El
primer dia de viaje, como en todos, fue bastante durillo. Teníamos por delante dos vuelo, el primero de
Madrid a Bangkok y el segundo de
Bangkok a Chiang Mai. El primero de ellos de nada más y nada menos que 11 horas se me hizo un pelín largo. Sin embargo, las películas del avión y, sobre todo, que no paran de darte de comer y beber, hacen que no pienses tanto en el tiempo. Aquí he de decir que la compañía
Thai Airways es muy atenta durante los vuelos, la comida estaba buena y podías pedirte hasta copas de alcohol.
Recién llegados a las 6 de la mañana al aeropuerto internacional de Bangkok ya tuvimos que pensar en el segundo vuelo, con AirAsia, que nos llevaría a Chiang Mai, nuestro destino final. A eso de las 10 de la mañana hora local (allí son 5 horas más que en España) estábamos en Chiang Mai. Un poco dormidos de tanto viaje y sorprendidos por el calor abochornarte que hace en Tailandia, cogimos unos taxis hasta la ciudad, y llegamos al primer hotel donde alojarnos:
Wangburapa Grand Hotel. Éste, al ser el primero del viaje y saber que llegaríamos cansado lo reservamos desde Madrid por internet y nos salió a 810 BTH/habitación, lo que viene siendo unos 10€/persona/noche. Como veremos en varios post, el reservar el hotel por Internet es más caro porque allí lo puedes regatear y los sitios más baratos no aparecen en los buscadores. La habitación no estaba mal y
había piscina. Sin embargo, fue el hotel que peor olió la habitación de todos en los que estuvimos. A pesar de eso, no estaba mal.
Una vez instalados en el hotel había que empezar a conocer la ciudad y en vistas del tiempo que teníamos y de las fuerzas, el primer día fue para recorrer los lugares y templos más importantes de Chiang Mai. Pero antes hicimos una parada para comer y disfrutar por primera vez de la comida thai. La comida en Tailandia
es muy barata, bastante picante, rica, pero poco variada. Toda su alimentación se basa en arroz, bastantes verduras, poca carne, mucha sopa, bastante pasta estilo noodles y fruta riquísima. Ese día probamos uno de los platos más famosos de Tailandia: el
Pad Thai, una mezcla de verduras y fideos que no paramos de comer en todo el viaje.
La última tarea que nos quedaba antes de visitar los templos era
contratar las excursiones que os contaré los próximos dos días. Y en la misma calle de nuestro hotel,
Moon Muang, había muchísimas agencias donde hacerlo. El contratar las excursiones tiene dos piezas clave: s
aber exáctamente dónde quieres ir para exigirlo antes de firmar o contratar nada y negociar el precio lo mejor que puedas. Con esas dos claves te vas a ahorrar algún disgusto, aunque no todos, ya que a nosotros en Bangkok nos la colaron.
El primer templo que visitamos fue el de
Wat Chiang Man, que data del año 1296, aunque se pueden apreciar alrededor construcciones más modernas con la típica forma en triángulo de los templos modernos. Quizás cuando llegues a Tailandia los primeros templos te fascinarán, pero cuando has visto cincuenta notarás que estos templos de Chiang Mai son normales. Eso sí,
Chiang Mai es una de las ciudades con más templos de tailandia, más de 300.
De los restantes templos de Chiang Mai visitamos dos más:
El Wat Phrang Tao y el Wat Phra Singh. Como veréis en las fotos, prácticamente todos los templos son iguales. El único que destaca de la ciudad es el
Wat Phrathat Doi Suthep, que se encuentra a las afueras de la ciudad y del que os hablaré en su momento.
Tras pasar un calor bastante grande y el cansancio de todo el viaje decidimos darnos un bañito en la piscina y acudir al
mercado nocturno de Chiang Mai, donde se puede comprar de todo y nos dimos cuenta por primera vez de lo barato que son las cosas y aprendimos a regatear.
El primer día acabó bastante bien, con unas
cervezas Chang, como la Mahou de aquí, y unos
billares, que por Tailandia debe ser casi deporte nacional porque había muchísimos y casi siempre gratis. La zona por la que salimos nosotros fue la
calle Loi Khor, donde había bastantes bares y centros de masajes.
