Consideraciones de Belize:
Aquí el idioma es el inglés.
La moneda es el dólar beliceño que vale la mitad que el dólar americano. O sea 1 $USD = 2 $BZD. Se puede pagar en todas partes con dólares americanos. Lo que puede pasar es que el cambio te lo devuelvan en dólares beliceños. Nosotros no cambiamos a beliceños, con los americanos que nos llevamos de aquí tiramos… Los beliceños que acumulamos los gastamos antes de venir. Incluso como el cálculo es exacto, puedes dar los dos tipos de monedas para pagar.
Los precios del super en Cayo Caulker me parecieron carísimos. Supongo que llevar las cosas a la isla vale un dinero. Una bolsa de ganchitos valía unos 12 euros. Salía más a cuenta ir a comer al restaurante que comprar en los supermercados, regentados todos por chinos. En cualquier caso, para un par de días, no es la muerte de nadie.
Aquí hay el segundo arrecife de coral más grande del mundo, después del de Australia. Así que el paraíso de los buceadores. Nosotros sólo hacemos esnorquel y también lo disfrutamos.
Para moverse entre tierra firme y los cayos hay el servicio de water taxi, que funciona cada hora, aproximadamente.
Cayo Caulker fue como el paraíso. No hay coches, las calles no están asfaltadas, bañarse en embarcaderos una pasada, parece que el tiempo aquí se para. No en vano el lema es GO SLOW. Vamos, que no podíamos tener mejor final de viaje…
… Aquí empieza el viaje en Belize (El resumen del viaje completo está en la primera etapa)
Water taxi de Chetumal a Cayo Caulker (Dia 14: 2 de agosto)
A las 15 h el barco pone rumbo primero a Cayo Ambergris, a San Pedro (la famosa isla bonita de la canción de Madonna), donde tendremos que hacer la entrada a Belize.
Aquí el trámite es muuuuuy lento. El barco no sigue hasta que hemos acabado todos. En realidad no se por qué es tan lento porque somos un grupo de unas 40 personas y no miran gran cosa.
Para entrar al edificio te pasan un detector por si pita algo, trajinamos el equipaje pero ni lo miraron. Eso sí, hay que pagar una cantidad de acceso al país de 2,5 Dólares beliceños. Y una vez que todos hemos pagado, otros 45’ de barco hasta Cayo Caulker.
Llegamos a la isla como a las 18 h, ya anocheciendo.
Allí cogimos un taxi (carrito de golf) que nos llevará al apartamento, cerca del split, a pesar de que no estaba muy lejos, pero después de todo el día no teníamos ganas de carretear con las maletas.
El apartamento está en el recinto de Willis Restaurant. Allí nos recibió la propietaria, que nos estaba esperando pues sabía cómo llegábamos y acertó de lleno en la hora. Nos indicó las normas y nos hizo sentir como en casa. Fue muy amable en todo momento.
Hay que decir que tener el restaurante al lado no nos molestó para nada. No hay ningún ruido al respecto. Sólo abren para cenar…