Antes de contar esta etapa, avisar que es dura y que después de nuestra experiencia se podría partir en dos y hacer un día más descansando esa noche en Melide y disfrutar aún mas de su pulpo. Nos levantamos temprano y empezamos muy fuertes, supongo que por el buen descanso del día anterior. La etapa tiene varias cuestas hacia arriba y hacia abajo, aunque el paisaje con otro tipo de vegetación es bonito.
Poco antes de llegar a Melide se deja la provincia de Lugo y se llega a la de A Coruña. En Melide nos plantamos a media mañana, después de atravesar varias poblaciones, algunas bonitas y un feo polígono industrial. En Melide nos tomamos un descanso en la famosa pulpería Ezequiel.
Nos comimos un buen plato de pulpo ya que a los dos nos encanta, y la verdad es que estaba buenísimo, digno de su fama y con bastante pique, genial. Para nuestro gusto imprescindible la parada y muy bien de precio.
Lo peor de la etapa estaba por llegar, con la barriga llena, el calor que ese día apretó, las continuas cuestas, y las escasas fuentes. El paisaje era bonito pero no lo disfrutamos como otros días porque se nos hizo eterno. Nos encontramos una mesa con comida y agua y solo tenias que echar en una hucha la voluntad, otros peregrinos se detuvieron junto a nosotros. Después de un buen rato llegamos al albergue de Ribadiso muy famoso, pero nosotros teníamos reserva en Arzúa en el Vía Lactea con lo que teníamos que seguir un poco más.
Nosotros pensábamos que ya quedaba poco pero justo al pasar el albergue empezó una interminable cuesta y hasta llegar a Arzúa lo pasamos regular debido al calor y la falta de agua. Nuestro albergue estaba casi al final del pueblo, todavía más andar. Decidimos antes de llegar al albergue comprar algo en algunos de los supermercados. Este albergue estaba muy bien pero lleno. Las duchas, la sala para comer, las camas, todo muy bien, tenía hasta internet para quien quisiera. Lo primero fue ducharnos y luego mi novia se echó un rato porque estaba mal y yo aproveche para sentarme un rato al sol en el patio del albergue. Por cierto, recomiendo llevar una cuerda y pinzas para tender la ropa porque en algunos albergues no hay espacio suficiente y llega a ser muy útil. Cenamos temprano junto a los amigos de Tarragona que también estaban en ese albergue. Tras la cena y charlar un rato nos acostamos y caímos enseguida.
Poco antes de llegar a Melide se deja la provincia de Lugo y se llega a la de A Coruña. En Melide nos plantamos a media mañana, después de atravesar varias poblaciones, algunas bonitas y un feo polígono industrial. En Melide nos tomamos un descanso en la famosa pulpería Ezequiel.
Nos comimos un buen plato de pulpo ya que a los dos nos encanta, y la verdad es que estaba buenísimo, digno de su fama y con bastante pique, genial. Para nuestro gusto imprescindible la parada y muy bien de precio.
Lo peor de la etapa estaba por llegar, con la barriga llena, el calor que ese día apretó, las continuas cuestas, y las escasas fuentes. El paisaje era bonito pero no lo disfrutamos como otros días porque se nos hizo eterno. Nos encontramos una mesa con comida y agua y solo tenias que echar en una hucha la voluntad, otros peregrinos se detuvieron junto a nosotros. Después de un buen rato llegamos al albergue de Ribadiso muy famoso, pero nosotros teníamos reserva en Arzúa en el Vía Lactea con lo que teníamos que seguir un poco más.
Nosotros pensábamos que ya quedaba poco pero justo al pasar el albergue empezó una interminable cuesta y hasta llegar a Arzúa lo pasamos regular debido al calor y la falta de agua. Nuestro albergue estaba casi al final del pueblo, todavía más andar. Decidimos antes de llegar al albergue comprar algo en algunos de los supermercados. Este albergue estaba muy bien pero lleno. Las duchas, la sala para comer, las camas, todo muy bien, tenía hasta internet para quien quisiera. Lo primero fue ducharnos y luego mi novia se echó un rato porque estaba mal y yo aproveche para sentarme un rato al sol en el patio del albergue. Por cierto, recomiendo llevar una cuerda y pinzas para tender la ropa porque en algunos albergues no hay espacio suficiente y llega a ser muy útil. Cenamos temprano junto a los amigos de Tarragona que también estaban en ese albergue. Tras la cena y charlar un rato nos acostamos y caímos enseguida.