Mi experiencia en el parador de Mazagon:
Dentro del espacio protegido de Doñana, el entorno es impresionante
Los jardines muy cuidados con pinos centenarios
Se accede a la playa, por una escalera de madera
Las vistas desde arriba son una pasada
La playa del parador paradisiaca
Hacia la izquierda mejor que más próxima a Mazagón
Tiene una piscina, muy limpia. La socorrista está pendiente de desinfectar las hamacas
Nuestra habitación tenía vista lateral al mar y frontal a los jardines y piscina
Cama muy confortable, con bufet de almohadas
De buen tamaño, con todo lo necesario
Los desayunos en este momento son bufet
Aunque tienen variedad de productos y una calidad aceptable, les falta algún detalle como algo de bollería integral o sin azúcar
Frutas diferentes, varios quesos y embutidos. Yogures..
Bastante bollería donde no faltan los dulces típicos
Hay un cocinero preparando los platos calientes, en un rincon ( tortillas francesas y de patata , huevos, beicon y salchichas)
Los almuerzos los sirven en una terraza al lado de la piscina
Esta muy agradable viendo el mar
La carta es corta, y la elaboración de los platos se queda atrás, respecto a otros paradores
Buen pescado
Los arroces dignos de un menú de 15€
Postres pasables sin mas
La cafetería tiene pocas mesas en la terraza, por lo que es imposible disfrutarla en la tarde noche
Teniendo otros espacios para este servicio, me parece mal que no lo den
Tiene gimnasio muy completo aunque un poco anticuado
Piscina cubierta y jacuzzi cerrado por covid
En resumen lo recomiendo y Repetiría
Pero de un parador con los precios de este, esperaba mas