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Visitar Valencia ✏️ Guias-España![]() Catedral, Puerta de Serranos y de Quart, la impresionante Lonja de la Seda, el palacio barroco del Marqués de Dos Aguas, iglesias y conventos, una impesionante colección de edificios modernistas: el Mercado Central, la Estación del Norte, el edificio de Correos, la Ciudad de las Artes y las Ciencias, la Albufera, sus playas. Demasiadas cosas para ver en un solo fin de semana. ![]() Podemos realizar una excursión de 1 día si vamos en AVE y solo queremos visitar la ciudad un poco por encima, mucho mejor sería ir en fin de semana y visitar la ciudad y el acuario. Pero todavía sería mejor si disponemos de un puente y podemos admirar también La Albufera y sus hermosas playas. Toda época es buena para realizar esta visita: el verano nos permitirá gozar de sus playas y en el invierno podemos admirar La Albufera en todo su esplendor pues allí acuden las aves del norte en busca de un mejor clima y allí la temperatura no suele ser demasiado baja. Señalar que el 19 de marzo, día de San José, se celebran las famosas fiestas de Las Fallas de Valencia. Cita obligada pues una fiesta única en todo el mundo. Eso si reservar con muchísima antelación y venid preparados para soportar grandes, muy grandes aglomeraciones. QUE VER La Catedral La catedral está dedicada a la Asunción de la Virgen y está ubicada sobre una antigua mezquita que, a su vez, se construyó sobre una catedral visigótica. Se inició su construcción allá por el siglo XIII durante el reinado de Jaime I, en estilo gótico mediterráneo pero ha sufrido muchas modificaciones a lo largo de los siglos. De esa primera etapa se conserva una puerta románica, la puerta de la Almoina, puerta trasera que da al Palacio del Obispo Góticos son la torre del Miguelete o el Micalet, preciosa torre que se ha convertido en símbolo de la ciudad y el cimborrio, genial construcción de forma octogonal y 40 metros de altura y cuya existencia proporciona luz natural a la catedral. Está formado por inmensos ventanales góticos, dos por cada lienzo de pared cerrados por finas capas de alabastro que suministran una luz tenue y agradable. Y también es gótica la puerta de los Apóstoles, de estilo gótico francés y que es una de las puertas de acceso más utilizadas. En su interior se encuentra la capilla de San Jaime con un retablo gótico y un museo interesante que nosotros no visitamos por falta de tiempo. Muy bonita es la puerta de Los Hierros, de estilo barroco. Se inició la construcción en 1703 bajo la dirección del arquitecto y escultor alemán Konrad Rudolf, pero éste dejó la obra sin terminar y fue acabada en 1713 por uno de sus discípulos, el arquitecto Francisco Vergara. La importancia de esta puerta radica en el estilo utilizado pues, aunque es barroca, no sigue las pautas propias del barroco español propias de Churriguera con gran profusión de adornos, sino que sigue, más bien, las de Bernini, dando movimiento a los lienzos constructivos y obteniendo una sensación de mayor espacio, precisamente en una zona pequeña. En el exterior también podemos contemplar una curiosa construcción semicircular adosada a la catedral. Se trata de la Obra Nova, una galería de estilo renacentista que se abre hacia la Plaza de la Virgen (antigua plaza de La Sau). Esta galería se construyó para que los canónigos y otros miembros del clero pudieran disfrutar de los diferentes festejos desde un mirador privilegiado. Desde allí proseguimos andando hasta la Lonja de la Seda. Edificio declarado Patrimonio de la Humanidad en 1996. La Lonja de la Seda Este precioso edificio es la muestra palpable de la importancia y pujanza que tuvo la ciudad de Valencia en la baja Edad Media. Data su construcción del siglo XV y tuvo su origen en el deseo de los gobernantes de la ciudad de construir un edificio “bello, magnífico y suntuoso que fura honor y ornamento de esta magnífica ciudad”, según acuerdo del Consell General de la Ciudad. Se confió su construcción al maestro cantero Pere Compte, que ya había demostrado su bien hacer en las obras de prolongación de la catedral. Fue de tal importancia la construcción de la Lonja que en ella intervinieron otros arquitectos, en especial Johan Yvarra, cuya importancia fue tal que en los documentos de la época ya se especifica que estos dos arquitectos no estaban subordinados uno al otro. Para su construcción se compraron mas de 20 casas que fueron demolidas para contar con un solar del tamaño adecuado. Nos encontramos con un edificio majestuoso , de amplios muros adornados delicadamente, Y elegantes almenas El conjunto se divide en cuatro partes: La Sala de Contratación, el jardín, el torreón y el Pabellón del Consulado. Voy a hacer aquí un pequeño inciso para explicar algo de historia. El rey Jaime I, ya en el siglo XIII (1245) creó El Consell General de la Ciutat, organismo que tenía como fin organizar la vida pública, en sus vertientes políticas y administrativas. Era requisito imprescindible para formar parte de él no ser noble ni eclesiástico. Este curioso requisito se debe a que cuando Jaime inició la reconquista de Valencia los nobles y el clero se negaron a dar dinero al rey para esta empresa en