Refloto este hilo que está medio muerto para contar mi experiencia en la capital kazaja. Hemos estado dos días completos, llegamos el día 12 de octubre por la noche y nos fuimos el 15 por la mañana.
Llegamos procedentes de Tashkent con Air Astaná, haciendo escala en Almaty. El viaje precioso, unas vistas alucinantes de las montañas Kirguis con un importante nevazo, me acordé de tí,
@Vivid.
Le entrada al país sin más complicaciones que rellenar el papel de inmigración donde simplemente hay que poner el nombre. Los ciudadanos españoles para una visita de 30 días no necesitamos visado. Hay que guardar ese papel ya que hay que entregarlo al salir.
De Almaty a Astana no vimos nada porque ya era de noche. Nos pusieron un pepinaco transoceánico que para dos horas y media me dirás, con pantallas individuales, mantita, etc. Al menos fuimos entretenidos, se nos pasó en nada. En ambos trayectos dieron bebidas y un snack, una empanada caliente muy buena. Nunca había volado con esta compañía y muy bien, muy puntual, aviones nuevos, todo genial.
A la llegada a Astaná cogimos el bus 12 que nos dejaba en la puerta del hotel. Hay un express, el 100, pero no venía nunca y no estaba la noche para perder tiempo esperando al fresco (al frío, más bien). Decir que los autobuses los han subido de precio el pasado mes de julio, literalmente el doble, de 90 KTZ a 180 KTZ. Se pagan directamente al conductor, cambiamos algo en el aeropuerto de Almaty mientras esperábamos, para pagar el bus. Han puesto una tarjeta multiviajes y recargable, se valida en los lectores del bus y se puede comprar en máquinas que hay junto a las paradas, y el precio del billete con ella es de 90 KTZ, pero no la compramos porque para lo que costaba el bus y lo poco que íbamos a estar tampoco nos queríamos liar mirando a ver cómo iba la cosa.
Nos alojamos en el Best Western Plus Astaná, y fue todo un acierto. En pleno centro de la zona nueva, frente a los edificios ministeriales, junto a la torre Bayterek, rodeado de restaurantes y de paradas de autobús, y super bien de precio para esa zona, los demás alojamientos se disparaban de precio. Nos salió la noche por 48€ con Expedia. Hotel moderno, confortable, te ponían botellitas de agua gratis cada día, la cama tan cómoda que después de las torturas uzbecas casi lloro, el desayuno buffet completísimo, wifi sin problemas de conexión, el personal muy amable y resolutivo. Pero para mi gusto la habitación poco caliente, el radiador no estaba caliente del todo y hacía mucho frío fuera, claro que dirán que para el frío que llega a hacer en invierno, aún no lo iban a poner a tope
. Lo bueno que el nórdico era muy calentito y se dormía muy bien.
Al día siguiente salimos del hotel con un frío importante, pero vamos preparados. Lo primero fue subir a la torre Bayterek, 700 KTZ, ya que estaba despejado pero venían unas nubes que no presagiaban nada bueno. Unas vistas fabulosas, es una visita obligada.
Seguimos por la misma avenida ya que nuestro objetivo era el Khan Satyr, el centro comercial diseñado por Norman Foster. Pero antes entramos en un centro comercial al supermercado ya que queríamos ver cervezas de la zona, y vodka.
Salimos y nos estamos un buen rato admirando los rascacielos de esa zona, comentando lo que difiere de Uzbekistán, el parque móvil es variado (en Uzbekistán sólo hay Chevrolets), los coches son bastante nuevos y se nota que hay más riqueza porque se ven muchos Lexus y de gama alta...
Camino a Khan Satyr, llegamos a una plaza inmensa por donde pasa por encima la avenida con el tráfico. Aquí tenía localizado un restaurante georgiano y vamos a buscarlo. Ya encontrado, decidimos esperar un poco más para comer (a todo esto era ya la una del mediodía
Dónde se han ido las horas?). Fuimos hasta Khan Satyr pero decidimos no entrar porque si no ya no iríamos a comer al georgiano, con lo que lo rodeamos para poder hacer fotos desde varios puntos de vista. Es una pasada la pedazo lona y la estructura. A lo tonto, entre que damos la vuelta y llegamos al restaurante se nos va casi otra hora.
