Siete planes para disfrutar de la naturaleza en la provincia de Burgos. Lugares espectaculares y mágicos: Monte Santiago, el Desfiladero de La Yecla, el bosque de sabinas del Arlanza, el Geoparque Las Loras, ruta por la Vía Verde del antiguo ferrocarril minero, ruta Tierra de Dinosaurios y Parque Multiaventura Valterria. Monumentos naturales y diversión al aire libre.
Siete planes al aire libre en la provincia de Burgos
Burgos tiene mucho que ofrecer, déjate sorprender y
disfruta al máximo de esta provincia.
Monte Santiago, puro espectáculo de agua
Hay lugares que le envuelven a uno como si no hubiera nada más. Como si todo empezara y acabara allí. Así es Monte Santiago, uno de los espacios naturales más impresionantes no sólo de Castilla León, también de la Península Ibérica. Un lugar para perderse, lejos del ruido y de las preocupaciones, donde lanzarse a caminar y sentir la inmensidad de la naturaleza a cada paso.
Este denso hayedo de la burgalesa Sierra Salvada es una de las mejores muestras de la frondosidad que tuvo el bosque atlántico en estas latitudes. Cuenta con doce rutas señalizadas de senderismo, cuatro de ellas circulares. En total, más de 40 kilómetros por antiguos caminos y rutas por los bosques y cortados, para perderse y disfrutar de vistas espectaculares.
Y lo mejor está aún por llegar. El bosque da paso a un impresionante anfiteatro rocoso por el que se precipita el río Nervión. Ante el viajero, una cascada que alcanza los 222 metros de altura, el mayor salto de agua de España y de la Península Ibérica. En épocas de deshielo o fuertes lluvias la cascada se convierte en un verdadero espectáculo de agua. Además, este imponente abismo es lugar de culto para amantes del ‘birdwatching’, ya que ésta es zona de paso de aves migratorias.
Desfiladero de La Yecla y sus interminables paredes
No es algo habitual poder caminar por un paisaje esculpido durante millones de años por la acción del agua. En La Yecla no sólo se puede hacer, sino que, además, disfrutar de este espacio natural único es un imprescindible en Burgos.
El Desfiladero de La Yecla esconde una profunda y estrecha garganta excavada en los espesos bancos de calizas que caracterizan el relieve de las Peñas de Cervera. En su recorrido a pie van surgiendo puentes y pasarelas colgantes sobre un fondo de marmitas gigantes, rápidos y cascadas a los que casi nunca llegan los rayos del sol, pero siempre acompaña el incesante sonido del arroyo. Con paredes que superan los cien metros de altura, La Yecla es todo un monumento excavado en roca, deseoso de mostrar al viajero la espectacularidad de su recorrido.
Situado a 3 kilómetros de Santo Domingo de Silos, otra parada ineludible, este espacio natural se encuentra dentro de la Ribera del río Arlanza, cuyo sabinar es el más extenso y mejor conservado de toda Europa. Cuenta con ejemplares que superan los 2.000 años de antigüedad.
Geoparque Las Loras, entre el ‘geoturismo’ y la historia petrolera española
Todo aquel que busque la espectacularidad del paisaje debería recalar alguna vez en su vida en el Geoparque Las Loras, con sus cuevas, sus cortados calizos, sus innumerables cascadas y el carácter rural que imprimen los numerosos pueblos que se encuentran en el lugar. El paisaje, rico en contrastes, se debate entre páramos calizos y espectaculares cañones fluviales, las loras, con formas de grandes mesas que durante siglos han servido de refugio y protección para muchos pueblos y culturas.
Aquí se encuentra, por ejemplo, Orbaneja del Castillo, uno de los enclaves paisajísticos y de naturaleza más bellos del norte de España. También Ayoluengo, donde durante más de cincuenta años se extrajo petróleo, hasta 2018, siendo el único yacimiento de petróleo de la España peninsular. Si bien ya se sospechaba de la presencia de crudo desde principios de siglo y en la Guerra Civil se realizaron perforaciones, no fue hasta 1964 cuando se hizo un sondeo hasta casi 1.400 metros de profundidad y surgió el primer gran chorro de petróleo. Alcanzó una altura de casi 50 metros, según los testigos, que acabaron cubiertos del negro líquido. En este lugar se puede visitar el Museo del Petróleo, que recuerda toda su historia.
