Miércoles 4 de abril
Ayer decidimos ir a Capri , dudábamos entre Ischia, Capri o Procida. Es la etapa que menos hemos preparado, nos conformaremos con lo que podamos hacer.
Empezamos mal, a las 8 de la mañana vamos al muelle Calata Porta di Massa desde donde parte el ferry que queremos tomar, y nos informan que los horarios de internet están mal y que no sale un ferry para Capri hasta las 12. Cambiamos de planes y nos acercamos al Molo Beverello donde tomamos un aliscafo – tras pagar 17€ por trayecto y persona – veloce que en unos 35 minutos nos deja en la Marina Grande de Capri.
No cogemos el funicular, preferimos ir subiendo por las múltiples y estrechas callejuelas hasta llegar a la Piazza Umberto I , donde encontramos la Chiesa de San Stefano y la oficina de información turística. En la oficina nos facilitan un plano de la isla con diversos itinerarios y nos explican donde tomar los autobuses para ir a Anacapri.
Hacemos el primer itinerario hacia los jardines de Augusto. Las vistas son bellísimas y desde los jardines podemos divisar los famosos “Faraglioni” y la Via Krupp ,cerrada por peligro de desprendimiento .
En nuestro segundo itinerario, vamos al Arco Natural a través del la Via le Botteghe, la Croce y Via Matermaria. Nos sorprende la belleza del pueblo, sus cuidados jardines , su limpieza y que en las estrechas calles circulen, sólo muy de tarde en tarde, pequeños y silenciosos vehículos eléctricos ( ¡venimos de Nápoles !! ).
En esta zona encontramos algunos turistas, grupos de escolares principalmente.
Sobre las 14 horas cogemos un autobús ( 1,8€ por trayecto y persona ) y nos vamos a Anacapri.
Paseamos por la Via Orlandi , vemos la Casa Rossa, que no podemos visitar porque está en obras y llegamos hasta la plaza de San Nicola donde está la Iglesia de San Michele. Callejeamos un poco más y decidimos subir con el telesilla al monte Solaro y- tras pagar los 10€ i/v por persona- contemplamos unas impresionantes vistas de toda la isla. Lástima que – al igual que nos ocurrió en el Vesubio- la visibilidad era mala y no pudimos admirar la Costiera Amalfitana que se intuía a lo lejos.
Sobre las 17 horas regresamos a Nápoles. Estamos cansados, pero toca ir a las callecitas de tenderetes para comprar los típicos recuerdos, mañana regresamos a casa.