Tercer día:
Reserva de la Biosfera y zona arqueológica de Calakmul - Balamkú
Dormimos en el hotel Calakmul con a/a,ventilador en el techo y piscina que probamos a la vuelta ... Un lujo antes de emprender la etapa del día siguiente.
Yo tomé mis precauciones y me consentí como dicen por allí un desayuno espectacular (revuelto con chorizo y orden de tostadas con mantequilla y mermelada).
Nosotros hicimos la visita a Calakmul en transporte privado ofrecido por la transportista local de CONHUAS al sitio arqueológico) con taxista y guía incluído todo y llevando nuestro chófer (Fran) y guía del Inah (Gabriel) con placas para circular por todo México.
Parece que han creado una mordida local en forma de permiso de entrada a la biosfera.
Explicación:
Los taxistas tienen prohibido el acceso a esta carretera debido a que las tierras pertenecen a los habitantes de Conhuas, pueblos indígenas a los que el gobierno pretende expropiar sus tierras para abrir más caminos de acceso a Calakmul, para lo que tendrán que desforestar gran parte de la selva.
El recorrido desde la entrada hasta las ruinas son unos 60 km. De selva en la que pudimos ver pavos y alguna serpiente venenosa (nos faltó la estrella de esta selva, el jaguar).
La visita a las ruinas duró unas tres horas y subimos a la mayoría de las pirámides y recintos.
Seguidamente nos dirigimos a las ruinas de Balamkú para ver su famoso friso de estuco y como no podía faltar la sorpresa observamos de cuatro monos aulladores.
De regreso al campamento base de Xpujil visitamos sus ruinas que aunque son pequeñas no por eso menos interesantes.
La historia del tercer día termina con un ceviche con chile habanero que no paraba de sudar el pobre, gracias Fran
por compartir el sudor
Seguirá...