Día 4. Yangon-Mandalay
A primera hora nos recogieron en el hotel para ir a la estación de bus (algo muy sencillo, por supuesto) para ir a Mandalay. No era de lujo pero resultó ser bastante cómodo, además, hizo dos cómodas paradas que ayudaban a estirar las piernas y comer algo.
Al llegar fuimos directos al hotel, que estaba al lado de una pagoda y después de un paseo fuimos a buscar un sitio para cenar. Encontramos uno con unos camareros muy divertidos y que se lo pasaban genial entre ellos mientras la mayoría de los comensales birmanos estaban absortos viendo un partido de fútbol en la tele… Después de los fried rice nos fuimos directos al hotel. El día se hizo muy corto…
Día 5. Mandalay y alrededores
Esta mañana estuvimos muy indecisos en cómo organizarnos el día, ya que habíamos perdido un día aquí por no haber conseguido el autobús nocturno, así que, después de alquilar nuestras bicis e ir hasta el Palacio, ya en su puerta, decidimos irnos hasta los alrededores, Sagaing, Inwa y Amarapura, las dos primeras, antiguas capitales Shan.
Nuestra idea era coger el ferry que nos llevaría hasta Sagaing pero después de preguntar un montón de veces descubrimos que no hay tal barco y como ya estábamos bastante alejados de la ciudad, decidimos ir en bici (unos 25 km). El paseo estuvo genial, pasamos por delante de decenas de niños que emocionados nos saludaban en una carretera que pasaba de ser de asfalto a tierra a cada poco.
Sagaing está lleno de stupas blancas y doradas y su vista desde el puente es increíble. Nuestra idea era caminar por las escaleras colgantes de los árboles (que pasan por los monasterios y conventos) pero no las encontramos.
Después de reponer fuerzas nos perdimos por las calles y tuvimos la suerte de encontramos con una procesión, no sabemos de qué era, pero los decenas de niños iban maquillados, seguidos por mujeres y hombres vestidos de una forma preciosa, unos en caballos, otros a pie e incluso en carros de vacas. Fue genial tener la oportunidad de verlos.
Después de dar unas vueltas más decidimos ir a Inwa, pero nos resultó muy complicado, a cada persona que le preguntábamos nos respondía una dirección distinta y después de dar vueltas para adelante y para atrás, como empezaba a ser tarde, decidimos saltárnosla muy a nuestro pesar.
De allí nos fuimos hasta el puente U Bein, en Amarapura por un paseo muy bonito entre árboles, casas y telares. Nada más llegar nos encontramos con que éste es un lugar muy turístico, lleno de autobuses, chinos y occidentales. En un principio esto le quitó un poco el encanto, pero una vez que nos pusimos a caminar disfrutar de las vistas, se nos olvidó el tema.
Este puente, el U Bein, es el puente de teca más largo del mundo, mide 1200 m y cruza el lago Taungthaman. El mejor momento para visitarlo es el atardecer, ya que la puesta de sol es maravillosa y hay cientos de monjes que regresan a sus monasterios. Existe la opción de dar un paseo por el lago en barca.
En principio el paseo por el puente está incluido en el precio de la entrada combinada de 10$ que es necesaria para visitar todos los recintos y áreas de Mandalay. Nosotros no la compramos y en el puente no nos la pidieron, pero para ir a Inwa parece que sí es necesaria.
Para volver hasta la ciudad estuvimos buscando durante bastante tiempo una furgoneta donde pudiéramos meter las bicis, ya que era de noche y estábamos lejos. Finalmente y después de mucho regateo y de esperar casi una hora, nos llevaron a Mandalay, donde estuvimos un buen rato buscando el sitio en donde se devolvían las bicis. Allí mismo había un restaurante y decidimos quedarnos a pasar la cena del 24 de diciembre. Fue muy gracioso porque conocimos a una americana simpatiquísima y muy alegre que llevaba su “kit navideño”, nos echamos unas risas mientras seguíamos con nuestro fried rice.
Ha sido muy breve la estancia aquí, el haber perdido un día lo notamos mucho, recomiendo pasar 2 o 3 días por aquí como mínimo. Mañana nos vamos a Monywa!