Hoy nos fuimos a la Torre de Belém, sitio turístico por excelencia y, por supuesto, no conseguimos salir antes de las 12 entre cambiar a los peques darles de comer desayunar etc.
Tenía marcado el parking de la última vez en un sitio de gorrillas y la verdad que conseguimos aparcar en otro junto una pequeña playa donde por un euro dejamos cada uno su coche muy tranquilos; la zona de la Torre de Belén estaba llena de gente, mucho ambiente ya en el adyacente Monumento a los Caídos
Tras hacer las fotos de rigor con esta bella torre, otrora fortaleza defensiva, nos acercamos a unos puestos de suvenirs, que seguian en el mismo sitio de hace 8 años, para continuar dando un paseo en este soleado día hacia el el Monumento los Descubridores igualmente espectacular con Enrique el navegante en la punta sosteniendo la Carabela mirando al Tajo.
Después cruzamos al Monasterio de los Jerónimos por las escaleras subterráneas, ya que pasa la vía del tren y sólo se puede cruzar por ahí, que obviamente no está adaptado para gente con movilidad reducida (como toda Lisboa) ni tiene ascensor ni nada así que cogiendo el carro entre mi suegro y yo conseguimos bajar y subir las escaleras. Al Monasterio de los Jerónimos tampoco queríamos entrar si no nos hubiéramos saltado las colas nuevamente con el carrito, alguna ventaja tiene que tener viajar con niños
Aquí mientras mis suegros esperaban a la sombra de un árbol sentados en un banco con los niños, mi mujer y yo fuimos a buscar un sitio donde comer y nos atendieron muy bien en un restaurante donde nos dijeron que podíamos incluso entrar con el perro ,que era bienvenido!
Tras volver a los coches decidí pasar por uno de los mejores miradores de Lisboa, el mirador de Gracia que, como no, había mucho ambiente, muchos coches y los tranvías pasando por allí atestados y sin parar, con lo que era más que imposible aparcar. Tras dejar a mi mujer y a mi suegra que fueran viendo tiendas, dimos un par de vueltas y conseguimos aparcar muy cerquita de la calle del mirador, ya que había un parking que al ser fin de semana tenía las barreras abiertas y estaba atendido por un gorrilla; aparcamos los coches por un par de euros y nos fuimos tranquilamente hacia el Mirador de Gracia, en donde nos reunimos todos de nuevo. El mirador no está nada mal, hay muy buenas vistas del Castillo de San Jorge, así como de la ciudad y del puente.
Tras el Mirador nos fuimos al Lidl hacer más compra para el día siguiente que nos íbamos, así como más pasteles de Belén para traer. Dar de cenar a los peques y a la cama