos la tarde libre para ir a nuestro antojo y ahí ya el tiempo se apiadó de nosotros o más posiblemente es que se agotaran, por fín, las existencias de agua allá arriba.

Imperdibles son, aparte de cualquier calle céntrica de su coqueta ciudad :

Castillo de Ljubliana (Ljubljanski grad) al que optamos por no subir ya que su acceso a la zona más alta, estaba restringido por haber aparato eléctrico.


Puente de los Dragones (Zmajski most), uno de los lugares más famosos de toda la ciudad, lleno de leyendas, ya que el dragón es el símbolo de la ciudad junto con el castillo.

El Dragón es el símbolo de Liubliana desde que Jasón, el héroe Griego, tuvo que llevar a su rey un tesoro que estaba escondido en una cueva eslovena vigilada por un fiero dragón.

El Puente de los dragones, construido en el siglo XIX, es de los más queridos y fotografiados de la ciudad. Dicen los locales que si pasa una mujer prometida por el puente y es virgen, los dragones moverán su cola de mármol.
No haré el más mínimo comentario al respecto

El puente de los carniceros (Mesarski Most), llamado también el de los candados (ya se sabe los que es el amor...) que está situado entre el de los dragones y el puente triple.
Toda la ribera del rio Ljubljanica es digna de recorrer con calma, cosa que por desgracia nosotros no pudimos hacer debido a los aguaceros

El Puente Triple (Tromostovje), creado cómo no por Jože Plečnik es un grupo de tres puentes que cruzan el río Ljubljanica.
Conecta el Ljubljana histórico, medieval y céntrico a un lado, y la ciudad moderna.
Muy curioso su diseño, ya todo peatonal desde 2007, antes el puente central era para el tráfico.

Iglesia de la Anunciación (Frančiškanska cerkev Marijinega oznanjenja ), es una iglesia católica de preciosa fachada barroca regida por los franciscanos que está junto al puente triple en la Plaza Preseren, donde está el monumento en forma de estatua de bronce del poeta nacional esloveno France Prešeren.

Mercado Central (Osrednja ljubljanska tržnica) , según nos dijo el guía está sensacional, es un mercado tradicional al aire libre en el que también se vende artesanía y donde parece ser que también hay food trucks y mesas para poder comer allí.
Este fue uno de los momentos donde más agua cayó, justo llegando a las inmediaciones del mercado, así que solo pudimos ver a los dueños de los puestos recogiéndolos a la carrera y gente corriendo como pollos sin cabeza para salvarse del diluvio.

Plaza del Congreso (Kongresni trg), bonita plaza donde destaca la preciosa universidad, la Iglesia Ursulina y el Museo de las Ilusiones

Catedral de San Nicolas (Stolnica svetega Nikolaja), junto al mercado central y se visualiza prácticamente desde toda la ciudad con su característica cúpula verde y sus dos torres gemelas.

Ayuntamiento (Ljubljanska mestna hiša) , Se encuentra en la parte vieja de la ciudad, original del año 1484 da origen a un recorrido por la parte mas antigua de la ciudad.

Su imponente fachada está acompañada de la famosa fuente de Robba (inspirada en la fuente que hallamos en la Piazza Navona de Roma).

Muy recomendables las vistas 360º de la ciudad desde el Rascacielos Nebotičnik, en la calle Štefanova ulica 1.
Nosotros subimos a la terraza del último piso, que también tiene cafetería interior.
La terraza exterior estaba cerrada por la tromba caída, pero incluso a través de los cristales interiores, las vistas eran magníficas.
Desde la terraza exterior, debe ser una gozada.

Regreso al hotel donde en los magnificos radiadores pudimos secar (por suerte solo necesario por fuera) las botas y chubasqueros que traíamos empapados.
Cena y repaso a la jornada con compañeros del grupo.