// Lo más importante
La compañía Thai Airways se portó muy bien en el vuelo
Los hoteles son más baratos si regateas el precio allí mismo
La comida thai es muy barata, rica y picante
Para contratar excursiones: saber claramente donde quieres ir y negociar
Chiang Mai es una de las ciudades con más templos
Chiang Mai tiene un mercado nocturno donde comprar de todo
El segundo día comenzamos a disfrutar de las excursiones que habíamos negociado el día anterior. Los cogimos en una pequeña agencia de una señora de la calle que os comenté en el día anterior, la calle Moon. Allí tienen un
montón de paquetes, muchos con más cosas de las que quieres. Sin embargo, nuestra experiencia es que si decides quitar cosas y poner otras al final te sale más caro que el paquete estándar, así que procurar coger un paquete que se adapte lo mejor que podáis a vuestros deseos.
Una vez elegido el trayecto el tema es negociar el precio. Nosotros conseguimos
rebajar el precio inicial de 2000 BTH por los dos días. Mi impresión es que lo podíamos haber dejado más barato, sobre todo porque éramos nueve, pero es mejor no lamentarse después de un regateo.
La excursión fue toda en una
minivan, con un guía thai, lo que significa poco inglés. Eso suele ser un problema porque se supone que un guía debe contarte cosas y en este caso no contaba casi nada. La primera parada fue en la
Granja de orquídeas y mariposas, un lugar que suele estar incluido en muchas excursiones. La verdad es que a mi me parece de relleno porque las orquídeas están bien, pero vistas 10 vistas todas y casi vimos más tipos de mariposas en la selva que en esta granja. Pero bueno, nos regalaron una orquídea bien bonita que llevamos todo el día puesta en la solapa.
Después fuimos a ver la
tribu Lisu para hacer tiempo antes del campo de elefantes. He de decir que lo de las tribus en Tailandia ha sido una de las mayores decepciones. A los sitios que nos llevaron son más mercadillos que otra cosa. Entiendo que las tribus consigan dinero del turismo y que el turismo quiera ver las tribus originales, pero creo que esta conviviencia no va a ser posible. Quizás en una excursión de varios días si te lleven a algún poblado más recóndito donde no te intenten vender y te muestren más cómo viven las tribus de verdad.
Tras dar un paseo por la aldea Lisu nos fuimos al
campamento de elefantes. En el que estuvimos nosotros simplemente te daban una vuelta en elefante, ¡que ya es una experiencia! pero nada de elefantes haciendo malabares o pintando. Si queréis ver eso os recomiendo ir al
Campo de elefantes Maesa. Este tiene mucha mejor pinta y muchas más actividades.
Tras montar en elefante el plan era realizar un
trekking por la selva de una hora hasta unas cataratas en las que nos bañaríamos. Sin duda, el andar por las selvas de Chiang Mai es una experiencia, su vegetación es impresionante y los paisajes verdes una gozada. Sin embargo, el trekking fue algo peor para mí. A los 20 minutos resbalé en una cuesta con tan mala suerte que se me salió el hombro y tuve que ir al hospital. ¡Una experiencia nueva en Tailandia!
La verdad es que ya que tuve que pasar os hablaré de lo que pude ver en el
hospital. Todo estaba muy limpio, me trataron estupendamente: me llevaban en silla de ruedas a todos lados, me tomaron la tensión, me pesaron, me hicieron una radiografía y me colocaron el hombro sin dolor gracias a algún anestésico que me inyectaron. Como digo,
el trato fue buenísimo así que si alguna vez os toca, espero que no..., no vayáis con miedo. Por lo menos a los turistas les tratan muy bien.
Tras esto volvimos para comer al campamento de elefantes y visitamos unas pequeñas
cataratas cercanas que fueron un presagio de lo que mañana íbamos a ver. Pero lo más importante de la tarde fueron la visita a
las mujeres jirafa, o paudang, y el
templo de Doi Suthep.
Las mujeres jirafa llegaron a Tailandia huyendo de los conflictos de los 90 en el país vecino de Myanmar. En el norte de Tailandia se asentaron y ahora viven de los turistas que compran sus productos o dan limosnas. Las mujeres jirafa se llaman así por los anillos que llevan en el cuello. Desde los 5 años se van añadiendo uno cada dos años hasta llegar a tener más de 20 como algunas ancianas.
El peso de estos anillos hace descender las clavículas y aplantarse la cavidad torácica creando la sensación de que el cuello es más largo. Esta deformación hace estas mujeres mueran por roturas de cuello o asfixia. La leyenda de los anillos de latón parece ser que contaba que protegía a las mujeres de ataques de los tigres que intentaban morderles el cuello.
Tras ver a las
mujeres jirafa nos dirigimos a la última parada del día, el templo de
Wat Phrathat Doi Suthep, el más importante de
Chiang Mai. La leyenda dice que el templo se fundo en el lugar que murió un elefante que portaba una reliquia del propio Buda. El rey Nu Naone en 1368 ordenó la construcción de este templo en aquel lugar. Sin duda es el más bonito de los alrededores y merece la pena ir a verlo, aunque esté a 15 km de Chiang Mai.