Después de comer, ya entramos en el centro comercial. No nos suele gustar entrar en este tipo de sitios, pero este es para verlo. Aparte de la genial estructura con los tirantes oblícuos, es impresionante la que tienen montada dentro. Arriba del todo, tienen una piscina climatizada, con palmeras y toboganes acuáticos. Debajo, la zona de atracciones, con un monoraíl que recorre todo el edificio a una altura considerable. Luego la zona de restauración, con cadenas rápidas globales y restaurantes más locales. Luego ya, dos plantas de comercios eso ya iguales en todo el mundo. En la planta de la entrada, hay una lanzadera que sube lo alta que es el centro...
Tras echar unas horas ahí, salimos y !está nevando!. Esperamos a que pare un poco, ya que no es nieve suave sino más bien medio granizo. En un ratín para y nos acercamos a ver la mezquita de Nur Astaná, hecha en 2005, regalo del emir de Qatar. La verdad que es muy bonita tanto por fuera como por dentro.
La tarde se sigue poniendo peor, empieza a nevar más en serio y yo estoy agotada, con lo que decidimos ir a comprar unas cervezas al supermercado e ir a descansar al hotel. Finalmente, nos quedamos ya en el hotel y no salimos a cenar, a las 7 ya es de noche y necesitamos descansar...y sigue nevando.
Al día siguiente, ya descansados, salimos más pronto del hotel. Hace mucho frío y está medio nevando. Fuimos a ver el palacio presidencial, y de ahí, a los edificios que hay detrás, el Palacio de la Paz y la Reconciliación, la columna Kazah Eli, la mezquita Hazrat Sultan...detrás. Ja. Se ven detrás del palacio pero, aparte de que no se puede pasar por los jardines del palacio, con lo que tenemos que desandar el camino, tenemos que ir al principio del puente ya que hay que atravesar el río, y ya no se ve la zona tan cerca. Nos metemos por un parque bastante nevado, precioso todo, eso sí, y hasta que llegamos a la columna hemos estado andando una hora de reloj. Y con unas ventiscas de nieve que para qué. Para volver decidimos coger un autobús porque se nos iba a ir el día ahí si no. Lo bueno que en las paradas te pone el plano de los que pasan, y como es una zona nueva, no tiene pérdida ya que son avenidas rectas y los transportes las van siguiendo sin callejear, con lo que es muy fácil orientarse y usar el autobús. Vemos uno que nos deja en la misma parada que el 12, frente al hotel.
Bajamos en la parada del hotel, y allí cogemos el bus 12 para ir a la Expo. Se visita el pabellón Nur Alem, el edifico esférico más grande del mundo, 100m de alto. Entrada 1500 KTZ. Es muy muy interesante lo que hay ahí, la última planta trata sobre el futuro de Astaná y se ve lo que quieren hacer en la ciudad. Por descontado, hay unas vistas espectaculares de la ciudad y de la estepa. Y de la nieve que cae a rachas violentas...Visitamos todas las plantas que tratan sobre las diferentes energías, muchas cosas interactivas y curiosas. Echamos el resto de la mañana ahí y sobre las 3 salimos al mega centro comercial que hay en frente para comer algo. Un centro comercial que por dentro no tiene nada especial, pero por fuera y desde arriba el edificio es chulo y sobre todo impresiona de grande.
Tras comer y descansar un rato, decidimos ir andando hasta el campo de futbol Astaná Arena, que parece que se ha quedado buena tarde. Al poco rato, se vuelve a liar y nos cae otra neviscada encima
. Además, no hay acera y hay que ir andando por la calzada, pero todo el mundo lo hace y los coches no te pasan ni al lado, así que sin problema. Cuando llegamos a la zona deportiva, sale un pelín el sol...allí están el palacio de hielo, el campo de fútbol y el más bonito de todos, el velódromo, con forma de casco ciclista. Por cierto, ni una referencia al equipo Astaná...
Tras ver la zona, y flipar (y llorar) con una gasolinera que había al lado donde vemos que la gasolina de 95 cuesta 0,40cts, cogemos el bus 12 de nuevo para ir un rato al hotel a descansar.
