Salimos del camping dirección Sogndal, en esta población giramos hacia el norte dirección Olden. A medio camino entre estas dos poblaciones, se encuentra el glaciar de Bøyabreen, situado justo al lado de la carretera. Prácticamente no hay que andar nada para verlo desde cerca, de momento tampoco hay que pagar parking ni nada por el estilo.
Justo antes de llegar a este glaciar, se pasa por el museo de los glaciares. Nosotros paramos a echar un vistazo, pero no entramos dentro.
Continuamos camino a Olden, la carretera es espectacular en todo el recorrido. En Olden paramos a comprar y comer algo. Una vez en este punto, cogimos la carretera que se adentra en el valle y te lleva hasta el parking del Glaciar de Briksdals.
Este parking también es de pago (40 nok). Desde aquí empieza un camino que en apenas 50
minutos te lleva hasta la base del glaciar. Se pasa por una cascada espectacular. Cuando se pasa por delante de ella, es imposible no mojarse. El agua baja con una fuerza brutal.
Si se quiere, se puede hacer parte del recorrido en una especie de coches llamados Troll Car.
A partir de este punto, ya se empieza a ver la lengua del glaciar en todo su esplendor.
Para llegar al punto final, el camino no tiene perdida. A diferencia del Glaciar de Nigards, aquí no pudimos llegar a tocar el hielo, no sabemos si en otra época del año si será posible.
La vuelta al coche se hace por el mismo camino. En total son unos 6.5km de caminata.
Una vez en el parking cogimos otra vez la carretera dirección Olden y aquí nos desviamos hacia Stryn pasando antes por Loen. En Stryn habíamos reservado una cabaña en el Stryn Camping (350 NOK lavabo y cocina comunitarias). La cocina comunitaria disponía de todos los utensilios necesario (horno, nevera, microondas, y hasta una pequeña sala de estar).
Como aún nos quedaba tiempo hasta la cena, nos fuimos a ver la cascada de Tvinnefossen. Es un pequeño paseo de apenas 30 minutos totalmente plano. Durante el camino que va desde el parking
hasta la cascada, se puede disfrutar de unas bonitas vistas del fiordo.
Una vez en la cascada, también se puede pasar por detrás de ella. Hay que extremar la precaución, el terreno es muy resbaladizo.
Justo antes de llegar a este glaciar, se pasa por el museo de los glaciares. Nosotros paramos a echar un vistazo, pero no entramos dentro.
Continuamos camino a Olden, la carretera es espectacular en todo el recorrido. En Olden paramos a comprar y comer algo. Una vez en este punto, cogimos la carretera que se adentra en el valle y te lleva hasta el parking del Glaciar de Briksdals.
Este parking también es de pago (40 nok). Desde aquí empieza un camino que en apenas 50
minutos te lleva hasta la base del glaciar. Se pasa por una cascada espectacular. Cuando se pasa por delante de ella, es imposible no mojarse. El agua baja con una fuerza brutal.
Si se quiere, se puede hacer parte del recorrido en una especie de coches llamados Troll Car.
A partir de este punto, ya se empieza a ver la lengua del glaciar en todo su esplendor.
Para llegar al punto final, el camino no tiene perdida. A diferencia del Glaciar de Nigards, aquí no pudimos llegar a tocar el hielo, no sabemos si en otra época del año si será posible.
La vuelta al coche se hace por el mismo camino. En total son unos 6.5km de caminata.
Una vez en el parking cogimos otra vez la carretera dirección Olden y aquí nos desviamos hacia Stryn pasando antes por Loen. En Stryn habíamos reservado una cabaña en el Stryn Camping (350 NOK lavabo y cocina comunitarias). La cocina comunitaria disponía de todos los utensilios necesario (horno, nevera, microondas, y hasta una pequeña sala de estar).
Como aún nos quedaba tiempo hasta la cena, nos fuimos a ver la cascada de Tvinnefossen. Es un pequeño paseo de apenas 30 minutos totalmente plano. Durante el camino que va desde el parking
hasta la cascada, se puede disfrutar de unas bonitas vistas del fiordo.
Una vez en la cascada, también se puede pasar por detrás de ella. Hay que extremar la precaución, el terreno es muy resbaladizo.
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