La Alhambra de Granada ✏️ Guias-España

Como visitar la Alhambra con una descripción detallada de los diferentes palacios, su historia, decoración y algunas anécdotas y algunos apuntes sobre la vida en la época nazarí.

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Breve historia

Aunque la primitiva ciudad granadina se asentó en el lugar que ocupa actualmente el Albaicín, los reyes nazaríes decidieron ocupar la colina de enfrente, la Sabika, y levantar allí su palacio y una nueva medina para alojar a los sirvientes, funcionarios, soldados, etc., que permitían el normal funcionamiento de estos palacios. Las razones, obvias: la antigua alcazaba se encontraba situada en medio de la ciudad por lo que era fácilmente atacable por la propia población en caso de levantamiento popular y, al mismo tiempo poco defendible en caso de ataque exterior. Así que, aprovechando las ruinas de edificaciones preexistentes se iniciaron las obras por la parte más urgente: la Alcazaba, levantando las torres de la Vela, el Homenaje, Quebrada y Adarguero y abriendo la puerta de las Armas con lo que todo el recinto queda circundado por otro exterior separado por una calle de ronda.

Una vez definida la estructura externa, se aborda la urbanización del recinto interior, empezando siempre por lo que más urge: los palacios reales de los cuales El Generalife y el Palacio de El Partal son los más antiguos. Posteriormente, el rey Yusuf I, ordena levantar el Palacio de Comares y las majestuosas puertas de La Justicia y Siete Suelos , a la vez que se levantan otras muchas de las edificaciones de la Alhambra, incluyendo la medina que da albergue a servidores, artesanos, arquitectos, etc.

Ya en el XIV se levantan la Mezquita y la Madraza y el Palacio de los Abencerrajes entre otros, y, durante el segundo reinado de Muhamed V, en la segunda mitad de este siglo, se produce un enorme cambio en el urbanismo del conjunto con la construcción del Palacio de los Leones y la redecoración de los palacios preexistentes.

Por último tenemos las transformaciones originadas después de la Reconquista, principalmente con el levantamiento del Palacio de Carlos V, imponente construcción renacentista que hubiera sido perfecta situada en otro sitio. El edificio se incrusta en el conjunto y conlleva la desaparición de algunas edificaciones nazaríes. El Convento de San Francisco se levanta sobre un palacio y ocupa parte de la Calle Real, obstruyendo su trazado, etc.

En el siglo XVI se añade a la Alcazaba la Torre de El Cubo y el Aljibe de la Tendilla y en el XVII se levantan los Jardines de los Adarves. Los Patios de Lindaraja y de la Reja son ya de época romántica. En el siglo XX se adapta el convento de San Francisco como Parador y se crea un parque con un auditorio en los Jardines Bajos del Generalife.


Cómo llegar

1.- En coche particular pues existe parking pero hay que tener en cuenta que el tráfico en Granada es muy difícil por lo estrecho de las calles. El acceso es a través de la Ronda Sur.
2.- En Autobus. La Alhambra está muy bien comunicada mediante transporte público, que te deja junto a la entrada. Línea 30 y 32 que se pueden coger en la parada que hay en la Gran Vía, junto a la reja de entrada a la Capilla Real.
3.- En taxi. Puede costar unos 6 euros. Hay una parada en la Plaza Nueva.
4.- Andando. Desde la Plaza Nueva por la Cuesta de Gómez, desde el Paseo de los Tristes por la Cuesta de los Chinos y desde la Plaza del Realejo por la cuesta del mismo nombre.

La visita

Lo primero y, ante todo, es programar bien la visita, enterarse de los horarios y recorridos, así como de los accesos. Imprescindible ir con las entradas compradas pues el aforo a los Palacios Nazaríes es limitado y se agotan con mucha antelación, así que adquirir vuestras entradas por internet y poned mucha atención a la hora de entrada a los Palacios nazaríes pues esa hora es inamovible. El resto de dependencias se pueden ver antes o después, no importa el orden, así que realizad estas visitas según la hora de los palacios.
Os pongo el enlace a la web oficial porque puede haber cambios en los horarios y en los precios y así estaréis informados de forma actualizada y, a la vez, podéis adquirir las entradas y ver los otros itinerarios que ofrece el Patronato.

www.alhambra-patronato.es/ ...ambra/8/0/

En este enlace os podéis todo tipo de mapas útiles para vuestro viaje.

www.alhambra-patronato.es/ ...eralA4.pdf

ITINERARIO

Suponiendo que nuestra entrada a los Palacios nos permita visitar antes el resto de las dependencias, yo recomiendo visitar primero El Generalife, más que nada porque si lo vemos después nos parecerá pobre. Así que mi propuesta es: El Generalife, el Secano, la Alcazaba y los Palacios Nazaríes y el resto de dependencias.


