Estas terrazas nacieron cuando aún la cerveza de baja fermentación era muy consumida y se preparaba sólo en meses de baja temperatura, así la cerveza podía ser servida en los meses de verano: debido a la excesiva demanda esta bebida, las empresas cerveceras construyeron sótanos a orillas de los ríos para poder mantener la cerveza con la temperatura idonea y asi que no faltase durante la epoca estival.

Hace 200 años, el 4 de enero de 1812, el rey Max I de Baviera, mediante altísimo rescripto, decretó que las fábricas de cerveza podían servir sus productos directamente en el lugar de su fabricación pero en cambio, la venta de comida quedaba explícitamente prohibida, lo que dio origen a la tradición de los típicos biergarten (jardines de la cerveza) bávaros.

Hasta hoy, los clientes de los “auténticos“ biergarten bávaros disfrutan del derecho a llevar y consumir su propia comida, en cambio la cerveza si es obligado comprarla en el mismo Biergarten. Estas terrazas-jardín están conformadas de bancos de madera y árboles y algunos de estos jardines cerveceros suelen tener actualmente sus vendedores de comida típica.

En estos jardines bavaros es común ver que la gente, extraños los unos a los otros, compartan sus alimentos, además de intensas conversaciones, con sus vecinos de banca.

Entre los más grandes Biergarten que hay en Munich cabe citar los 8.000 asientos del Hirschgarten, con 5.000 el Augustiner en la calle Arnulf y el Paulaner en Nockherberg con 4.000. Otros puntos de encuentro muy apreciados son los biergarten de la plaza Viktualienmarkt, el que hay junto a la Torre China en el Jardín Inglés o el Waldwirtschaft, donde la música de jazz caldea el ambiente.