Comenzamos el día temprano, que ya sabemos que por la tarde siempre llueve, y hay que aprovechar las mañanas, o sea que, a las 6 am en pie. Ése es el momento en el que las montañas muestran su elegancia natural con la claridad del alba. Estamos en Doban, y la forma del Machapuchare me recuerda a la silueta del Urriellu, sobresaliendo como agujas por encima de las laderas boscosas que se deslizan hacia el cauce del río Modi.
No nos podemos quejar de la variedad para desayunar: huevos, pancakes, tarta de manzana, distintos tipos de pan………..sólo me falta fruta y yogur.
A las 7:30, dispuestos para empezar un nuevo día de trek……………¿Qué habrá pasado estos días en el mundo?............Estamos tan inmersos en nuestra aventura, que la desconexión es total, especialmente estos últimos días sin wifi ni red telefónica. ¿Habrá conseguido Carlos Soria culminar el Annapurna Sur estos días, como tenía previsto? En el ABC no vimos el campamento de los españoles, sólo el de una expedición japonesa.
Doban se ubica entre las montañas y el bosque himalayo. Bastante cerca de las montañas como para poder palpar su presencia, pero también rodeado de bosque y agua………..verde y nieve.
La bajada hacia Bamboo es una sintonía de fragancias del bosque, un compendio de vegetación que sirve de hábitat a una diversidad de aves que entonan canciones, y que incluso parecen conversar entre ellas. Sólo consigo identificar una mínima parte de las especies vegetales: bambúes, rododendros, helechos, musgos. Sin embargo, mirando hacia arriba o a los laterales, descubro montones de plantas desconocidas para mí. No hay más que observar el suelo para darse cuenta de la diversidad del bosque……….caminamos sobre un lecho de hojas amarillas, marrones, verdes, rojas, de diferentes formas y tamaños; por el mismo camino que ya recorrimos unos días antes en sentido contrario.
Además de las flores carmesí de algunos rododendros, miles de diminutas orquídeas decoran el sendero, desprendiendo un agradable aroma.
Los porteadores no cesan de pasar. Son unos campeones, cargando pesados bultos, y algunos incluso en chanclas.
Me encanta el suelo de hojas de distintas tonalidades
Colorido grupo de taiwaneses
Colorido grupo de taiwaneses
De Bamboo a Sinuwa, la subida por escalones es matadora. Las malévolas escaleras parecen no acabarse nunca. La gente se queda sin respiración y las gotas de sudor resbalan por la cara de los porteadores.
Al llegar arriba, contemplamos el estrecho valle que vamos dejando atrás, el que nos conducía al ABC. A nuestra vista se abre un valle más amplio repleto de bancales, en el que se sitúa Chomrong. Un valle precioso que, en su día recorrimos empapados de lluvia, y ahora tenemos la oportunidad de disfrutar en condiciones más favorables.
Las escaleras no nos abandonan, en continua bajada desde Sinuwa hasta el río. Aunque después viene la tremenda subida hasta Chomrong. Pero, es un camino para deleitarse, pasando por las pequeñas aldeas en las que toda la familia participa en las faenas agrícolas, y observando ese paisaje creado por las gentes de estas montañas que las han esculpido en terrazas de cultivo.
Allá abajo está el puente colgante………¡cuántas escaleras!
Y después del puente hay que volver a subir hasta Chomrong
Y después del puente hay que volver a subir hasta Chomrong
¿Nos ponemos nerviosos cuando falla el ascensor y hay que subir a un segundo piso por las escaleras?
Ahí viene nuestro infatigable Rajan
La comida en Chomrong está deliciosa, ¡carne, por fin! , café expreso y una serie de delicias están al alcance de los caminantes. Tampoco faltan tiendas en Chomrong. Sin carretera. Todo llega cargado a espaldas de porteadores o en mulas.
En vez de siesta, seguimos caminando, y en menos de una hora llegamos de Chomrong a Jhinu, ahora siempre en descenso, notando cada vez más calor. Nuevas laderas, nuevos bosques, nuevas terrazas, nuevas aldeas.
¿Quién necesita botas de montaña?
Jhinu parece un lugar tropical, casi selvático, rodeado por espesa vegetación y muchos cultivos. Un lugar muy relajante, en el que quedarse mirando las pendientes laderas cubiertas de árboles, o los pajarillos de colores que vuelan de arbusto en arbusto.
Aunque, para relajarse, no hay mejor forma que acercarse a las termas. Hasta allí llegamos caminando 20 minutos entre un frondoso bosque selvático. En las 3 pozas de agua caliente (32 , 35 y 38 ºC) nos pasamos un buen rato, muy agradable, escuchando la sonoridad del potentísimo río que baja con muchísima energía.
Sólo que, después hay que subir los 200 m de desnivel hasta Jhinu……….lloviendo.
Fíjate que ayer estábamos en la nieve, a más de 4000 m de altura, y hoy nos encontramos en un ambiente tropical. Y…..¡usando únicamente las piernas!!
Después de cenar sonaban tambores y voces cantando. Provenían del lodge de al lado. Un grupo de porteadores celebraba el fin de trekking, y nosotros nos unimos a la fiesta.
La noche clara y apacible invitaba a quedarse contemplando el cielo y los perfiles de las montañas, iluminadas por pequeños puntos de luz, allí donde se asientan aislados poblados.
Mañana calurosa, tarde agradable, noche fresca.
Resumen de etapa:
De Doban a Sinuwa: 2 h, atravesando bosque
De Sinuwa a Chomrong: 1 h 30’, recorriendo un precioso valle de laderas repletas de terrazas agrícolas. Brusca bajada, y después matadora subida
Comida en Chomrong: repetimos en el Restaurante Anna Aroma. Excelente
De Chomrong a Jhinu: 50’
De Jhinu a Hot springs: 20’ bajada, 30’ subida
Descargable para GPS: es.wikiloc.com/ ...d=13151918
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