Al día siguiente hacemos las maletas, desayunamos tranquilamente en nuestro estimado jardín trasero y nos despedimos del maravilloso hotel con encanto Señorío de Ursua. Nos dirigimos hacia Erratzu, un pueblo tranquilo y muy bonito donde cruza el río y comienza un camino hacia la cascada de Xorroxin. Nosotros no hacemos la excursión ya que no disponemos de tiempo suficiente, así que paseamos por el claustro de la iglesia y por la orilla del río. Desde ahí vamos un mirador para apreciar el valle del Baztán desde lo alto, con sus bosques pueblos y prados. Unas vistas impresionantes.
Desde ahí emprendemos nuestro viaje a Pamplona, la primera parada del viaje de vuelta. Una vez llegamos, aparcamos en el parking de Plaza del Castillo y comenzamos una breve pero preciosa visita por esta ciudad. Hacemos el recorrido de los famosos San Fermines, fijándonos bien en la curva de Mercaderes que tantas veces habíamos visto en televisión, en la preciosa Plaza del Ayuntamiento donde se reúnen para dar el chupinazo y acabamos en la Plaza Toros. Aquí podemos apreciar una figura de Hemingway donde explica lo mucho que este famoso autor adoraba estas fiestas y esta ciudad. Una vez hecha esta ruta indispensable, nos dirigimos al Bar Gaucho, en la calle de Espoz y Mina. Aquí encontramos mesa en la calle de milagro y nos pedimos tres tapas que llaman nuestra atención y unas cervezas. Todo estaba riquísimo y bien de precio. De ahí fuimos a pasear por la gran Plaza del Castillo y buscar un sitio para tomar café y prepararnos para la vuelta a Valencia, y el destino nos guía al popular Café Iruña, donde entramos y notamos como retrocedemos en el tiempo. Espejos enormes, lámparas de época y columnas de hierro crean un ambiente mágico. Tenemos la oportunidad de asomarnos al Rincón de Hemingway, un espacio contiguo al café donde se puede encontrar una figura a tamaño real de este autor apoyado en la barra. Después de saborear el café, tomarnos una tarta de manzana y recordar lo bien que lo hemos pasado y lo mucho que hemos disfrutado del viaje, nos ponemos en marcha hacia casa.
Espero que este diario sirva para que muchos viajeros se animen a visitar esta zona que enamora a cualquiera, y valga como guía a la hora de decidir dónde dormir, qué visitar o qué comer.
El valle del Baztán es un lugar perfecto para desconectar de los problemas y conectar con la naturaleza y la tranquilidad.
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