Dejamos atrás Trujillo y continuamos hasta Cáceres, otra maravillosa ciudad que hay que conocer sí o sí. Dejamos el coche cerca de la Plaza Santa Clara donde se encuentra el Convento de Reverendas Madres Clarisas de la Orden de San Francisco, fue fundado en 1614.
Subimos por calle Ancha donde se encuentra la Casa de los Paredes Saavedra, reformada en el siglo XVI, tiene restos de una torre desmochada más antigua, dos ajimeces de granito y ventanales góticos. Destaca en su fachada la portada, con arco de medio punto y dovelas radiadas resaltadas, motivo que también se repite en la ventana que hay sobre ella.
Seguimos hasta la Plaza de San Mateo donde se encuentra la Iglesia de San Mateo. Esta iglesia comenzada en el siglo XVI, se alza sobre un solar ocupado siglos atrás por una mezquita árabe, primero, y otra iglesia cristiana, después. Posee elementos de estilos góticos, renacentistas, plateresco y barrocos. En la fachada principal puede verse una portada de estilo plateresco, decorada por columnas a sus laterales, que culmina con unos angelitos. Encima del portón se aprecian un par de medallones que representan a San Pedro y San Pablo, continuado por un friso de motivos vegetales y en lo alto sobresale su espadaña. En 1345 en ella se fundó la cofradía de Ntra. Sra. del Salor, formada por caballeros y escuderos para su defensa.
Detrás de la iglesia está la Casa del Sol o de los Solís, es una construcción de estilo gótico, levantada en el siglo XV y posteriormente reformada en el XVI. Lo más destacado de esta casa es su fachada que consta de una puerta de arco de medio punto con dovelas, sobre la que se alza el escudo de la familia Solís formado por un sol con rostro humano cuyos rayos son mordidos por cabezas de dragón, todo ello coronado por un yelmo de caballero. Encima tiene un alfiz gótico que da paso a una ventana central y más arriba se puede apreciar un matacán semicircular con aspilleras en forma de cruz y sujeto por tres ménsulas, lo que tiene pinta de un pequeño balcón.
Otro edificio curioso que ver en Cáceres es la Casa del Águila o de los Sande, fue construida en el siglo XV. Como muchos de estas casas/palacios, sus reformas de acondicionamiento se han sucedido en el tiempo. La última vez fue desmontada piedra a piedra, enumerando cada una de ellas para colocarlas posteriormente en orden, y devolverle así su semejanza con la casa original. En la fachada destaca una preciosa ventana gótica del siglo XV y el escudo en mármol de la familia Sande. La casa es el fruto de la ampliación de otra de principios del siglo XIV, de la que se conserva el torreón defensivo incorporado a la nueva edificación. Está situada en el centro del casco intramuros de la ciudad, en el barrio Alto.
Enfrente se puede ver la imponente Torre de Sande cubierta de yedra.
Pasear por el casco antiguo de Cáceres es como viajar en el tiempo y retroceder a la época medieval y sentirse inmerso en una película, entre sus palacios, sus casas señoriales y sus calles empedradas. Todo esto ha hecho que Cáceres sea declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO
Continuamos por la estrecha calle del Arco de Santa Ana donde al final se puede apreciar el arco del mismo nombre y da acceso a la ciudad amurallada. En 1758 se reformó y se ensanchó para facilitar el paso al interior de la ciudad. En centro del arco se abre una hornacina en la que se puede apreciar la imagen en piedra de Santa Ana que sostiene al niño Jesús en su regazo. La apariencia actual data del siglo XVIII.
Enfrente se encuentra el Palacio de los Condes de Adanero, siendo la familia Ovando la que lo mandó construir. Fue después del derribo de la Fábrica de Tapices cuando se construyó este palacete. Los Condes de Adanero fueron quienes lo heredaron a principios del siglo XX. Su fachada se caracterizada por grandes sillares almohadillados que se realizó durante el siglo XVII siguiendo modelos manieristas italianos. Este palacio fue durante la Guerra Civil, almacén de objetos valiosos requisados. Actualmente el palacio es la sede del Ministerio de Política Territorial.
Vamos callejeando hasta la Plaza de Santa María donde se encuentra la Concatedral del mismo nombre que la plaza, que es el templo más antiguo de la ciudad, tiene desde 1957 el rango de Concatedral. El origen de esta iglesia se remonta al siglo XIII como templo románico pero su destrucción hizo que se planteara entre los siglos XV y XVI una nueva iglesia, de estilo tardogótico. El templo está construido en sillería dorada y el exterior destaca por la sobriedad típica de la arquitectura medieval española. Debido a su reconstrucción entre los siglos XV y XVI se impregna de elementos de transición hacia el gótico y renacentistas, visibles en la torre y el coro. La Concatedral eleva su altura la torre de tres cuerpos trazada y ejecutada en tan sólo dos años, entre 1554/1556.
Salimos a la Plaza Mayor por el Arco de la Estrella, de estilo barroco y otras de las puertas de la ciudad que se construyó en el siglo XVIII. Es un arco rebajado de gran amplitud y hecho de esta forma para facilitar el paso de los carruajes a la Ciudad Monumental. Está construido mediante perforación de la muralla, que conserva su almenaje. En la parte posterior hay un templete en el que está la estatua de la Virgen de la Estrella que le da el nombre al arco. Está considerada como la puerta más importante de la ciudad, ya que fue el lugar elegido por la Reina Católica para jurar los Fueros y privilegios en 1477, también en este mismo arco juró los Fueros a la ciudad el rey Fernando El Católico en 1479. También recibe el nombre de Puerta Nueva, por ser la última puerta construida en la muralla.
Y hasta aquí nuestro paseo por una de las ciudades más bonitas de España y conocida por la ciudad de las tres culturas. Mañana continuo con la etapa puesto que años después volví con mi hermana y nuestra amiga Carmen que se apunta a un bombardeo