Ruta del Ferrocarril Minero, para caminantes curiosos
El antiguo ferrocarril minero, que discurría desde Arlanzón, cerca de la capital, hasta Monterrubio de Demanda, es hoy una vía verde que puede recorrerse a pie o en bicicleta de montaña. Invita a una ruta en varias etapas a lo largo de sus 55 kilómetros por fantásticos paisajes entre la Sierra de la Demanda y la Sierra del Mencilla, los embalses de Úzquiza y Arlanzón, y el curso alto del río Pedroso. Entre las localidades que merecen una parada se encuentran Pineda de la Sierra, con sus casonas serranas y una hermosa iglesia románica, y Barbadillo de Herreros, que todavía conserva el encanto de su pasado minero. La vía discurre entre preciosos parajes naturales, puentes y túneles recuperados de este pasado minero.
Esta ruta es mucho más que una excelente opción para disfrutar del aire libre: es sin duda el mejor camino para conocer de primera mano la Sierra de la Demanda, con su majestuoso sistema montañoso casi siempre nevado, sus frondosos bosques y la sucesión de lagunas de origen glaciar.
Tierra de Dinosaurios: ruta en la provincia de Burgos
Quien no haya visto nunca la huella fósil de un dinosaurio tiene una cita pendiente al sureste de la provincia de Burgos, en la ruta Tierra de Dinosaurios. Pequeños y mayores pueden hacer aquí un viaje a través del tiempo y retroceder más de 140 millones de años en uno de los yacimientos paleontológicos más importantes de España, lleno de impresionantes huellas, para emoción de toda la familia. El plan perfecto para disfrutar con niños y dejar volar la imaginación: ¿cuántos metros medían los saurópodos? ¿cómo eran los dinosaurios vegetarianos? ¿cuántos dedos podían tener y cómo eran las garras? Millones de años después, aquí siguen ésas y muchas otras respuestas.
Esta ruta paleontológica comienza en Mambrillas de Lara (yacimiento La Pedraja), continúa por Salas de los Infantes (yacimiento Costalomo y Museo de Dinosaurios) y llega hasta Regumiel de la Sierra (yacimiento El Frontal), todos ellos declarados Bien de Interés Cultural. El Museo de Dinosaurios de Salas de los Infantes es el broche de oro en esta visita, donde se pueden contemplar los restos óseos de dinosaurios que habitaron este territorio en la Era Mesozoica. Sorprenden aquí no solo el tamaño y aspecto de las huellas, sino lo evidente de la fugacidad de la historia.
Parque multiaventura Valterria
“Seis hectáreas de pura diversión”, cinco palabras que resumen con perfecta precisión lo que ofrece el parque multiaventura Valterria, en Las Merindades. Deslizarte por una tirolina doble de 300 metros de longitud o entre las copas de los árboles en un circuito de cinco tirolinas, recorrer un bosque a través de 18 puentes extralargos a 11 metros de altura o realizar el ‘gran salto’ en una torre de 24 metros son solo algunos de los planes que ofrece para descargar adrenalina.
Dispone, además, de alquiler de bicicletas eléctricas para realizar durante todo el día rutas por algunos de los 15 pueblos que componen el territorio Valterria. Con las e-bikes se pueden visitar lugares como el sorprendente Ojo Guareña, uno de los conjuntos de cuevas más extenso de la Península Ibérica y entre los diez mayores del mundo, con un sinfín de tesoros en su interior. Se han encontrado muestras de todas las culturas: grabados, pinturas rupestres, restos de cerámicas, armas, santuarios prehistóricos y numerosas especies de invertebrados cavernícolas. Todo su entorno natural es una joya de biodiversidad a disfrutar, paseando o en bicicleta.
Provincia de Burgos, Origen y Destino
Burgos es origen de la lengua castellana, del primer hombre europeo, cuna de leyendas, cruce de caminos, así como punto de partida de relevantes hechos históricos que han dejado un legado cultural, arquitectónico, artístico y etnográfico. A su vez, Burgos es destino para todos aquellos que buscan un viaje lleno de sensaciones donde el patrimonio, la naturaleza, la gastronomía y la historia van de la mano.
Foro Madrid, Castilla y Leon, Castilla La Mancha: Foro del Centro de España: Madrid, Castilla y León y Castilla La Mancha. Foro de Viajes para compartir experiencias, consejos, recomendaciones y dudas.
