El día 1 por la mañana tenía que tomar un vuelo con destino a Siem Reap (Camboya) desde el aeropuerto de Don Mueang. Inicialmente el vuelo, con Air Asia, salía sobre las 13:45, pero lo replanificaron y me daban 2 opciones: salir una hora más tarde o bastante más temprano, como a las 9 o las 10. Elegí salir a las 14:45, que quizás fue un error, porque en este modo ni iba a aprovechar a hacer algo en Bangkok (no me fiaba de alejarme en taxi y que luego a la vuelta al hotel tuviese algún problema) ni probablemente en Siem Reap pudiese hacer demasiado.
Durante el viaje en avión, que no llegaba a una hora de duración, se podía contemplar una zona de lago y ríos con mucho terreno inundado. Correspondía al lago Tonlé Sap.
Cuando llegamos al aeropuerto, me estaban esperando del hotel
Diamond D'Angkor Boutique. Estuvimos esperando un rato a otros viajeros que se iban a alojar en este mismo hotel, pero como no salían (no facturar equipaje y sobre todo ir con asistencia de silla de ruedas hace que se salga más rápido del aeropuerto, puesto que te evitas todos las colas en la realización de trámites) al final me llevaron, más tarde de lo previsto, al hotel.
www.diamondangkor.com/
La primera impresión que me llevé fue bastante buena y me gustó la decoración de las zonas comunes del hotel con los Budas en el vestíbulo y las plantas, pero destacaría por encima de todo la amabilidad del personal (especialmente de las chicas de recepción), que pude constatar durante los días siguientes.
La habitación que me asignaron estaba en la planta baja y tenía una terraza con vistas a la piscina. La habitación era bastante amplia e incluía minibar, té y café, 2 botellas de agua cada día, TV plana, aire acondicionado, armario, albornoz y zapatillas. La cama estaba decorada con un cabecero con la imagen de un árbol (¿quizás una representación del árbol sagrado de Buda?) y resultó ser comodísima. Además, el cuarto incluía como inquilinas a unas lagartijas o similares que se paseaban por el techo.
El cuarto de baño era muy amplio y tenía un buen surtido de artículos de higiente y “primeros auxilios”, como kit dental, algodones, pañuelos de papel, gorro de ducha, jabones, champú y gel. La ducha proporcionaba agua con buena presión, aunque al estar el suelo al mismo nivel del resto del suelo, algo se salía, si bien la ducha tenía también un desagüe.
Lo único que no me gustó de la habitación en los 4 días que estuve allí fue el ruido generado por el aparato de aire acondicionado, que dificultaba el dormir correctamente, ya que por otro lado era imposible dormir con él apagado debido al calor.
La piscina etá bien, aunque no sea muy grande:
En un par de ocasiones hice uso del servicio de lavandería, puesto que el precio era muy económico: 3$ por un kg de ropa.
El acceso a internet por wi-fi más o menos funcionó bien durante mi estancia.
Este día no había comido nada en todo el día desde el desayuno y tenía dudas de si ir a algún sitio a tomar algo, a pesar de ser las 6 de la tarde y tener una reserva para cenar alrededor de las 9 de la noche. Me pudo más comer y me fui a un sitio cercano que había anotado de Tripadvisor: el
café Sinn Sisamouth, en Funy Lane. Saliendo del hotel Diamond D'Angkor hacia la derecha, hay que tomar la primera calle que sale a la izquierda. Caminando unos 3 minutos por esta calle, en la acera de la derecha, se encuentra este café. Es muy sencillo y el precio es económico. Para “merendar” pedí un curry amarillo de pollo acompañado de arroz, que junto con la bebida (agua) me costó 5$. No estuvo mal.
es-la.facebook.com/ ...sisamouth/
Me di bastante prisa en volver al hotel, porque de había hecho de noche y con la poca iluminación de algunas calles y estado del pavimento, no es descartable dar un traspiés. Hay que ir con mil ojos con las motos y tuk-tuks.
