Tras desayunar en el hotel, comenzamos el paseo por el casco histórico de Heidelberg, siguiendo el itinerario sugerido en el mapa turístico.
Subimos hasta el castillo en el funicular (6€ con la entrada al castillo incluida), y nada más llegar estuvimos contemplando las estupendas vistas sobre la ciudad:
*** Imagen borrada de Tinypic ***
El castillo es espectacular,
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si bien tampoco tiene demasiado que ver, aparte del museo de la farmacia, que es curioso,
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y el tonel más grande del mundo:
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Allí nos encontramos con una pareja de japoneses recién casados que estaban haciéndose fotos y que parecía que nos estaban persiguiendo, ya que nos los encontramos después por todo Heidelberg...
Bajamos de nuevo a la ciudad hasta plantarnos delante del escaparate de una pastelería, Gundel, con una amplia variedad de unas bolas enormes de colores que habíamos visto ya la noche anterior, y que por lo visto eran típicas. Compramos dos y comimos una allí mismo, en la Marktplatz. Las bolas se llaman Kurfürstenkugel y son una mezcla de mazapán, mousse,... No están nada mal, aunque son algo empalagosas si no te gusta mucho el dulce. En mi caso, no hay problema...
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y visitamos la catedral, con muchas tiendas en los "soportales" y tras tomar tranquilamente un café en la calle donde habíamos cenado el día anterior, pasamos de nuevo por el puente
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y cogimos la senda de los Filósofos, con una subida inicial bastante pronunciada y un paseo muy agradable después, con unas vistas sobre la ciudad espectaculares:
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Recorrimos de nuevo la calle principal hasta volver al hotel y recoger el coche, próximo destino: Spyre
Nada más llegar vimos que en la zona del río la gente estaba comiendo en una terraza, y nos dio envidia, así que aparcamos y comenzamos a buscar esa zona, comiendo en el Alte Hammer. Fue nuestro primer contacto con un plato muy típico de la zona: los espárragos, que acompañamos de un estofado de carne y dos generosas cervezas (33€).
Visitamos la espectacular catedral, enorme
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Ese día había una exposición de Playmobil, pero cuando llegamos y vimos el precio, 11€
De camino al coche pasamos por delante de dos iglesias también enormes.
Cogimos de nuevo el coche y condujimos hasta Estrasburgo.
Ese día se jugaba el último partido de Liga, con un Barça-Atco.Madrid en el que se jugaban la Liga, así que nada más llegar al hotel pregunté a la chica de recepción, que resultó ser española, donde podría verlo, y me recomendó un bar de tapas cercano a la Petit France. Allí nos fuimos raudos y veloces... para comprobar que no lo ponían. Eso sí, enseguida vi que en otro bar lo estaban poniendo. Terminamos viéndolo completamente solos allí. El Atleti, campeón de Liga.
Estuvimos paseando por la ciudad, que nos encantó, especialmente el entorno de la catedral, con un color espectacular al atardecer.
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Cenamos las famosas tartas flambée en Le Gruber, por recomendación del foro:
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una de queso Munster y otra de tomate y cebolla, bastante buenas. Lo que no nos gustó tanto fue la que tomamos de postre, de manzana con licor de Calvados, que estaba muy fuerte. 31,30€ en total.
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Seguimos paseando por la ciudad y a descansar al hotel, el Lagrange Hotel Strasbourg:
Aparthotel con habitación espaciosa, pequeña cocina y piscina donde poder relajarse.
Se encuentra a un paseo de unos 15 minutos hasta el centro de Estrasburgo y unos 20 hasta la Petit France, en una zona residencial, cuenta también con tranvía en un lateral, por si no apetece pasear.
Dispone de parking, de pago, si bien en nuestro caso no lo utilizamos al encontrar aparcamiento cercano en la calle.
La piscina, si bien es pequeña, viene muy bien para estirar un poco los músculos en medio de un viaje.
No cogimos el desayuno, ya que preferimos pasear hasta el centro y desayunar allí.
En resumen, una opción muy recomendable para visitar Estrasburgo.
Fin de un día intenso y muy bien aprovechado. Como resumen, tanto Heidelberg como Spyre merecen mucho la pena, y Estrasburgo es espectacular.
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