6 lugares sorprendentes en zonas vaciadas de la Provincia de Burgos
Porque el viajar tranquilo, lejos de masas y libre de postureos y modas efímeras es una forma de viajar muy deseada por muchos, hoy os proponemos una hoja de ruta por la provincia de Burgos donde el silencio, el misterio y la belleza decadente son protagonistas. Si conoces el turismo Urbex (“Urban Exploration”) sabes de lo que hablamos y si no lo conoces ha llegado el momento de practicarlo con estas seis visitas sorprendentes en la provincia de Burgos que te llevarán a descubrir lugares fascinantes en zonas vaciadas.
Rubena, la apuesta por el "mens sana in
corpore sano" a 15 minutos de Burgos
Rubena es la aldea donde sentirse bien en la provincia de Burgos. Muy cerquita de la ciudad, pero con apenas 200 vecinos y rodeada de naturaleza, es un paraíso del wellbeing: el lugar donde poner en sintonía cuerpo, alma y emociones, gracias a una sesión de reiki, un poco de yoga, un rato de charla con los vecinos, un paseo a pie hasta un monasterio perdido o una ruta en bici a una antigua mina de hierro… ¡También puedes ver bisontes! Y, de regreso, un buen puchero. Esto es vida…
Alejarse del ajetreo, del ruido, de las prisas… Hacer ese ansiado viaje interior que ayuda a poner cada cosa en su lugar. Optimizar la energía. Pararse a respirar y ser conscientes del entorno. Esa medicina para cuerpo y alma es la que recetan en Rubena, un pueblecito de aproximadamente 200 habitantes, a solo un cuarto de hora de la ciudad de Burgos. Enclavado en un paraje hermoso, incluido desde 2015 en el mapa del Camino de Santiago (Camino francés y Caminos del Norte de España), Rubena es el lugar al que ir a sanarse por dentro. En su receta medicinal se incluyen terapias tan básicas como charlar con los vecinos o pasear por senderos naturales, pero también practicar yoga, osteopatía o sentir la vibra del “gong”…
He aquí la fórmula infalible del bienestar en esta pequeña aldea de la comarca de Alfoz, en la provincia de Burgos, donde hay que ir por prescripción médica.
1.- La Casa de la Salud y el Bienestar
En la antigua casa del párroco de Rubena suenan hoy cuencos tibetanos y algún que otro gong. Son terapias de sonido en las que las vibraciones mejoran el equilibrio físico y emocional de las personas. ‘Caricias para el alma’, le llaman. Medicina asiática ancestral que los vecinos de esta aldea burgalesa disfrutan gracias al emprendimiento de tres mujeres que proyectan su mejor energía apostando por el mundo rural y las terapias naturales. Yoga, quiromasaje, osteopatía… la Casa de la Salud y el Bienestar de Rubena es un lugar en el que sentarse a sanar entre muros de piedra y bigas de madera. Un espacio de reposo y reflexión abierto a turistas, peregrinos y, habitantes de éste y otros pueblos de la mancomunidad. Aquí el estrés, el insomnio y la ansiedad, se desvanecen. Y el bienestar, engancha. Por eso se imparten cursos de formación en yoga (cuerpo y mente) y reiki (cuerpo, yoga y emoción) que periódicamente, atraen hasta este rincón burgalés a los amantes de la meditación, que combinan su aprendizaje con pernoctación y sinergia con las gentes de Rubena y alrededores. Lo que sucede aquí es mágico y muy renovador. ¡Pura energía!
2.- Rutas en bici, observatorio de aves. Paleolítico vivo
La naturaleza es salud y Rubena es un paraíso natural altamente saludable. El río Vena, su padre el Arlanzón, arroyos rebosantes de agua, el verde muy verde en el valle y un entorno lleno de cultura y patrimonio. Todo lo que se necesita para desconectar y alimentar la mente, mientras se hace ejercicio al aire libre. Atapuerca, Cardeñuela de Río Pico, Olmos de Atapuerca, Villalval, Fresno de Rodilla, Quintanapalla y Monasterio de Rodilla forman con Rubena un espacio mancomunitario lleno de posibilidades.
Las opciones son infinitas: desde Rutas gastronómicas (15-20 km) que combinan caminatas y paseos en bici al Monasterio de Rodilla o las Lagunas de Atapuerca, con degustación de algún puchero típico de la zona, a las demandadas Rutas en bici eléctrica (para todos los públicos) que recorren la Sierra de la Demanda, los yacimientos de Atapuerca o Mina Esperanza (mina de hierro). La sensación de libertad es máxima, pudiéndose elegir hacerlo con guía o dejarse llevar por el GPS.