Llevaba un ratillo perdiendo el tiempo y me disponía a arreglarme para la cena, cuando me llamaron de recepción diciéndome que habían ido a buscarme para llevarme al restaurante Damnak Lounge Cuisine (incluía el traslado). Con más de una hora de antelación. Total, que iba a juntar la merienda con la cena.
Este restaurante se encuentra en el hotel Lotus Blanc Resort y me acompañaron desde la entrada al hotel hasta el restaurante para que no me perdiera.
Se puede comer a la carta o de menú degustación. La carta se divide en una sección para platos occidentales y otra para platos jemeres. De igual manera, hay un menú degustación occidental (y más caro) y otro jemer. En este último, que es el que seleccioné, se puede optar entre un menú con 2, 3 ó 4 platos. Después de mi merienda, consideré que lo más oportuno era decidirme por el de 3.
Pollo asado con frutas orgánicas (como una ensalada).
Pescado de agua dulce con berenjena y arroz al horno en bambú.
Frutas de palma en leche de coco.
Todo estuvo rico, aunque destacaría el plato de pescado y el postre.
El servicio fue atento y amable en todo momento. El precio final no fue barato para tratarse de Camboya, pero tampoco una exageración: 22$.
El único detalle que no me gustó fue que el transporte estuviese incluido para ir al restaurante pero no para volver al hotel, aunque por 3$ que pagué no es para tanto.
Después de unos días de tanto ajetreo y cansancio [ironía off], en los que lo único que había hecho era comer, por fin al día siguiente era turno de comenzar mi recorrido por los templos de Angkor.
2 de enero y a las 6 de la mañana ya estaba en pie, puesto que el desayuno se podía tomar a partir de las 6:30: pan, mermelada, algo de bollería, tortillas, fruta, creo que alguna cosa “internacional” de comida caliente, etc... No era muy amplio (sobre todo tras descartar aquéllo que según las recomendaciones médicas no se debe comer), pero tampoco estaba mal.
A las 7:30 o antes ya estaba Lam en el hotel para comenzar el recorrido por los templos de Angkor en el que él iba a ser mi conductor. En primer lugar fuimos al edificio en el que se compran las entradas para visitar los diferentes templos. La de 3 días cuesta 62$ y hay que asegurarse de no perderla, porque siempre que se va a entrar a un templo te la piden las personas que están en el punto de control.
El orden que seguimos en el recorrido fue el siguiente:
1. Angkor Wat
A las 8 de la mañana o poco después llegamos a Angkor Wat y ya había bastante muchedumbre. Este templo fue construido durante el reinado de Suryavarman II durante la primera mitad del siglo XII y se dedicó a Visnú. No sólo era un templo, sino también una ciudad.
Atravesé en primer lugar el foso de casi 200 m de ancho que rodea el recinto exterior del templo. La extensión total es de casi 200 Ha.
Una gopura con los restos de tres torres da acceso al siguiente recinto.
Nada más pasar esta entrada se puede contemplar una preciosa panorámica con tres torres del templo al final de un pasillo de más de 300 metros. A cada lado de este pasillo hay una balaustrada con las figuras de serpientes naga.
A cada lado del pasillo hay 2 bibliotecas, que realmente eran algún tipo de templo más que un lugar para conservar documentación.
Un poco más adelante hay unos estanques desde los que es muy bonita la panorámica del templo. Seguidamente se sube a una terraza que precede a la gopura de entrada al templo como tal. Desde aquí se puede hacer una magnífica foto de la gopura exterior, los 2 estanques que hay (uno a cada lado del pasillo), las “bibliotecas”, las palmeras, etc...
El templo como tal tiene la forma de pirámide rodeado por galerías concéntricas. La forma de la pirámide se consigue mediante 3 terrazas elevadas sobre la última de las cuales se eleva el santuario central con sus 5 torres. Esto venía a representar el centro del universo hindú, el monte Meru.
Atravesada la gopura, hay bastantes escaleras para ir subiendo hasta el siguiente nivel del templo en el que hay 4 cuencas de piedra impermeables con una capa de arcilla que constituyen un claustro cruciforme. En la galería que las rodean se pueden observar figuras de apsaras esculpidas.