contrapartida a la negativa del rey a que los nuevos territorios conquistados pasasen a formar parte del patrimonio personal de la nobleza y a su decisión inamovible de que dichos territorios pertenecieran a la Corona. En la Edad Media la Ciudad de Valencia fue uno de los grandes emporios mercantiles teniendo gran importancia el comercio de la seda. Todos estos mercaderes necesitaban un lugar donde reunirse para efectuar sus transacciones comerciales y también para sede de sus órganos de gobierno. Desde la acera donde se ubica el Mercado Central podemos observar la fachada principal de este edificio, con la torre central y a su derecha el Salón de Contrataciones y a su izquierda el Pabellón del Consulado. La puerta que hay junto a la torre nos introduce en el Salón de Contrataciones. Se trata de un salón columnado, subdividido en tres naves de inmensa altura. Estas naves están delimitadas por las columnas que se alzan majestuosas hacia el techo y soportan las bóvedas que sustentan el mismo, de tal modo que la impresión que se tiene es de altas y esbeltas palmeras, efecto que se acentúa aún más por ser las columnas helicoidales. En la confluencia de los nervios se encuentran unos discos llamados claves y en ellos están esculpidos figuras de los santos patronos de los distintos gremios y otras figuras. Esta sala tiene 4 puertas de acceso, una para cada fachada y la cuarta dando al jardín. Existe otra puerta de acceso a la capilla, pero esta puerta se abrió ya en el siglo XIX. Aunque el suelo es muy llamativo, a base de mármol, no es el original. Desde el Salón podemos acceder al jardín, un lugar recoleto y fresco que nos ofrece sus bancos para un merecido descanso. Está prohibido comer en él, así que no se puede aprovechar para tomarse un bocata. Y al fondo del jardín tenemos la escalera de acceso al Pabellón del Consulado. Este pabellón se empezó a construir a finales del siglo XV y se terminó a mediados del siglo siguiente. Fue el arquitecto Pere Compte quien inició los trabajos pero falleció a poco de comenzarlos y fueron terminados por otros maestros. Las plantas primera y segunda se deben a la dirección de Pere Compte, JOhan Corbera realiza la tercera y fue Domingo Urtiaga quién terminó la obra y la dotó de los medallones renacentistas que la adornan. Este Pabellón recibió también la denominación de “Consolat del Mar” pues albergó la sede de dicho organismo que era una especie de tribunal que juzgaba los asuntos mercantiles y marítimos. Este organismo tenía su sede en la planta baja y está dotado de un precioso techo artesonado. Accederemos a la planta principal por la escalera que se encuentra al fondo del jardín. En esta sala se encuentra el techo artesonado proveniente de la antigua “Casa de la Ciudad”, precioso trabajo en madera recubierta de oro del siglo XV y que se ubicó en este lugar ya en el siglo XIX. Es este techo dorado el que da su otro nombre a esta sala “Salón dorado”. Por último mencionar las gárgolas que adornan los tejados. Como ya sabe todo el mundo estas preciosas esculturas cumplen la doble función de adornar y canalizar las agua de lluvia para su evacuación. El Mercado Central Este edificio modernista fue construido a principios del siglo XX por arquitectos de la escuela de Doménech i Montaner. Fue totalmente restaurado en el siglo XXI y conserva su función inicial, lleno de tiendas de fruta, carne, pescado, etc, con alguna concesión al turisteo en forma de venta de vasos de zumos y frutas variadas. Había un montón de grupos de excursiones de uno de los muchos cruceros que atracan en Valencia (se ha convertido en el primer puerto en atraque de cruceros en el Mediterráneo), toda la ciudad estaba llena de estos grupos y aquí nos encontramos con dos de ellos al mismo tiempo. Es un edificio funcional y al mismo tiempo muy hermoso. La decoración exterior se basa principalmente en el juego del espacio, en los grandes ventanales, en el hierro, es decir, en la conjunción de todos los elementos modernistas. Y en el interior destaca la existencia de la cúpula central Muy cerca se encuentra la plaza Redonda, plaza que acoge diversas tiendas tipo mercadillo todo alrededor de su perímetro y en su interior cuenta con otro círculo de tenderetes. Todo ello en un estado de deterioro bastante lamentable. Después nos acercamos a ver las Torres de Quart. Cada vez hacía más calor, un calor húmedo y pegajoso, que te hace sudar y acabas empapado, pero decidimos verlas y luego ya irnos a la playa. En el trayecto entre el Mercado Central y las Torres estuvimos echando una ojeada a esta librería anticuaria, una preciosidad de tienda llena de tesoros. Las Torres de Quart En la Edad Media, la ciudad de Valencia, como todas las ciudades importantes, se encontraba rodeada por una muralla y esta tenía varias puertas de acceso. La muralla valenciana disponía de 4 puertas orientadas según los puntos cardinales de las cuales solo quedan en pié las Torres de Quart (al oeste) y las de Serranos (al sur). Estas murallas fueron demolidas a mediados del siglo XIX por no ser ya de utilidad alguna, pero todavía puede verse algún pequeño resto de la misma adosada a esta puerta. Estas eran las puertas de acceso hacia Castilla y reciben su nombre