Hay rutas largas, cortas, observatorio de aves y hasta una Ruta de Bisontes que atraviesa el tan apasionante Paleolítico Vivo, en Salgüero de Juarros, donde es posible viajar en el tiempo 10.000 años para disfrutar de especies animales y vegetales que compartieron territorio con nuestros ancestros. Bisontes europeos o caballos de Przewalski, ambas en peligro de extinción, uros y tarpanes, ya extintos, viven hoy en libertad en sus 250 hectáreas de parque.
3.- Artes escénicas en la calle
Porque el arte es vida y el teatro te desconecta de la cotidianeidad. Si encima le sumas un entorno como el de Rubena, la propuesta es inmejorable. Esta aldea burgalesa es uno de los tres pueblos que forman parte del programa piloto de Senda, un circuito de artes escénicas en espacio público, enfocado en fomentar el desarrollo artístico en localidades rurales. Un lujo que llenará las calles del pueblo de artistas, del 9 al 11 de diciembre. Habrá talleres, actividades para familias y oportunidad para sentarse a la mesa y hablar sobre los desafíos a los que se enfrentan el arte y el mundo rural. Una iniciativa de PATEA (Asociación de Profesionales de Artes de Calle) que se materializa gracias al apoyo del Instituto Nacional de las Artes Escénicas y la Música del Ministerio de Cultura.
Provincia de Burgos, Origen y Destino
Burgos es origen de la lengua castellana, del primer hombre europeo, cuna de leyendas, cruce de caminos, así como punto de partida de relevantes hechos históricos que han dejado un legado cultural, arquitectónico, artístico y etnográfico. A su vez, Burgos es destino para todos aquellos que buscan un viaje lleno de sensaciones donde el patrimonio, la naturaleza, la gastronomía y la historia van de la mano.
La vaca rabona y otros tres personajes míticos para vivir un
Carnaval de verdad
En paralelo al carnaval de color, comparsas y maquillaje, se mueve otro mundo de carnaval: el carnaval rural, el que bebe de antiguos ritos y rescata personajes ancestrales extraños. Como La Tarasca de Hacinas, el Gallo de Mecerreyes, el Gallo de El Almiñé o la Vaca Rabona de Hortigüela, cuatro personajes carnavalescos antiquísimos que siguen de tendencia y mueven muchos seguidores en la provincia de Burgos. ¡Nos vamos de carnaval rural!
Mientras las ciudades se llenan de desfiles, comparsas coreografiadas, trajes manufacturados y maquillajes impactantes, los pueblos de Burgos bucean en ritos ancestrales para recuperar personajes de verdadero carnaval.
Hoy os citamos con una estirpe de seres curiosos como pocos, protagonistas de cuatro de las fiestas de carnaval más famosas de la provincia de Burgos, todas ellas con un denominador común: sus raíces antiquísimas, que se mueven entre influencias llegadas del Imperio Romano y las costumbres celtíberas. Ésta es su historia, y revivirla este mes, un plan irresistible.
El Gallo de Mecerreyes
Pocos personajes han resistido mejor al paso del tiempo y quizá por ello, Mecerreyes es el mejor lugar para estar el Domingo de Carnaval. Aquí tiene lugar la ‘corrida del gallo’; un espectáculo cargado de tradiciones que reúne a locales, curiosos y amantes de lo auténtico desde que en 1980 se recuperó su celebración, prohibida durante años por su carácter pagano.
Las calles se llenan de colorido y alboroto desde bien temprano, desafiando al frío de la mañana. El pueblo entra en calor al pasar de unos estrambóticos seres que recuperan una fiesta ancestral cuyos orígenes se pierden en tiempo y en los que la cultura celtíbera y castellana se funden en unos festejos fuera de lo habitual. Figuras misteriosas recorren las calles desde por la mañana, atormentando a las gentes con su siniestro aspecto conseguido a base de palos, huesos, cuerdas y hojas, herencia de la tradición popular.
La comitiva la forman zarramacos, alguaciles, danzantes y dulzaineros. Los zarramacos, fácilmente identificables por sus caras pintadas de negro y sus atuendos de pieles y grandes cencerros, guardan el orden intimidando con sus palos. Los alguaciles, con sus capas castellanas negras, son los encargados de “mantener a raya” a los espectadores durante la corrida del gallo, echándoles a los pies cenizas o garbanzos e impedirles así cruzar los límites. Dulzaineros y danzantes acompañan de música y bailes todo el ritual.