Una vez en el nivel superior, se podían ver las 5 torres del santuario con un montón de escaleras para llegar hasta la parte superior. Había bastante gente haciendo cola para poder subir. Yo me conformé con dar una vuelta alrededor del santuario. Las fotos no me salieron demasiado bien porque en muchos casos quedaban a contraluz.
De nuevo en el segundo nivel, vi el “Vestíbulo de los Mil Budas”, con varias esculturas de Buda en posición sentada y de pie. Muchas fueron eliminadas por seguridad durante la década de los 70 y otras fueron destruidas por el régimen de los jemeres rojos.
Por último y antes de abandonar el templo, vi en el nivel inferior la galería de relieves con escenas militares.
En total dediqué al templo cerca de una hora y media. Sin ninguna duda, alguien sin limitaciones físicas y con libertad de horarios o suficientes días en Siem Reap, le puede dedicar 2 y 3 horas al templo. Con guía/conductor y teniendo que hacer en un día el circuito corto, complicado.
2. Bayon
El siguiente templo en ver fue Bayon. Este templo, junto con Bapuon, la Terraza de los Elefantes, la Terraza de los Leprosos y otros templos y monumentos, se encuentra dentro de Angkor Thom, una de las ciudades más grandes del reino jemer, construida a partir del siglo XII en adelante y que probablemente fue la capital hasta el siglo XVII. Tuvo unas dimensiones de 3x3 km.
Este templo se empezó a construir alrededor del año 1200 en estilo budista por orden de Jayavarman VII. Se caracteriza por las 37 torres de piedra con caras esculpidas. Por lo general cada torre tiene cuatro caras, cada una orientada hacia un punto cardinal, aunque la torre central tiene más caras.
Para llegar a la terraza superior en la que se encuentran las caras, hay que atravesar 2 galerías. En la galería exterior vi diferentes relieves relacionados con escenas militares.
En otras escenas hay apsaras danzantes, ninfas asociadas a elementos musicales como bailarinas en la corte de Indra en su reino situado en el pico Meru. Indra es el principal dios en la religión previa al hinduismo, mientras que en esta religión es considerado sólo un semidios, por debajo de Visnú y Brahmá, así como el dios de la lluvia. Meru es la montaña sagrada para los hindúes.
3. Terraza de los Elefantes y del rey Leproso
A continuación de Bayon, la Terraza de los Elefantes, de 300 m, fue construida igualmente por Jayavarman VII entre los siglos VII y XIII. Con vistas a la Plaza Real, era la base para los edificios de recepción real. Su nombre se lo debe a las escenas de caza con elefantes que están grabadas.
La Terraza del Rey Leproso recibe este nombre como consecuencia de la escultura del siglo XV que se descubrió en ella. Se cree que fue construida también durante los reinados de Jayavarman VII y Jayavarman VIII durante el siglo XIII.
4. Puerta de la Victoria
Es una de las 5 puertas que permiten el paso a Angkor Thom. Destacan las caras esculpidas.
5. Thomanon
A poca distancia de la Puerta de la Victoria se encuentra este templo que se empezó a construir a principios del siglo XII en estilo Angkor Wat. El santuario principal tiene una torre y está conectado por un corredor a una antecámara.
Enfrente de Thomanon está el templo Chau Say Tevoda construido a mediados del siglo XII en estilo Angkor Wat. Se encuentra en estado más ruinoso y está siendo rehabilitado con inversiones del gobierno chino.
6. Ta Keo
Este templo fue ordenado construir por Jayavarman V entre finales del siglo X y principios del siglo XI. Tiene la apariencia de una montaña-templo con sus 5 torres que se levantan sobre una terraza superior. Fue el primer templo en ser completamente construido en piedra arenisca.
Ni que decir tiene que me quedé con las ganas de recorrerlo, pero me pareció que había una barbaridad de escaleras, así que fueron 5 minutos para hacer una foto del exterior y se acabó.
7. Ta Phrom
Este templo fue ordenado construir también por Jayavarman VII entre los siglos XII y XIII y es uno de los más grandes.