Desde el pabellón de entrada se accede directamente al

Paseo de los Cipreses, que data del siglo XIX y se plantaron con motivo de la visita de la Reina Isabel II. En mitad del recorrido un cartel indicativo nos dirige hacia los


Jardines Bajos, divididos en 3 zonas claramente diferenciadas: la zona del auditorio o teatro, levantado en 1952, la siguiente zona data de 1951 y recrea un jardín musulmán con su acequia y una pérgola abierta a la ciudad desde la que se pueden obtener estupendas fotografías del albaicín


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y, por último, la zona más antigua pues data de los años 30 y nos ofrece arquerías de rosales y cipreses, un poco al estilo de un jardín romántico.






Conviene detenerse en este paseo por la belleza de los jardines, llenos de todo tipo de flores, parterres, fuentes y albercas.

Palacio del Generalife



No debemos olvidar que este paraje era en realidad una “Almunia”, es decir, un cortijo con sus huertas, campos de labor, dehesas para el ganado, pastos, albercas para el riego y, naturalmente, la casa de los labradores. En este caso los labradores eran los reyes por lo que su casa es uno de los palacios más bellos y lujosos que se conservan pero, eso sí, destinados al asueto de sus dueños.


Se accede al palacio a través de una estancia que conserva una pila o abrevadero y una estancia abierta mediante arcos para alojar a los caballos. Posiblemente fuera un “descabalgadero” en donde los huéspedes podían dejar sus caballos al cuidado de los mozos de cuadra ya que es demasiado pequeño para las cuadras de este tipo de almunias.


Desde aquí y, a través de un sencillo arco, se pasa a otro patio un poco más alto que es el que nos da acceso al palacio a través de una pequeña puerta más propia de una casa de campo que de un palacio.


Una escalera nos conduce hasta los aposentos privados que se distribuyen alrededor del Patio de la Acequia. No debemos olvidar que nos encontramos ante una construcción árabe que buscaba la intimidad y cuyos patios estaban cerrados para permitir la vida en su interior sin miradas ajenas. Lo que hoy vemos es obra de posteriores modificaciones, originalmente el pabellón abierto del lado oeste estaba cerrado y sólo existían dos aberturas al exterior, una al norte (Mirador de Ismail) y otra en el pabellón oeste que todavía se conserva y desde el que se podían divisar las huertas.


Una vez en el Patio de la Acequia vemos enfrente el Pabellón Norte con sus 5 arcos que dan acceso a la Sala Regia, originalmente de una sola altura pues la edificación que hoy vemos es la vivienda que se construyeron los Mendoza en 1494. A nuestra derecha y al este están las habitaciones del haren, a nuestra izquierda el pabellón oeste que hoy se abre hacia lo que fueron las huertas y a nuestra espalda el pabellón de entrada.

La Sala Regia está ricamente decorada y en el arco de entrada se encuentran sendas hornacinas que servían para acoger un aguamanil con agua fresca y otro con agua para abluciones.


En su interior se encuentran dos alcobas laterales y dentro de esta sala se encuentra el Mirador de Ismail, con preciosas celosías en sus ventanas altas.


Las habitaciones que conformaban el haren sufrieron estaban divididas en viviendas independientes para cada una de las esposas del rey pero sufrieron un incendio y están bastante deterioradas.


En el muro de enfrente se encuentra un mirador corrido formado por arcos abiertos que nos permiten divisar la ciudad. Originalmente era un muro cerrado con un único mirador


Hay que tener en cuenta que las viviendas musulmanas se desarrollaban alrededor de un patio central cerrado que protegía a sus habitantes de miradas indiscretas y facilitaba la intimidad por lo que este tipo de muros abiertos no existían.

La alberca central ya existía en la antigüedad pero el diseño de sus surtidores entrelazados son del siglo XIX.