Llegan así las cinco de la tarde, cuando el gallo auténtico y el gallo de trapo (el que se usa para que el real no sufra ningún daño) coronan la rueca adornados con su mantón. El Rey (un niño del pueblo de diez años, curiosamente ataviado para la ocasión) los muestra, orgulloso. Suenan las coplas cada vez más solemnes y los mozos danzantes se arremolinan al ritmo de dulzainas y tamboriles. Es la señal.
Comienza la ‘corrida del Gallo’. La emoción se respira en todo Mecerreyes y los zarramacos agitan sus tarrañuelas ante los mozos, que luchan por llevarse el trofeo.
La tradición toma forma de danza en la plaza del Ayuntamiento donde se invita a los asistentes al baile de la rueda y a una degustación de lo más dulce de la gastronomía burgalesa. Las naranjas con azúcar, las orejas de haba, los florones o el sabor a almendras y caramelo que los árabes dejaron en estas tierras con el guirlache. Una receta que se mantiene viva desde tiempos medievales.
La Tarasca de Hacinas
Los franceses dejaron en herencia en este municipio burgalés este personaje del carnaval. Fue tras la Guerra de Independencia (1808) y, desde entonces, no se ha dejado de rendir homenaje a La Tarasca.
Esta bestia, cubierta por un armazón de madera adornado con telas, tiene cabeza de cráneo de burro (barandón) y abre y cierra las fauces arrancando carcajadas y respingos, a partes iguales, a todo aquel que se atreve a acercarse o salir sin disfraz por las calles de Hacinas. Comienza a dejarse ver el sábado anterior al Martes de Carnaval y lo portan cinco mozos que recuerdan así la mitología que ha echado raíces en tierras burgalesas. Tras la misa mayor del domingo, La Tarasca persigue a los feligreses entre bromas y, los más pequeños de la localidad, sacan a pasear a La Curra: un armazón lleno de cintas de colores coronado por grandes cuernos que corre tras vecinos y turistas. Nadie se libra.
Para contribuir al caos y la diversión de la festividad, entran en escena los comarrajos, vecinos vestidos con ropas andrajosas y máscaras terroríficas, que arrojan harina y agua a quien se cruza con su paso. Cordeles, cencerros y risas sirven de banda sonora a esta hermosa tradición burgalesa.
Vaca Rabona de Hortigüela
La mitología deja paso en Hortigüela a los miedos más mundanos que uno siente de niño cuando crece en el campo. El respeto a la bravura de un animal grande y la vergüenza del cortejo. De aquí nace el folclore más apabullante.
Por eso, en Carnaval son los mozos del pueblo quienes arrastran a la ‘Vaca Rabona’ o ‘Vaca Merina’ por las calles de Hortigüela atemorizando a los vecinos, que huyen para no ser corneados. Esta estructura de madera cubierta de telas y con cuernos de vaca es el personaje principal del Carnaval de este municipio de la Sierra de la Demanda y esconde, bajo la alegría y las risas, una tradición ancestral que permite a los jóvenes acercarse a las mozas con la excusa de darles una cornada. El antiguo arte del cortejo que regresa a las calles de Hortigüela cada mes de febrero.
La danza del Gallo del Almiñé
Más de cinco siglos de historia sostienen a la Danza del Gallo de El Almiñé, en la Merindad de Valdivielso. Una tradición que lucha por mantenerse viva año tras año adaptándose a los calendarios festivos de hoy en día. De ahí que su día grande, su danza, se baile ahora el sábado antes del Martes de Carnaval (17:30h) y no el mismo martes, como era costumbre.
El jefe de la Danza marca el compás. En su mano derecha empuña una espada adornada con cintas de colores y, en la izquierda, sujeta un gallo mientras dirige a vecinos y forasteros, todos ataviados con sus mejores disfraces, hacia la explanada del Carraspal. Allí todos danzan alrededor del gallo al ritmo de dulzainas y tamboriles, respetando al máximo la vida del animal y recordando el simbolismo que impregna a este rito ancestral. El gallo aleja a la muerte, la brujería y los espíritus malignos; simboliza la vida y encarna la lujuria, que para los cristianos debía ser reprimida, sobre todo en periodo de Cuaresma.