Se le conoce “popularmente” como el templo de “Lara Croft”, puesto que por lo visto algunas de las escenas de esta película de acción fueron rodadas ahí o se basaron en este lugar.
Este templo es también de gran extensión y tiene un buen recorrido de acceso y salida, que puede ser por puertas diferentes (este y oeste). El itinerario por lo que es el santuario central está establecido y es en un único sentido, por lo que inicialmente fui paseando por el exterior y viendo otras galerías del templo.
Lo más destacable y que da una atmósfera particular a esta visita es el gran número de higueras y ceibas (creo que es la traducción de silk-cotton tree, que es el nombre en inglés). La ceiba es un árbol que llega a alcanzar bastante altura y tiene raíces gruesas de color marrón pálido.
El caso es que ambos árboles están presentes en todo momento, tanto en los alrededores de los edificios como entre ellos y contribuyen sin duda alguna al estado parcialmente ruinoso del templo.
La mezcla de las piedras caídas del templo, las raíces y los troncos entre ellas e incluso el silencio en algunas zonas, da un aire de abandono e incluso de estar de aventura......hasta que llegas a la galería por la cual se accede al santuario central, ves que está literalmente atascada de chinos y que es imposible moverse en una dirección diferente a la que van siguiendo, el lugar pierde su encanto y desistes de seguir a la manada del agobio que te entra.
Con todo, lo que vi me gustó mucho y es un templo recomendable de ver.
Tras la visita de Ta Phrom llegó la pausa para comer y el lugar al que me llevó Lam fue al Banana Up Cafe. Pedí lo siguiente:
Rollitos de primavera.
Amok de pescado, que estaba delicioso.
La cuenta fue de 15 $. El servicio fue muy rápido, pero no es de extrañar, hacen negocio hasta que cierran los templos, así que tienen que aprovechar bien.
8. Banteay Kdei
Este otro templo también es de los siglos XII-XIII, estilo Bayon e igual que muchos otros de los que visité y que me faltaban por ver, ordenado construir por Jayavarman VII. Por algo fue llamado el “Gran Constructor”.
El acceso al primer recinto de este templo es a través de una gopura que tiene una cara esculpida.
Después de esto hay un paseo de algunos centenares de metros entre árboles. A estas alturas del día ya estaba reventado y todos estos caminos de acceso a los templos se me hacían muy pesados. A un lado había una sucesión de puestos de artesanía y las camboyanitas que salían al paso eran insistentes con la venta de pañuelos. Poco a poco van aprendiendo.
Se llega a una terraza con varias nagas que precede a la siguiente gopura.
En su interior hay una estatua de Buda sentado, que estaba rodeada por diversas ofrendas.
Siguiendo de frente, una calzada elevada con una naga a modo de “barandilla” a cada lado. Esta calzada precede al Vestíbulo de las Bailarinas (Hall of Dancers) con sus cuatro patios con pilares que habrían sostenido un tejado de madera.
No recuerdo si llegué a ver el santuario principal, porque tenía que volver por el mismo camino que había seguido (el templo realmente tiene 2 accesos diferentes) y creo que en un momento dado me di la vuelta.
Después de visitar este último templo del circuito corto estaba muy cansado y todavía me quedaban 2 días por delante, así que otro templo que me faltaba por visitar ese día, de cuyo nombre directamente ni me acuerdo, le dije a Lam que nos lo podíamos saltar.
Tras unas horas de descanso en el hotel, por la noche fui a cenar al restaurante The Haven, que a la vez es un proyecto de educación para jóvenes procedentes de áreas rurales pobres y de orfanatos, en el que les enseña las capacidades adecuadas para que tengan un futuro mejor.
Pedí lo siguiente:
Zumo de coco
Tempura de verduras
Curry jemer de ternera
Plátano en leche de coco
El zumo no me gustó mucho pero lo que es la comida en sí estaba muy buena. A cuál de los tres platos más rico.
La cuenta ascendió a 18$, que pagué encantado.
www.havencambodia.com/
El sitio merece la pena por la comida y por el objetivo educativo. Además, es muy bonito con todas las plantas que tiene.
