Plasencia presume de tener dos catedrales en su conjunto histórico pero, para mí, que exageran. En realidad se trata de dos medias catedrales. Me explico.

Cuando se reconquista toda esta zona y se establece a Plasencia como el enclave cristiano más importante del lugar, se considera imprescindible levantar una catedral que dejase bien claro cuál era la religión imperante y, al mismo tiempo, cobijase al correspondiente obispo y su cohorte de curas.


Se inicia la construcción en el siglo XIII, época del románico tardío y la misma continúa durante dos siglos. Una vez terminada la primera catedral se constata que la población de Plasencia ha crecido mucho en este periodo y también ha ganado en importancia y riqueza por lo que la antigua catedral se queda pequeña en tamaño y en grandiosidad. Así que deciden levantar otra catedral más grande en tamaño y altura y de una riqueza tal que asombre a quién la vea. Pero no hay espacio libre en la ciudad así que resuelven el problema construyendo la nueva adosada a la antigua, empezando por la cabecera y tirando la vieja según van avanzando las obras. Así desaparece en primer lugar la cabecera y el transepto de la catedral vieja y se construye la cabecera de la nueva y el nuevo transepto. Todo marcha perfectamente hasta que comienza el declive español y con él la falta de dinero. No hay financiación para terminar las obras así que tienen que interrumpirse, se construye lo necesario hasta unir la parte nueva con la vieja, se tapian los huecos con ladrillo, que es barato, en espera de nueva financiación para terminar la catedral. Pero esta financiación nunca llegó y hasta hoy, en que encontramos estas dos medias catedrales formando una sola.

Ahora voy a intentar comentar cada una por separado y luego explicar gráficamente cómo se comprueba esta unión de dos catedrales de diferente anchura y altura en una sola.

Catedral Vieja


Se empieza a construir en el siglo XIII en estilo románico pero en seguida se introduce el nuevo estilo dominante: el gótico. Así podemos ver como los fustes y los capiteles de las columnas son de estilo románico pero las bóvedas y los ventanales ya son de estilo gótico. Sus tres naves de paredes desnudas nos transmiten sensación de recogimiento y austeridad que se acentúa más, si cabe, porque sus ventanales están cubiertos con alabastro.


Particularmente interesante me resultó su techo pues todo él está cubierto de “caras”, esculturas que representan caras humanas, como si el constructor hubiera querido representar el cielo con las personas que lo pueblan mirando desde la altura a los que aquí estamos.


Claustro

Es bastante posterior, ya del siglo XV, con una fuente medieval en el centro del mismo.
Además, las distintas galerías nos hablan de diferentes épocas constructivas por la diferencia entre ellas, tanto en cuanto a las bóvedas como a los arcos que lo conforman.



Igualmente se puede apreciar esta diferencia en los arcos que cierran el claustro.



En este claustro se expone una imagen gótica del XIII, Santa María la Blanca que ha sido restaurada recientemente.


El Pórtico

Claramente románico con sus arcos de medio punto y su rosetón. Encima del arco debería haber una representación de la Anunciación, pero está incompleta.


Sala Capitular

Esta bella sala tiene influencias bizantinas y ocupa el lugar bajo el cimborrio. Llama la atención la altura, que no es que sea excesiva, pero el tamaño recogido de la sala lo acentúa y parece mucho mayor. Curiosa la forma en que se ha sabido pasar de una planta en suelo de 4 lados a la cúpula circular, a base del inteligente uso de pechinas que transforman la construcción en 12 lados y de ahí a un círculo.


El Cimborio

Por cierto que la torre del cimborio recibe el nombre de Torre del Melón, por el adorno que lo corona. Esta torre merece especial atención pues en España sólo hay otras tres parecidas: la de Zamora, la de Salamanca y la de Toro, todas ellas cubiertas su techado por escamas.


Catedral Nueva

La nueva catedral se empezó a construir en 1498 y las obras duraron casi un siglo, pues se terminó en 1578, que ya he contado que no es que se terminasen las obras sino el dinero.
La catedral nueva es ya de estilo renacentista como se puede apreciar en su impresionante fachada. Por cierto que se aprecia en la fachada una gran cantidad de hornacinas preparadas para albergar diversas imágenes pero no hay ninguna. No se trata de ningún robo ni de ninguna causa extraña: simplemente se acabó el dinero.


El interior continúa con la planta de la antigua catedral, con tres naves pero de mayor anchura y altura, con crucero, todo ello rematado en bóveda de crucería. Impresiona la decoración de esta nueva catedral pues todas las nervaduras y adornos estaban terminados con pan de oro y pintado en azul, en honor de la Virgen.


Esta decoración ha sufrido mucho deterioro a lo largo de los años y se ha perdido gran parte del pan de oro. En las obras de restauración de la catedral se ha restaurado lo que era posible y el resto se ha repintado en dorado y se ha recuperado la pintura original en azul.


La Puerta Dorada

Cerca del Altar Mayor se puede ver esta bella puerta decorada en azul y oro, llamada la Puerta Dorada que da acceso a la Sacristía y que contiene todos los elementos decorativos de esta catedral: el azul como color de la Virgen, el dorado como enseña de riqueza y el estilo renacentista.


Sin embargo, las verdaderas joyas de esta catedral son el retablo del Altar Mayor, obra de Gregorio Fernández y el Coro en estilo gótico flamígero obra de Rodrigo Alemán y que pertenecía a la Catedral Vieja. De este último nada diré pues estaba en restauración y no pudimos verlo.

El Retablo

Este magnífico retablo se construye especialmente para este lugar, a la vez que se levanta la catedral por lo que se adapta perfectamente al espacio y no tapa las ventanas y está dividido en calles y cuerpos.


El retablo expone 4 lienzos de los cuales los dos inferiores son obra de Francisco de Rizzi. El resto es obra de Gregorio Fernández. Toda la imaginería, así como los alto-relieves se deben a su mano.


En las cabeceras de las naves laterales se exhiben dos retablos de Churriguera.


Unión de las dos catedrales

Otra de las características de esta catedral es que la unión de ambas catedrales o, si lo preferís, la separación entre ambas se ve a simple vista. Así junto a la entrada a la sala capitular se aprecia perfectamente como el muro de la catedral nueva llega hasta la misma sala y allí se interrumpe la construcción


También se puede apreciar en el interior de la nave de la catedral nueva, justo detrás del coro, allí vemos el muro de cierre entre ambas naves y se puede comprobar la diferencia de altura de las naves viejas y nuevas así como la diferente anchura de ambas


En el exterior también se aprecia esta unión, con una extraña intersección de planos, alturas y construcciones.


En esta foto se puede ver como se conservan las antiguas espadañas de la catedral vieja, grandes lienzos de muro de ladrillo en donde se aprecia perfectamente la altura de la nave central y la fachada renacentista.