Provincia de Burgos, Origen y Destino
Burgos es origen de la lengua castellana, del primer hombre europeo, cuna de leyendas, cruce de caminos, así como punto de partida de relevantes hechos históricos que han dejado un legado cultural, arquitectónico, artístico y etnográfico. A su vez, Burgos es destino para todos aquellos que buscan un viaje lleno de sensaciones donde el patrimonio, la naturaleza, la gastronomía y la historia van de la mano.
Tras los pasos del "Señor Cayo", una ruta de cine entre
naturaleza y pueblos de postal
Salir de la ciudad para adentrarse en un mundo de película; en el norte de Burgos se dibuja la ‘Ruta de El disputado voto del señor Cayo’, un viaje con siete paradas en el que seguir los pasos de Paco Rabal y Juan Luis Galiardo por un Burgos tan costumbrista como hermosamente apabullante. Desde asomarse al impresionante Cañón del Ebro, a salinas explotadas desde época romana y anfiteatros rocosos llenos de galerías pintadas de azuritas y malaquitas en una antigua mina de cobre. Un viaje de cine por el mundo rural burgalés
Cuando uno planea una escapada busca muchas veces vivir un viaje de película: melenas enredadas asomando por la ventanilla del coche, un picnic entre árboles milenarios, un escenario natural testigo de una gran batalla, un pequeño pueblo con encanto refugio de tal o aquel protagonista… y revivir las secuencias de títulos legendarios.
El disputado voto del señor Cayo fue una película revolucionaria en su tiempo y un título indispensable en la historia del cine español. Fue rodada en el norte de la provincia de Burgos por el director burgalés Antonio Giménez Rico en el año 1986, adaptando con éxito a la gran pantalla la novela homónima de Miguel Delibes (1978). Ahora, una ruta permite al viajero adentrarse en los escenarios reales, una inmersión rural llena de paradas donde disfrutar de la belleza de la sencillez y la naturaleza en estado puro.
Imagina el viaje. 1977. España está a punto de celebrar sus primeras elecciones democráticas y los candidatos quieren llegar hasta el último pueblo para prometer que nadie quedará atrás en este nuevo país que despierta tras la dictadura. Uno de los candidatos (Juan Luis Galiardo) se presenta por Burgos y emprende camino al norte de la provincia para hacer campaña. En su andadura por el Burgos rural, llega a un pueblo en el que solo viven tres habitantes, siendo uno de ellos su alcalde, el señor Cayo (Paco Rabal). Un hombre tan inocente como astuto, aparentemente resignado a su realidad, pero consciente de su inmensa riqueza inmaterial.
El señor Cayo es un guía de excepción por estas tierras a través de una ruta de 150 kilómetros que se puede hacer en coche o en bicicleta. Es la sencillez y es la riqueza que se esconde en medio de una gran tierra que atesora historias, personajes y paisajes de película.
1.- Burgos: el punto de partida
El punto de partida hacia el paraíso rural es la capital: sus calles son el escenario de película perfecto. Varios puntos de la Calle Vitoria y otras arterias del centro urbano son parte del Camino de Santiago, Patrimonio de la Humanidad, y qué decir de su archiconocida catedral, máximo exponente de la arquitectura gótica, otro tesoro también declarado por la Unesco.
2.- Orbaneja del Castillo y un refugio de la Guerra Civil
Esta aldea medieval, de apenas 50 habitantes y tan bucólica que parece salida de un cuento, sorprende con una cascada que atraviesa el pueblo y desciende por una escalera natural de 25 m de altura, formando terrazas que culminan en unas pozas de intenso azul turquesa.
El camino de esta lengua de agua hacia el Ebro es parte del Complejo kárstico de Orbaneja del Castillo; un auténtico regalo de la Naturaleza que nace en la Cueva del Agua, una gruta que sirvió de refugio a muchos vecinos durante la Guerra Civil Española, tal y como cuenta el Señor Cayo en la película. Recorrer el pueblo y conocer a su gente puede convertirse en una apasionante lección de historia.
3.- Cañón del Ebro-Pesquera del Ebro
Los pasos del señor Cayo llevan por el Valle de Sedano hasta la inmensidad del Cañón del Ebro. Un laberinto que el agua diseña a su antojo desde hace millones de años dejando al descubierto paredes gigantes de roca y un verde salvaje que se despliega como una alfombra por este paraje de película. La naturaleza se manifiesta con mayúsculas en este lugar. Las aves rapaces vigilan estos desfiladeros dejando que el eco aumente su presencia sobre meandros de belleza cambiante.