Al día siguiente, 3 de enero, tocaba un madrugón como de las 4:30 porque iba a ver el amanecer desde Angkor Wat. En el hotel me dieron un desayuno picnic que llevaba un huevo cocido, un plátano, una manzana, un sandwich, una botella de agua y no sé si algo más. A las 5 de la mañana Lam estaba en el hotel y salimos en plena noche hacia Angkor Wat. Algunos grupos entran dentro del propio templo para ver el amanecer. Otros, como fue mi caso, contemplamos el amanecer desde el exterior del templo junto al foso externo que lo rodea. Llegamos a las 5:30 a un aparcamiento donde Lam dejó el coche, junto a un puesto de venta de comida y café y empezamos a andar, sin saber yo hacia donde, hasta llegar al borde del foso, donde Lam me dejó convenientemente situado.
Durante la siguiente hora contemplé cómo iba cambiando el paisaje, desde la más absoluta oscuridad que había al principio hasta ver cómo poco a poco iba saliendo el sol y el reflejo del templo se observaba en el agua del foso.
Transcurrido este tiempo, más o menos estaba de día y la gente se empezó a marchar y yo detrás, por donde iba la mayoría, convencido de que era al mismo sitio. En un momento dado tuve una duda y pregunté a algún vigilante del parque que dónde se encontraba el bar y me señaló en una dirección completamente diferente a la que estaba siguiendo. Yo no me oriento en absoluto de noche y menos cuando me están dirigiendo y me dejo llevar.
La ruta de templos que realizamos seguidamente fue ésta:
1. Banteai Srei o Templo de Nuestra Señora
Llegamos a las 7 y pico de la mañana para poder ver el templo antes de que llegasen los grupos y fue todo un acierto, porque apenas si había 3 ó 4 personas en un primer momento.
El templo fue edificado a finales del siglo X (consagrado en el año 967) y fue el único de los templos más importantes no construido por un rey. Los materiales son arenisca, ladrillo y laterita (en los muros de los recintos).
Un largo pasillo dirige hacia la gopura que da acceso al templo propiamente dicho.
El santuario central de 3 torres, que estaba dedicado a Visnú, se encuentra sobre una plataforma en forma de T que está conectada por un corredor a una antecámara. Sobre la plataforma hay varias figuras (son copias) de guardianes humanos pero con distintas cabezas (monos, garudas, leones,...).
2. Ta Som
Otro templo construido entre finales del siglo XII y el XIII por orden de Jayavarman VII y que sigue el estilo Bayon.
De este templo, que está en rehabilitación, destacan las gopuras con caras esculpidas y por otra parte el estado semiderruido de algunas estancias.
3. Neak Pean
Este templo ordenado construir también por Jayavarman VII, data de finales del siglo XII y sigue el estilo arquitectónico Bayon.
Antes de llegar al templo hay que atravesar un lago por un camino de tierra y una pasarela de madera. El paisaje es precioso, con el bosque al fondo, troncos de árboles asomando del agua, las flores de loto.
Al final de la pasarela se llega al templo como tal. Hay 5 estanques, de los cuales el central y más grande, representa una réplica del lago Anavatapta en el Himalaya, del cual nacen los 4 grandes ríos de La Tierra, que están representados por cada uno de los otros 4 estanques. En el estanque central hay una isla circular sobre la que se erige la torre de un santuario. La isla está rodeada por dos nagas (dioses inferiores con forma de serpiente) de nombre Nanda y Upananda, responsables de traer las lluvias que llenan el lago Anavatap.
El nombre “Neak Pean” significa serpientes entrelazadas.
4. Preah Khan
Otro de los templos de Jayavarman VII construido a finales del siglo XII en estilo Bayon. Pero Preah Khan no sólo fue un templo, sino una ciudad y universidad budista con más de 1000 maestros.
La visita se puede realizar desde la entrada este hacia a entrada oeste o viceversa. En mi caso la hice entrando y saliendo por la entrada este.
Un puente con balaustradas con nagas sobre el foso conduce a una gopura con 3 torres.
