29 de marzo, nos levantamos 8 a.m., desayunamos en casa de Eberto y Ania (Hostal "La Rueda", en calle Independencia, a 3 cuadras de la plaza principal), preparamos las cosas para ir a Cayo Santa María (conocido también como Cayería Norte, donde están los cayos como "Las Brujas"), a 7 km. de donde estábamos parando (San Juan de los Remedios).
Camino a los Cayos Sta. María, pasamos por un pueblito muy lindo llamado Caibarién, donde compramos comida con moneda nacional para llevar a la playa.
A 7km empieza el "pedraplen" (55 km de terraplen que comunica los cayos con el continente, agua de ambos lados, algo de 20 y pico de puentes) pagando peaje de 2 CUC, exhibiendo los pasaportes de los tripulantes del vehículo. La última playa es de acceso público y gratuito (Perla Blanca), en Cayo las Brujas el hotel que allí está cobra 20 CUC por pers., el de Cayo Salinas 5 CUC por pers. y el de Ensenachos 100 CUC por persona. Hay más playas de acceso público pasando la antedicha Perla Blanca, pero se acceden sólo a pié ya que al menos hasta marzo de 2009 sólo había pavimento hasta la playa Perla Blanca.
De día se puede ir a 100 km/h por el pedraplen tranquilamente. En Cuba no hay controles de velocidad con radar, pero sí la policía controla las luces de los vehículos demás cuestiones elementales.
Los últimos 7km antes de llegar a la playa Perla Negra son de ripio y con muchos baches, por lo que demoramos casi lo mismo que en hacer los 48km anteriores de pedraplen con pavimento sano.
Era un hermoso día, había no más de 7 personas en la playa, la cual es realmente PARADISÍACA.
Aguas más cristalina que el aire, arena súper blanca y finita, etc. Hicimos snorkeling en una rocas que separan a la playa Perla Negra de la playa "Dorados" que está al lado, pero mi novia se volvió a la playa porque es muy miedosa. Seguí bordeando las piedras y luego de ver peces y muchísimos caracoles de múltiples colores, llegué a la playa Dorados. Quise ir a buscar a mi novia para que no se perdiera dicho espectáculo de la naturaleza y para hacer más rápido que yendo por agua, busqué un sendero que comunica ambas playas por tierra, entre la selva, pero tomé uno equivocado, que estaba fuera de mantenimiento y automáticamente me perdí en la selva. No tenía zapatillas ni vestimenta que me permitiera recorrer un lugar de este tipo, estaba descalzo y en slip de baño simplemente. Sólo tenía mi máscara de snorkeling y mis aletas, las cuales arrojaba al piso para pisar en zonas que eran imposibles de pisar descalzo. La vegetación es extremadamente cerrada allí, no llegaba a divisar el cielo ni el Sol; pedía auxilio pero nadie me escuchaba por el fuerte ruido del mar, que ni siquiera podía saber dónde estaba porque el viento disipaba el sonido del mar, pareciendo que estaba en todos lados. Luego de estar una hora y media totalmente desorientado y muy preocupado pensando que como mi novia me había visto por última vez en el mar, si pedía mi rescate me buscarían en el mar y no en la selva, me acordé de un principio básico de supervivencia que aprendí de Bear Grills en su programa "A prueba de todo" que es el de subirse al punto más alto para tener buena visión y orientarse para saber dónde dirigirse. No fue fácil tampoco esto ya que había muchos árboles podridos que se caían a pedazos o cactus con espinas de 10cm. de largo. Finalmente encontré un árbol alto, me subí y me orienté. Por suerte no me había alejado más que unos cientos de metros.
Después de esta fortísima experiencia de estar perdido en la selva durante una hora y media, volví a la Perla Blanca donde se encontraba mi novia y fuimos por el camino correcto hacia la playa de al lado, donde me tiré a descansar un poco luego de semejante estrés, mientras ella recolectaba los benditos caracolitos de colores...
Estas playas son realmente paradisíacas y desoladas (no hay casi infraestructura, salvo las que pertenecen a hoteles y ya comenté sus costos de ingreso).
Nos fuimos ya de noche (no se puede permanecer de noche porque es una reserva ecológica y está protegida), pagamos nuevamente los 2 CUC de peaje y luego de perdernos un poco al pasar por la famosa rotonda del busto del cangrejo gigante en Caibarién, llegamos a San Juan de los Remedios a las 21:45hs, sin poder cenar en los restaurantes de precios a moneda nacional "Driver" (a una cuadra de la plaza principal) ni "Los Portales" (frente a la plaza), porque ¡cierran a las 22hs!
Nos salvaron Eberto y Ania, los dueños de la casa donde parábamos, improvisándonos una rica comida. Eberto nos preparó unos spaghetti con salsa de ají, con trocitos de jamón, queso criollo, etc. Es un gran cocinero.
Luego de cenar, nos fuimos a acostar.