Al margen izquierdo, Pesquera de Ebro, un pueblo encantador lleno de escudos que enmarcan las casas solariegas que se mantienen en pie desde el siglo XVI. En uno de los blasones puede leerse: Ieus Maria. Esta es casa de placer i la gente de alegría. Abe María Año 1712. Prostíbulo para unos, fonda o casa de huéspedes para otros, encontrar la voz del vecino que dé su propia versión sobre esta inscripción es la verdadera aventura de la ruta. Tradición oral llena de verdad, mitos y leyendas.
4.- Cortiguera, un pueblo tallado en los desfiladeros del Ebro
Ubicado en el Parque Natural de las Hoces del Alto Ebro y Rudrón, Cortiguera es un lugar único. Descolgado prácticamente por uno de los desfiladeros del cañón del Ebro, las vistas que se pueden apreciar desde este pueblo, en proceso de repoblación, son impresionantes. Un manto de vegetación ha ido cubriendo las ruinas de este rincón abandonado del norte de Burgos, si bien aún puede admirarse la riqueza de un pasado que aún se resiste a desaparecer, como es el caso de algunas casas de los siglos XVI, XVII y XVIII, en cuyos blasones aún se puede distinguir el linaje de dos de las grandes familias que un día habitaron este paraje: Los Del Moral y los De la Fuente Bustamante.
La Iglesia de San Miguel de Cortiguera muestra todo su esplendor entre decadencia y ruina. Este templo del siglo XVII con elementos claves del gótico tardío, aún deja ver sus dos capillas coronadas por sendas bóvedas de nervios, entre maleza y ruina. Un abandono que ya denunciaba Delibes en su novela.
5.- Huidobro y los túneles de la mina de cobre abandonada
Abriéndose paso entre bosques de robles y hayas aparece Huidobro y su Iglesia de San Clemente. Una construcción del siglo XII que encarna a la perfección el románico burgalés. Una joya de la arquitectura que aguarda su renacimiento junto a uno de los enclaves con mayor singularidad de la provincia de Burgos: la Hoya de Huidobro. Este anfiteatro natural de roca esconde una antigua mina de cobre, ahora abandonada. Un escenario de cine lleno de cuevas, grutas y pasadizos secretos que conducen hasta naves en las que los arcos naturales están repletos de azuritas y malaquitas que pintan de azul y verde las paredes. Un paisaje digno de película de ciencia ficción.
6.- Mozuelos y los embistes del tiempo
Agitado por el viento que atraviesa el páramo, resiste a las inclemencias del tiempo Mozuelos de Sedano; un encantador pueblo burgalés, rodeado de la naturaleza más impresionante, que logró sortear el olvido a finales del siglo XX. Su iglesia, humildemente rehabilitada, es punto de encuentro para algunos vecinos que de vez en cuando pasan temporadas en la zona.
7.- Poza de la Sal, cuna de Félix Rodríguez de la Fuente
El mejor final para una ruta de cine. Esta pequeña villa medieval despertó ya el interés de todos en tiempos del Imperio Romano, pues bajo sus cimientos se esconde lo que el César terminó bautizando como ‘oro blanco’: la sal. Una singular riqueza que en la época convirtió a esta localidad en la principal productora de sal de toda la Península Ibérica.
Visitar las salinas y las pozas de sal es un viaje en el tiempo del que sorprenderse mucho, pues la sal emerge en un cráter de 2,5 km de diámetro procedente de un antiguo mar que antes ocupaba lo que todo el oeste de la Península Ibérica. En lo alto, el castillo de Los Rojas, del siglo XIV, que fue levantado para proteger a las salinas de los saqueadores.
Pero Poza de la Sal es conocido por algo más. Por estas calles de innegable encanto y señorío castellano, jugaba de niño el naturista Félix Rodríguez de la Fuente, pues aquí nació y aquí se puede visitar un museo que honra su memoria.
Provincia de Burgos, Origen y Destino Burgos es origen de la lengua castellana, del primer hombre europeo, cuna de leyendas, cruce de caminos, así como punto de partida de relevantes hechos históricos que han dejado un legado cultural, arquitectónico, artístico y etnográfico. A su vez, Burgos es destino para todos aquellos que buscan un viaje lleno de sensaciones donde el patrimonio, la naturaleza, la gastronomía y la historia van de la mano.