Atravesada esta entrada el camino conduce a la gopura del siguiente recinto, delante de la cual hay una terraza con nagas y leones. Al igual que en Ta Prohm, hay ceibas entre las construcciones de Preah Khan.
Conectando el Vestíbulo de las Bailarinas con el siguiente recinto, hay un patio con 2 bibliotecas pequeñas.
Dos largas galerías cruciformes atraviesan el templo y proporcionan una perspectiva de profundidad.
En el santuario central, que es budista, hay una estupa del siglo XVI.
Visitado este templo volví ya al hotel y tras descansar brevemente, me fui a almorzar a un café cercano al hotel, el Little Casablanca Café & Bar, saliendo del hotel a mano izquierda. Estaba vacío pero no tenía mala pinta.
Pedí una mezcla de comida occidental y camboyana:
Batido de coco y papaya
Sopa de tomate
Lok lak de ternera
es-es.facebook.com/ ...asablanca/
La cuenta fue de 11'5 $. En general me gustó la comida, pero....
A las pocas horas empecé a encontrarme indispuesto, con cierta sensación de malestar. Primero vino la diarrea y luego, por la noche, vomité una vez.
Para esa tarde tenía previsto ir a un espectáculo de marionetas para el que había comprado ya una entrada, pero me tuve que quedar en el hotel.
La indisposición no tuvo por qué deberse a la comida del restaurante, pero fue en el último lugar que comí. Ni idea de si se debió al huevo frito del lok lak, a las verdurillas de las que iba acompañado, o quizás al batido. ¡Ni idea!
Para mayor fastidio, no había pensado en llevarme al viaje algún medicamento para cortar la diarrea. Sí en cambio para reponer las sales minerales.
Al día siguiente, 4 de enero, tenía la última excursión con Lam para visitar el pueblo flotante y los templos del grupo Roluos y no sabía verdaderamente cómo me iba a encontrar. Para empezar, apenas si pude desayunar, porque no me entraba en el cuerpo nada de comida.
Comenzamos la excursión a las 8 de la mañana para ir en primer lugar al pueblo flotante de Kampong Khleang, atravesando zonas rurales de los alrededores de Siem Reap. Paramos en un lugar para pagar el billete correspondiente al paseo en barca. Yo iba convencido de que me iba a costar 20 $, pero eso es a partir de 2 personas, por lo que no me quedó más remedio que pagar el doble. Ya que estaba allí no iba a dejar de hacer el paseo, pero gracia no me hizo ninguna.
Más tarde atravesamos un pueblo, que probablemente sería Kampong Khleang, en el que las casas estaban alineadas a un lado y otro de la carretera principal y se veía que estaban sobre pilares. Por el aspecto que tenía todo a mí me dio la sensación de que en época de lluvias la carretera debe quedar destrozada. Por allí se veía a unos cuantos niños muy pequeños corriendo descalzos completamente o casi completamente desnudos, escena que se me quedó grabada. Siem Reap no deja de ser una isla en el resto del país, en la que tanto turismo internacional repercutirá en mayor o menor medida en el nivel de vida de la población local, pero fuera de allí.....
Llegamos al embarcadero y subimos a una de las barcas en las que sólo iba a ir el conductor de la barca, Lam y yo. Desde la barca se veían las casas de Kampong Khleang sostenidas sobre pilares de madera. Al estar en la época seca el nivel del río era bastante bajo y se observaba buena parte de los pilares y la orilla del río. Supongo que en época de lluvias, a los habitantes de este pueblo les resulta más fácil acceder a sus viviendas desde las barcas que desde la carretera.
Estuvimos navegando en total durante una hora y media aproximadamente entre ida y vuelta por el río, viendo a la gente trabajar con las redes de pesca, el paisaje con los islotes con cultivos en medio del río o la gente construyendo casas sobre el río, hasta llegar a una comunidad flotante. La población que vive ahí se tiene que desplazar entre un edificio y otro en canoa, como por ejemplo los niños para ir al colegio “flotante”.
