Quería dejar mi experiencia como aviso para cualquiera que vaya a viajar a Managua. Fui asaltado y robado en un taxi que cogí en la terminal de la UCA de Managua, nada más bajarme del microbús de León. Se acercó el dueño del taxi (o del coche camuflado como taxi, tenía placas de matrícula rojas y blancas, como los taxis) y se ofreció a llevarme a mi destino. Era un coche de color verde botella, bastante nuevo, creo que de marca coreana.
Eran las 10 de la mañana, el taxi parecía legal, había un policía cerca, venía de León con los níveles de alarma bajos... No sospeché nada. En el trayecto se subieron tres hombres, de uno en uno, en distintos lugares. Me llevaron a una carretera secundaria y me robaron el dinero y la tarjeta, de la que me obligaron a darles el PIN (con la amenaza de que iban a ir inmediatamente a comprobarlo en un cajero). Me dieron algunos golpes y me soltaron, dejándome los documentos y la mochila (no llevaba cámaras, ni portátil).
Debo agradecer a los empleados del hotel Barceló que me permitieran usar el teléfono para llamar a la embajada (no me alojaba allí) y la asistencia del encargado de seguridad de la embajada de España, que se presentó allí, se puso en contacto con mi familia en España y me prestó dinero para vivir hasta que mi familia me hiciera una transferencia.
Managua es una ciudad muy peligrosa, por todo lo que dicen los que viven allí y espero que al menos mi caso pueda servir como aviso para que los que vayan a visitar Nicaragua extremen las precauciones mientras pasan por allí (lo que es inevitable, si van viajar por el país).