La siguiente parada fue Akhaltsikhe, una pequeña ciudad muy agradable que en un principio sólo serviría de parada para acercarme a Vardzia. Sin embargo, la localidad ofrece interesantes atractivos como el castillo Rabati (6 GEL) o el monasterio de Sapara. Aunque este último requiere acercarse en taxi (20 GEL) y su visita tampoco aporta mucho más a lo ya visto en otros monasterios del país.
En lo relativo a las ruinas de Vardzia, nuevamente se trata de un recinto histórico enclavado en un lugar de singular belleza paisajística como viene siendo habitual en Georgia. Personalmente me impactó la iglesia tallada en el interión del macizo. Merece la pena perderse por el laberíntico recorrido dejándose sorprender con diferentes hallazgos.
Absolutamente recomendable.