Bien prontito nos levantamos para seguir nuestro camino por la isla. Este iba a ser el trayecto más largo, 234 km hasta TAORMINA.
Cuando nuestros acompañantes se fueron en su taxi de vuelta al su crucero que estaba en MESSINA, nosotros nos fuimos a dar un remojón.
Cogimos nuestro coche y nos pusimos a circular por la carretera de la costa. A los pocos kilómetros, la PLAYA nos descubrió, la ISOLA BELLA nos daba la bienvenida.
Cuando llegamos a este lugar tan tranquilo, nos dieron una mala noticia. Por un problema en las reservas no tenían habitaciones libres, pero nos habían gestionado un hotel de 4 estrellas en un pueblo costero de playa. Que le íbamos a hacer, cosas que pasan. Un trabajador de la casa rural nos acompañó hasta el hotel que estaba en RIPOSTO MARINO, un pueblo costero muy tranquilo.
El cambio fue bueno, el hotel tenía todo y una tranquila playita justo delante. Nos dimos un bañito en el mar y otro en la piscina y para descubrir un poco la zona me calcé mis zapatillas y salí a runnear un poco.
Duchados y arreglados nos fuimos a cenar por el pueblo y por casualidad encontramos una pizzería muy familiar con una carta enorme de pizzas. En un terracita al fresco nos la comimos y para hacerla bajar un poco mejor en una heladería cercana nos tomamos un buen granizado de limón.
De esta manera dimos por concluido este intenso día, amigos, cancelaciones, running, medusas y una buena pizza forman parte ya de nuestros recuerdos.