Aunque el objetivo era salir temprano del hotel, los retrasos en los vuelos no siempre acompañan (bueno, los controladores aéreos y sus huelgas más bien ), así que entre unas cosas y otras no estuvimos listos para empezar a disfrutar de la ciudad hasta las 11.
Justo al salir del hotel empezó a lloviznar, lo que me hizo replantearme la ruta mentalmente, pero afortunadamente ese fue el único momento del día en que mojé... de lluvia, porque tuve otro percance “acuático” más adelante.
Iniciamos el recorrido en Plaza Catalunya, para a continuación tomar las Ramblas en dirección al puerto, una calle llena de bonitos edificios y donde se pueden captar unas imágenes singulares
Plaza Catalunya
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Ramblas
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Al principio de las Ramblas encontramos la Fuente de Canaletas, donde los aficionados al Barça celebran sus victorias. No quiero polémicas, pero la primera vez que la vi me llamó la atención porque no es una fuente grande (lo de una gran fuente, pues según a quien le preguntes ). Tardamos un ratillo en conseguir que en la foto no saliera nadie salvo nosotros, pero la paciencia fue compensada.
Juzgad vosotr@s mism@s.
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Continuamos el paseo hasta el Mercado de la Boquería, que al ser sábado por la mañana, hervía de actividad. Los puestos de fruta le dan un toque de color y otros especializados en diferentes cosas, como alguno de chocolates, eran una delicia para los sentidos.
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Lo primero que queríamos visitar era el Palau Güell, en una calle que sale de las mismas Ramblas , un edificio construido por Gaudí. Sinceramente, con la fachada me hubiese valido, pero no sé si es porque una parte de lo visitable estaba cerrada por restauración (Edito un par de años después para decir que definitivamente la visita al edificio merece la pena, y mucho)
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En otro lateral encontramos la Plaza Real y más hacia el puerto aún el Museo de Cera (no entramos, no me llaman la atención ese tipo de museos y, además, ya no llovía nada y el día invitaba a pasear).
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Un mosaico gigante de Miró, muchos contrastes, edificios con una curiosa decoración, un museo de cera, un par de teatros... (ala, ¿hay algo en esta calle que pararse a contemplar? )
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Llegamos a la estatua de Colón con sus leones, desde donde se pueden ver las “Drassanes” o Atarazanas
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En el puerto estuvimos entretenidos un buen rato haciendo fotitos al transbordador aéreo que va desde Montjuic a la Barceloneta (queríamos una en concreto, con las cabinas pasando por unos “aros gigantes”, cosas que a uno se le antojan)
Ya que hemos terminado con las Ramblas, nos vamos al Park Güell, con su “drac”, que está muuuy cotizado para hacerse una foto, pero una vez más la paciencia tiene sus frutos
Os lo presento. "Aquí draki, aquí unos amigos"
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La puerta que está justo enfrente tiene dos edificios que me parecen de galleta, pero no los mordí ¿eh? , así que allí deben seguir intactos
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Desde el parque podéis tomar unas bonitas fotos de Barcelona, con la Torre Agbar y la Sagrada Familia (con las únicas grúas que no me importaba que salieran en la foto).
Nuestra siguiente visita estaba planeado que fuera la Sagrada Familia, pero la combinación de metro escogida nos hacía acercarnos al Paseo de Gracia, así que aprovechamos para ver la “Manzana de la Discordia”, con sus edificios modernistas: la Pedrera, la Casa Batlló y la Casa Amatller .
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Sólo he visitado la Casa Batlló (no en esta ocasión) pero me pareció immmmmmpresionante y la audioguía muy buena si bien debo decir “Hola, soy becajo y me encanta el azul y las audioguías”
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Ponemos rumbo a la Sagrada Familia, pero antes de hacer cola, hay que comer. En una de las calles de alrededor nos comimos un buen menú del día Hacemos una cola de unos quince minutos y cuando llegamos a la taquilla vemos que hay un cartelito que dice que las torres están cerradas. El taquillero nos dice que hay que ir más temprano (y falta como una hora para que cierren el ascensor), así que no entramos, ya que queríamos subir, otra vez será.
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Enfilamos la Avenida Gaudí hasta el Hospital de S. Pau, otro bonito edificio modernista. Según me contó un taxista (esos grandes conocedores de su ciudad) la parte antigua la van a dejar para oficinas y otras cosas internas del hospital, y la nueva (que no es artísticamente interesante) para lo que es el funcionamiento sanitario.
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¡Y ahora rumbo a Montjuic!
Cogemos el funicular y vamos bajando paseando por diferentes jardines hasta llegar a la Plaza de España, a ver el espectáculo de la “Font Magica” con el Museo Nacional d'Art de Catalunya (MNAC) de fondo. El espectáculo funciona sólo ciertos días y a ciertas horas y coordinan música con los efectos luminosos y de los surtidores de la fuente.
