Recientemente he pasado
un fin de semana en Alarcón y el sitio no merece menos. Empezando por la peculiar orografía, doblemente abrazada por el Júcar: Un par de meandros cerrados determinan otras tantas penínsulas, estrechas y elevadas, una frente a otra, cuyo valor estratégico ha atraído al hombre desde siempre.
Un lugar donde ponerse a salvo, también en la era de la híper-conexión. Esas calles sin coches donde todos se saludan, los muretes dan sabios consejos y los bares huelen a cosas ricas son como para silenciar el móvil y desconectar unas horas. Así repartí yo las mías:
Sádabo por la mañana
Visita a la
Ciudad Romana de Valeria (Cuenca)
A unos 35 minutos por carretera, bordeando en parte el embalse de Alarcón. Hay que llegar hasta la moderna población de Valeria y tomar la primera calle en cuesta arriba a la derecha (Aquí falta un cartel). Al final de la misma se encuentra el
Centro de Recepción y la entrada al recinto arqueológico. Como en la calle de marras hay poco aparcamiento y menos sitio para dar la vuelta es preferible dejar el coche aparcado abajo y subir unos pocos metros a pie.
La visita llevará en torno a una hora y sus puntos fuertes son el Ninfeo Monumental -elemento original de esta ciudad- las vistas sobre la Hoz del Río Gritos y las casas colgadas de época romana, un precedente de las de Cuenca capital.
Sábado por la tarde
Almuerzo en el Castillo-Parador (Sobre el alojamiento me explayo en
Parador de Alarcón. Sí, pero...), siesta de marqueses y
visita guiada a la población de la mano de
Descubre Alarcón Muy, muy recomendable. Dura un par de horas -que pasan volando- y la destaco por el buen hacer de Jesús, el guía, que aúna conocimientos, cariño por la tierra y el don de transmitir lo uno y lo otro. Esta visita es la llave de entrada a unos interiores sorprendentes y, a través de ellos, al pasado, el presente y el futuro de Alarcón.
Me llamó la atención saber cómo el pueblo estuvo en un tris de convertirse en un despoblado. Una vez más, el Castillo fue su salvación, al transmutarse de almacenes y corrales en parador. Visionarios que, en plena eclosión de la Costa del Sol o Benidorm comenzaron a hablar de aquello del "turismo de interior", otra mirada genial que vio un gran lienzo en blanco en una iglesia desbaratada...Interesantísimas historias con toque épico que Jesús os dibujará mejor que yo. Y es que el lema "Mucho más de lo que esperas" le cuadra bien a la actividad.
Unas cañas con platillos de rotundas especialidades conquenses en el Bar Quijote y a descansar, que mañana hay más.
Domingo por la mañana
Desayuno de reyes con vistas a la hoz.
Sendero de la Hoz de Alarcón
Recorrido circular de 8,7 Km, 261 m de desnivel (algo más si se incluye la variante a la Torre de los Alarconcillos), tres horas de duración, fácil, bien señalizado.
La ruta comienza junto al aparcamiento para autobuses y visitantes, en el extremo más alejado del castillo. Hay paneles informativos y está tan bien indicada que no requiere más que echar a andar.
Una vez pasada la Puerta de Chinchilla y antes de llegar al puente del Picazo se llega a una bifurcación. Aquí es donde se cierra el lazo del recorrido circular por lo que cabe emprenderlo en cualquiera de los dos sentidos. Jesús (Qué paciencia tuvo este hombre, le tocó un grupo preguntón
) me aconsejó tomar el camino de la derecha, sin llegar a cruzar en este momento el río, internándome en la hoz. El argumento es que desde la ladera opuesta se disfruta de una buena panorámica de Alarcón que nos pillaría de espaldas si cruzamos ahora. Buen consejo, como comprobamos al final de la caminata.
Como se ve en el mapa, el recorrido tiene forma de Cc. La "c" minúscula permite caminar por el fondo de la hoz entre paredes grises y anaranjadas y aguas turquesa. El bosquecillo de ribera debe estar muy bonito con los colores del otoño. La "C" mayúscula es la que nosotros recorrimos de regreso, discurre en altura y depara a ratos buenas panorámicas hacia Alarcón y hacia la otra porción de hoz, más allá de la Península de los Alarconcillos. Fue estupendo realizar esta ruta después de la visita guiada de ayer, e ir identificando las iglesias, el entramado defensivo de torres y murallas...
Un paseo variado y bonito.
Domingo por la tarde
Tapeo ligero y revisita a nuestro aire leyendo las sentencias del bueno de Don Juan Manuel a cada paso (Gran idea: En vez de contenedores a la vista, retazos de sabiduría), últimas fotos desde el soberbio camino de entrada, parada junto a la Torre de Armas (También llamada "del Campo", bien señalizada, hay espacio para aparcar) para ver y fotografiar el meandro en su punto más cerrado y a casita.
Alarcón y la enigmática Torre de los Alarconcillos desde la Torre de Armas.
De AnTeMi - Fotografía propia, CC BY-SA 3.0,
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