Siguiendo los carteles indicadores llegaremos al llamado Patio del ciprés de la Sultana pues dice la leyenda que fue en este lugar donde el rey encontró a la sultana en brazos del Abencerraje. Pero no son más que leyendas pues este patio ajardinado de estilo barroco se levanta sobre lo que en su día fueron los baños del palacio. La galería porticada del piso superior y que enmarca este espacio es visitable.


Los carteles indicadores nos llevan hacia la Escalera del Agua, que recibe este nombre por los canales que discurren sobre ella, a modo de pasamanos y que conduce un pequeño caudal de agua.


Muy cerca se encuentran los restos de la “casa de invitados” que, actualmente, se encuentran en proceso de excavación y que podemos encontrar antes o después de la visita, según sea el recorrido que sigamos.


Al final de esta escalera se encuentra un Mirador neogótico levantado en 1836 sobre un antiguo oratorio.


Después la visita nos lleva a los Jardines Altos, a los que se accede a través de la Escalera de los Leones, llamada así por los leones de porcelana que se encuentran sobre el arco que da acceso a la escalera.

Estos jardines están divididos en varios bancales y se encuentran situados al abrigo de los vientos del norte por lo que ofrecen una gran profusión de plantas más propias de un jardín botánico.


Por último llegamos al Paseo de las Adelfas, construido en el XIX como acceso al Generalife y que nos conduce a la salida, hasta enlazar de nuevo con el Paseo de los Cipreses y en donde retomaremos la visita hacia la Alhambra y todos los tesoros que nos aguardan en ella. Sólo tenemos que seguir las indicaciones.

Accederemos al recinto de la Alhambra a través de la Torre del Agua y la Acequia Real. Esta última servía para abastecer de agua a todo el conjunto y la torre se levantó como defensa de la acequia.


La Torre del Agua tenía como función la defensa de la Acequia Real pues el abastecimiento de agua al palacio y a la medina era imprescindible para su supervivencia.

Una vez que atravesamos la torre entramos en el espacio de la Alhambra y aquí os pongo un plano general del recinto con acotaciones por si fuera de vuestro interés.


El Secano

Siguiendo el recorrido marcado nos adentramos en los restos arqueológicos de la medina y toda la zona recibe el nombre de El Secano. Lógicamente en la Alhambra hubo una medina para albergar a la multitud de servidores de palacio. No hablamos aquí de los altos funcionarios que levantaron sus propios palacios, ni tan siquiera de los funcionarios normales que también vivían aquí sino de la enorme cantidad de artesanos: albañiles, carpinteros, herreros, alfareros, ceramistas, jardineros, cocineros, panaderos, criados, esclavos, mozos de cuadras, alarifes, matarifes, etc. Todos ellos vivían en el interior de la Alhambra y no se permitía el acceso a gentes extrañas para evitar levantamientos populares y demás. TODO, ABSOLUTAMENTE TODO lo que se necesitaba en la Alhambra se producía dentro de sus muros y lo que no había funcionarios que se dedicaban al comercio y eran ellos los que lo traían. Así se han encontrado restos de hornos de pan y de vidrio, silos y hasta tenerías para teñir las telas.



Es interesante recorrer con calma este camino que parece vacío pero que alberga los restos de esta medina. Además, a nuestra izquierda discurre la muralla del recinto y sus numerosas torres. En esta zona se encuentra la Torre de los Siete Suelos que, originalmente, daba acceso a la zona alta de la medina, la zona ocupada por los artesanos.


Pasada la Torre de los Siete Suelos y pegado a la muralla se encuentran los restos arqueológicos del Palacio de los Abencerrajes, familia de la nobleza nazarí que estuvo metida en la mayor parte de las intrigas palaciegas de la época hasta el punto de ser causa de la guerra civil que llevó a la derrota del reino nazarí.


y frente a ellos el Convento de San Francisco, hoy convertido en Parador Nacional. Podemos pasar a visitarlo pues el claustro central es de acceso libre y podemos aprovechar y tomar un café (caro pero ofrece un espacio acogedor donde poder sentarse agradablemente) y también podemos admirar un hermoso mirador, resto del antiguo palacio nazarí sobre el que fue levantado este convento.