// Lo más importante
- Para contratar excursiones: saber claramente donde quieres ir y negociar
- Los guías thai no hablan mucho inglés y no explicaron casi nada
- Elegir bien el campo de elefantes donde te van a llevar
- La atención en el hospital fue estupenda
- La visita a las mujeres jirafa merece bastante la pena
El día anterior habíamos probado lo que era la naturaleza del
norte de Tailandia, pero hoy tocaba una ración incluso más intensa de naturaleza. La segunda
excursión de Chiang Mai nos iba a llevar por lugares naturales tremendamente interesantes.
Como el día anterior la excursión comenzó temprano en otra minivan y otro guía thai, este más simpático con el que estuvimos hablando de política, y es que ese día se celebraban las
elecciones generales en el país. Respecto a este tema, en ningún momento vimos
ningún disturbio ni nada por el estilo, todo estuvo muy tranquilo. Lo único que nos afectó es que ese día no se sirve alcohol en ningún local, por lo que la fiesta fue un poco más tranquila.
Lo primero que vimos aquel día fueron unas
impresionantes cataratas llamadas Waohirathan. Nunca había visto unas cataratas de ese tamaño y a mi, personalmente, me impresionaron muchísimo. Bastante calados por lo que salpicaba la catarata volvimos a ponernos en marcha rumbo a un pequeño trekking muy cerca del pico más alto de Tailandia, en el
parque natural de Doi Inthanon. Un parque que es impresionante por su vegetación. A estas alturas, estamos hablando que el pico más alto se encuentra a 2
565 metros de altura se agradece el pantalón largo y una chaqueta o chubasquero. Seguramente es el
único punto de Tailandia donde puedes pasar frío.
El
pequeño trekking era por una pasarela de tablas muy sencilla de seguir que se adentraba en el parque. A mi me alucinó la humedad del ambiente, lo verde que estaba todo y cómo el musgo cubría hasta el último recoveco de todo.
La siguiente parada del viaje era las
pagodas del Rey y la Reina. Adorados prácticamente como dioses en
Tailandia, estas dos grandes construcciones hacen honor a la corona. Fue una pena que este día si que nos cayera el famoso monzón y el tiempo estuviera tan revuelto, porque como veréis en la foto no se podía disfrutar ni de las pagodas ni de los jardines de alrededor. Sin embargo, entre tanta lluvia pudimos visitar el interior de las pagodas.
Tras el parque de
Doi Inthanon fuimos a visitar otras impresionantes cascadas de 40 metros de altura cuyo nombre era
Sirithan Waterfall. Otra vez me quedé alucinado de la grandeza de la naturaleza en toda esta zona.
Por último, para acabar la excursión, fuimos a visitar a la
tribu Karen. La
tribu Karen que habita el
norte de Tailandia desde el siglo 17 se caracteriza por ser un pueblo agricultor de arroz y por la gran habilidad de sus mujeres en los tejidos. Una peculiaridad de esta tribu es que
sus mujeres solteras visten con ropas blancas, mientras que las casadas visten con colores vivos. Todas estas prendas las podías comprar allí mismo, a la vez que pudimos observar cómo tejían.
Lo último que me impresionó de este día fueron los
campos de arrozales que había en toda la zona. Impresionante observar la estructura de terrazas que se han montado para poder aprovechar todas las colinas alrededor del pueblo. Un vistazo a este paisaje merece mucho la pena.
Al llegar a
Chiang Mai nos encontramos con el
mercado de los domingos. Un mercado que tiene mucha más variedad de cosas tanto de comprar como de comer. ¡Las brochetas de carne y el postre de banana fueron lo mejor! Por la noche fuimos de nuevo al
mercado nocturno y nos adentramos más en sus entresijos. Ese día,
los templos estaban abiertos por la noche y había mesas al más puro estilo
biergarten donde poder cenar. Unas mesitas al aire libre y comida de algunos de los muchos puestos que había alrededor fueron una mezcla estupenda para acabar el día.
// Lo más importante
- No tuvimos ningún problema con las elecciones generales de Tailandia
- Las cataratas fueron de lo que más me impresionó
- En el parque Doi Inthanon quizás tengas algo de frío
- Los paisajes de arrozales merecen mucho la pena
- El mercado del domingo de Chiang Mai es más completo que el nocturno
- Cenar un domingo en un templo es una experiencia muy recomendable