de la población de Quart de Poblet, municipio que se encuentra en dicho camino y que se llama así porque se encuentra situado a “un cuarto de milla” desde Valencia, ya en la antigua calzada romana. Estas torres sustituyen a un antiguo portillo y se tomó la decisión de su construcción dado el volumen de tráfico que había hacia Castilla y la necesidad de tener unas puertas acordes con la importancia de la ciudad. Se inició la construcción en el año 1441 y se terminaron en el 1493. Desde sus inicios sus instalaciones tuvieron diferentes usos, entre ellos fue utilizada como almacén de pólvora y también como cárcel. Posiblemente este uso como prisión es el que evitó su demolición junto con el resto de la muralla. Fueron declaradas monumento Histórico Nacional en 1931 y, desde entonces la ciudad se hizo cargo de ellas. Su estilo constructivo es el gótico pero debido a su función carecen apenas de elementos decorativos. Se trata de dos torres circulares unidas por un cuerpo central. En este cuerpo central se encuentra la puerta que está sostenida por una bóveda de medio punto. La forma circular de las torres se debe a que esta forma ofrece una menor superficie al impacto, dato muy importante en esa época dado el auge de la artillería. Una de las cosas que más me llamó la atención fue la existencia de un balcón octogonal en el cuerpo central, justo encima de la puerta y que tiene como función facilitar la defensa de la misma, sobre todo porque ofrece una mayor superficie para el ataque. Las Torres de Serranos Estas torres custodiaban la puerta de la muralla que daba a la Serranía y por ella entraban “los serranos”, de ahí su particular nombre. Se inició su construcción en 1392 y se terminaron sólo 6 años más tarde. Son las principales puertas de entrada a la ciudad, absorviendo cerca del 90% del tránsito de entrada y en ella se ubicó uno de los lugares de cobro del peaje de mercaderías, tanto de entrada como de salida, principal impuesto de aquella época. Su construcción se encargó a importantes arquitectos de la época y en ella no se escatimaron gastos , pues las autoridades querían que fueran espejo de la importancia de la ciudad y su pujanza. Prueba de ello es la decoración que la adorna y que va más allá del fin utilitario de las torres. Constan de dos torres octogonales unidas entre sí por un cuerpo central que soporta la verdadera puerta. Es curiosa la arquitectura de estas torres, así como las de Quart, pues si las miras desde el interior de la ciudad parece como si estuvieran sin terminar. No se trata de casualidad sino que esta construcción impide a los posibles conquistadores hacerse fuertes en ellas y desde allí atacar la ciudad. También impide a los militares que las custodian volverse contra la misma y, por último, actúan como mirador y favorecen una entrada majestuosa a personajes importantes. En su interior y justo encima de la puerta tenemos un hueco central de forma octogonal que servía para que por él corriera el rastrillo y también como defensa, pues desde allí se podían arrojar todo tipo de objetos, piedras, aceite hirviendo, etc., a los posibles conquistadores. En el primer piso encontramos salas que tenían una función defensiva y que están cubiertas con bóvedas de crucería y en las claves de estas bóvedas puede verse el escudo de la Corona de Aragón pintado en negro. En la fachada que da al interior de la ciudad se encuentra esta magnífica escalera que da acceso a las plantas superiores. Estas plantas se utilizaban como balcón privilegiado para ver la entrada a la ciudad de los grandes personajes y cualquier otro evento digno de contemplarse y tenían el privilegio de su uso los nobles y personajes importantes de la ciudad. Este uso tan particular de las puertas diferencia a estas Puertas de Serranos de las puertas defensivas al uso en otros lugares. A finales del siglo XVI se incendió la antigua cárcel de la ciudad y los presos de “postín” fueron trasladado a estas torres que se convirtieron en prisión y mantuvieron este uso hasta finales del siglo XIX en el que las precarias condiciones en que vivían los presos obligaron a las autoridades a trasladarlos a otros lugares. En ese momento se inició la restauración de la torre y para ello se pidió asesoramiento a la Real Academia de Bellas Artes de San Carlos y se borraron todas las huellas de su pasado carcelario hasta llegar a nosotros en toda su magnífica belleza. Esta vez no subimos hasta arriba del todo y nos quedamos en el adarve viendo las vistas de la ciudad. Palacio del Marqués de Dos Aguas. Este palacio tiene su origen en el siglo XV pero ha sufrido numerosos cambios a lo largo de los siglos y actualmente es un edificio mezcla de estilos, con una decoración barroca y que alberga una impresionante colección de cerámica. Realmente merece la pena visitarlo, a mí me encantó, iba para un rato corto y pasé mas de una hora en su interior. Pongo el enlace a otro tip exclusivo sobre este palacio-museo www.losviajeros.com/Tips.php?p=840 mnceramica.mcu.es/museo.html Última Actualización: 14/03/2013 - 17:25 Tips relacionados ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() 📊 Estadísticas ⭐ 5.0 (2 Votos)
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