Aquí haré un inciso para explicar que en la medina árabe se diferenciaban claramente la zona artesana o zona alta y la zona baja ocupada por las clases más pudientes y toda ella estaba atravesada por una calle ancha o Calle Real que unía ambas zonas y articulaba la vida comercial a su alrededor. De esta antigua función quedan restos en forma de tiendas con artículos de recuerdos y regalos pero el trazado original se vio roto por la construcción del Convento de San Francisco.


En esta calle se levantaba la Mezquita, edificación que fue derribada para levantar sobre ella la iglesia de Santa María. De la antigua mezquita se conservan exclusivamente parte de los baños de la mezquita, que pueden admirarse en la casa del músico Angel Barrios, hoy convertida en museo.

Al final de la calle podemos torcer para visitar el

Palacio de Carlos V

Monumental “pegote” añadido en pleno siglo XVI para mayor gloria del emperador Carlos V y cuya factura se debe al arquitecto Pedro Machuca quien concibió el edificio al estilo romano tan en boga en esa época. A su muerte continuaron las obras a cargo de su hijo Luis Machuca hasta que la rebelión de los moriscos en 1568 obligó a la paralización de las mismas. Las obras continuaron a trancas y barrancas hasta que a mediados del XVII se abandonaron sin llegar a cubrir aguas con el consiguiente deterioro para las mismas. No se terminaron las obras hasta 1958, en tiempos del dictador.


Junto a este palacio se encuentra el Patio de Machuca cuyas construcciones anexas fueron utilizadas por el arquitecto como vivienda y taller.

Ahora volvemos sobre nuestros pasos hasta la calle Real.

Siguiendo la Calle Real llegamos hasta la Puerta del Vino, principio o final de esta calle, según sea la dirección que tomemos y que nos traslada a la explanada de acceso a la Alcazaba. Esta era una puerta interior que comunicaba la Alcazaba con la Medina y, por tanto, no tenía un fin defensivo sino más bien como una especie de aduana. La decoración en ambos lados es diferente, por lo debemos detenernos al entrar y al salir para poder contemplar ambas.


En esta plaza se puede hacer un alto para ir al servicio y también para tomar un “relaxing cup of coffe” (no sólo se puede hacer esto en Madrid) en el kiosco que hay en ella y que ofrece también refrescos, bollería y bocatas.


La Alcazaba


La entrada a la alcazaba se encuentra al pie de la Torre del Homenaje, a través de un camino que forma un ángulo y que está en cuesta. Esta configuración no es gratuita pues en caso de asedio los asaltantes tienen que acceder por un camino en cuesta lo que dificulta el avance, están constreñidos por muros a ambos lados desde donde les pueden atacar los defensores y, además, no ve la puerta de acceso. Todo ello hace que sea muy difícil tomar una plaza con estas defensas.


Una vez que llegamos al portón de entrada, éste nos conduce hacia un recinto abovedado y con su recorrido también en recodo para una mejor defensa. En este corredor se encuentran los accesos a la torre del homenaje, tanto a su parte subterráneo como a la propia torre desde la que se divisan magníficas vistas.

Desemboca el recorrido en la Plaza de las Armas, espacio abierto y con pocas edificaciones que permitía la realización de paradas militares y las maniobras de tropas en caso de necesidad militar.
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De esta plaza parte una estrecha calle con edificaciones a ambos lados pues aquí se alojaban las tropas de élite que defendían a la familia real y sus capitanes. Dada la estructura de los restos se considera que los solteros se alojaban en cuarteles en la zona más cercana al muro y los casados y oficiales al otro lado de la calle pues los restos indican la existencia de viviendas.

Al fondo se encuentra el acceso a la Torre de la Vela a la que también podemos subir y podemos pasear por los Jardines de los Adarves, jardines de estilo romántico que se levantaron sobre uno de los adarves de la alcazaba.


Una vez visitada la Alcazaba nos toca visitar lo más espectacular de todo el conjunto: los Palacios Nazaríes. Este conjunto palacial está formado por el Mexuar u Oratorio, el Cuarto Dorado, la impresionante fachada del Palacio de Comares, el Patio de los Arrayanes o Patio de Comares, la Sala de la Barca, el Salón de Embajadores, el Baño de Comares, la Sala de los Mocárabes, el Palacio de los Leones, la Sala de los Abencerrajes, la Sala de los Reyes, la Sala de los Ajimeces, la Sala de Dos Hermanas, el Mirador de Daraxa, las habitaciones de Carlos V, el Peinador de la Reina, el Patio de la Reja y el Patio de Lindaraja.


