La más famosa de las playas gallegas de una belleza impresionante. Lástima que se haya convertido en una atracción turística y haya perdido su condición de playa. Me he bañado aquí con cientos de personas a mi alrededor y sólo yo en el agua.
Mejor visitarla en marea baja y con lluvia tiene un aire mágico. Imprescindible reservar. Hay parking y bar.