Nos despertamos nuevamente sin prisas y disfrutamos de nuestro rico desayuno.
Alrededor de las once vino a por nosotros Abdelkader y nuevamente montados en su carro con la familia, esta vez si iban la madre y la mujer, nos dirigimos...al desierto!!!
Resulta que han hecho unas parcelas en mitad del desierto donde siembran de todo...MENUDA HUERTA!!!!!!!
Nos pareció increíble que ahí, en mitad de las arenas pudiesen formar ese oasis.

La mujer se encargó de preparar el pan allí mismo, enterrando la masa plana en las arenas y tras cubrirlas de nuevo les puso unas brasas encima...como burbujeaba la arena...nunca imaginé que se pudiese hacer pan así.


La comida estuvo exquisita!!! Y además se agradeció la sombra bajo una adelfa, creo que era, pues a pesar de los pañuelos en la cabeza el sol pegaba que daba gusto.


Nos despedimos las dos familias unidas ya con los lazos de la amistad y regresamos al hotel.
Revisión de fotos, cena tranquila y a dormir por última vez en Al Faouar ya que mañana salimos hacia los oasis.