Tras un breve reposo, salimos de nuevo para ver la zona de noche. Me gusta mucho cómo juegan con las luces en algunas construcciones; el Khan Satyr va cambiando de colores pero predomina el tono violeta, la bola de la Expo juega con variaciones, y los edificios ministeriales, que los vemos desde la ventana del hotel, van pasando letras, formas geométricas que te quedas un rato a lo tonto mirando...
Subimos a cenar al restaurante Vechnoe Nebo, al lado del hotel, y digo subimos porque está en la planta 25 del edifico Moscow. Lo reservé porque vi muy buenas críticas y encima barato. Las vistas son espectaculares, y la comida muy muy buena, y como digo, sobre todo viendo donde está y el tipo de restaurante que es, muy barato. Dos platos más dos cervezas de medio litro, 15€ en total...
Al día siguiente, para volver al aeropuerto, cogemos de nuevo el bus 12, en media hora llegamos.
Astaná es una locura megalómana en medio de la estepa salida del excesivo presidente (el cual se encuentra presente por todas partes; el aeropuerto, la Universidad, un vaciado de su mano en la Bayterek, en la columna Kazah Eli...lo que viene siendo culto a la personalidad, de ecos soviéticos), que quiere darse a conocer en todo el mundo. Te podrá gustar más o menos, pero desde luego indiferente no te deja. A nosotros personalmente nos ha gustado, yo tenía muchas ganas de ir, además luego las construcciones no son feas ni horteras, y el conjunto que se está consiguiendo es bonito. Es un sitio en el que piensas en volver dentro de unos años cuando esté todo terminado porque quieren hacer auténticas cosas sorprendentes...
Es una ciudad donde te pegas unas pateadas de aúpa y no avanzas nada, además de ser la segunda capital más fría del mundo, detrás de Ulan Bator, y doy fe; si a primeros de octubre estábamos así...claro que en invierno suelen estar a -30 -40, para ellos esto es otoño...menos mal que además de ir preparados, me gustan el frío y me encanta la nieve y ya he podido disfrutar de ella bien pronto
Hemos estado a 2/3 grados de máxima y a -4 de mínima. No es coña pero hizo menos frío en Rusia en enero...
Me hubiera gustado estar al menos un día más para poder ir a la parte "vieja", que aunque no es bonita ni tiene nada reseñable que visitar (sólo son casas bajas, al estilo de Tashkent), hay algunas Beer Crafts por esa zona y me gusta mezclarme en esos sitios con la gente local, y no ver sólo lo recién hecho...también haber paseado por algunos parques del río, pero estaba el tiempo para pasear...Desde luego, también influye la época en la que hemos ido, aparte del frío y la nieve, oscurece pronto y no se aprovechan tanto los días.
Es una ciudad que no parece Asia, el tráfico es organizado y respetuoso, muy bien señalizada y sin el caos de Samarcanda por ejemplo. Por una parte se vas más a gusto porque nuestro cerebro occidental es a lo que esta acostumbrado pero por otra echa de menos el caos de Uzbekistán, vas pensando que eso no es Asia.
Los kazajos, al igual que los uzbecos, son gente muy amable y de sonrisa fácil (poco se les pegó de los rusos
), pero los rasgos son diferentes, son más achinados, especialmente los niños los hay que parecen auténticos chinos...
A diferencia de Uzbekistán, aquí la tarjeta de crédito la cogen en los restaurantes, hoteles y supermercados sin mayor problema. Cambiamos lo justo para pagar los autobuses, las entradas y uno de recuerdo. El cambio en una oficina al lado del hotel muy bueno, 1€=428 KTZ
Después de las hordas de grupos turísticos de Uzbekistán, fue un descanso estar los dos solos por ahí (sólo vi tres occidentales de turismo entrando al Khan Satyr, al menos iban con cámaras al cuello), y desde luego nada de grupos organizados...
Tras esta breve experiencia nos estamos planteando visitar el país, ir a Almaty y adentrarnos en las imponentes montañas de la frontera china y visitar el llamado "cañón del colorado kazajo", visitar la estepa y adentrarnos por esas carreteras agujereadas...pero de momento vamos a esperar a que terminen Astaná y así matamos dos pájaros de un tiro.