Después de disfrutar del desayuno y del paque frente a la guardería, continuamos la ruta. No sin antes despedirnos de Sylvia, que también nos atendió.
El GPS nos jugó una mala pasada y en un momento dado, nos encontramos en una carretera sin asfaltar enmedio de un bosque. Allí entiendes lo de llamarlo Selva Negra. Empezamos a tirar de mapa hasta dar con una carretera principal. La verdad es que de haber llevado un todocamino con las indicaciones del GPS hubieramos acortado.
El objetivo era encontrar uno de los relojes gigantes de cuco. Dimos unas cuantas vueltas. Al final encontramos uno de ellos a la salida de un tunel. Cerca de Gutach. El cuco salía a las 12h y había un espectaculo. Nosotros llegamos a ver esconderse el pajarito. Preguntamos en la tienda y nos dijeron que a las 12:30 salida otra vez. Dura menos y solo sale el cucu. Hicimos tiempo viendo la cantidad de relojes de cuco que venden. Menos mal que el precio y la maleta no nos permitieron comprar ninguno.
Buscamos sitio para comer en la ruta. Al final comimos en un restaurante en la entrada al museo de las casas de la Selva Negra. En un españoles por el mundo sacaron un amplio reportaje. El niño no estaba muy interesado en ver museos. Pero encontramos la horma de su zapato:
Rodelbahn Gutach. www.schwarzwaldrodelbahn.de
Había mucha gente, pero mereció la pena la espera. Tienen Rodelbahn para poder tirarte con un niño o solos.
La siguiente parada fue Freudenstadt. Como no supimos calcular el tiempo que estaríamos, dejamos el coche en un parking subterráneo. Y menos mal, porque el peque descubrió unos chorros de agua y menudo baño se dío... nos dimos. Hacía mucho calor y había multitud de gente mojandose en los chorros.
Tras secarnos continuamos hasta Baden Baden. La verdad es que es todo en plan lujo y no nos hizo mucha gracia. En nuestro viaje lo consideramos prescindible y no estuvimos mucho rato.
LLegamos a nuestro hotel Ibis Styles Ettlingen. Está fenomenal. Reservamos una habitación familiar, que resultó tener dos habitaciones separadas con 2 TV. Terraza incluida. La climatización de la habitación es genial. El desayuno está bien. Tiene parking (8€), aunque creo que por detrás del hotel se podía aparcar. Wifi gratis en todo el hotel. PC con impresora en el hall. Puedes pedir prestada la Wii para que jueguen los niños en la habitación. Tiene una habitación llena de juegos para niños (futbolín, ordenadores infantiles...). El único pero, que en la habitación de juegos no hay aire acondicionado y hacía un calor insoportable, cerca de 40ºC. Se puede ir andando al centro de Ettlingen. Si no se sale mucho de tu presupuesto, no lo dudes, alójate aquí
Cenamos en Vogel Hausbrau. Rheinstr. 4. Único sitio abierto a las 22h. Las típicas Cervezacas alemanas. El bocadillo de carne está muy rico. Tiene una carta muy corta. No hay mucho para elegir.
El paseo nocturno por Ettlingen fue bonito.