Debido a la enorme importancia de todo este conjunto, he elaborado otro tip, especialmente dedicado a los Palacios Nazaríes en donde podéis encontrar información más precisa sobre este conjunto y cuyo enlace es

www.losviajeros.com/Tips.php?p=1219

Una vez visitado todo el conjunto palacial nos queda ya muy poquito por visitar pero aún así y todo hay que proseguir la visita.
Saliendo de los palacios el itinerario nos lleva hasta un paseo estrecho que discurre junto al Patio de la Higuera, llamado así por las higueras que crecen en él. Este espacio es un resto de las antiguas huertas que había en la zona y nos ofrece unas estupendas vistas del Sacromonte.


Al final de este paseo llegamos al

Palacio de El Partal


Curiosamente este palacio aunque es uno de los más antiguos del conjunto, pues data de los primeros años del siglo XIV, sin embargo es de los últimos en formar parte de este conjunto ya que durante siglos fue una vivienda privada y en 1891 su propietario, de nacionalidad alemana, lo cedió al estado quien lo aportó a este conjunto nazarí. Las yeserías y otros adornos estaban escondidas bajo el estucado de la vivienda y el artesonado de la torre fue desmontado por su dueño y enviado a Berlín en donde puede admirarse en el museo de arte islámico.

El palacio mantiene la estructura típica del arte nazarí con una acequia presidiendo el jardín y un pórtico con arcos que se abre al patio y toda la construcción levantada sobre la misma muralla.

Foto de El Partal y la acequia.

El interior está decorado según las normas del arte granadino: zócalos de azulejos, paredes cubiertas de yeserías y ventanas con celosías. La torre del palacio recibe el nombre de Torre de las damas y junto a ella existe un mirador bellamente decorado.


Adosadas al palacio se conservar varias casas, 4 en total, todas ellas independientes y que conservan en su interior restos de yeserías y, lo más importante, de pinturas murales con motivos cortesanos. La importancia de estas pinturas radica en que son las únicas que se conservan de época nazarí, pues las que se pueden ver en el resto del conjunto son ya de la época de la conquista cristiana.

El conjunto del Partal cuenta con unos bellos jardines y un oratorio.

La Rauda

Recibe este nombre el cementerio nazarí. Se encuentra situado entre el Palacio de los Leones y el Palacio de Carlos V y se conservan apenas 4 muros de medio metro, pero si alguien tiene interés pues que sepa que existe y dónde se encuentra.

Palacio de Yusuf III

Apenas quedan restos de este palacio excepto la magnífica alberca que ocupaba el patio central. Se encuentra situado frente al Partal en dirección contraria a las murallas.

Las Torres

Una vez que dejamos atrás el Palacio del Partal, cruzamos una antigua calzada empedrada que era el camino que unía los arrabales con la muralla, a través de la llamada Puerta del Arrabal. El camino nos conduce a través de unos hermosos jardines y, a nuestra izquierda, podemos ver varias de las torres más conocidas de la Alhambra y, más allá, todo el Generalife con sus huertas y jardines.

Torre de los Picos

La primera de las torres que nos encontraremos y característica por las almenas en pico que cubren su torre. Es de finales del XIII o principios del XIV y tenía como función defender la entrada que conducía al Arrabal.

Torre de la Cautiva

Nada en su exterior austero y serio nos prepara para la belleza que puede observarse en su interior. Se trata en realidad de una torre vivienda con entrada en recodo (propio de las torres defensivas) pero con patio interior y habitaciones propias de una vivienda. La decoración interior es de la época de Yusuf I y nos ofrece todo el lujo y el esplendor de los otros palacios decorados en época de este rey.


Torre de las Infantas

Otra torre que aúna las características de las torres defensivas con las viviendas, con acceso en recodo y patio interior con fuentecilla que sirve como distribuidor para todas las estancias, todas ellas ricamente decoradas.


Washshington Irving sitúa aquí una de sus más famosas leyendas: la de las tres princesas Zaida, Zoraida y Zorahaida. Recomiendo encarecidamente la lectura de este libro para poder entender toda la carga romántica que soportan estos muros.

Y con esto damos término a nuestra visita a la Alhambra de Granada.

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Última Actualización: 29/10/2013 - 22:50