Jornada de playa 100%.
Nos dirigimos a Gallípoli y tras perdernos varias veces para encontrar el desvío hacia Porto Cesareo, cogemos la costa que une estas dos ciudades. La carretera no es de las peores (o quizá es que para entonces ya nos habíamos habituado) y va alternando el paisaje playero con pinares.
Porto Cesareo es un núcleo turístico con una bahía que te deja sin habla cuando la imaginas sin las ya cansinas hordas de sombrillas y hamacas y tras pensárnoslo medio segundo decidimos proseguir más hacia el norte. Alguien nos recomienda Porto Prosciuto y allí que nos vamos.
Nos vamos adentrando por caminos de piedras que llevan a diversas playas hasta que encontramos una donde instalarnos unas cuantas horas y con poca gente. Amenaza tormenta pero sólo cayeron 4 gotas que dejaron más sensación de calor, si cabe que antes.