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Un consejillo, no os pongáis demasiado cerca a grabar, que acabaréis bastante mojados, con las gafas “llovidas” y con las manos heladas
Llegamos a la fuente cuando empezaba el espectáculo a las 19:00, pero duró muy poco (demasiado poco, un par de minutos), así que mientras decidimos que íbamos a esperar al de las 19:30 porque nos parecía muy raro anunciaron por megafonía que había un problema técnico y que empezarían en breve.
Y una vez vistas las fuentes, nos vamos al Camp Nou, que teníamos entradas. Os puede gustar el fútbol o no mucho (es mi caso) pero el campo es una pasada, y grande como él solo (si llevais todo el día pateando y accedéis a él por el extremo opuesto a vuestra puerta de acceso, os acordaréis de mí).
Empezamos el día con un símbolo para los aficionados del Barça y terminamos viendo al Barça jugar, cuando menos curioso si uno no es futbolero
Aquí las cosas están más "juntitas"
La idea era empezar por el Parque de la Ciudadela y la estación de França, continuar con un paseíto por el Borne, visitando Santa María del Mar, luego visitar el Palau de la Música y rematar el día por con el Barrio Gótico, Plaza S. Jaume y Catedral, recalco lo de idea... porque la realidad y el plan inicial pueden parecerse como un huevo a una castaña.
Como el partido hizo que llegáramos al hotel pasada la una de la madrugada, empezamos la ruta más o menos como el día anterior, algo antes de las once, así que desistimos del Parque de la Ciudadela y nos dirigimos directamente al Palau de la Música, no sin antes pasarnos para ver por fuera el Mercado de Santa Caterina.
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Llegamos al Palau de la Música antes de las 11:30 porque queríamos visitarlo a esa hora pero había concierto y sólo se podía hacer a las 14:30 o a las 15:30. Compramos la entrada para la última y ahora teníamos toda la mañana libre.
Un inciso, en su web o llamando por teléfono seguro que se puede uno informar de estas cosas cuando compras por anticipado, pero un error lo tiene cualquiera
¿Y ahora qué hacemos? ¿Probamos a ir a la Sagrada Familia ya que hoy es más temprano? ¡Pues probamos! Resultado infructuoso: cola de quince minutos para que al llegar a taquilla las torres estén cerradas porque “hay mucha gente” (¡toma ya!), y puede que las abran sobre las dos y media.
Como el plan B (la Sagrada Familia) no se ha dejado, pues a por un plan C: como queríamos ver vistas, nos vamos al Tibidado. Buscamos una conexión de metro con la L7, nos bajamos al final y cogemos el “Tramvia Blau” para luego coger el funicular.
El tranvía es muy coqueto, antiguo, todo el interior de madera y cabe mucha más gente de la que uno espera Si no queréis coger el tranvía, hay un autobús que hace la misma ruta, pero he de declararme “fan incondicional de tranvías, trenecitos, funiculares y artefactos similares”
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Desde donde te deja el tranvía hay unas bonitas vistas y allí mismo se puede coger el funicular para subir al Tibidabo, donde está el Parque de Atracciones (que ese día estaba cerrado) y la Basílica del Sagrado Corazón.
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Las vistas desde aquí de toda la ciudad son una pasada
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Y ahora, a deshacer todo el camino andado y comer, que a las 15:30 tenemos visita guiada del Palau de la Música Catalana. Si en otra visita a la ciudad me “enamoré” de la Casa Batlló, en esta me he enamorado de este edificio.
No se pueden hacer fotos en el interior, pero si queréis echarle un ojo, en su web hay visitas virtuales que están bastante bien.
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La visita es cómoda: se inicia en el bar, o ambigú, que queda más “mono”; lo primero, un vídeo de diez minutos (mi mosca detrás de la oreja se despierta para decirme "has pagado para ver un vídeo ") en una de las salas de ensayo; luego, un poco de historia (mi mosca va adormeciéndose); después, una sala para uso de los espectadores en los descansos (mosca casi dormida); a continuación, sentados en el patio de butacas y comprobando la acústica de la sala con un fragmento de música clásica (mosca totalmente KO); finalmente, desde el piso de arriba contemplando los detalles y el techo, ese techo, esa luz... (mosca muerta, o al menos silenciada, es para decirle "he pagado por ver ESTOOO")
Llegamos a la Plaza de la Catedral, pero como había cola, desistimos. Ya le van quedando menos andamios a la fachada
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Llegamos a la Plaza Sant Jaume y nos dedicamos a callejear por el Barrio Gótico y el Borne, y callejeando callejeando, llegamos a la Estación de Francia. Sinceramente, el edificio no me pareció nada del otro mundo, así que me alegré de que al final hubiéramos tenido que cambiar los planes.
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Luego visitamos Santa María del Mar (pillamos justo la salida de misa), un buen ejemplo del gótico catalán.
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De camino al hotel vimos que no había cola en la Catedral y nos asomamos, pero había misa y no sacamos la cámara (otro edificio que se me resiste, he pasado por la puerta en varias ocasiones, y no cuadramos él y yo en horario en que esté abierto o en que no haya actos religiosos... )
Y se acabó el fin de semana, que sirvió para hacernos una idea aproximada de la ciudad.