Nos despertamos sin prisa. Un desayuno rico rico en nuestro encantador hotelito y la mañana de hoy la dedicamos a descansar y hacer el vago en la piscina del hotel.
Al estar en la azotea nos libra de miradas indiscretas y hace aún más encantador este rincón del hotel.
Por la tarde quedamos con la familia Abdelkader para enseñarnos su pueblo y el Morabito o tumba del que fue una persona buena y ejemplar para ellos.
Nada de ruidos, sólo paz y tranquilidad...y en un carro tirado por una mula nos dispusimos todos, excepto la mujer de Abdelkader y su madre que se quedaron preparando la exquisita cena, fuimos a conocer Al Faouar.
Tras una tarde muy agradable nos despedimos de ellos pues hemos de ir al hotel a cambiarnos y ellos igual.
Duchita para quitarnos la arena...esa arena me encanta...no se queda pegada a la piel ni a la ropa, de un color rojizo anaranjado precioso y al intentar cogerla se escurre entre los dedos....los que hayáis visto este desierto me entenderéis!!!!
Nos pusimos la ropa que nos regalaron la noche antes y ya de gala fuimos caminando hasta su casa.
Nos habían preparado el mejor Cuscús que nunca haya probado!!!!! Y encima de postre una tarta por el cumpleaños de mi madre ya que el día anterior le comentamos que estábamos de celebración por ese motivo....No pararon de tener detalles con nosotros!!!!
Por nuestra parte, aprovechamos para darles unos pañuelos o velos de encaje que habíamos comprado en Douz y que les encantaron y alguna que otra cosa más.
Fue una velada fantástica...nunca me cansaré de decir lo maravillosos que fueron con nosotros!!!
Al final quedamos en que como mañana sería nuestro último día en el pueblo nos iríamos todos a comer a su campo. Así que hasta mañana!!