El décimo día y último esperamos en el hotel porque el seguro decidió mandar una médico para que le pinchara Eparina por la inmovilización de la pierna y hacernos un informe médico, vino a primera hora y cuando terminó nos bajamos dando un paseo por la calle Teverskaya hasta el centro, plaza roja, Catedral de Kazan, iglesia San Basilio, galerías Gum,etc. Para despedirnos y hacer las últimas fotos, volvimos para el hotel para comer por la zona y coger un taxi al aeropuerto, en el aeropuerto nos encontramos con un marronazo cuando fuimos a embarcar, al presentar el informe médico y viendo que mi mujer tenía que ir con la pierna rígida nos dicen que en ese vuelo no hay camilla ni espacio para que fuese, después de alguna hora intentando entendernos como pudimos, nos dicen que lo sienten mucho pero son normas de Aeroflot y no podemos volar y además que teníamos que solucionar lo del visado porque terminaba a las 12 de la noche y eran las 19:30horas, por otro lado el seguro buscando un hotel para esa noche, me mandaron a un consulado que había en otra terminal del aeropuerto pero era ruso y me dijeron que eso solo lo podía solucionar el consulado español en fin una locura, al final en información conseguí tres teléfonos del Consulado español en Moscú y después de bastantes intentos consigo hablar en español con quien cogiera el teléfono, le cuento la película y me dice que me olvide del seguro y de todo y que me vaya a la ventanilla y compre dos billetes a cualquier capital europea en cualquier vuelo que salga antes de las doce de la noche porque sino no nos van a dejar entrar en ningún hotel ni estar en el aeropuerto, me lo dijo tan claro que no tuve ninguna duda, gracias a la chica de la ventanilla que se tiró media hora buscando y el traductor de google conseguí unos billetes a Praga e hicimos el embarque, sin presentar el informe médico y disimulando con la pierna conseguimos volar y volver a casita, una experiencia inolvidable que ahora la cuentas riéndote pero pasamos unas horas muy mal, hasta pronto.