A las 5 de la mañana sonaron los despertadores para poner rumbo al aeropuerto. Empezaba nuestra aventura por las islas: a lo largo de una semana, iríamos a dos islas del este del golfo de Tailandia, Koh Tao y Koh samui. Después pasaríamos a la parte del oeste e iríamos a la zona del mar de Andamán: Railay (que en este caso es una península) y Koh Phi Phi.
Cogimos un vuelo muy pronto que nos llevó de Chiang Mai a Surat Thani, ciudad al sur de Tailandia. Aquí, a la salida del aeropuerto, había unas cuantas compañías que te ofrecían traslado al puerto y barco a tu isla de destino, por un precio de 900 THB. En nuestro caso, cogimos una furgoneta que nos llevó del aeropuerto de Surat Thani (1h) hasta el puerto; y de aquí un barco hasta Koh Tao (con paradas en Koh Samui y Koh Phangan).
El barco tardó unas 4 horas, que yo aproveché para dormir plácidamente y justo cuando me desperté... ¡ya estábamos en Koh Tao! La maravillosa isla de 21 Km2 de superficie que nos dejó con ganas de más.
ALOJAMIENTO:
Nos quedamos en el Blue Diamond Resort. Estaba muy bien, a escasos 5 minutos caminando desde el puerto. Habitación amplia y limpia, piscina, y desayuno a elegir bastante abundante; lo recomiendo.
Cuando llegamos a la isla, estábamos un poco indecisas, porque eran las 16:30 y ya no nos quedaban muchas horas de luz; así que alquilamos una moto en un sitio llamado RPM (Red Power Motor) por un precio de 200 THB.
¡OJO! Las carreteras (por así llamarlo) de la isla, dejan bastante que desear. Algunas no están asfaltadas, hay muchas subidas y bajadas y muchos baches. Así que puede ser un poco peligroso. Nosotras no nos arrepentimos de haberlas alquilado, pero no está de más saberlo. Con el alquiler nos dijeron que no pasaba nada si hacíamos algún rayón, pero sí, si rompíamos algo.
Estrenamos bien la moto la primera vez que la aparcamos y oimos ¡PUM! moto al suelo... afortunadamente no se rompió nada.
Fuimos rápido a ver el atardecer a una zona que encontramos por casualidad. Se nos hizo de noche y la vuelta fue tensa, pero sobrevivimos. Nos dimos un baño en la piscina para liberar tensiones, nos cayó la tormenta del siglo y fuimos a cenar a uno de los restaurantes cercanos al puerto.
Después cogimos la moto para ir a tomar algo, y llegamos a The sunset beach bar, un bar a pie de playa, con música en directo y espectáculos de fuego al lado. Nos gustó mucho.
Al día siguiente nos despertamos con las pilas recargadas. Desayuno con vistas al mar y arrancando motores.
1. Fuimos a pasar la mañana a Freedom beach, que está catalogada como una de las playas más bonitas de la isla. Es pequeña y de aguas cristalinas. Lo que más me decepcionó, no solo de esta, sino de muchas playas de Koh Tao, es que te cobran entrada. Pagamos 50 THB / persona. Aquí también había un "viewpoint" para ver la isla desde las alturas.
Paramos en un 7eleven para coger algo para comer, y en una tienda local para comprarnos unas gafas de snorkel y poder disfrutar de la vida marina.
2. La tarde la pasamos en Tanote beach. En esta no había que pagar entrada. Es una playa muy bonita con una roca en el medio del mar, apta para atrevid@s que quieran escalarla. Aquí hicimos snorkel. Merece mucho la pena, peces y algas de todos los colores y formas.
A las 18h teníamos que devolver las motos; así que fuimos hasta el local, pero decidimos cogerla por un día más, para poder aprovechar la mañana del día siguiente.
Esa noche repetimos, y salimos de fiesta por el sunset. Beerpong, buen ambiente y buena música. Lo pasamos genial.
Una de las cosas que nos quedó pendiente de hacer en Koh Tao, fue la excursión a Koh Nang Yuan, una isla preciosa pegada a Koh Tao; pero que, como el tiempo no acompañaba mucho, nos dijeron que igual no merecía mucho la pena.
A la mañana siguiente, dejamos las maletas en la recepción del alojamiento y cogimos las motos pronto.
3. Pasamos la mañana en Shark bay, el famoso lugar donde se puede hacer snorkel y ver tiburones de punta negra y tortugas verdes (la mejor hora para ir es antes del atardecer). Nosotras no tuvimos mucha suerte y el agua estaba un poco revuelta... así que no pudimos ver nada.
A las 14:30 tuvimos que ir a hacer el check-in del barco para irnos a Koh Samui, y nos pusimos rumbo a la siguiente isla.
Entre el trayecto en barco, y el coche para ir a nuestro apartamento, llegamos hacia las 19:30h, con lo que aprovechamos para darnos una ducha, descansar un rato e ir a la zona céntrica.
ALOJAMIENTO:
Sasitara Residence. Estaba muy bien. Bastante cerca de una de las zonas más concurridas. Piscina bonita y buen desayuno.
Koh Samui es una isla mucho más grande; 227.8 Km2 (la tercera más grande del país). Famosa por su vida nocturna, cascadas ocultas, miradores y también de las más turísticas. No puedo dar una opinión de la isla, porque no nos dio tiempo a ver prácticamente nada. Lo único que hicimos fue cenar y salir un poco por la zona del centro; y en términos generales, no nos gustó. Mucho negocio de ladyboys, fiesta tipo Ibiza y restaurantes muy turísticos y por tanto más caros. Nos tomamos un par de buckets en el Green Mango, uno de los sitios que todo el mundo te recomienda para salir, y nos fuimos para el apartamento.
Al día siguiente cogeríamos un vuelo de Koh Samui a Krabi, para seguir conociendo las islas de la zona oeste.
La verdad que las desde las vistas desde el avión, la isla parecía muy bonita, así que igual le podéis dar una oportunidad.
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