A 5 minutos se encuentra el lago Tonlé Sap, que es la mayor extensión de agua dulce del sudeste asiático.
Durante el monzón puede multiplicar su extensión hasta por 10 veces. La mayoría de la gente que vive en las comunidades flotantes alrededor del lago es de origen vietnamita y se dedican a la pesca.
Tras concluir el paseo en la barca, seguimos con la excursión para visitar los templos del grupo Roluos. Durante el camino nos encontramos a muchos niños que salían del colegio, algunos andando hasta sus casas y los más afortunados en bicicleta.
Roluos está 13 km al este de Siem Reap y puede considerarse como el primer lugar en el que se estableció la capital del imperio jemer. En el siglo IX se construyeron varios templos en los que además de utilizarse el ladrillo como material de construcción se empleó la piedra arenisca, dando lugar a la posibilidad de construir edificios más resistentes y lugares de culto estables. De los tres templos del grupo Roluos sólo vimos 2: Bakong y Preah Ko.
El templo de Bakong fue fundado en el año 881 durante el reinado de Indravarman I.
Se recorre un camino durante 5 minutos, pasando por un foso, hasta llegar al templo.
Fue el primer templo-montaña que se construyó. Los 5 niveles de la pirámide, sobre la que se erige una torre central, representan el monte Meru. El templo fue dedicado a Shiva.
Delate de la pirámide hay dos largos vestíbulos de acceso.
Además, alrededor de la pirámide hay 8 torres de ladrillo en diferente estado de conservación.
A poca distancia de Bakong está Preah Ko. Fue fundado en el año 880 y es el templo más antiguo de Roluos. Está construido en ladrillo y consta de 6 torres.
Antes de volver al hotel pasamos por Wat Thmey. La pagoda fue utilizada por los jemeres rojos como prisión de miles de personas, la mayoría culpados de delitos que no habían cometido. Los prisioneros eran asesinados y enterrados en pozos de agua situados a 250 metros al sur de la prisión. Alrededor de 8000 personas fueron asesinadas en esta pagoda.
En 1995, cuando la pagoda fue rehabilitada, un gran número de huesos y cráneos fueron ubicados en una estupa conmemorativa para que turistas y visitantes locales puedan recordar la historia de Camboya.
Seguía sin encontrarme bien pero tenía que comer algo y pedí en el hotel un plato de fideos, que fue lo más sencillo que encontré. Durante la tarde estuve dudando de qué hacer y al final como tuve una pequeña tregua decidí ir al espectáculo al que no había asistido el día anterior.
bambustage.com/
La entrada la había comprado unas semanas antes por Internet y me había costado 18$. El espectáculo que seleccioné fue el “Bambu Puppets”, que lo hacen lunes, miércoles, jueves y sábado.
bambustage.com/bambu-puppets/
Comienza a las 19:00 y es al aire libre, por lo que hay que ir bien rociado de anti mosquitos.
Durante los primeros minutos dan algunas explicaciones sobre cómo hacen las marionetas. La escena la representan detrás de una tela blanca, puesto que son marionetas de sombra. La historia en concreto era una especie de escena popular rural con ciertas dosis de humor, relacionada con un matrimonio que vive en una granja y tiene unos búfalos de agua.
Aguanté como pude y salí corriendo en tuk tuk al hotel, porque tenía ciertas sensaciones de náuseas. En el restaurante del hotel pregunté si me podían hacer un plato de arroz hervido con verduras porque no encontraba nada en la carta que me atreviese a tomar. Me pusieron una buena taza de sopa de arroz con verduras.
Al día siguiente salía del hotel temprano, porque a las 8:35 salía el vuelo con destino a Kuala Lumpur. Tomé algo rápido para desayunar e hice el check-out. Cuando me dieron la cuenta, comprobé que no me habían cargado en la misma el plato que había tomado la noche anterior. Muy amable por su parte. Sin duda, lo mejor de este hotel, aparte de la tranquilidad y la decoración, la atención de su personal. Tuvieron además el buen detalle de regalarme un pañuelo típico.
El traslado al aeropuerto estaba incluido.